miércoles, 24 de octubre de 2018

La venganza ciega los sentidos: Sweeney Todd, de Stephen Sondheim II


ANÁLISIS

 "Escucha el cuento de Sweeney Todd"... con estos versos empieza una macabra historia que conocí gracias a la película de Tim Burton y que después gracias a que tuve la oportunidad de ver el espectáculo en directo en el Teatro de Châtelet pude entender su belleza.

Pero antes de empezar me gustaría comentar los orígenes del personaje. Sweeney Todd no es una creación original del autor Christopher Bond, quien hizo una obra de teatro inspirándose en él. El personaje, tal y como lo conocemos provenía de una serie de novelas de terror por entregas que se publicaban en Londres en la época Victoriana como los "Penny Dreadful" y la primera se llama "A Strings of Pearls" (El collar de perlas), cuyo autor es desconocido aunque se le ha atribuido a Thomas Prest. Se supone que el personaje está basado en un asesino real que supuestamente fue colgado en 1802, pero no hay indicios sobre ello, pero al parecer el mito de Todd está basado en una leyenda urbana parisina (L'auberge des Trois Rois) bastante antigua. 

En cualquier caso, este "hombre del saco" particular, no tenía ninguna motivación para matar que su propia locura y así quedarse con sus pertenencias, así que la gran novedad que aportó Bond (Chistopher, no James y perdón por el chiste fácil) fue darle un pretexto a la locura de Todd. Con eso elaboró un drama que en cierto modo, rinde un poco homenaje al Grand Gignol, un teatro francés de finales del siglo XIX y que cerró en 1962, donde se representaban obras de terror, cuyos protagonistas eran las clases más marginales de la sociedad, y en cierto modo fue el origen del Gore. Las obras del Grand Gignol era obras que duraban entre 20 a 40 minutos y muchas de ellas eran un crimen salvaje en directo, como por ejemplo una obra trataba de dos locas que le sacan los ojos a una tercera y después la matan reventándole la cabeza.

Pero más allá de toda la sangre que derrama Todd a base de cortar yugulares con su navaja, Sweeney Todd es ante todo una gran tragedia de un hombre que deja que el odio y la venganza le ciegue hasta perderlo todo. Tiene todos los elementos de las grandes tragedias clásicas de Shakespeare como Hamlet o Tito Andrónico, sobre todo esta última, donde también cocinan a parte del reparto, pero paradójicamente está llena de elementos cómicos, que recuerdan enormemente al Barbero de Sevilla, sólo que en su versión más gore. Lo vamos a ver más claro cuando analice a los personajes principales: 

- Sweeney Todd: Benjamin Barker, un hombre normal y corriente casado con una hermosa mujer y padre de una niña. Se obsesiona con vengarse contar el juez Turpin, quien abusando de su poder, lo exilia de forma injusta y cuando vuelve, se entera de que su esposa se ha suicidado por culpa del juez que la violó y encima ha secuestrado a su hija. En parte, recuerda a Edmond Dantès o El Conde de Montecristo, ya que es un exiliado, se hace pasar por otra persona para poder vengarse. El drama empieza cuando en el primer intento no le sale bien y al temor de haber perdido toda esperanza, se vuelve en el monstruo que conocemos y asesina sin ton ni son. Se acostumbra tanto a matar que al final no distingue entre el bien y el mal, y eso hace que acabe matando por accidente a su mujer, la Pedigüeña. Esto recuerda un poco a Rigoletto, pues su obsesión por la venganza hace que al final pierda a su hija Gilda. A Todd le pasa exactamente lo mismo, pero en su caso es mucho más terrible porque la mata él mismo, aunque lo descubre justo después de haber cumplido con su venganza y haber asesinado al Juez. También podemos ver referentes en la Tragedia Griega como en el mito de Edipo, en el cual de forma accidental el protagonista mata a su padre sin saberlo.

Cabe destacar que Todd como asesino psicópata es bastante atípico, pues asesina a hombres solitarios, en vez de mujeres o adolescentes, como estamos más habituados a ver en el mundo de los asesinos en serie, y además mata en una posición que es muy difícil de escapar porque estás totalmente a su merced, lo cual resulta realmente terrorífico. También juega con el temor de ser devorado por las bestias, o al consumir carne humana, pero de eso sabe mucho el siguiente personaje.

- La señora Lovett (Nellie Lovett): Lovett representa para mí la obsesión por el éxito sin importar los medios. Es quizás el personaje más codicioso de todos y el más egoísta, capaz de manipular a todos por su propio beneficio. Así pues, le oculta desde el principio a Todd que su mujer sigue viva quizás porque desde siempre ella también estaba enamorada de Benjamin Barker, y es a ella la que se le ocurre el escabroso negocio de cocinar a los cadáveres para reflotar el negocio, y cuando Toby lo descubre, no duda en avisar a Todd para que éste lo mate. Evidentemente, su final pues como bruja que es, acaba igual que la de Hansel y Gretel, quemada viva en su horno. Pero a pesar de todo no deja de ser un personaje cómico, pues todas sus intervenciones suelen estar cargadas de gran ironía y cuando describe su sueño (el número By the sea) más que romántico resulta grotesco. De hecho Sondheim (tal y como yo lo veo) quiere que veamos a Lovett como la desquiciada que es. A pesar de todo, cae bien, a mi no me importaría que me pasara la receta de sus pasteles de carne... claro que yo lo haría con carne de ternera no con la carne humana, que es mucho más difícil de conseguir.

- Johanna: Si estuviéramos ante una ópera del bel canto, Johanna sin duda sería el papel protagonista; la pobre muchacha encerrada que encima la van a obligar a casarse con su tutor mucho mayor que ella y que casualmente se enamora del primer joven guapo que se le cruza. ¿a quién os recuerda esto? A Rosina en el Barbero de Sevilla. Salvaguardando las distancias, porque Rosina tiene un papel mucho más activo, Johanna hace lo que puede, pues al fin y al cabo aquí es un personaje secundario, pero no por ello no menos importante. Es la princesa del cuento, que al final todo le sale bien, salvo que jamás conocerá a su padre pues cuando ve a Todd por primera vez ella está vestida como un hombre y está a punto de asesinarla, si no fuera por un golpe de suerte.

- Anthony: Si Johanna es Rosina, Anthony es sin duda, Almaviva. El joven enamorado, bueno de corazón que es capaz de ver lo bueno que hay en las personas. Por eso confía en Todd, y en absoluto se le pasa por la cabeza que él es un asesino sanguinario. En su inocencia, es el que desencadena el lado oscuro de Todd, pues de no haber llegado a la barbería en el momento oportuno, Todd habría matado al Juez a la primera y su venganza se habría terminado antes. Aún así no hay que culpar a Anthony de la locura del barbero. No deja de ser el "bueno" de la película.

- El Juez Turpin y su ayudante: Ambos representan el abuso del poder. Serían Don Bartolo y Don Basilio, pero sin ser tan cómicos. Son quizás los verdaderos malos del drama, pues nada de esto habría pasado si Turpin no hubiera violado a Lucy quien como consecuencia de ser violada, intentaría suicidarse, fracasando y convirtiéndose en una paria y una desquiciada. Al final ambos tienen lo que se merecen. Eso si, no se los come nadie. Igual habrían estado buenos.

- Toby y la Pedigüeña: Buscando un equivalente en la ópera... pues Toby podría ser Leporello, en Don Giovanni y la Pedigüeña... quizás Ofelia en Hamlet, ya que tanto ella como Lucy sufren un ataque de locura después de un gran trauma (aunque bueno, todas las heroínas belcantistas que se vuelven locas, es también por un golpe del destino duro para sus pobres almas). Pongo estos dos personajes en el mismo saco, porque ambos son víctimas directas e indirectas de la maldad de Todd y Lovett. Toby acaba enloqueciendo cuando se entera de la verdad y acaba convirtiéndose él mismo también en asesino, vengando la muerte de su adorada señora Lovett, por quien tenía más bien un cariño maternal que otra cosa. La canción que tiene con ella, (Not while I'm around) no es un dúo de amor de pareja propiamente dicho, sino más bien familar. Por su parte, Lucy, acaba siendo víctima de su propio esposo, que es incapaz de reconocerla porque está cegado de ira, pero cuando por fin se tranquiliza, ya es demasiado tarde.

Con un abanico de personajes, la obra resulta tremendamente atractiva, mezclando a la vez humor negro con una tragedia totalmente atroz que no deja a los espectadores ni un minuto de respiro, pues la tensión es constante. Esa tensión y ese humor lo notamos también a nivel musical. Realmente, es tremendamente interesante cómo Sondheim usa las disonancias (acordes que suenan tensos y desagradables  por explicar el término de manera simple) para expresar terror (los agudos femeninos en la Balada de Sweeney Todd, por ejemplo) o por ejemplo el uso de vals o música ligera para expresar los malvados planes de la Señora Lovett. El aspecto cómico lo vemos también por ejemplo en la rapidez del texto, por ejemplo la intervención de Pirelli recuerda mucho a las arias de bajo buffo que escribía Rossini.Así mismo, no es el típico musical donde sólo encontramos una serie de canciones pegadizas después de algunas escenas de diálogo. Es una de las pocas obras donde la orquesta está prácticamente sonando durante todo el tiempo, hay muy pocos tiempos en que está totalmente callada y los actores más que hablar, o bien están en un recitativo o bien están declamando el texto o cantando.  El coro por su parte, está también presente, tanto el prólogo como en el epílogo así como en algunos cambios de escenas que interpretan la Balada haciendo un poco un homenaje al tradicional coro que suelen aparecer en las tragedias griegas y que comentan la acción.

