Cuando vives en una
ciudad pequeña no tienes mucho acceso a una amplia oferta cultural y
si hablamos de ópera ya ni os cuento. Por eso, siempre me sorprendió
que cuando en Cádiz se representa una ópera de Verdi, siempre echan
las mismas. De la trilogía popular no salen (Rigoletto,
Trovatore, Traviata), de cuando en cuando, Nabucco y
Aida y una vez, la compañía itinerante que suele venir puso
en escena un Ballo in Maschera y Macbeth.
No obstante, estamos ante
un compositor que tiene en su catálogo 26 óperas y cuando ves
siempre las mismas, te entra la curiosidad por las que no se
representan. Y si bien es cierto que hay algunas que son bastante
flojas, hay otras que son realmente interesantes, aunque no aporten
nada nuevo a lo que otros compositores hayan hecho antes.
En este caso que nos
ocupa I due Foscari sería de ese grupo. Aprovechando
el confinamiento, he tenido mucho tiempo para poder escuchar música
(y practicar yo mismo también) y he podido escuchar todas las
óperas de Verdi. Me parece una obra interesante por varios motivos.
Para empezar, la ópera
rompe con el tópico de dar el protagonismo a la pareja tenor-soprano
ya que aquí, el papel protagonista recae principalmente en el
barítono. Esto no es nuevo, ya antes Donizetti compuso para París
Marino Faliero(1835) y también trataba un tema
similar. Verdi por su parte, se inspiró en el drama de Lord Byron
basado a su vez en hechos reales para contar no sólo esa
conspiración sino también reflejar las relaciones padre-hijo, tema
que explotaría a lo largo de su carrera.
Pero ¿quienes eran los
Foscari? Bien, el auténtico Franceso Foscari, fue un gobernante que
tuvo Venecia en el siglo XV y estuvo en el cargo durante 34 años,
siendo el dogo (o el Dux) que duró más tiempo.
Y sí, tuvo un
hijo, el cual estuvo acusado de corrupción y cómplice de asesinato
y lo condenaron al exilio hasta en tres ocasiones. Por tales eventos,
Francesco tuvo que abdicar, su hijo moriría en el exilio y él una
semana más tarde, aunque se celebró un funeral de estado. El
antagonista de la ópera, Loredano, también se basa en un personaje
histórico real, y al parecer era rival político de Francesco y
también personales debido a la anulación de la boda de la hija de
Foscari con uno de los hijos de Loredano.
Así de pronto y sin
ninguna trama romántica de por medio, no parece que la tragedia de
Byron fuera muy atractiva para hacer una ópera sobre ello, pero
Verdi le vio un gran potencial para ponerle música. Piave supo
adaptar bien la obra comprimiendo los cinco actos originales a tres y
dejando lo esencial: el conflicto entre el personaje público y
privado. Ya desde los inicios vemos que Verdi se interesa mucho por
las relaciones paterno filiales y en este trabajo, son ellos dos
precisamente los personajes que mueven toda la obra: Los dos Foscari;
el padre y el hijo. El resto de personajes son un poco satélites que
van rondando en torno a ellos, así Lucrezia (que en el drama de
Byron se llama Marina) trata de interceder en vano para que absuelvan
a su marido y Loredano, por su parte, lo que quiere es acabar con
Francesco por haberle ganado en su día.
No obstante lo que
plantea Verdi es hasta qué punto un personaje público puede separar
su vida política de la privada. Francesco debe condenar a su propio
hijo muy a su pesar, ya que la justicia debe ser imparcial para
todos. Aún creyendo que sea inocente y siendo el hombre más
poderoso de la república no puede hacer lo que él siente que sería
perdonar y salvar a su hijo. Por su parte, a Jacopo le toca ser el
desgraciado de la historia, un hombre inocente que se ve involucrado
en asuntos turbios por ser hijo de quien es y que al final lo
acabaría pagando obligándolo a dejar atrás lo que más quiere: su
familia. Como buena obra romántica, el hombre moriría de pena, cosa
que para ser un tenor es bastante original, ya que los tenores suelen
tener muertes más violentas. Así mismo, el padre también
fallecería más o menos de la misma forma de pena por sufrir tanta
injusticia junta, la muerte de su hijo siendo inocente y su
abdicación forzosa. Si bien es cierto que en la realidad no pasó en
el mismo día, a efectos teatrales es mucho más dramático que pase
así.
