lunes, 7 de diciembre de 2020

La reina olvidada: Semiramide, de Rossini II

 ANÁLISIS

 Con Semíramide, Rossini ponía fin a una etapa y con ella un poco también el bel canto pasaba a otro nivel. Esta ópera fue la última que compondría para Italia, pues poco después se trasladaría a Francia, la última que escribiría para Isabella Colbrán, su musa y amante esposa. Y la última que trataría el tema de Semiramide, y con ello el fin de la clásica opera seria.

No obstante, eso no significa que ya no se escribirían óperas con temas de la Edad Antigua, ya que otros compositores tendrían en la Roma Antigua, y en la mitología su inspiración. Como ejemplos tenemos a Mercadante, con Orazi e Curiazi, Berlioz, con Los troyanos o Mascagni con Nerone, por citar algunos. Pero ya el objetivo sería distinto y el lenguaje musical también.

El personaje de Semirámide, (o Semíramis) estaría inspirado en la reina Sammuramat, pero como tal habría que considerarlo como un personaje mitológico, a la que se deben por ejemplo, los famosos Jardines colgantes de Babilonia.

La trama, sigue por tanto, algunos aspectos de su leyenda, pero quitándole el lado divino, que afirmarían ser hija de una diosa asiria.. El libreto nos cuenta una intricada trama de conspiraciones políticas, apariciones fantasmagóricas, un poquito de incesto y una tensión sexual no resuelta todo ello contado a través de una serie de arias, duetos, tercetos y finales in crescendo que no dejan indiferente y que hacen que el tiempo pase volando pese a ser una ópera de enorme proporciones.

Si bien hay bastantes personajes, en realidad los más importantes son sólo tres: Semíramide, Arsace y Assur. Hay que tener en cuenta que en esta ópera, el tema amoroso está en un segundo plano, ya que Arsace, si bien se supone que está enamorado de la Princesa Azema, apenas tiene contacto con ella, siendo el príncipe Idreno quien la consigue, y sólo como pretexto para darle al tenor sus momentos de gloria con dos magníficas arias. Azema, por su parte, sólo tiene un par de recitativos y participa en las escenas de conjunto, pero poco más. Su trama no es relevante, ya que lo importante es la lucha por el trono y vengar la muerte del anterior rey.

Si lo pensamos detenidamente, la historia se parece bastante a Hamlet, sólo que con menos muertos. También habría que señalar que el fantasma de Nino aparece ante todo el mundo, en medio de una celebración y no como en la obra de Shakespeare, que se le aparece a su hijo en un entorno algo más discreto. Aún así, hay elementos en el guión que la hacen especialmente interesante. Para empezar, nos encontramos con una posible relación incestuosa, ya que Semiramide se enamora de su propio hijo sin saberlo, aunque por fortuna no es un amor correspondido, ya que de haber sido así, la obra la habrían censurado. Luego nos encontramos con esa trama política sobre la ansia de poder reflejada en Assur y, añadiendo ese toque original dándole una escena de locura, la cual era casi exclusiva para las sopranos.

En cualquier caso y a nivel musical, tenemos a Rossini en todo su esplendor. Después de esa magnífica obertura, la ópera se inicia con una introducción, más propia de Meyerbeer que de Rossini, de amplias proporciones, y en donde todos los personajes hacen su aparición. También nos encontramos con los números fuertes, como la aria de entrada de Arsace, Eccomi afline in Babilonia (que se parece a la de Tancredi), la de Semiramide (Bel raggio lusingier) o las del tenor. En cambio, es curioso que en su día, los números que más gustaron al público no fueron éstos, sino los del conjunto, en concreto la Introducción y el Final del Acto I, así como el terceto del final del Acto II.

En definitiva, Semiramide es un título más o menos novedoso en su día, si bien en estos últimos años se ha podido ver de nuevo en los escenarios, no hace mucho en el Metropolitan de Nueva York y también en Europa Londres, Múnich o en Nancy (Francia), donde el contratenor Franco Fagioli, interpretó el papel de Arsace.

GRABACIONES


CD 

 


Esta grabación de Opera Rara es la más reciente y al parecer la única que incluye toda la música que Rossini compuso. Para mí es la grabación de referencia, aunque habría preferido a una voz algo más oscura para el papel de Semiramide, y a otro tenor para Idreno. Aún así, los que están hacen muy bien su trabajo y la calidad de sonido es excelente.


Por otra parte, esta grabación fue la primera y quizás a nivel de precio es más económica. Para los puristas quizás sea incluso mejor que la anterior, ya que el equipo de cantantes más legendario (Sutherland y Horne). En esta versión, hay diversos cortes, principalmente en los recitativos y han montando el final de manera que la obra tiene un final feliz, es decir, aquí Semiramide no muere y Arsace mata a Assur. Es otra opción, pero yo me quedo con la primera. 

DVD

 

A día de hoy, no tengo en mi colección ninguno de esta ópera, pero dado que he visto esta representación en Youtube, puedo opinar del montaje. Es feo hasta decir basta y musicalmente hablando, tampoco me pareció gran cosa. Así que en mi caso estoy esperando a que editen otro montaje mejor. De todas formas, para lo que sean completistas, éste es el más fácil de conseguir y tiene un precio más o menos asequible.

He tardado un horror en termianr esta entrad, pero es que no tengo demasiado tiempo libre, el Conservatorio me quita bastante tiempo (y la Play, tampoco voy a engañar a nadie que los videojuegos son mi otra gran pasíon) Así que nos vemos en la próximas entradas que no sé sobre qué ópera escribir, ya que he hablado de todas las más famosas... Estoy entre otro Verdi o Mozart.. no sé. Ya veré.

Hasta la próxima, que imagino que será el mes que viene.

sábado, 26 de septiembre de 2020

La reina olvidada: Semiramide, de Rossini I

Tras un largo descanso, vuelvo con un título algo desconocido pero que tiene su interés.

Semiramide es una ópera en dos actos con música de Gioachino Rossini y libreto de Gaetano Rossi, estrenada en el teatro de La Fenice el 3 de febrero de 1823.