Por eso, no es de extrañar que la obra siga teniendo éxito y siga siendo fuente de inspiración para futuros artistas.

De la tragedia de Todd podemos aprender lo siguiente:

- La venganza no es una buena opción. A veces es mejor perdonar y pasar página.
- Está bien tener amigos que sepan cómo esconder un cadáver, pero recuerda también esto: Saben cómo esconder un cadáver. Así que mejor no dejes testigos.
- Si vas a un restaurante y te gusta el plato, creo que es mejor no preguntar por la receta. Hay cosas que es mejor no saber. O igual sí, nunca está de más conocer sabores nuevos; ¿habéis probado el cocodrilo? Sabe a pollo... ¡ahhh, cómo echo de menos mi cocodrilo de navidad! Era lo que que comía en Francia por esas fechas.
- Yo que vosotros me afeitaría en casa... nunca se sabe, o al menos ir a la barbería acompañado de alguien y aseguraros que sea una donde haya gente y veáis a los clientes entrar y salir.

GRABACIONES

CD 

Sin duda, la primera grabación que se hizo del musical es la grabación de referencia (Broadway 1979) ya que todas las demás dependen de los posteriores repartos. Aquí tenemos el reparto original y por tanto la grabación es magnífica. No tengo nada que comentar al respecto, todos los roles están muy logrados y saben mantener a la perfección las intenciones de Sondheim.

Éste fue el primero que compré y se corresponde al montaje que se hizo en Broadway en 2005. Tiene la particularidad en que los actores son a la vez la orquesta, con lo cual se podría decir que es una versión más íntima y de cámara por así decirlo. Un par de cellos, un violín, una guitarra, un piano... pocos instrumentos, pero el trabajo de orquestación es excelente, así como sus intérpretes. Casi me gusta más Patti LuPone (quien por ejemplo estrenó el papel de Norma Desmond en el musical de Lloyd Weber, Sunset Boulevard) que Lansbury para la señora Lovett. Yo disfruté mucho este cd, pero es mucho más fiel el primero. Además presenta algún que otro corte.

DVD

 Puesto que conocí el musical gracias a la versión de Tim Burton, la película no podía faltar en mi colección. Sin embargo, no hice intención de hacerme con la banda sonora, por un detalle: los actores principales. Cierto es que la orquestación de la película es sublime, pero ya que el teatro y el cine son dos medios de expresión distintos, hay números por ejemplo que no están presentes en la película como por ejemplo la Balada de Sweeney Todd, que está interpretada en su versión original o la escena en el que Todd explica a Anthony los tipos de peluca, es una escena dialogada en vez de una canción. También es muy loable la ambientación, pero lo peor que tiene esta película son los dos actores protagonistas. Ni Johnny Depp ni Helena Bonham Carter saben cantar. Entonan, pero no cantan, y claro en el aspecto musical chirrían un poco. Queda mucho mejor cuando Todd es interpretado por una voz mucho más grave y Depp no tiene esa voz.


Por otra parte, esta versión en concierto es mucho más recomendable, aunque ojo, no tiene subtítulos de ninguna clase, con lo cual si no tienes un buen nivel de inglés es jodido de entender. No es una versión en concierto al uso, si no que también incluye una labor de interpretación interesante. La orquestación es magnífica, y el reparto es de lujo.

Este dvd lo tengo encargado y aún no me ha llegado, pero se trata de la versión escénica grabada en 1982. Por lo que he visto en algunos vídeos del Youtube y que he utilizado en la entrada anterior, es lo más cercano a vivir la experiencia en directo, (yo la disfruté mucho en París) Cuando lo vea entero, ampliaré esta parte.

MENCIÓN ESPECIAL
 Si os gusta el metal sinfónico o el folk metal (o no lo habéis escuchado) esta banda es bastante interesante. Este álbum está inspirado en la película de Burton, y por tanto de forma indirecta también en el musical de Sondheim. El cantante principal de la banda, Rubén Kelsen, posee una voz de tenor bastante potente y resulta bastante agradable de escuchar. No es un álbum especialmente largo y no se hace en absoluto pesado. A mí me recuerdan a veces a Mago de Oz. Como curiosidad, os dejo un vídeo de uno de los cortes del disco:

 
Yo me imagino a Anthony y a Johanna.

Dejo por fin al barbero loco y me despido por hoy. Si celebráis el Halloween pues pasadlo bien, a mí es una fiesta que no siento que sea propia de mi cultura, así que para mí es un día normal. Nos vemos en noviembre, con una ópera de vaqueros. Así sin mas.

sábado, 20 de octubre de 2018

La venganza ciega los sentidos: Sweeney Todd, de Stephen Sondheim I


Hemos visto en muchas historias que obsesionarse con algo nunca trae nada bueno. Cuando esa obsesión la llevamos al extremo, puede que el resultado de nuestros actos no sea del todo beneficioso para nuestra alma. Eso fue lo que podría haber aprendido el protagonista de la obra de esta entrega.

Sweeney Todd, El barbero diabólico de Fleet Street (Sweeney Todd, the demom barber of Fleet Street) es un thriller musical en un prólogo, dos actos y un epílogo (o dos partes) con música de Stephen Sondheim y libreto del propio Sondheim y Hugh Weeler, estrenada en el teatro Uris (actual teatro Gershwin), en Broadway, Nueva York, el 1 de marzo de 1979.

Tiene una duración de 130 minutos apropximadamente (dos horas y diez minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

 En 1973, Sondheim viajaba a Londres para supervisar el montaje de uno de los musicales al cual él había compuesto la letra, Gipsy. Allí, asistió a una representación de la obra de teatro del escritor Christopher Bond, Sweeney Todd, El barbero diabólico de Fleet Street. Sondheim vio que la obra era un buen material para un nuevo musical, así que tan pronto se hizo con los derechos de la obra teatral, se puso manos a la obra. Pidió ayuda a Hugh Weeler para el libreto y parece ser que no le costó mucho.

Sondheim tuvo en mente al actor canadiense Len Cariou para el rol titular y para el papel de la señora Lovett convenció finalmente a Angela Lansbury para que interpretara el papel. Se estrenó con éxito y la obra ganó varios premios Tony en 1979 entre ellos el de mejor musical, mejor actor y actriz principal, y banda sonora. Cerró al año siguiente tras 557 representaciones y a partir desde entonces ha estado de gira y se ha podido ver en varias ciudades del mundo como Londres, Barcelona (traducida al catalán) Madrid, o en París (en versión original). En 2007, el director Tim Burton hizo una adaptación cinematográfica.

Actualmente se la considera el trabajo más operístico de Sondheim y para muchos su obra maestra.

ARGUMENTO

La acción transcurre en Londres, en el siglo XIX. 
Quisiera señalar que la clarificación de las voces es orientativa y que no tiene porqué ajustarse a la realidad. Así mismo, el Prólogo y el Epílogo están realmente integrados en el acto I y II, pero como son escenas que no aportan nada al transcurso de la trama principal, yo los trato aparte. En los musicales, todo se desarrolla en un escenario único que representan las distintas escenas, así que al describir la trama la trato como si fueran distintos cuadros, aunque no haya interrupción entre ellos.

PRÓLOGO
Un londinense nos presenta a Sweeney Todd, un temible hombre que tenía una barbería en Fleet Street y que asesinaba a sus clientes. El resto de londinenses, lo corean y lo describen. De pronto, sale Sweeney Todd del infierno y nos invita a que veamos su historia.

ACTO I

Escena I: Un muelle de Londres

Acaba de atracar un barco y en él se encuentra Anthony (tenor) un marinero que está maravillado de ver una ciudad tan enorme como Londres. Sin embargo, uno de los pasajeros no está tan contento de ver esa ciudad. Se trata de Sweeney Todd (bajo barítono) y tiene sus razones para odiar esa ciudad. Le agradece a Anthony que le haya salvado la vida. Mientras, una Pedigüeña (mezzosoprano) se les acerca para pedirles limosna, pero Todd la rechaza. Anthony le recuerda que él considera su amigo y le hace sabe que puede contar con él. Todd le comenta entonces que una vez en Londres vivía un barbero casado con una mujer muy bella y que otro hombre con más poder que él, se deshizo del barbero. Ignora lo que pasó con la mujer, pero no tiene muchas esperanzas. Se despide de Anthony, aceptando su amistad y le dice que si quiere buscarle lo encontrará en Fleet Street.