El resto de personajes
apenas tienen relevancia. Lucrezia está porque toda ópera necesita
un personaje femenino y también sirve como víctimas colaterales del
conflicto principal. Cuando una persona tiene problemas con la
justicia, no sólo los sufre el acusado sino también toda la
familia. En cambio, Loredano, para ser un antagonista es bastante
flojo, pues al comprimir el libreto no queda muy claro el porqué de
tanto odio y tampoco tiene ningún aria en que lo explique tan sólo
interviene en las escenas de conjunto.
A nivel musical estamos
ante una obra puramente belcantista, pero ya en la última etapa. En
este aspecto el que más gana es sin duda el tenor, pues dispondría
de tres arias, (la del primer acto con la correspondiente cabaletta)
y todas ellas abren los actos. También tiene su escena la soprano
pero en esta ocasión es el barítono quien se lleva la mejor parte,
destacando sobre todo el terceto del segundo acto y sobre todo la
escena final. Nos encontramos ante una ópera de números cerrados y
relativamente breve, lo cual facilita la escucha. El coro por su
parte, también tiene una especial relevancia en la trama pues
representaría a ese implacable Consejo (aunque yo en la entrada
anterior, lo traté como Concilio) que hace atacar la ley de forma
rigurosa. También como el pueblo, para dar algo de colorido local,
como se puede oír en el principio del tercer acto entonando una
barcarola. También vemos un pequeño intento de “leitmotiv” con
Jacopo pues cuando sale el personaje la orquesta lo presente con un
solo de clarinete.
Actualmente I due
Foscari no es una ópera tan oscura como antes y ya no es tan
extraño verla en los teatros. Poco a poco va tomando su hueco en
los escenarios y si bien es cierto que no es tan redonda como las
obras de madurez, no deja de ser una obra interesante.
GRABACIONES
CD
La única grabación que
he escuchado es ésta de Gardelli, con Carreras en el papel de Jacopo
y Cappucilli en el papel del Dogo. En lineas generales es una
grabación muy equilibrada.
DVD
Curiosamente, en Dvd hay
más donde elegir. Por mi parte, me quedo con esta representación
del San Carlo de Nápoles con el genial barítono Leo Nucci
(especializado en Verdi además) en el papel principal. La puesta en
escena es la tradicional y también en general está bastante bien
lograda.
Espero que os haya
despertado un pelín la curiosidad por esta obra. La próxima entrega
cambiaré de repertorio y me iré al alemán con una obra que plantea
el siguiente debate: ¿qué es más importante en un ópera, la letra
o la música?
Seguimos con una nueva
entrega (y ya en plena fase de desconfinamiento) con un Verdi menos
conocido. Bueno, en realidad ya todas las óperas de Verdi conocidas
ya las he reseñado, así que ya todas las que comente serán las
menos conocidas. Ésta en concreto la he vuelto a escuchar hace poco
y me ha parecido interesante.
I due Foscari (Los dos
Foscari) es una ópera en tres actos con música de Guiseppe
Verdi y libreto de Francesco Maria Piave estrenada en el teatro
Argentina de Roma el 3 de noviembre de 1844.
Tiene una duración
aproximada de 105 minutos (una hora y 45 minutos).
BREVES DATOS HISTÓRICOS
La idea de adaptar el
drama de Lord Byron "The two Foscari" para una ópera
le vino a Verdi después de su gran éxito con su cuarta ópera en
Milán, I lombardi en 1843. Tenía un encargo entonces
para la Fenice en Venecia y Verdi propuso ese tema, pero dado que los
descendientes de los Foscari aún vivían y la trama de la ópera no
los dejaban en muy buen lugar, el teatro rechazó el tema. Así que
Verdi se guardó el libreto para otra ocasión y para la Fenice
compuso otra ópera (que sería su quinta, Ernani de la
cual pues igual ya la comentaré en toro momento.)
Tampoco tuvo que esperar
demasiado, ya que en 1844 poco después de estrenar Ernani en la
Fenice, le vino un encargo para el Teatro Argentina de Roma. Verdi en
un principio propuso una obra sobre Lorenzino de Médici pero ese
tema no cuajó y como segunda opción volvió a presentar el libreto
basado en el drama de Byron. Los romanos sí le dieron el visto bueno
y así, Verdi presentó en noviembre de ese mismo año su versión
del tema, cuyo libreto firmó Francesco María Piave. La ópera
gustó, y durante un tiempo estuvo en repertorio aunque como la gran
mayoría de las óperas del llamado período de galeras cayó en el
olvido. Actualmente se suele ver en los escenarios, aunque no es muy
frecuente.
ARGUMENTO
La acción se desarrolla
en Venecia, en 1457.