Tiene una duración aproximada de 230 minutos (Tres horas y cincuenta minutos) 

 BREVES DATOS HISTÓRICOS 

Rossini empezó su carrera estrenando sus primeras óperas bufas en teatros venecianos y su primer gran éxito, Tancredi, lo obtuvo en La Fenice en 1813. Diez años más tarde, los empresarios de La Fenice encargaron a Rossini una nueva ópera, ya que la anterior que presentaron, Maometto II, no gustó al público por varias razones, pese a que Rossini había compuesto una obertura, un nuevo trío y un nuevo final feliz (prestado de su Donna del Lago). Rossini cobró cara su nueva obra, resultando la cantidad total la mitad del presupuesto que tenía La Fenice. Aún así aceptaron, y Rossini se reunió con el libretista Gaetano Rossi y lo invitó a su casa de campo en las afueras de Boloña para que adaptara la tragedia de Voltaire. Rossi, ya había trabajado con Rossini anteriormente y mantenía una relación de amistad con Meyerbeer, con quien trabajó en otra ópera con el tema de Semiramide, pero esa vez adaptó un libreto de Metastasio.

Rossini y Rossi tardaron unos 4 meses en completar la partitura. Esta vez, Rossini no recicló música de ningún trabajo suyo y el papel principal lo escribió para su mujer Isabella Colbrán, quien por aquel entonces ya no estaba tan en forma como en su etapa napolitana.

En el día del estreno, la ópera no cuajó mucho. Es decir, el primer acto fue recibido fríamente, pero el segundo gustó más. Semiramide llegó a tener 23 representaciones y en su momento y poco a poco fue haciéndose bastante popular. Y como la gran mayoría de las óperas de Rossini, al llegar el siglo XX cayó en el olvido. Actualmente, es una rareza. 

 

ARGUMENTO 

La acción transcurre en Babilonia, en la Edad Antigua. 

 

 ACTO I

Escena I: El interior del templo de Baal 

Una multitud espera en el templo a que la reina Semirámide anuncie quien será el heredero al trono. Entre ellos está el comandante de la guardia Assur, (bajo) y el príncipe Idreno (tenor lírico) ambos candidatos al trono y también aspirantes al corazón de la princesa Azema (soprano). En el altar, espera también Oroe el Sumo Sacerdote, (bajo) quien vigila la llama sagrada.

Entra finalmente Semiramide (soprano o mezzo-soprano), y está un poco preocupada porque su favorito, Arsace, a quien ha ordenado llamar aún no ha llegado. Cuando se acerca al altar la llama sagrada se apaga debido a un rayo y Oroe interpreta esa señal como una advertencia de los dioses por no haber sido expiados ciertos pecados. Este pecado, sería la muerte del anterior rey, Nino y esposo de Semiramide, quien hace quince años fue asesinado por su propia mujer con la colaboración de Assur y quienes también atentaron contra el heredero al trono, el pequeño Ninia.  

Todos abandonan el templo.

Poco después, aparece Arsace (contralto) quien ha vuelto victorioso de una campaña militar y que aspira también al corazón de Azema, a quien salvó la vida de unos bandidos. 


Lleva consigo un cofre que ha recibido de las manos de su difunto padre. Entre Oroe, y al ver el cofre, le comenta que en su interior hay recuerdos del difunto rey Nino y un pergamino que revelaría la verdad de su muerte. Arsace le entrega el cofre y Oroe se va. Entra Assur y discute con Arsace sobre Azema, ya que él también está interesado en ella. Arsace le dice que él está más interesado en su corazón que en el trono y Assur le amenaza con destruirlo.

Se van y llega Azema con Idreno. Azema está feliz por el regreso de Arsace e Idreno le pregunta si ella quiere casarse con él. Azema esquiva la pregunta, alegando que esa decisión le corresponde a la reina, pero de lo que está segura es que no se casará con Assur. Idreno aprovecha para declarase su amor. Cuando se queda sola, Azema declara que si no puede amar a Arsace, se conformará con Idreno. 

Escena II: Los jardines colgantes 

Las damas de la corte acompañan a Semiramide quien espera con impaciencia el regreso de Arsace, ya que ella está enamorada de él.

 

Entra Arsace, y le comenta las amenazas de Assur. También le dice que le será fiel hasta la muerte, pero que jamás servirá a Assur sí éste obtiene la mano de Azema y sube al trono.  

Semiramide, le agradece su lealtad y le tranquiliza asegurándole que Assur no se casará con Azema. Arsace, le comenta que el ésta enamorado, pero se lo dice de forma tan sutil que la reina cree que está declarando su amor, a lo que la reina corresponde con fervor. 

Escena III: El salón del trono junto al mausoleo del rey Nino 

La corte se reúne para escuchar el anuncio que va a hacer la reina. Semirámide, anuncia que el heredero al trono y su nuevo esposo será Arsace, mientras que la princesa Azema será la esposa de Idreno. Este anuncio, no es bien acogido por Assur ni tampoco por Arsace. De todas formas, justo cuando el Sumo Sacerdote va a a bendecir el enlace, aparece el fantasma de Nino y ordena a Arsace que él será rey, pero que antes tendrá que derramar la sangre de aquellos que lo asesinaron en su tumba.

 

En plena confusión, Semirámide ruega por su muerte y los cortesanos se preguntan quienes serán los regicidas. 

ACTO II 

 Escena I: Un patio del palacio 

Assur se reúne con Semirámide para comentar lo sucedido y ambos se echan en cara sus trapos sus sucios. 

Si bien es cierto que fue Assur quien envenenó al rey, fue ella quien preparó el veneno y se lo dio y si ella está en el trono es gracias a él. A pesar de todo ella, le recuerda que al final acabará siendo castigado por su futuro rey. 

Escena II: Interior del templo 

Arsace se reúne con los sacerdotes y Oroe le revela la verdad de su pasado. Arsace en realidad, Ninia, el legítimo heredero al trono e hijo de de Nino y Semirámide. También revela que el asesino del rey fue Assur. 