Escena II: La tienda de la Señora Lovett y el apartamento de arriba en Fleet Street.

Todd llega a su antigua casa, donde en el piso bajo hay una ruinosa panadería regentada por la señora Lovett (contralto) y trata de retenerlo ofreciéndole uno de sus pasteles de carne... sin carne; según ella los peores de Londres ya que no tiene dinero para comprar la materia prima. Todd le pregunta si hay un apartamento libre en el edificio y Lovett le enseña el suyo y le cuenta la historia de los antiguos inquilinos: Allí vivía un barbero casado con una hermosa mujer y tenían una niña. Sin embargo, un día el Juez Turpin se encaprichó de ella  y mandó al marido al exilio. Cuando se quedó la mujer sola, el juez trató de conquistarla en vano. Así, un día el ayudante del juez, el Alguacil, logra convencer a la muchacha (que se llamaba Lucy) a ir a un baile en su casa. La joven asistió, y en el baile de máscaras fue salvajemente violada. Luego se envenenó y desapareció. El juez, arrepentido por la culpa adoptó a la niña como suya, Johanna.


Al ver la reacción de Todd a la historia, Lovett lo reconoce como a aquel barbero, Benjamin Barker, aunque ahora prefiere pasarse por Todd. Ha venido a Londres en busca de venganza. Lovett le da para ello sus navajas con el mango plateado y le ofrece su amistad y su colaboración.

Escena III: La habitación de Johanna y el exterior de su casa.

Johanna (soprano) se encuentra sola encerrada en su cuarto con la sola compañía de los pájaros enjaulados y canta con ellos para entretenerse.


Desde afuera, Anthony la ve y se enamora de ella. Trata de contactar con ella y le canta una serenata. Sin embargo, el Juez y su ayudante, el Alguacil (tenor) los sorprende y los interrumpe. Entre tanto, pasa la Pedigüeña y Anthony le pregunta por la casa. Ésta le dice que es la casa del Juez Turpin y que la muchacha es su pupila, Johanna.


Anthony se propone sacar a la chica de la casa.

Escena IV: El mercado de Londres

Tobías, (tenor joven) está atrayendo la atención al público para que compren el milagroso elixir crece-pelo del gran barbero Adolfo Pirelli. Todd llega al lugar acompañado de la señora Lovett y cuando Tobby le da el elixir para que lo pruebe, él afirma que es un fraude, pues tan sólo es orín con un poco de tinte, creando así un revuelo entre los asistentes.

 

Aparece Pirelli (tenor) muy ofendido por la acusación y pregunta por la persona que difunde esas calumnias. Todd se presenta y lanza un reto a Pirelli afirmando que es capaz de afeitar más rápido y de forma más eficiente que él, apostándose sus navajas de plata. Toma al Alguacil que casualmente se encontraba por allí como juez y Pirelli acepta la apuesta. Gana Todd y Pirelli se retira. Todd anuncia a todos que encontrarán su barbería en Fleet Street e invita al Alguacil a un afeitado gratis.


Escena V: La casa del Juez Turpin

Turpin (bajo) se auto-flagela porque tiene deseos impuros con su pupila, ya que se parece mucho a su madre Lucy. Finalmente decide que lo mejor para no estar en pecado es casarse con ella. Se lo comunica a su pupila, pero la joven por razones evidentes no está de acuerdo con la propuesta.

Escena VI: La barbería de Todd

Todd espera impacientemente la llegada del Alguacil pero éste no llega. Lovett le dice que tenga paciencia. Entre Anthony y le cuenta todo lo sucedido con Johanna y sus planes para secuestrarla. Todd, decide ayudarle y le dice que puede contar con la barbería para esconderse si lo consideran necesario. Se van y entra Pirelli acompañado con Tobby. La señora Lovett se lleva a Tobby aparte y una vez solos. Pirelli deja de hablar con acento italiano y le dice a Todd que sabe que su nombre verdadero es Benjamin Barker, ya que lo ha reconocido por las navajas de plata ya que él fue un antiguo ayudante. Trata de chantajearle con avisar al juez, pero Todd no se deja intimidar y acaba por degollarlo. Esconde el cadáver.

Escena VII: La casa del Juez y el exterior.

Por su parte, Johanna y Anthony han logrado reunirse aprovechando que el Juez y el Alguacil están afuera e ultiman el plan para salir de allí. Ambos se declaran su amor. Aparte, el juez le comenta a su ayudante sus planes con casarse con Johanna y el rechazo de la joven.

El alguacil le propone que vaya a la barbería de Todd para así mejorar su aspecto.

Escena VIII: La barbería de Todd

La señora Lovett sube a la barbería y allí descubre que Todd ha matado a Pirelli. Coge su monedero. Poco después llega el Juez, para mayor alegría del Barbero. Lo sientan y se ponen a charlar, mientras Todd lo afeita.  Justo cuanto está a punto de degollarlo, llega Anthony anunciando sus planes con Johanna, lo que alerta al Juez. Enfadado jura no volver a pisar la barbería nunca más y se va. Todd, furioso echa a Anthony fuera y clama venganza contra toda la humanidad.


A Lovet le parece muy bien todo lo que Todd dice, pero a ella le preocupa cómo van a ocultar el cadáver de Pirelli. Todd propone que al anochecer lo llevará y lo enterrará en alguna parte pero Lovett propone que ya que la carne es cara, lo podría aprovechar para hacer sus pasteles de carne. Todd acepta la macabra propuesta.

ACTO II

Escena I: La tienda de la señora Lovett y la barbería de Todd


Han pasado algunas semanas y Toby está trabajando como camarero en el floreciente negocio de la señora Lovett: ¡Sus pasteles de carne son los mejores de todo Londres! La gente no para de comerlos. Según ella, el secreto está en una mezcla de hierbas... aunque en realidad es más bien la materia prima, pues Todd ha ideado un sistema por el cual lanza a todas sus víctimas desde su silla de afeitar hasta el sótano donde se encuentra el horno de la señora Lovett y una enorme picadora.


Mientras Todd va proporcionando materia prima, tanto él como Anthony se acuerdan de Johanna, y la Pedigüeña está asustada por el humo negro y el odor que desprende la tienda de la señora Lovett.

Escena II: El Apartamento de Lovett

Una vez finalizada la jornada laboral, Lovett se reune con Todd y le comenta sus planes de futuro, pero Todd no le hace mucho caso.


Anthony llega a la casa y comenta a Todd que ya sabe dónde está el paradero de Johanna: el Juez la ha encerrado en un manicomio. Todd ve entonces una nueva oportunidad para poder recuperar a su hija y vengarse del juez. Le dice a Anthony que se vaya al manicomio y se haga pasar por un fabricante de pelucas. Le hace repetir un par de frases técnicas para que resulte creíble y Anthony se va. Luego escribe una carta al Juez explicándole el plan de Anthony y lo cita para que los intercepte en su barbería. Manda a Toby a que le de el mensaje y Todd vuelve a su barbería para esperar al juez.

Regresa Toby de su mandado y se queda con la Señora Lovett a quien le confiesa que no se fía mucho del señor Todd, aunque le promete que la protegerá.


Toby descubre el monedero de Pirelli, lo que confirma sus sospechas de que éste ha muerto y que Todd lo ha asesinado.Para distraerlo, Lovett se lo lleva al sótano y le enseña el manejo de la picadora y lo encierra allí para que no moleste. Vuelve a la casa y llega el Alguacil, alertado porque los vecinos han empezado a quedarse del mal olor que origina la tienda. Lovett lo lleva a la barbería y allí Todd acaba por degollarlo y lanzando su cadáver al sótano. 
Por su parte Toby se come un pastel y descubre en él un dedo humano. Horrorizado descubre el secreto de la carne y logra escapar del lugar huyendo por las alcantarillas.

Escena III: La barbería de Todd

Lovett explica a Todd que Toby ha descubierto su secreto y se van para matarlo. Entre tanto, aparece Anthony que ha logrado rescatar a Johanna del manicomio y la pasea vestida de hombre. Se van a la barbería y al ver que no hay nadie, Anthony le dice que se quede allí mientras él va a buscar a Todd. Pronto Johanna escucha un ruido y se esconde. Entra la Pedigüeña, preocupada porque el alguacil no ha salido. La habitación le suena familiar y se pone a contar una nana, momento en el cual entra Todd. Al verlo, le pregunta si se conocen, pero Todd acaba por degollarla a ella también y mandando su cadáver al sótano. Poco después llega el Juez. Todd logra convencer que Johanna está a punto de llegar y logra sentarlo para afeitarlo. Lo logra y entonces confiesa que él es Benjamin Barker y por fin degüella al juez. Su venganza está por fin completa. Poco después Johanna sale de su escondite. Todd la sorprende, y está a punto de matarla para no dejar testigos pero oye un grito de la señora Lovett, lo que lo distrae y deja escapar a Johanna que se va corriendo de allí.

Escena IV: El sótano y el horno panadero.