ACTO I
Escena I: Un salón del Palacio
Ducal
El Concilio de los Diez
está a punto de reunirse para discutir sobre un asunto en el cual un
miembro del familia del Dogo está involucrado. El rival del Dogo,
Loredano (bajo) entra con su amigo Barbarigo (tenor), ambos miembros
del Concilio y comentan que el Dogo ha iniciado la sesión muy
tranquilo. Los dos senadores expresan su deseo de justicia y entran
en la sala. Entre tanto, unos guardas traen a Jacopo, hijo del Dogo,
(tenor lírico-spinto) el cual ha sido torturado en las cárceles.
A
pesar de todo, Jacopo se alegra de volver a Venecia, pues ha estado
mucho tiempo exiliado y expresa su odio hacia la injusticia y su
deseo de demostrar su inocencia.
Escena II: Un salón
en el Palacio de los Foscari
Lucrezia, la esposa de
Jacopo, (soprano lírico-spinto) exige hablar con su suegro para
interceder por su marido, pero sus sirvientes le piden que se calme.
Reza para que todo salga bien, pero no sirve de mucho, porque pronto
llega su confidente, Pisana (mezzo-soprano) y le anuncia que su
marido ha sido declarado culpable y condenado de nuevo al exilio.
Lucrezia, se va furiosa.
Escena III. Un salón
del Palacio Ducal
Debido a una carta que
han interceptado al Duque de Sforza de Milán, Jacopo ha sido
declarado culpable de asesinato pese a que él no ha reconocido los
hechos y condenado nuevamente al exilio en Creta. Los senadores
alaban la imparcialidad de la justicia veneciana.
Escena IV: Los
apartamentos del Dogo
Francesco Foscari, Dogo
de Venecia (barítono) se lamenta de ser la cabeza del gobierno ya
que no puede proteger a su hijo de las calumnias de sus enemigos.
Entra Lucrezia y le ruega a su suegro que haga algo, pero el Dogo le
dice que la Ley se lo impide. Se echa a llorar y Lucrezia al ver su
lágrimas piensa que aún hay esperanza.
ACTO II
Escena I: La prisión
de Jacopo
Jacopo se lamenta de su
suerte y tiene la visión de un fantasma que lo atormenta. Entra
Lucrezia, se abrazan y ella le dice que pronto dictarán la
sentencia. El sonido de una barcarola les anima. Se reúne con ellos
el Dogo, y los tres se alegran de estar de nuevo juntos. Sin embargo,
esa alegría dura poco, pues entra Loredano para anunciar a Jacopo
que tiene que presentarse ante el Concilio para escuchar la sentencia
e inmediatamente después partirá solo a Creta. Tanto Lucrezia como
Jacopo se muestran furiosos, pero el Dogo los tranquiliza. Unos
guardas llegan para llevarse a Jacopo.
Escena II: Sala del
Concilio de los Diez
Jacopo oye su sentencia
de exilio. Entra Lucrezia, acompañada de sus hijos y los tres se
ponen de rodilla ante el Dogo para que cambien de parecer.
Barbarigo
se apiada de ellos, pero los otros son implacables y exigen que
Jacopo parta inmediatamente y solo. Jacopo siente que su muerte está
cerca.
ACTO III
Escena I: La plaza de
San Marcos
El pueblo celebra el
carnaval. Poco después llega Jacopo, escoltado por los guardas.
Después de despedirse de su mujer y de sus hijos, lo embarcan y se
va al exilio.
Escena II: Los
apartamentos privados del Dogo
Francesco se lamenta por
lo sucedido. Entra Barbarigo con una carta de un tal Ezzio quien
confiesa ser el único culpable del asesinato por el cual Jacopo ha
sido condenado.
Francesco ve aquí una esperanza, pero es en vano, ya
que entra Lucrezia y anuncia que su marido ha muerto en el trayecto.
Por si fuera poco, entra Loredano y le dice al Dogo que dado los
acontecimientos y su avanzada edad, lo invitan a dimitir de su cargo.
El dogo se revela, pues en dos ocasiones había pedido él abdicar y
las dos se la habían denegado. Es más le hicieron jurar que moriría
siendo Dogo y como buen Foscari cumplirá su promesa. Pero el
Concilio insiste y al final, el anciano cede.
Una vez que ha
renunciado a su cargo, suenan las campanas de San Marcos anunciado al
nuevo Dogo, Malipiero. Francesco muere y entre tanto Loredano escribe
en un papel "Los Foscari me han pagado" y lo tira a su
cadáver.