Arsace, decide tomar la espada de su padre y vengar su muerte, pero también ruega por el perdón de su madre. 

Escena III: Los apartamentos de Semirámide 

Azema está algo triste porque no puede casarse con Arsace, e Idreno reafirma su amor por ella. 


Ella lo acepta y se van al altar para casarse. Por su parte, Arsace se reúne con Semirámide y le revela que en realidad él es su hijo y su implicación en el asesinato de su padre. Semirámide le pide que la mate ahí mismo, pero él replica que a pesar de lo terrible de su crimen, sigue siendo su madre. La perdona y ambos se declaran su amor. Aún así, Arsace tiene que mantener la promesa que le ha hecho al fantasma y matar a Assur. Semirámide intuye que va a ver un baño de sangre. 

Escena IV: Un patio cercano a la tumba de Nino 

El crimen de Assur se ha hecho público y éste está decidido a matar a Arsace en el mausoleo.  

De pronto tiene una visión del fantasma de Nino que lo para y lo atormenta, pero se le pasa pronto y entra decidido a ejecutar su plan. Entre tanto, la guardia ha rodeado el mausoleo. 

Escena V: El interior de la tumba de Nino 

Semirámide entra en la tumba para rezar por su hijo. Entra también Arsace quien en plena oscuridad comienza a buscar a Assur. Éste, por su parte también hace lo mismo. Cuando se han encontrado, luchan y de pronto se escucha la voz del fantasma de Nino quien ordena a su hijo a que ataque. Arsace lo hace pero en vez de matar a Assur, a quien apuñala es a su madre, quien se había puesto en medio (supuestamente para salvar a Arsace. Finalmente, se hace la luz, Assur es apresado y Arsace comprueba con horror que ha matado a su propia madre. Intenta suicidarse, pero Oroe se lo impide.

  

Todos aclaman a Arsace como su nuevo rey.

lunes, 6 de julio de 2020

El eterno devate: Capriccio, de Strauss II

ANÁLISIS


¿Qué es más importante, la poesía o la música? Para su última obra, Strauss la catalogó como una conversación musical y en parte estamos ante eso, ante un gran debate que, además no tiene ni vencedores ni vencidos dejando al espectador la última palabra al respecto.

La idea de contar en el teatro los pormenores del teatro no era una idea nueva, ya que, como ya expuse en la entrada anterior, la inspiración vino de una ópera de Salieri y de Mozart, en un proyecto que el emperador José II a ambos compositores para unos festejos en el Palacio de Schönbrunn allá por el año 1786. Si bien en su día, gustó más la de Salieri, lo cierto es que en la actualidad ninguna de esas dos óperas se representan en la actualidad. También en el siglo XIX, un italiano, Donizetti, también escribiría una ópera bufa sobre el tema teatral (Viva la mamma!) e incluso el propio Strauss abordaría el tema del teatro dentro del teatro en su magnífica Ariadne auf Naxos.

Capriccio es una obra en la que no pasa absolutamente nada y sin embargo es interesante. Se podría considerar que es una comedia romántica, ya que hay dos hombres que se disputan el amor de una mujer y ésta no sabe por cuál decidirse. De forma metafórica, uno representa la música y otro la poesía... ¿Qué es más relevante a la hora de escribir una ópera? Depende del compositor. Para Wagner, lo primero era el poema y luego la música, para Mozart, era al revés. Hay casos en la que una música sublime puede tapar una poesía mediocre y otras veces encontramos canciones con una poesía bastante buena, pero musicalmente horrorosas (ahora mismo no me viene ningún ejemplo de esto, pero seguro que lo hay). Durante toda la ópera que se interpreta sin interrupción, asistimos a ese debate que la nobleza del siglo XVIII, la época favorita de Strauss, plantea. Volvemos a ver elementos que ya habíamos visto en Ariadne, como la figura del compositor, la compañía de ópera, o el número de los cantantes italianos como pasa en El Caballero de la Rosa. Esa escena, podría ser un guiño al bel canto, como también podría serlo el hecho que la escena final sean un largo solo de la soprano.

También es original la forma en la que acaba la ópera. Quizás, lo más lógico sería que La Condesa eligiera a uno de sus dos pretendientes, pero es mejor dejarlo así, para que el público imagine el desenlace. En mi opinión, es que a la Condesa le gusta amos,quizás por distintas razones, pero se ve incapaz de elegir. Y la unión perfecta de música y dramaturgia, la encontramos en la ópera, ya que es el género artístico que combina ambas disciplinas. Si eligiera a uno sólo, Strauss estaría dando al público un mensaje equivocado, pues estaría afirmando que la ópera sería esencialmente música o poesía... pero es que son ambas. La ópera puede ser una obra cómica, o dramática, que puede tratar temas tanto amorosos, como políticos, de terror, fantasía, mitológicos... todo es posible.

A pesar de no ser de las más populares, encontramos en Capriccio una música muy personal y de la más bella que ha podido componer Strauss. Desde la sugerente introducción, hasta la magnífica escena final, pasando por el soneto, o el pequeño ballet, la ópera tiene páginas muy bellas, pero no son melodías fáciles de retener. Y es porque Capriccio no es una ópera para todos los públicos, sino para sibaritas musicales.

En lo que a mí respecta, tuve la oportunidad de ver esta ópera montada en el Palacio Garnier de París y francamente la disfruté bastante. No es de mis preferidas, pero si la encuentro interesante. Si os interesa saberlo, para mí lo importante en la ópera es en gran parte la música, aunque entiendo que ésta necesita de las palabras para poder expresarse. Me explico: en una ópera tienes que contar una historia, qué pasa, a quién, en dónde y el porqué. Lo mismo pasa cuando se compone una banda sonora de una película. Aunque la música sea instrumental, ésta viene inspirada por las palabras. Luego en cambio, para una canción en concreto, puede ser lo contrario. Te puede surgir una melodía y luego, puedes buscar unas palabras que definan esa serie de sonidos que has creado... si pueden.