Lovett se ha asustado porque uno de sus cadáveres se había movido y le había agarrado la falda. Ve el cadáver de la Pedigüeña y se asusta, y trata de echarlo al horno lo más rápido posible cuando la descubre Todd. Se ofrece a ayudarla y cuando el fuego alumbra su rostro, reconoce en la Pedigüeña a su esposa Lucy. Entones Lovett le revela la verdad, la joven trató de envenenarse, pero no lo consiguió y como efecto secundario se quedó en un estado de locura permanente. Le declara su amor y Todd acaba por empujarla al horno y quemándola así viva. Después se queda llorando el cadáver de su esposa. Entra Toby, en un estado de gran enajenación mental y al ver a Todd, sobreentiende que ha matado a la señora Lovett. Coge una de las navajas y degüella al barbero. Después se va a la picadora y se queda allí dándole vueltas a la manivela. En ese estado, lo encuentran Anthony, acompañado de Johanna y la policía.

EPÍLOGO


Tobías se dirige a la audiencia, repitiendo la balada de Sweeny Todd y cómo la venganza lo llevó al Infierno. Todd y la Señora Lovet se levantan, y tras corear la Balada, se despiden del público volviendo al Infierno de donde nunca jamás volverán.

domingo, 14 de octubre de 2018

El héroe destinado a hacer grandes cosas: Los Troyanos, de Héctor Berlioz II


ANÁLISIS

La literatura clásica ha sido siempre fuente de inspiración para muchos artistas y Berlioz tampoco fue una excepción. Antes que Berlioz, muchos otros compositores habían puesto música a la tragedia del abandono de Dido por Eneas, siendo el primer compositor Francesco Cavalli con su Didone (1641), aunque con un final feliz. Más fiel a Virgilio tendríamos la versión de Henry Purcell (Dido y Eneas, 1689), quizás la más conocida. También el poeta por excelencia de la ópera barroca italiana Pietro Metastasio compuso un libreto sobre el mismo tema, Dido abandonada, al cual pusieron música hasta en 76 ocasiones distintas a lo largo del siglo XVIII y principios del XIX (Pórpora, Vinci, Hasse, Piccini...)

El caso de Berlioz es un ejemplo de trabajar por el amor al arte. A los parisinos no le gustaba especialmente su música, sus otros intentos por hacer una ópera a su gusto habían fracaso, pero a pesar de todo y también animado por la buena acogida que tuvo su orario La infancia de Cristo, se animó a poner música a uno de sus textos que más le gustaban, la Eneida de Virgilio. Yo en cambio no me he leído la Eneida, pero trabajé algunos textos cuando estudiaba el último año en el instituto y me gustaba mucho traducir la poesía de Virgilio. La ópera, en cambio, no recuerdo bien cuándo la escuché por primera vez. Lo más seguro es que cogería el dvd de la biblioteca y lo pondría en casa y no le prestaría bastante atención. Hace un par de años, volví a hablar de ella, la volví a escuchar y me gustó especialmente.

A nivel argumental no es nada sorprendente, de hecho como todo el mundo con un mínimo de cultura clásica conoce la historia, por tanto Berlioz no tiene porqué dar tanta explicaciones o trata el libreto de tal manera que no haga falta que nos planteemos preguntas. Así, por ejemplo, cualquier conocedor de la mitología clásica, sabría que Cassandra está maldita por el dios Apolo por haberse negado a acostarse con él y éste, escupiéndole en la boca le dio el don de la clarividencia pero nadie creería ninguna palabra de lo que dice. Pero Por eso pese a ser el único personaje que es consciente del peligro (al igual que Laocoonte, que muere fuera de escena) no es capaz de detener lo inevitable.

Aparte hay que señalar que la Eneida tiene ese rasgo sobrenatural: La guerra de Troya no es un conflicto sólo de humanos, sino también de dioses que interceden en un bando u otro, (de ahí que los dioses partidarios de la destrucción de Troya, matan a Laocoonte para así facilitar el trabajo a los griegos). También hay que señalar el origen divino de Eneas: hijo de Afrodita (o Venus), diosa del amor y la belleza y Anquises, noble troyano. Esos detalles Berlioz los da por sentado pero también porque en el fondo no le interesa tanto centrarse en el aspecto sobrenatural del relato sino en la reacción dramática de los personajes. Así, enfatiza la trágica decisión del suicido colectivo de las troyanas con Cassandra al frente (que a nivel personal me encanta esa escena) o los sufrimientos y las tribulaciones que sufre Eneas por tener que cumplir una misión divina en vez de seguir a su corazón que sería quedarse con Dido.

Pese a ser una obra tremendamente coral y con una cantidad enorme de personajes que tienen su momento de gloria, en realidad la ópera consta de tres personas que llenan toda la obra: Eneas, Cassandra y Dido. Obviamente,el único que está presente en todos los actos es Eneas, lo que hace que esta ópera sea un reto para el tenor dada la longitud de la misma, aunque no está presente todo el rato. En cambio, los dos roles femeninos están divididos, aunque en la mente de Berlioz estaba pensado que una misma mezzosoprano cantara los dos: Cassandra inunda los dos primeros actos (y como fantasma en el quinto) y Dido los tres restantes. La relación entre Eneas y Cassandra es nula, en el primer acto coinciden en escena pero no intervienen directamente. Dido por otra parte, es el gran amor de Eneas, pero es un amor condenado al fracaso por enamorarse de un hombre que no puede estar con ella.

Sin embargo, Cassandra y Dido no son tan diferentes como parece. Ambas sufren de un amor trágico, ya que Corebo muere en la toma de Troya y Cassandra prefiere suicidarse antes de ser violada por los griegos. Dido por su parte, en cierto modo también se suicida por honor, ya que ella había jurado honrar la memoria de su difunto esposo, cae enamorada de Eneas, pero después que éste haya consumado ese amor, la abandona, por tanto ha deshonrado a la memoria de su marido para nadas. Ambas mueren en una escena épica, y ambas hacen una última profecía antes de morir. Sin embargo, las dos son la cara y la cruz de una misma moneda: Mientras que Cassandra en plena destrucción lanza una profecía de esperanza, para luego en un acto heroico suicidarse como desafío a los griegos, Dido lanza una profecía fatal para Cartago, se suicida como un acto puramente egoísta y la obra termina con una maldición. Cassandra predice el comienzo de una nación poderosa y Dido predice su final.

Con todo ello, Berlioz, gran aficionado a la literatura clásica compuso una enorme ópera que en un principio podía haber tenido éxito pues era un tema histórico, tenía valores románticos que gustaban en la época como un amor a la patria, personajes sumamente trágicos, numerosos ballets, una gran escenografía y grandes escenas de masas. Vamos, lo que Meyerbeer hacía. Pero sin embargo Berlioz no tuvo tanto éxito. La razón primordial se debe a dos factores:

- Berlioz no tenía un club de fans: Si bien había intelectuales que sí le gustaba el trabajo, el resto del mundo no entendía bien su música. Sí que es cierto que algunos trabajos sí gustaron en la época, pero por lo general no. Así que ir a ver un espectáculo de más de 4 horas de alguien que no va a gustar no era una idea muy atractiva para la gente.

- El tema no interesaba: Todas las grands-opèras, tenían en común un contexto histórico, que abarcaba desde la Edad Media hasta el siglo XVI, más o menos y se desarrollaba en Europa. En cambio, Berlioz propone un tema mitológico, algo que ya la ópera barroca había explotado hasta la saciedad. Es como actualmente en el cine, que lo que más taquilla produce son las películas de superhéroes y en estos momentos un western o una película de romanos igual no gusta tanto, al no ser que tengas un equipo de actores que atraigan al público o sea dirigida por un director que guste. Pues bien, ni Berlioz tenia ni uno ni lo otro.

Pero no por ello no hizo un mal trabajo en absoluto. Precisamente, por haber sido un trabajo en el cual él puso todo su empeño, es una obra realmente impresionante, no especialmente difícil de escuchar con melodías, que el tiempo poco a poco ha sabido poner en su lugar pese al elevado coste de producción. Como siempre pasa, parece que debe ser los extranjeros los que saquemos a valer el patrimonio de los otros. En el caso de Berlioz, fueron los primeros los alemanes y los ingleses en darse cuenta del gran valor de la obra pues en París, la primera producción completa de los Troyanos llegó en el siglo XXI, concretamente en 2003 y para 2019, vuelven otra vez a montarla.
 

¿Qué podemos sacar en claro de esta obra?

- No todo trabajo que tiene éxito significa que sea de calidad. Lo comercial no siempre es lo mejor artísticamente.
- Hay que valorar todas las opiniones y todos los puntos de vista, por muy absurdos que sean. Igual hasta tienen razón.
- Si te dan un regalo, pide el ticket de devolución por si no te gusta.

GRABACIONES

CD

Los Troyanos no dispone de una gran variedad de grabaciones, así que mi elección ha sido la más reciente que ha salido al mercado, con equipo de cantantes franceses, salvo Dido interpretada por la genial Didonato y Eneas, interpretado por el tenor Michael Spyres, quien tiene buena experiencia en los papeles heroicos franceses, pues también lo encontramos en la grabación de Donizetti, Les Martyrs, ópera que trataré en un futuro. La dirección es bastante sólida y el sonido es bastante bueno.

