martes, 5 de febrero de 2019

Un cantar de gesta ruso: El príncipe Ígor, de Alexander Borodin I

Seguimos repasando el repertorio ruso y ahora toca una obra que si las circunstancias hubiesen sido otras, podría haber sido más espectacular de lo que es. O quizás no.

El Príncipe Ígor (Kniaz Igor) es una ópera en un prólogo y cuatro actos, con música de Alexander Borodin y completada por Nicolai Rimsky-Korsakov y Alexsander Glazunov y libreto del propio Borodin, estrenada en el teatro Mariinski de San Petersburgo el 4 de noviembre de 1890.

Tiene una duración de 210 minutos (tres horas y media)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Antes de empezar habría que aclarar que Borodin no se consideraba así mismo músico, sino doctor y químico, y para él la música era más bien un hobby que otra cosa. Así, pertenecía a un grupo de músicos rusos conocido como el grupo de "Los cinco" y estaba compuesto aparte de por él mismo, por su líder, Balákirev, Rimski Korsakov, César Cui y Mussorgski. El asesor del grupo, un crítico llamado Vladimir Stasov,  le propuso a un Borodin que compusiera una ópera basándose en un esquema que le había hecho sobre el Cantar de las huestes de Ígor, un poema épico medieval escrito en antiguo eslavo oriental. Evidentemente, la ópera se cantaría en ruso y Borodin pese a que pensó a que sería difícil, pues se animó a realizar el proyecto.
Así pues, empezó en 1869, pero como la historia no tenía mucho drama dejó la composición. Lo cierto es que parte de la música la empleó en su Sinfonía nº2 y también en una ópera-ballet escrita en colaboración con otros compañeros. Pasó el tiempo y estuvo unos cuatro años sin trabajar en ella. Mas tarde en 1872 y animado por los estrenos de La dama de Pskov (Korkakov) y Boris Godunov (Mussorgsky), volvió a la carga y trabajó en la partitura un poquito más. 

Y así estuvo el bueno de Borodin durante 18 años, y entre tanto pues seguía con sus ocupaciones, entre ellas defender los derechos de la mujer en Rusia ya que fundó además una Escuela de medicina para mujeres en San Petersburgo. Lamentablemente murió en 1887 de un infarto, dejando más o menos planteados el prólogo, y los actos I, II y IV, pero no el III y tampoco dejó claro el orden, por eso en algunas ediciones el orden del acto I y II se intercambian. Así que Korsakov, junto con su alumno Alexander Glazunov, se pusieron manos a la obra y entre ellos dos orquestaron y completaron las partes que faltaban, De hecho, el acto III y la obertura pertenecen más a Glazunov que a Borodin.

Sin embargo, cuando presentaron la ópera, la dirección del Mariinsky la sometió a diversos cortes, entre ellos omitiendo todo el acto III. A pesar de todo, la ópera tuvo éxito aunque hoy en día no se representa mucho, salvo la obertura y las danzas polovtsianas que se suelen ver en conciertos sinfónicos.

ARGUMENTO

La acción transcurre en Putivl, Ucrania, en la Edad Media.

PRÓLOGO
La plaza pública de Putivl

El gobernador de Putivl, el príncipe Ígor (barítono) ha decidido irse a la guerra contra los potlovtsianos, un pueblo nómada y pagano que está atacando diversas ciudades de Rusia.  Sin embargo, justo antes de partir, hay un eclipse de sol y tanto el pueblo, como su esposa Yaroslavna (soprano dramática) le ruega que se quede, ya que es un símbolo de mal augurio. Pese a todo, Ígor decide partir, acompañado de su hijo Vladimir (tenor).



Ígor delega el gobierno de la ciudad a su cuñado Galitski (bajo) y dos músicos de gudok (un instrumento parecido al violín), Skula y Eroshka (bajo y tenor ligero) deciden quedarse a salvo en lugar de irse con Ígor. Todos despiden a su príncipe entre grandes alabanzas.