En resumidas cuentas, disfruten de la música, de la poesía y del arte en general. Esto es básicamente lo que Strauss nos invita a hacer. Y yo acepto esa invitación.


GRABACIONES

CD

El director alemán Karl Böhmn tuvo la suerte de conocer a Strauss en persona, así que sabía muy bien lo que quería. Esta grabación es fácil de encontrar, no es especialmente cara y tiene un reparto muy equilibrado, destacando a Janowtiz en el papel principal.

DVD

Actualmente, podríamos decir que la soprano americana, Renee Flemming es la mejor intérprete de Strauss. Como yo no entiendo mucho de técnica vocal, no puedo rebatir esa afirmación, pero sí estoy de acuerdo que se la ve muy a gusto en sus roles. La puesta en escena es magnífica y todo el reparto es sobresaliente.


Pues con esto termino por hoy. Feliz verano y bueno.. la próxima entrega creo que volveré con alguna obra desconocida del bel canto... o con Mozart. Ya veré qué se me ocurre.

viernes, 12 de junio de 2020

El eterno debate: Capriccio, de Richard Strauss I


Volvemos con otra entrega más y esta vez vamos a hacernos la siguiente pregunta, ¿qué es más importante, la música o la poesía? Eso mismo, también se lo cuestiona la protagonista de la siguiente ópera.

Capriccio es una ópera en un acto con música de Richard Strauss y liberto del propio compositor y Clemens Krauss, estrenada en el Teatro nacional de Múnich, el 28 de octubre de 1942.

Tiene una duración de 142 minutos (dos horas y 22 minutos aproximadamente).

BREVES DATOS HISTÓRICOS

La idea de esa ópera se remonta a 1935, cuando el libretista Stefan Zweig, con quien Strauss compuso Die schweigsame Frau (La mujer silenciosa), en un viaje a Londres, descubrió el libreto de una ópera olvidada de Antonio Salieri,llamada “Prima la musica, e poi le parole” y pensó que Richard Strauss podría hacer una ópera de ese mismo tema. Sin embargo, las circunstancias del momento complicaron las cosas, ya que por aquel momento los nazis estaban en su apogeo y Zweig era de origen judío, así que Zweig se quedó en Londres y dado que en Alemania estaba vetado, recomendó a Strauss a su amigo Jospeh Gregor. Con este autor, Strauss compondría tres óperas más Friedenstag (Día de la paz), Daphne y Der Liebe der Danae, (El amor de Danae), pero Strauss consideraba demasiado poético para tratar el tema de la ópera. Así que finalmente, decidió adaptar el libreto que Gregor habría preparado para ese proyecto y entre él y el director Clemens Krauss elaboraron el libreto final.

Strauss tenía 75 años cuando compuso la que sería su última ópera. La ópera gustó en su día y actualmente, como gran parte del trabajo de Strauss no se ve mucho en los teatros.

ARGUMENTO

La acción transcurre en una mansión a las afueras de París en 1775

En un salón de una rica mansión, un sexteto de cuerda toca la última pieza compuesta por Flamand (tenor).


Junto a él está su amigo Olivier, un poeta (barítono) y ambos admiran la belleza de la anfitriona, la Condesa Madeleine, una joven y bella viuda. Ambos están enamorados de ella y discuten un poco sobre la importancia de la música y las letras. Al terminar el sexteto, se despierta La Roche, un director teatral (bajo) y afirma la superioridad de la ópera italiana pese a sus libretos algo mediocres. Los tres hombres discuten sobre ello y salen del salón.
Poco después hace su aparición, Madeleine (soprano) acompañado de su hermano el Conde (barítono). A ella le ha encantado la música que ha compuesto Flamand y al Conde, la obra de teatro que ha escrito Olivier y en la cual actúa una actriz llamada Clairon y quien va a venir a la mansión para ensayar. El conde, le pregunta a su hermana quién de los dos pretendientes logrará su corazón.


Vuelve de nuevo La Roche acompañado de Flamand y Olivier. La Roche le comenta a la Condesa lo que tienen preparado para su cumpleaños al día siguiente: Primero se interpretará una sinfonía compuesta por Flamand, luego la obra de teatro de Olivier y por último una “gran acción teatral”, cuyo título es una sorpresa. También anuncia que participarán dos cantantes italianos, cosa que no agrada ni a Flamand ni a Olivier. Los tres vuelven a discutir, pero los interrumpe la llegada de Clairon (mezzo-soprano)
El conde la presenta y la actriz pregunta por el guión de la obra. Olivier aprovecha para presentar un soneto que será clave en la obra y que trata sobre el amor. Tanto el conde como Clairon ensayan el soneto y al terminar, Clairon se lo da a La Roche para que plantee la puesta en escena. Tanto ella como el conde se van a ensayar y entonces Olivier aprovecha para recitar el soneto a la condesa. Flamand, se sienta al clavecín y empieza a improvisar basándose en el soneto. Poco después, se va corriendo.

Olivier aprovecha para declararle su amor a la condesa y ella se siente muy conmovida, pero no le responde. Vuelve Flamand, y comienza a cantar el soneto, la condesa se queda impresionada. Por su parte, Olivier no le ha gustado, porque según él la música ha deformado sus palabras, pero la condesa no está de acuerdo. Discuten sobre el asunto y entra La Roche buscando a Olivier para que haga un corte en la obra que ha escrito. Se va con él y Flamand aprovecha ahora para declararle su amor a la condesa. Ella por su parte lo cita en el mismo lugar que se conocieron, la biblioteca de la mansión mañana a las 11 y allí se le dará una respuesta.

Poco a poco vuelven todos, meriendan y tiene lugar un ballet para entretener a los invitados. Siguen discutiendo de la importancia de la música y la poesía.



Llegan los dos cantantes italianos (un tenor y una soprano) e interpretan un dúo, el cual abre un debate sobre la coherencia de la música con la letra.