DVD

Tampoco en dvd hay mucho donde elegir pero tampoco es necesaria una gran variedad. En concreto, yo me decanté por la puesta en escena de David Mcvickar que hizo en la Royal Opera House ambientádola en el siglo XIX, más o menos. Una puesta en escena muy buena, bastante coherente con la historia. En el aspecto musical, tenemos Bryan Hymel, tenor especializado en la ópera romántica francesa, Anna Caterina Antonaci como una magnífica Cassandra y Eva-María Westbroek como Dido. La dirección de Pappano es correcta.

Dejamos el mundo de la grand ópera francesa y vamos a dar un salto a Broadway. Como dentro de poco es la Víspera de Todos los Santos (el famoso Halloween), voy a hablar de una historia sobre un barbero sediento de sangre. Eso me recuerda que tengo que ir a la peluquería, menos mal que en mi barrio hay muchas y de momento no hay ninguna regida por un barbero psicópata. Menos mal que yo me afeito en casa.

Nos vemos.

viernes, 12 de octubre de 2018

El héroe destinado a hacer grandes cosas: Los Troyanos, de Héctor Berlioz I


Si hay algo innato en todo ser viviente es el espíritu de supervivencia. Y es normal que en tiempos de crisis, o de guerra, hagamos todo lo posible para sobrevivir. Empezar de cero es difícil cuando lo has perdido todo, pero mientras estés vivo habrá esperanza. De esto podría ir la ópera de esta entrega.

Los Troyanos (Les Troyans) es una ópera en cinco actos con música y libreto de Héctor Berlioz estrenada parcialmente en el teatro Lírico de París, el 4 de noviembre de 1863 y completa, pero en dos sesiones consecutivas en el teatro Principal de Karlsruhe el 6 y el 7 de septiembre de 1890.

Tiene una duración aproximada de 235 minutos (casi cuatro horas).

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Berlioz no fue un compositor que tuviera mucha suerte en el campo de la ópera. Su primer intento, Benvenuto Cellini (1838) no gustó en absoluto y tampoco lo tuvo su segunda ópera, una de sus obras más conocidas, La condenación de Fausto (1846) así que para su siguiente trabajo quiso hacer una gran producción. A Berlioz le apasionaba la obra de Virgilio, La Eneida, y vio que allí había un buen material para su nueva ópera. El resultado fue una enorme obra en cinco actos con escenas de ballet incluido, tomando como base el libro II para los dos primeros actos, donde narra la caída de Troya y los libros I y IV para el encuentro entre Eneas y la reina Dido en Cartago para los otros tres actos. Primero elaboró el libreto entre abril y junio de 1856 y casi al mismo tiempo empezó con la música. Lo primero fue el dúo del acto IV de Eneas y Dido, luego pasó al primer acto, para luego volver a pasar al IV. Terminó de componer la partitura el 12 de abril de 1858, aunque un año más tarde añadiría un pequeño dúo cómico al acto V, así como otros pequeños retoques. En 1861, Berlioz trató de venderla a la Ópera de París para su representación, pero entre que no se llevaba muy bien con los directivos y que ya habían invertido mucho dinero en Wagner con su Tannhäuser y ésta no tuvo mucho éxito, tampoco querían arriesgarse.

Por tanto, Berlioz se quedó con las ganas. Pero entonces, el director del teatro Lírico Léon Carvalho, le propuso que la estrenara en su teatro que además tenía un nuevo edificio (el actual Théâtre de la Ville en la plaza de Châtelet en París), Berlioz aceptó, aunque bueno las cosas no salieron como a él le habría gustado. Para empezar, la obra era realmente larga y Carvalho la dividió en dos óperas distntas. Así, los dos primeros actos, pasaría a ser una nueva obra en tres llamada La prise de Troie (La toma de Troya) y los otros tres formarían una nueva ópera en cinco actos llamada "Les troyans à Carthage" (Los troyanos en Cartago), ala que se le añadió un prólogo. Fue ésta la que se estrenó finalmente en 1863 con un éxito relativo. Hubo críticos que la alabaron y otros que pensaban que era un puto mojón.

Así que Berlioz se tuvo que conformar que ver parte de la obra, ya que en vida jamás vio montado los dos primeros actos y la otra parte sufría algún que otro corte. Años más tarde y con el compositor ya fallecido, hicieron una versión en concierto de La toma de Troya, pero la versión escénica tendría lugar en Alemania, en Kalrsuhe en 1890 y en dos noches consecutivas por problemas de logística. A partir de ese momento, ya empezaron en algunos teatros alemanes sobre todo, a montarla entera aunque con bastantes cortes. En realidad, el primer montaje de la ópera tal y como Berlioz lo había pensado llegó realmente tarde, en Londres, cantada en inglés y en 1947. A partir de entonces, ya se empezó oficialmente a representar los cinco actos, pero pese a todo no es una obra que se vea frecuentemente en los escenarios.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Troya y en Cartago, en tiempos mitológicos.

ACTO I
El campamento abandonado de los griegos a las afueras de Troya

¡Por fin! Después de diez años, parece que la guerra entre los troyanos y los griegos ha llegado a su fin.Los ciudadanos expresan su alegría por poder salir tranquilos de la ciudad. 

 

Bueno, no todos. Cassandra, hija del rey Príamo y antigua sacerdotisa de Apolo (mezzosoprano o contralto) no está segura del todo y piensa que los griegos traman algo. Entra su amante Corebo (barítono) que la tranquiliza y le aconseja que olvide sus sospechas. Para celebrar el acontecimiento, suena una marcha y aparece Eneas liderando el ejército, así como su padre Anquises con los niños, el rey Príamo y Andrómaca, la viuda de Héctor, valiente héroe muerto a manos del general griego Aquiles (y que éste fue después asesinado por Paris). Entre tanto Eneas se va y se celebran los funerales por los fallecidos. 

Poco después, aparece Eneas (tenor dramático) anunciando que ha ocurrido algo terrible. Los griegos han dejado en la playa un enorme caballo de madera a modo de regalo para los troyanos. Sin embargo, el sacerdote Laoconte ha aconsejado a los soldados de no meterlo en la ciudad y de prenderle fuego y justo cuando él mismo iba a hacerlo, ha sido devorado por dos serpientes marinas. Todos los demás piensan que Laoconte ha sufrido un castigo de los dioses por ser desconfiado, aunque Cassandra no lo tiene muy claro.

 

Eneas sugiere que hay que meter al caballo dentro y dejarlo al lado del templo de Atenea (o Minerva) para así no ofender a los dioses. Todos se van para la ciudad en una solemne procesión. Mientras mueven el caballo, se oye un ruido metálico del interior, lo que confirma las sospechas de Cassandra: El caballo es en realidad una trampa de los griegos y allí están escondidos. Intenta avisar a los suyos, pero nadie le hace caso. Sólo ella es conciente de que la caída de Troya es inminiente.

ACTO II

Escena I: Los aposentos de Eneas

Mientras Eneas está descansando, se le aparece el fantasma de Héctor (bajo) y le ordena que se vaya de la ciudad porque está siendo asaltada por los griegos. Así mismo le dice que está destinado a fundar una gran nación que dominará el mundo, así que le dice que vaya a Italia donde le espera su destino. Entra un soldado, Panteo (bajo) y le cuenta que los griegos estaban escondidos en el caballo. Al anochecer han salido y han invadido la ciudad, asesinando al rey Príamo. Ascanio, hijo de Eneas (mezzosoprano) entra y confirma que el palacio real está en llamas. Todos afirma que pelearán por Troya hasta la muerte y se encomiendan a dios de la Guerra, Marte (o Ares).

Escena II: Salón del Palacio de Príamo

Las troyanas se han reunido y no saben qué hacer. Cassandra anuncia que pronto ella se reunirá con Corebo, quien ha fallecido y convence a las demás que la mejor forma de salvar su honor y su honra es a través de la muerte, de lo contrario sufrirán un tormento a manos de los griegos. 

 

Salvo un grupo de mujeres, que no está por la labor y huye, el resto apoya a Cassandra. Entran los griegos y Cassandra delante de ellos se burla y se apuñala. Las otras siguen su ejemplo y mientras los griegos ven atónitos la escena, Cassandra exhala su último aliento gritando ¡Italia!


ACTO III
Salón del trono de la reina Dido en Cartago


Los cartagineses alaban a su reina Dido, que en tan sólo siete años ha logrado fundar una nueva y próspera ciudad después de que hubiera huido de su Tiria natal.

 

Dido (mezzosoprano) está agradecida a su pueblo y los anima a que la sigan apoyando en el caso de que el rey de los Númidas, Jarbas, amenace sus tierras. Todos juran proteger a la reina Dido, y los distintos gremios profesionales le rinden tributo.