ACTO I
Escena I: Salón principal de la mansión de Galitsky

Ha pasado un tiempo y Galitsky no está haciendo nada por la ciudad aparte de pasar el tiempo de juerga en juerga y deseando quedarse con el puesto defintivamente.


Tiene a casi todo el pueblo ganado. En un momento entra un grupo de doncellas suplicando ayuda porque uno de sus hombres ha raptado a una de ellas. Galitsky no les hace ni caso y todos alaban al nuevo príncipe.

Escena II: Los aposentos de Yaroslavna

Las mismas doncellas deciden visitar a Yaroslavna para quejarse del comportamiento de su hermano. Ésta decide entrevistarse con él, pero Galitski no está por la labor de ceder a las peticiones de su hermana y que pronto se hará con todo el control.


Para empeorar la situación, un grupo de boyardos le anuncia a Yaroslavna que un ejército de potlovsianos se acerca a la ciudad, y que al parecer han capturado a Ígor y a su hijo Vladimir. Pese a que la amenaza está cerca, los boyardos juran a su princesa que las murallas protegerán la ciudad y que ellos combatirán hasta la muerte.

ACTO II
El campamento de los potlovsianos

Como ya sabemos, tanto Ígor como su hijo Vladimir han sido capturados y son rehenes del líder Khan Konchak (bajo). En ese tiempo, Vladimir se ha enamorado de la hija del Khan, Konchakovna (contralto). Un grupo de doncellas, entretiene a todos los prisioneros rusos.


Por su parte, Ígor se lamenta por su suerte. Un soldado potlovsiano, convertido al cristianismo, Ovlour (tenor) le propone un plan de escape, pero Ígor no lo acepta porque no le parece conveniente, aunque le promete que lo pensará seriamente. Poco después aparece Konchak, quien alaba al príncipe, quiere que se sienta a gusto y le propone una alianza. Ígor rechaza amablemente la propuesta del Khan, y éste para demostrarle su poderío ordena a sus esclavas que bailen para ellos.


Todos acaban alabando el poder del Khan.

ACTO III
Mismo lugar que en el acto anterior 

 

El Khan Gzak (papel mudo) y su armada han regresado al campamento cargado de todo el botín y de nuevos prisioneros rusos. Reparten sus ganancias y planean nuevos ataques. Entonces Ígor se enteran que están invadiendo y saqueando su provincia. Finalmente, acepta la propuesta de Ovlour para escapar, aprovechando que los potlovsianos están dormidos. Konchakovna los sorprende e intenta retenerlos, sobre todo a Vladimir. Ígor intenta convencer a la princesa para que los deje marchar, pero ella, decide alertar a todos. Pese a ello, Ígor y Ovlour consiguen escapar, pero dejan a Vladimir.

Cuando Konchak se entera de lo sucedido, decide no tomar represalias porque sabe que él mismo en la situación de Ígor habría hecho lo mismo. Concede la mano de su hija a Vladimir y sigue con sus planes de conquista.

ACTO IV
La plaza pública de Putivl

Yaroslavna se lamenta por la situación y desea el retorno de su amado príncipe. Entre tanto, se oye los lamentos de los campesinos cuyas tierras han sido arrasadas por el Kahn Gzak.

 

Sin embargo, le da por coger el catalejo y ve en la lejanía a dos caballeros acercándose y uno de ellos es Ígor que está de vuelta. El príncipe llega, se reúne con su esposa y ambos se alegran de volver a verse. Ígor decide reunir a todo el mundo para defender la ciudad.
Entre tanto, Skula y Eroshka están cantado un romance sobre la caída de Ígor, cuando lo ven reunido con Yaroslavna. Para quedar bien, deciden tocar las campanas de la iglesia y reunír a todo el pueblo para anunciar la buena nueva. Al principio el pueblo no los cree, pero pronto aparece Ígor. Al verlo, todos lo alaban como su salvador.

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