Al terminar, La Roche anuncia que la Gran acción teatral será en dos partes y que la primera tratará sobre El nacimiento de Pallas Atenea, lo que provoca la risa de los invitados y el cabreo del empresario. La segunda, tratará sobre la caída de Cartago. Entre tanto los cantantes asaltan el buffet y comen todo lo que pueden. La Roche finalmente se defiende y acaba por explicar su función en las artes, manifiesto que deja a todo el mundo de acuerdo. Finalmente, la condesa propone que para unir las tres disciplinas,lo mejor es que hagan una ópera cuyo tema será los acontecimientos de esta tarde. Todos aplauden la idea y poco a poco se van retirando, incluido al pobre repetidor, quien se ha quedado todo el tiempo en el teatro y nadie le ha rendido cuentas.

Los criados van recogiendo la merienda y preparando la sala para el día siguiente.


El mayordomo anuncia a la Condesa que Olivier se presentará mañana a las 11 en la biblioteca para saber cuál será el final de la ópera. La Condesa se queda sola, toca con el arpa el soneto y no sabe a quién elegir si la música o la poesía pues ambas están ligadas. Flamand o Olivier...


¿Cómo podría terminar la ópera sin ser trivial? ¿Cómo poder elegir, cuando la elección de un elemento implica la renuncia del otro? Mientras lo piensa.. el mayordomo le anuncia que la cena está servida.

Y así... termina la ópera.

domingo, 31 de mayo de 2020

Problemas familiares: I due Foscari de Verdi II


ANÁLISIS

Cuando vives en una ciudad pequeña no tienes mucho acceso a una amplia oferta cultural y si hablamos de ópera ya ni os cuento. Por eso, siempre me sorprendió que cuando en Cádiz se representa una ópera de Verdi, siempre echan las mismas. De la trilogía popular no salen (Rigoletto, Trovatore, Traviata), de cuando en cuando, Nabucco y Aida y una vez, la compañía itinerante que suele venir puso en escena un Ballo in Maschera y Macbeth.
No obstante, estamos ante un compositor que tiene en su catálogo 26 óperas y cuando ves siempre las mismas, te entra la curiosidad por las que no se representan. Y si bien es cierto que hay algunas que son bastante flojas, hay otras que son realmente interesantes, aunque no aporten nada nuevo a lo que otros compositores hayan hecho antes.

En este caso que nos ocupa I due Foscari sería de ese grupo. Aprovechando el confinamiento, he tenido mucho tiempo para poder escuchar música (y practicar yo mismo también) y he podido escuchar  todas las óperas de Verdi. Me parece una obra interesante por varios motivos.
Para empezar, la ópera rompe con el tópico de dar el protagonismo a la pareja tenor-soprano ya que aquí, el papel protagonista recae principalmente en el barítono. Esto no es nuevo, ya antes Donizetti compuso para París Marino Faliero (1835) y también trataba un tema similar. Verdi por su parte, se inspiró en el drama de Lord Byron basado a su vez en hechos reales para contar no sólo esa conspiración sino también reflejar las relaciones padre-hijo, tema que explotaría a lo largo de su carrera.

Pero ¿quienes eran los Foscari? Bien, el auténtico Franceso Foscari, fue un gobernante que tuvo Venecia en el siglo XV y estuvo en el cargo durante 34 años, siendo el dogo (o el Dux) que duró más tiempo.


Y sí, tuvo un hijo, el cual estuvo acusado de corrupción y cómplice de asesinato y lo condenaron al exilio hasta en tres ocasiones. Por tales eventos, Francesco tuvo que abdicar, su hijo moriría en el exilio y él una semana más tarde, aunque se celebró un funeral de estado. El antagonista de la ópera, Loredano, también se basa en un personaje histórico real, y al parecer era rival político de Francesco y también personales debido a la anulación de la boda de la hija de Foscari con uno de los hijos de Loredano.
Así de pronto y sin ninguna trama romántica de por medio, no parece que la tragedia de Byron fuera muy atractiva para hacer una ópera sobre ello, pero Verdi le vio un gran potencial para ponerle música. Piave supo adaptar bien la obra comprimiendo los cinco actos originales a tres y dejando lo esencial: el conflicto entre el personaje público y privado. Ya desde los inicios vemos que Verdi se interesa mucho por las relaciones paterno filiales y en este trabajo, son ellos dos precisamente los personajes que mueven toda la obra: Los dos Foscari; el padre y el hijo. El resto de personajes son un poco satélites que van rondando en torno a ellos, así Lucrezia (que en el drama de Byron se llama Marina) trata de interceder en vano para que absuelvan a su marido y Loredano, por su parte, lo que quiere es acabar con Francesco por haberle ganado en su día.

No obstante lo que plantea Verdi es hasta qué punto un personaje público puede separar su vida política de la privada. Francesco debe condenar a su propio hijo muy a su pesar, ya que la justicia debe ser imparcial para todos. Aún creyendo que sea inocente y siendo el hombre más poderoso de la república no puede hacer lo que él siente que sería perdonar y salvar a su hijo. Por su parte, a Jacopo le toca ser el desgraciado de la historia, un hombre inocente que se ve involucrado en asuntos turbios por ser hijo de quien es y que al final lo acabaría pagando obligándolo a dejar atrás lo que más quiere: su familia. Como buena obra romántica, el hombre moriría de pena, cosa que para ser un tenor es bastante original, ya que los tenores suelen tener muertes más violentas. Así mismo, el padre también fallecería más o menos de la misma forma de pena por sufrir tanta injusticia junta, la muerte de su hijo siendo inocente y su abdicación forzosa. Si bien es cierto que en la realidad no pasó en el mismo día, a efectos teatrales es mucho más dramático que pase así.

El resto de personajes apenas tienen relevancia. Lucrezia está porque toda ópera necesita un personaje femenino y también sirve como víctimas colaterales del conflicto principal. Cuando una persona tiene problemas con la justicia, no sólo los sufre el acusado sino también toda la familia. En cambio, Loredano, para ser un antagonista es bastante flojo, pues al comprimir el libreto no queda muy claro el porqué de tanto odio y tampoco tiene ningún aria en que lo explique tan sólo interviene en las escenas de conjunto.