Una vez finalizado la celebración, Dido se queda a solas con su hermana Ana (contralto). Ésta la anima a volver a casarse, pero Dido le dice que permanecerá siempre fiel a su esposo muerto, Siqueo. Poco después entra Yopas, el poeta de la corte (tenor) e informa que acaba de atracar en sus costas una flota extranjera. Dido le dice que les haga pasar y se presenta Ascanio, con el tesoro de Troya, acompañado de su padre disfrazado de marinero  y de Panteo. Ascanio cuenta lo sucedido y Panteo le dice que el destino de su líder es encontrar Italia y fundar una nueva ciudad allí.


Dido les ofrece su amistad y entonces sucede algo terrible: Narbal, ministro de Dido (bajo) entra y anuncia que Jarbas está atacando los campos y están de camino a la ciudad. Eneas, se descubre y le ofrece a Dido su colaboración. Dido acepta y los troyanos parten junto a los cartagineses a defender el territorio.

ACTO IV

Escena I: Un campo (La caza real y la tormenta, pantomima)

Para celebrar la victoria de los cartagineses contra los númidas, Dido invita a Eneas una cacería. Sin embargo, una tormenta obliga a Dido y Eneas a buscar refugio. Allí se hacen amantes. Afuera, las ninfas y los sátiros bailan y se oye una palabra: Italia.

Escena II: El jardín de Dido en su palacio

Ana se encuentra feliz por ver a su hermana de nuevo enamorada, aunque a Narbal no le hace mucha gracia porque ve que la Reina está un poco dispersa últimamente. Llega, Dido acompañada de Eneas, Yopas, Ascanio y demás y para entretenerlos se organiza un ballet.
Después, Dido le pido a Yopas que cante algo y éste acepta, pero la reina se aburre y pide a Eneas que le siga contando su historia y lo que le pasó a Andrómaca. Eneas obedece y poco después todos van dejando a la pareja sola.


La pareja se declara su amor de forma metafórica y se van juntos. Entonces aparece Mercurio, quien recuerda una vez más a Eneas su destino. Italia.

ACTO V

Escena I: El campamento de los troyanos en la orilla

Hilas, un soldado (tenor) canta añorando su tierra. Otros pocos están un poco desilusionados por tener que irse, ya que no viven mal en Cartago, pero tampoco quieren hacer enfadar a los dioses. Entre tanto, aparece Eneas quien ya ha ido escuchando las voces de los dioses que debe cumplir con su misión.

 

Para mayor presión, se le aparecen los fantasmas de Héctor, Cassandra, Corebo y Príamo que le piden que se vaya. Finalmente, Eneas acepta su destino pese a que le hará un enorme daño a Dido. Así que decide irse a escondidas. Sin embargo, Dido lo encuentra y al darse cuenta de que la va a abandonar, lo maldice, pese a las excusas de Eneas de querer ser fiel a los dioses.

Escena II: La habitación de Dido

Dido le pide a su hermana Ana que busque a Eneas y que le convenza de que se quede y renuncie a su misión. Su hermana se siente culpable de haberla animado a volver a enamorarse, pero Dido le contesta que en realidad Eneas jamás la ha amado ya que de haberlo hecho, habría desafiado a los dioses. Ana se va, pero pronto Yopas anuncia que los troyanos se han marchado. Enfurecida, Dido ordena que monten una pira para quemar todos los regalos que se ha hecho los troyanos mutuamente. Luego ordena que la dejen sola.

 

Dido decide acabar con su vida, pero antes se despedirá de su bella Cartago.

Escena III: Los jardines de Dido

Se ha montado una pira funeraria donde se hallan diversos objetos, entre ellos la espada de Eneas. Ana y Narbal maldice a Eneas y los sacerdotes rezan a Plutón. Dido entra, toma la espada de Eneas y profetiza que habrá un héroe, Ánibal, que la vengará.

 

Dicho eso, se apuñala. Mientras agoniza, profetiza el final de Cartago y con un último aliento tiene una visión de la civilización romana. Con esas palabras: Roma, inmortal, la reina muere y todo su pueblo maldice a Eneas y a toda su estirpe.



viernes, 5 de octubre de 2018

La intorencia religiosa: Los Hugonotes, de Meyerbeer II



ANÁLISIS

Los Hugonotes es una obra realmente compleja. Para entenderla bien, primero voy a explicar por encima el hecho histórico de la matanza de San Bartolomé, para después comparar cómo Meyerbeer su equipo de libretistas se basan en ese hecho parar crear lo que en apariencia, es una trágica historia de amor.

La matanza o la masacre de San Bartolomé tuvo lugar principalmente en París, aunque en días posteriores se extendió por otras ciudades francesas, la noche del 23 al 24 de agosto de 1572. Fue el resultado de una decisión del rey Carlos IX por consejo de su madre, Catalina de Médici y no tanto por motivos religiosos sino políticos.

Por aquel entonces Francia sufría una serie de guerras de religión. Dos años antes del trágico suceso que nos ocupa, se había firmado la paz de la Tercera Guerra de Religión (1570) en unos términos que no convencieron a ninguno de los bandos afrentados, los católicos y los protestantes. El término "hugonote" es un término despectivo que los católicos les pusieron a los protestantes franceses que seguían la doctrina calvinista y parece ser que deriva de la palabra "Hugues" haciendo referencia al rey Hugo Capeto, ya que en la primera Guerra de Religión, los protestantes decían ser descendientes de este rey.

La casa real francesa en un principio intentaba alcanzar un punto medio en el que las dos religiones pudieran convivir. De ahí la boda entre la hermana del rey Margarita de Valois (católica) con el rey protestante, Enrique de Navarra. Sin embargo, nadie estaba de acuerdo con esta boda, ni siquiera el Papa. La capital era fuertemente antihugonote, aún no tenían superado las consecuencias de las tres guerras de religión y denunciaban el derroche y el gasto que supondría una boda de ese calibre.

Para complicar más la situación, el Almirante Gaspar de Coligny era el líder del partido protestante. Sufrió un atentado y lo peor de todo es que el rey Carlos IX le tenía mucha estima, lo que provocó los celos de su madre. A consecuencia de ese atentando, los protestantes irrumpieron el palacio pidiendo justicia. Temiendo que eso podría provocar una nueva Guerra, Catalina de Médici sugirió que los protestantes deberían desaparecer. y apoyada por los consejeros católicos, forzaron al rey a tomar la drástica orden de matar a los líderes protestantes... sólo que la cosa se fue de madre y mataron a todo aquel que procesara la religión, incluido a Coligny a quien lo apuñalaron en su casa y luego tiraron su cuerpo por la ventana. Se calcula que murieron aproximadamente unas 3000 personas asesinadas esa noche.

Con este contexto, Meyerbeer nos presenta una historia que, básicamente es un Romeo y Julieta, un amor entre un protestante y una católica que reaccionan ante un serie de hechos que son incapaces de controlar pero que son provocados por una mezcla de un malentendido y el fanatismo religioso. O al menos así lo pinta el libretista Scribe.

Según vemos, el culpable de todo es Raoul por sacar conclusiones antes de tiempo y rechazar públicamente a su prometida, Valentine, porque la ha visto hablar con otro hombre (Nevers) y asumir que es su amante. Claro, si delante de la Reina dices que es un deshonor casarse con una católico cuando minutos antes, le dices que las vas a obedecer en todo, evidentemente se va a liar parda. Y mucho. Destacamos que los hechos históricos se desarrollan al mismo tiempo que los ficticios, pues el asesinato de Coligny, lo cuenta Raoul pero no lo vemos. También algo que sugiere Scribe, pero que tiene parte de verdad es la implicación católica civil al respecto. Aunque hubiera una conspiración política de por medio, París por aquel momento era una ciudad antiprotestante, y ese enfrentamiento lo vemos en el acto tercero, en la escena del duelo cuando las dos facciones se calientan y se insultan.

Aún así, Los Hugonotes no inventa nada que no se haya hecho antes. El año anterior (1835), Hálevy estrenó en la ópera La judía, también con libreto de Scribe y narra también la relación amorosa de dos personas con diferente religión, aunque la trama se parece más a la del Trovador de Verdi que otra cosa (aunque la de Verdi fue posterior), siendo el tema principal de ambas la tolerancia religiosa. En el caso de la obra que nos ocupa vemos el enfrentamiento personificado por dos personas, Marcel y Saint-Bris. Estos dos personajes representan cada uno el sector más fundamentalista de su religión, siendo Nevers el personaje que representaría el punto medio, el aceptable y el que debería haber triunfado pero por desgracia no fue así. Las consecuencias es que Saint-Bris cegado por el odio, acaba finalmente por matar a su propia hija, quien por amor, se cambia de religión.

Sin duda, el gran mensaje que nos quiere lanzar Meyerbeer con esta obra es que la religión no nos define como personas sino nuestros actos. Y es un mensaje que podemos aplicar hoy en día, quizás ya no tanto entre distintas ramas del cristianismo sino con otras religiones sobre todo con el Islam.

A pesar de todo, las razones por la que esta ópera ha caído en el olvido después que en el siglo XIX fuera una obra tremendamente popular y muy admirada por otros compositores. Así, a Verdi le gustaban especialmente el acto II y el IV, y el final de Las vísperas sicilianas, está bastante inspirado en esta obra (normal, el libretista era el mismo) y en La fuerza del destino se canta un "rataplan" que recuerda a la canción hugonote del tercer acto. Wagner, por su parte, también admiraba la obra y se inspiró en la escena del sereno y la escena del conflicto del tercer acto para su obra, Los Maestros cantores (el acto II). Berlioz también alabó la obra. Esto es por citar dos ejemplos conocidos. Las razones por la cual esta ópera no se ve ya tan a menudo en los escenarios son las siguientes:

- La longitud de la obra: Esta es una de las excusas que más fáciles se pueden rebatir, ya que si bien es cierto que la obra es larga, no lo es tanto como las obras de Wagner y sin embargó el alemán es más habitual en los escenarios. Si bien es cierto que la aportación del éste último a la música ha sido más trascendental que la de Meyerbeer, su música es mucho más fácil es accesible.

- Su dificultad: Esto es algo relativo, ya que todo depende de la técnica de cada cantante, pero dentro de su cuerda, los papeles son complicados. Incluso el papel de la reina; aunque no es un papel especialmente largo, si lo comparamos con el de Valentine, ella tiene probablemente la parte más conocida y sus pasajes de coloratura son complicados. Por su parte, Valentine, tiene que afrentar un largo dúo con Raoul, y su tesitura al ser hecha para una soprano con una voz muy concreta, no es fácil encontrar a alguien con su misma tesitura. Quizás la solución a este problema sería arreglar la partitura para las capacidades vocales de los cantantes de hoy en día, lo cual nos llevaría al tercer problema.

- Su elevado coste: La ópera ya fue muy costosa montarla en su día y actualmente también, ya que precisa de muchos recursos. Necesita una amplia escenografría, un coro lo suficientemente grande como para interpretar varias partes distintas al mismo tiempo (soldados católicos y hugonotes), un equipo de cantantes solistas (dos sopranos y una mezzo o contralto, un tenor, dos barítonos y un bajo) para los roles con cierta relevancia y 11 muy secundarios (los típicos de un noble católico, un sereno, una dama de compañía que no tienen ningún aria pero que participan en escenas de conjunto), un cuerpo de ballet y una orquesta en la cual haya un intérprete de la viola d'amore, un instrumento de cuerda en desuso, pero de la época de la trama para el aria de Raoul del primer acto. Sin mencionar, claro, todo el vestuario que hace falta para los intérpretes.Es por ello, que los teatros dejaron de montar este tipo de superproducciones y optaron por otras obras mas "económicas".

A nivel musical, Meyerbeer aplicó lo que había aprendido en su etapa italiana con lo que gustaba a los franceses. Así, en el segundo acto podemos ver una clara influencia en el aria de entrada de la reina, que pese a que tiene un aire francés, recuerda a las típicas entradas del bel-canto, con su cabaletta incluida. Otro aspecto a tener en cuenta y que me parece muy interesante es el uso del canto luterano "Ein ferste Burg" para definir a los hugonotes. Meyerbeer lo utiliza en la breve obertura y parte del personaje de Marcel utiliza este coral como base para sus intervenciones, de hecho, prácticamente todo su papel es una variación de este coral:


Hay versiones mejores de este coral, y si nos ponemos puntillosos, quizás los Hugonotes no hubieran cantado este coral precisamente, ya que ellos seguían la doctrina calvinista más que la luterana, pero teniendo en cuenta que éste es el himno protestante por excelencia y que Meyerbeer era alemán, es muy probable que estuviera familiarizado con la melodía (pese a que era judío). De todas formas, se agradece la intención de darle color e identidad a un grupo a través de una melodía específica, como si de un "cantus firmus" se tratara, esto es una melodía base de un canto que todo el mundo conoce a la cual se le añaden "capas" de nueva música por así decirlo pero que en el fondo se puede aún reconocer la melodía original. Este tipo de composición, era muy usual en la música religiosa antigua (Edad Media y Renacimiento). Este recurso hace que la obra adquiera una originalidad curiosa e invita a los oyentes a introducirse en la trama. Aunque después peca de anacrónico utilizando un minueto en el ballet que abre el último acto, pero está tan bien hecho que se lo perdonamos.

Con respecto a la música religiosa, y a modo de curiosidad en vez del coral luterano, quizás los Hugonotes hubieran entonado esto:


Con todo esto, Meyerbeer nos recuerda un trágico episodio de la historia de Francia, donde por la fuerza un grupo de hombres masacró a otros simplemente porque no estaban de acuerdo en la forma en la que hay que adorar a Dios, y en esa ceguera somos capaces de perder a seres queridos porque realmente olvidamos lo que realmente importa que no es a quien adoramos, sino cómo tratamos al prójimo. Una lección que deberían aprender los fundamentalistas... pero quizás la razón no sea Dios sino otra más terrenal.

De esta ópera saco las siguiente conclusiones:

-Si algún día a la humanidad le diera por sentarse a escuchar a sus semejantes, a ponerse en el papel del otro sin juzgarlo por su color de piel, credo u orientación sexual y no poniendo de excusa la voluntad de un ser todopoderoso que igual ni existe, quizás se acabarían los problemas que tenemos en el mundo.
- Antes de sacar conclusiones precipitadas, pregunta y confirma tus dudas. Las cosas no siempre son lo que parecen.
- Creo en un Dios que creó a los hombres y nos dio el libre albedrío para que en el tiempo en el que estamos en esta vida terrenal seamos felices y que mientras no nos hagamos sufrir entre nosotros, el cómo lo adoremos, si queremos adorarlo no importa. Y creo que no debería importar.

GRABACIONES

CD

A falta de una grabación mejor, sólo hay dos grabaciones disponibles; ésta y la de Joan Sutherland. Ésta es una grabación en vivo y al parecer es la versión más completa que existe. Lo único que no me gusta es el escuchar los aplausos al final de cada número, pero es manía mía. Ni a nivel vocal ni a nivel musical le encuentro pegas. Ésta es la edición actual y no cuenta con libreto, lo cual es una verdadera lástima. Pero no está mal a nivel de precio.

Por otra parte, la versión de Bonynge es una grabación de estudio, algo más breve pero tampoco lo es tanto y parece ser que sí dispone de libreto. El caso es que Sutherland, hace de Margarita, lo cual si la vas a comprar sólo por ella tampoco vas a apreciarla mucho ya que su papel es bastante breve. Es más cara que la anterior, y yo personalmente no la tengo, pero como últimamente Decca están reeditando su catálogo, me esperará a una futura remasterización.

DVD

Tampoco hay mucho donde elegir en el mercado audiovisual. Actualmente tan sólo hay disponible éste y otra puesta en alemán en una versión muy reducida. Esta representación en concreto, es además la última representación que hizo Joan Sutherland, diva australiana, antes de retirarse oficialmente de los escenarios. La calidad de imagen es algo viejuna, pero el sonido es aceptable y la puesta en escena es la clásica, así que es lo más cercano a lo que Meyerbeer tendría en mente. Por cierto, este montaje lo podeís ver en el Youtube.

Teniendo en cuenta que esta ópera ha vuelto a los escenarios de la Bastilla en septiembre de 2018 (la primera vez después de su última representación en el palacio Garnier en 1936) y en la temporada anterior, en Berlín, me gustaría pensar que podrían sacar al mercado una nueva representación. Yo lo compraría sin duda.

Con esto, dejamos esta trágica historia y nos vemos la semana que viene con otra enorme ópera francesa de un compositor nuevo en el blog basada en la mayor epopeya que jamás se haya escrito en latín. Es más yo traduje algunos pasajes en mi último año del instituto. La historia de un hombre que tuvo que huir de su tierra natal y enamoró a una reina mítica. 

lunes, 1 de octubre de 2018

La intorencia religiosa: Los Hugonotes, de Meyerbeer I


La fe es algo curioso. Es toda una virtud que puede hacernos mover montañas, pero también puede hacernos cometer los más terribles crímenes si no somos capaces aceptar otras líneas de pensamiento. De esto, podría tratar esta interesantísma obra.

Los Hugonotes (Les Huguenots) es una ópera en cinco actos con música de Giacomo Meyerbeer y libreto de Eugène Scribe y Émile Deschamps, estrenada en el teatro de la Ópera de París el 29 de febrero de 1836.

Tiene una duración aproximada de 230 minutos. (Tres horas y cincuenta minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Después del éxito obtenido por Roberto el Diablo, Meyerbeer quiso volver a repetirlo componiendo otra obra que revolucionara el panorama operístico parisino. Así que se reunió con Scribe quien con la ayuda de Émile Deschamps, creó una historia de amor inspirándose en la novela  de Prosper Merimée, "Crónicas del reinado de Carlos IX", sobre todo para crear el ambiente del conflicto, ya que los personajes son en cierto modo distintos. De todas formas, Meyerbeer para mejorar aún el libreto, se fue a Italia con su mujer para reunirse con un amigo suyo, Gaetano Rossi quien a su vez era también libretista y con quien Meyerbeer había trabajado en su obra "Il crociato in Egitto".
  