A nivel musical estamos ante una obra puramente belcantista, pero ya en la última etapa. En este aspecto el que más gana es sin duda el tenor, pues dispondría de tres arias, (la del primer acto con la correspondiente cabaletta) y todas ellas abren los actos. También tiene su escena la soprano pero en esta ocasión es el barítono quien se lleva la mejor parte, destacando sobre todo el terceto del segundo acto y sobre todo la escena final. Nos encontramos ante una ópera de números cerrados y relativamente breve, lo cual facilita la escucha. El coro por su parte, también tiene una especial relevancia en la trama pues representaría a ese implacable Consejo (aunque yo en la entrada anterior, lo traté como Concilio) que hace atacar la ley de forma rigurosa. También como el pueblo, para dar algo de colorido local, como se puede oír en el principio del tercer acto entonando una barcarola. También vemos un pequeño intento de “leitmotiv” con Jacopo pues cuando sale el personaje la orquesta lo presente con un solo de clarinete.

Actualmente I due Foscari no es una ópera tan oscura como antes y ya no es tan extraño verla en los teatros. Poco a poco va tomando su hueco en los escenarios y si bien es cierto que no es tan redonda como las obras de madurez, no deja de ser una obra interesante.


GRABACIONES


CD


La única grabación que he escuchado es ésta de Gardelli, con Carreras en el papel de Jacopo y Cappucilli en el papel del Dogo. En lineas generales es una grabación muy equilibrada.

DVD

Curiosamente, en Dvd hay más donde elegir. Por mi parte, me quedo con esta representación del San Carlo de Nápoles con el genial barítono Leo Nucci (especializado en Verdi además) en el papel principal. La puesta en escena es la tradicional y también en general está bastante bien lograda.


Espero que os haya despertado un pelín la curiosidad por esta obra. La próxima entrega cambiaré de repertorio y me iré al alemán con una obra que plantea el siguiente debate: ¿qué es más importante en un ópera, la letra o la música?

Nos vemos.

viernes, 29 de mayo de 2020

Problemas familiares: I Due Foscari de Verdi I


Seguimos con una nueva entrega (y ya en plena fase de desconfinamiento) con un Verdi menos conocido. Bueno, en realidad ya todas las óperas de Verdi conocidas ya las he reseñado, así que ya todas las que comente serán las menos conocidas. Ésta en concreto la he vuelto a escuchar hace poco y me ha parecido interesante.

I due Foscari (Los dos Foscari) es una ópera en tres actos con música de Guiseppe Verdi y libreto de Francesco Maria Piave estrenada en el teatro Argentina de Roma el 3 de noviembre de 1844.

Tiene una duración aproximada de 105 minutos (una hora y 45 minutos).

BREVES DATOS HISTÓRICOS

La idea de adaptar el drama de Lord Byron "The two Foscari" para una ópera le vino a Verdi después de su gran éxito con su cuarta ópera en Milán, I lombardi en 1843. Tenía un encargo entonces para la Fenice en Venecia y Verdi propuso ese tema, pero dado que los descendientes de los Foscari aún vivían y la trama de la ópera no los dejaban en muy buen lugar, el teatro rechazó el tema. Así que Verdi se guardó el libreto para otra ocasión y para la Fenice compuso otra ópera (que sería su quinta, Ernani de la cual pues igual ya la comentaré en toro momento.)

Tampoco tuvo que esperar demasiado, ya que en 1844 poco después de estrenar Ernani en la Fenice, le vino un encargo para el Teatro Argentina de Roma. Verdi en un principio propuso una obra sobre Lorenzino de Médici pero ese tema no cuajó y como segunda opción volvió a presentar el libreto basado en el drama de Byron. Los romanos sí le dieron el visto bueno y así, Verdi presentó en noviembre de ese mismo año su versión del tema, cuyo libreto firmó Francesco María Piave. La ópera gustó, y durante un tiempo estuvo en repertorio aunque como la gran mayoría de las óperas del llamado período de galeras cayó en el olvido. Actualmente se suele ver en los escenarios, aunque no es muy frecuente.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Venecia, en 1457.


ACTO I

Escena I: Un salón del Palacio Ducal

El Concilio de los Diez está a punto de reunirse para discutir sobre un asunto en el cual un miembro del familia del Dogo está involucrado. El rival del Dogo, Loredano (bajo) entra con su amigo Barbarigo (tenor), ambos miembros del Concilio y  comentan que el Dogo ha iniciado la sesión muy tranquilo. Los dos senadores expresan su deseo de justicia y entran en la sala. Entre tanto, unos guardas traen a Jacopo, hijo del Dogo, (tenor lírico-spinto) el cual ha sido torturado en las cárceles.


A pesar de todo, Jacopo se alegra de volver a Venecia, pues ha estado mucho tiempo exiliado y expresa su odio hacia la injusticia y su deseo de demostrar su inocencia.

Escena II: Un salón en el Palacio de los Foscari

Lucrezia, la esposa de Jacopo, (soprano lírico-spinto) exige hablar con su suegro para interceder por su marido, pero sus sirvientes le piden que se calme.


Reza para que todo salga bien, pero no sirve de mucho, porque pronto llega su confidente, Pisana (mezzo-soprano) y le anuncia que su marido ha sido declarado culpable y condenado de nuevo al exilio. Lucrezia, se va furiosa.

Escena III. Un salón del Palacio Ducal

Debido a una carta que han interceptado al Duque de Sforza de Milán, Jacopo ha sido declarado culpable de asesinato pese a que él no ha reconocido los hechos y condenado nuevamente al exilio en Creta. Los senadores alaban la imparcialidad de la justicia veneciana.

Escena IV: Los apartamentos del Dogo


Francesco Foscari, Dogo de Venecia (barítono) se lamenta de ser la cabeza del gobierno ya que no puede proteger a su hijo de las calumnias de sus enemigos. Entra Lucrezia y le ruega a su suegro que haga algo, pero el Dogo le dice que la Ley se lo impide. Se echa a llorar y Lucrezia al ver su lágrimas piensa que aún hay esperanza.

ACTO II

Escena I: La prisión de Jacopo


Jacopo se lamenta de su suerte y tiene la visión de un fantasma que lo atormenta. Entra Lucrezia, se abrazan y ella le dice que pronto dictarán la sentencia. El sonido de una barcarola les anima. Se reúne con ellos el Dogo, y los tres se alegran de estar de nuevo juntos. Sin embargo, esa alegría dura poco, pues entra Loredano para anunciar a Jacopo que tiene que presentarse ante el Concilio para escuchar la sentencia e inmediatamente después partirá solo a Creta. Tanto Lucrezia como Jacopo se muestran furiosos, pero el Dogo los tranquiliza. Unos guardas llegan para llevarse a Jacopo.

Escena II: Sala del Concilio de los Diez

Jacopo oye su sentencia de exilio. Entra Lucrezia, acompañada de sus hijos y los tres se ponen de rodilla ante el Dogo para que cambien de parecer.


Barbarigo se apiada de ellos, pero los otros son implacables y exigen que Jacopo parta inmediatamente y solo. Jacopo siente que su muerte está cerca.

ACTO III

Escena I: La plaza de San Marcos


El pueblo celebra el carnaval. Poco después llega Jacopo, escoltado por los guardas. Después de despedirse de su mujer y de sus hijos, lo embarcan y se va al exilio.

Escena II: Los apartamentos privados del Dogo

Francesco se lamenta por lo sucedido. Entra Barbarigo con una carta de un tal Ezzio quien confiesa ser el único culpable del asesinato por el cual Jacopo ha sido condenado.

Francesco ve aquí una esperanza, pero es en vano, ya que entra Lucrezia y anuncia que su marido ha muerto en el trayecto. Por si fuera poco, entra Loredano y le dice al Dogo que dado los acontecimientos y su avanzada edad, lo invitan a dimitir de su cargo. El dogo se revela, pues en dos ocasiones había pedido él abdicar y las dos se la habían denegado. Es más le hicieron jurar que moriría siendo Dogo y como buen Foscari cumplirá su promesa. Pero el Concilio insiste y al final, el anciano cede.


Una vez que ha renunciado a su cargo, suenan las campanas de San Marcos anunciado al nuevo Dogo, Malipiero. Francesco muere y entre tanto Loredano escribe en un papel "Los Foscari me han pagado" y lo tira a su cadáver.


jueves, 9 de abril de 2020

Fiel a su fe: Poliuto/Les Martyrs, de Donizetti II


ANÁLISIS

Si hay algo a lo que a Donizetti no se le puede criticar es su gusto por historias con gancho y muy variadas. Lo mismo te escribía sobre la Inglaterra Medieval, de la España de la época de Al-andalus o en este caso de la época romana.

Poliuto se basa en la tragedia del francés Pierre Corneille, quien a su vez se basa en la vida de un santo mártir que existió, San Poliecto de Melitiene, general romano armenio que se convirtió al cristianismo. 


También tenia una esposa que se llamaba Paulina y tenía hijos (aunque en la ópera ese detalle lo omiten). Sin embargo, el mártir real no vio el fin de sus días en el estómago de un león hambriento sino que le cortaron la cabeza. Cosas que pasan, eran otros tiempos. Los romanos, que eran muy brutos. También el personaje de Nearco, está basado en un mártir real, San Nearco, quien corrió también la misma suerte. Es más, Nearco y Poliecto se consideraban “hermanos de afecto”, en otras palabras, que eran gays.

No obstante, la ópera no se basa en la vida real, sino en lo que escribió Corneille, una tragedia en cinco actos donde exalta la figura de Polyeucte, añadiendo además un triángulo amoroso y un choque de dos culturas distintas, la dominante que sería la romana y los paleo-cristianos, como nueva religión que poco a poco irían asentándose en todo el territorio. Cammarano hizo una gran labor de síntesis, reduciendo los cinco actos a tres, añadiendo además el personaje de Callistene, el sacerdote de Júpiter para realzar más el conflicto de las dos religiones, y cambiando el final, pues en la tragedia original, Félix después de la muerte de su yerno, se convierte al cristianismo, así como su hija y cesan los ataques contra los cristianos, mientras que Cammarano hace que Paolina se una con su esposo en el martirio, que además es mucho más espectacular y sanguinario que una simple decapitación.

Luego cuando ya vimos en el apartado de los datos históricos que Donizetti amplió la obra para París y convertirla en una grand-opéra, Scribe fue el encargado de ampliar el libreto. Las diferencias entre una y otra son notables:

Poliuto
Les Martyrs
Acto I: Escena 1

Escena 2
Acto I y Escena I del Acto II

Acto II: Escena II
Acto II: Escena 1
Escena 2
Acto III Escena 1
Escena 2
Acto III: Escena 1
No existe como tal
No existe como tal
Acto IV: Escena I
Escena 2
Acto IV Escenas 2 y 3

Como vemos una de las grandes diferencias está en la división del Acto I original en los dos primeros franceses. Para la versión francesa, Donizetti reescribió todos los recitativos, creó un final nuevo para el acto I, (al dividirlo en dos, se necesitaba un buen concertante para terminar el cuadro de las catacumbas, creó un ballet y añadió o suprimió arias de acuerdo al nuevo carácter que sufrieron los personajes. Aunque la historia es básicamente la misma, algunos personajes también presentan diferencias, salvo Nearco y Severo que son prácticamente iguales. Para facilitarme las cosas, voy a emplear los nombres de la versión italiana.

Poliuto: En la versión italiana, es un hombre celoso de Severo y cree que su mujer le es infiel con él, por tanto el arrebato de derribar los ídolos en el acto II es más el resultado de una crisis pasional que religiosa. En cambio, en la francesa, está más centrado a la devoción religiosa y en ningún momento se cuestiona la fidelidad de su mujer. Es por ello que en esa misma escena, mientras que en la versión italiana canta un reproche a su esposa, en la francesa recita un credo (y de ahí que Berlioz, que aparte de compositor era crítico musical, dijera que “Les Martyrs es un credo en cuatro actos

Paolina: El gran cambio significativo que hay en las dos versiones es que en la italiana, desde un principio siente admiración por los cristianos y por tanto que al final acabe por convertirse no resulta tan sorprendente, mientras que en la francesa pasa del rechazo del primer acto a la conversión final.

Felice: Apenas tiene participación en la versión italiana, mientras que en la francesa su papel es más amplio, teniendo además un rol clave en la trama, pues la orden de la persecución a los cristianos viene de él. Se podría decir que en la versión francesa es el antagonista por así decirlo, y a la vez el que más sufre las consecuencias de sus actos, pues acabaría perdiendo a su hija por ello. También cambia la tesitura pues pasa de ser un tenor en la versión italiana a un bajo en la francesa.

Callistene: En cambio, este personaje es más interesante en la versión italiana que en la francesa. Al tener una escena inédita en el acto III, vemos que en realidad es él el que mueve los hilos y por tanto sería el verdadero antagonista, haciendo alusión al control de las masas. Además parece que tiene un interés particular en perjudicar a Paolina, probablemente debido a un engaño amoroso, cosa que lo hace entrever la misa Paulina en el dúo con su esposo en el acto final. En la versión francesa, por su parte, no tiene peso, simplemente es el sumo sacerdote fanático que acata la ley tal cual y no parece tener ninguna motivación personal.

Pese a que estos personajes presentan diferencias, al final el mensaje final de la obra resulta ser el mismo, un canto a la libertad de credo y la libertad de pensamiento frente a un totalitarismo tanto político como religioso, mensaje que va muy del gusto romántico de la época en la que vivió Donizetti y por tanto se movía el bel-canto. Vemos en esta obra un choque de dos fanatismos religiosos: por un lado de los que matan a aquellos que no piensan como la masa y por otro de los que se rebelan contra el orden y dispuestos a morir por sus ideales. Este confrontamiento lo podemos ver claramente en las escenas de masas, donde el coro que representa al pueblo pide la muerte para los cristianos, mientras que los cristianos por su parte cantan alabanzas a Dios. Este final, es más espectacular en la versión francesa, pues la escena del martirio se hace pública mientras que en la italiana termina con la escena de la prisión, y con el trío protagonista, el matrimonio que se une en la muerte, y Severo que se ve incapaz de salvar al amor de su vida.

A nivel musical nos encontramos con una obra del periodo de madurez del compositor de Bérgamo. Seguimos con las fórmulas ya vistas en el estilo, un coro de introducción, la fórmula recitativo-aria-cabaletta, y también hay que señalar que una parte de la música (algún concertato que no he llegado a identificar cuál), correspondería a María de Rudenz, ópera que había compuesto para la Fenice de Venecia el 1838 y fue tal el fracaso que Donizetti ya no compondría más para ese teatro. Eso sí, el personal central sería el tenor, pero no por ello tenemos escena final de la prima donna como en el trabajo anterior, Roberto Devereux, sino que en este caso se cierra la obra con un gran ensemble.

Destacaría la obertura, que fue compuesta para la versión francesa ya que la italiana sólo disponía de una breve introducción, así como el aria de Poliuto del acto II, así como el concertato del final de ese mismo acto (o tercero, si nos vamos a Les Martyrs), en la versión francesa la entrada triunfal de Sévére (y todo el cuadro en general) y sobre todo, el impresionante final de la ópera en Mi Mayor cuando la pareja protagonista se dirige valientemente hacia su fatal destino.

A pesar de que hoy en día es una ópera que no se representa mucho, Poliuto es una obra que resulta muy actual hoy en día, pues no sólo existen todavía esos fanatismos religiosos por los que muere gente, sino que además en otros niveles (hinchas de fútbol, ciertos comportamientos en redes sociales en respuesta a cualquier tema) están también presentes y al final no conducen sino a crear crispación y malestar social. Si bien es cierto que está bien defender tus ideales, pero en absoluto imponerlos por la fuerza.

De esta obra aprendemos lo siguiente:

  • Hay que aprender a ser empático. No sabemos cuándo te puede afectar una situación que están sufriendo los demás.
  • La gente debe ser libre para creer en lo que quiera.

GRABACIONES

CD



No hay mucho dónde elegir, y a día de hoy no he encontrado grabaciones de estudio, así que me quedo con la más reciente que ésta con Carreras. Eso si, incluye la obertura de Les Martyrs, lo cual creo que es un plus. Además cuenta con el atractivo de Riccialieri como Paolina y Juan Pons como Severo. Para mí ésta sería la grabación de referencia.


De la versión francesa sólo hay ésta disponible y sin duda alguna la recomiendo. Lástima que la versión con el libreto ya está descatalogada, pero aparte de eso, a nivel musical todos están sobresalientes. Elder consigue mantener la tensión y además incluye toda la partitura completa, incluido el ballet.

DVD

De la versión francesa no hay todavía ningún montaje editado en DVD...Tampoco recuerdo que la hayan representado en los últimos 40 años salvo una versión en concierto con el motivo del lanzamiento de la grabación de Opera Rara. Habrá que esperar a que algún teatro se anime. De la italiana os propongo dos:


Este montaje de Glydenbourne no es que sea santo de mi devoción pero a nivel musical está muy logrado, destacando cómo no la pareja protagonista tanto Michael Fabiano como Ana María Martínez sobresalen en sus papeles. La puesta en escena es la típica que hacen este tipo de óperas con un decorado austero en un contexto que simula una sociedad fascista. Yo lo tomaría como referente.



Por otra parte, ésta es un tanto rara. Para empezar te mezclan el uniforme de los romanos con los fascistas, pero a pesar de eso se la trama se entiende bien. Sin embargo, Gregory Kunde en el papel titular no me termina de convencer, le noto la voz cansada como sin fuerza.
En fin, dejamos el tema de los mártires cristianos y me despido por hoy. Voy a recopilar material para la siguiente obra... que no tengo muy claro cuál va a ser, a ver qué se me ocurre.

Total no me voy a mover de casa... Nos vemos.