Rossi le dio varios consejos y así Meyerbeer logró que Scribe y Deschamps lo mejoraran. Entre una cosa y otra tardó unos cinco años en completar la partitura. Para los papeles principales, Meyerbeer contó con la colaboración de dos estrellas del momento:
 
Adolphe Nourrit, quien también creó el rol titular de Roberto el Diablo, El Conde Ory de Rossini entre otros, y que en la ópera que nos ocupa cantó el rol de Raoul. Tenía mucho éxito, hasta que vino otro tenor que le quitó el puesto (Gilbert Duprez) y ya desde entonces, su vida fue de mal en peor, cayó en depresión y acabó tirándose por la ventana de un hotel en Venecia. Pero tengo la sensación que esta historia ya la he contado en otra ocasión.

Cornelie Falcon, una soprano con una voz singular que tenía un gran registro en las notas graves y también agudos. Tanto es así, que para ciertos papeles de soprano dramática, algunos musicólogos denominan a esa voz; Soprano Falcon. Ella creó el rol de Alice en Roberto el Diablo, Rachel, en La Judía de Halévy. En este caso creó el rol de Valentine. Como buena figura romántica, su carrera fue corta, terminó a los 23 años años cuando en mitad de una representación de la ópera de Louis Niedermeyer, Stradella, a la pobre le dio un chungo y perdió su voz para siempre. Esa obra en concreto no la conozco.

En cualquier caso, la obra fue un éxito absoluto y en 1903 ya se había representado mil veces. En otras ciudades europeas se modificaron los grupos enfrentados y en vez de católicos y hugonotes, fueron anglicanos y puritanos o simplemente dos facciones políticas, güelfos y guibelinos. A día de hoy, se la considera la obra maestra de Meyerbeer.

ARGUMENTO

 La acción se desarrolla en Francia, en verano de 1572.


ACTO I
Un salón del castillo del Conde de Nevers

El Conde de Nevers, un noble católico, (barítono) se encuentra junto con otros nobles de celebración mientras esperan la hora de la cena. Entretanto esperan a que llegue un invitado, un nuevo amigo del conde, Raoul de Nangis, que acaba de ser ascendido, aunque es un hugonote. Entra Raoul (tenor lírico-spinto), y agradece la buena acogida que ha tenido entre los nobles católicos, aunque hay algunos que se burlan de él.

 

Se juntan todos a la mesa y celebran la buena comida. Al ver a Raoul un tanto taciturno, le preguntan el porqué de su estado y el joven les cuenta que se ha enamorado de una misteriosa joven que ha ayudado del acoso de un grupo de estudiantes.

Una vez terminado el relato, aparece Marcel, viejo sirviente de Raoul y también hugonote (bajo) quien le regaña por estar con los católicos. Raoul le excusa y lo invita a sentarse con ellos. Marcel obedece a regañadientes y entona un canto luterano. Uno de los comensales, el conde Cossé (tenor), lo reconoce de haber luchado contra él en la batalla de La Rochelle y por su culpa lleva una cicatriz. Sin embargo no le culpa y le invita a que cante una canción de guerra más animada.
Entra un criado y anuncia a Nevers que una misteriosa dama quiere verle. Nevers va a su encuentro y Raoul descubre que esa mujer es aquella muchacha de la cual está enamorado y cree que es la amante del conde. Nada más lejos de la realidad. La joven es la favorita de la reina y ha venido por orden de la misma a romper su compromiso que tenía con él.

 
Por otra parte, entra Urbano, paje de la reina (soprano lírica) con una carta para Raoul, que lo invita a una cita en la vieja torre y allí se vende los ojos y se deje llevar. Intrigado por la propuesta, Raoul acepta con el apoyo de todos los presentes.

ACTO II
Jardines del castillo de Chenonceaux


La reina Margarita de Valois (soprano lírica) se encuentra con su séquito cantando y admirando el paisaje, cuando Urbano, su paje le anuncia la llegada de su acompañante favorita Valentine (soprano dramática o Falcon.) La joven habla con la reina y le dice que el conde de Nevers ha aceptado la ruptura del compromiso y le dice que está enamorada de Raoul, aunque no sabe cómo va a reaccionar su padre, el conde de Saint-Bris, un católico fanático. La reina le dice que no se preocupe. Pronto anuncian la llegada de Raoul con los ojos vendados y la reina despide a todo el mundo para quedarse con el joven a solas.

Raoul se queda asombrado al ver a la reina y le jura obediencia. Margarita aprovecha entonces para decirle que el deseo del rey es unir a católicos y protestantes y para ello, le concede la mano de la hija del conde de Saint-Bris, sabiendo que es su enemigo para así unir a las dos familias y terminar de una vez por todas con la enemistad. Raoul acepta y entra toda la corte, tanto los católicos como los protestantes. 



Todos juran eterna amistad, salvo Marcel que no está del todo convencido. Saint-Bris, (bajo-barítono) presente ante todos a su hija, Valentine y cuando Raoul la ve, renuncia públicamente al enlace aludiendo que sería una deshonra (ya que piensa que Valentina es la amante de Nevers.) Todos se quedan horrorizados, salvo Marcel quien aplaude la decisión de Raoul, y están a punto de batirse en duelo católicos y hugonotes cuando la reina intercede y lo impide. En toda la confusión, Valentine acaba desmayándose.

ACTO III
El Prè-aux Clercs (El prado de los clérigos), en agosto

Un día de verano como otro cualquiera. Hay gente que pasea, mientras en un rincón los soldados Hugonotes cantan una canción de guerra. Justo entonces, viene una procesión nupcial ya que Valentine finalmente va a casarse con Nevers. Marcel interrumpe la procesión y empieza los ánimos a caldearse cuando justo entonces viene un grupo de gitanos para montar un pequeño espectáculo (y así de paso ponemos un ballet) 



Nevers sale de la capilla y le dice a su suegro que Valentine se ha quedado en la iglesia para seguir rezando. A la conversación se une Marcel, quien le da una carta de Raoul a Saint-Bris rentándole a un duelo en ese mismo lugar al anochecer. Saint-Bris acepta y uno de sus acompañantes, Maurevert, (bajo) le dice que hay otras formas de matar a un impío. Entre tanto, un alguacil anuncia el toque de queda y todos se van. Maurevert le confirma a Saint-Bris que sus amigos acudirán esa noche para acabar con Raoul. Valentine se entera y va a avisar a Marcel. Éste agradece el aviso y se queda a esperar a Raoul.  
El joven aparece, junto con Saint-Bris. Maurevert, al ver a Marcel le da la excusa perfecta para avistar a los suyos. 

 

A la lucha se unen Hugonotes y Católicos dispuestos a matarse entre sí, cuando finalmente llega la Reina Margarita y detiene la pelea. Marcel explica lo sucedido y explica cómo Valentine le contó la trama que habían planeado Saint-Bris y Maurevert. Llega el cortejo nupcial de Nevers y se llevan a Valentine y mientras una parte de la población alaba la belleza de la novia, otra jura que correrá la sangre.

ACTO IV
Una habitación en el castillo del Conde Nevers

Valentine se encuentra sola lamentándose de su mala suerte. De repente entra Raoul para verla una vez más pero pronto oye a Saint-Bris acercarse y se esconde. Saint-Bris entra en la habitación y convoca a los nobles católicos, Nevers incluido y les revela un plan para acabar de una vez por todas con los hugonotes. Nevers rechaza formar parte del ataque, pues considera una deshonra acabar con la vida de alguien que no sea en justa batalla, así que Saint-Bris lo manda arrestar. Valentina se queda impotente escuchando cómo se va a desarrollar la matanza: unos se dirigirán al hotel de Nesle, donde están todos los Hugonotes reunidos en una fiesta en honor a los reyes y otros atacarán a la casa del Almirante. A media noche, cuando la campana de la iglesia de Saint-Germain suene, comenzará la matanza y el segundo grupo lo hará un poco más tarde.

 

Un grupo de frailes bendice las espadas y todos salen al grito de "Dios lo quiere."
Cuando se van todos, Raoul sale de su escondite y decide irse inmediatamente para alertar a los suyos.

 

Valentine trata de detenerlo, y ruega que se quede con ella para así salvar su vida, confesándole que aún sigue enamorada de él. Se oye la campana que da comienzo a la matanza de San Bartolomé. Pese a todo, Raoul siente que su lugar está entre los suyos y morir con ellos si no puede salvarlos. Se despide de su amada y se va de la habitación saltando por la ventana. Valentine se queda desolada.

ACTO V

Escena I: Salón de baile del Hotel de Nesle


Se celebra un animado baile con los reyes presente. Raoul lo interrumpe y denuncia públicamente que los hugonotes están siendo masacrados y que el Almirante Coligny (líder del partido protestante) ha sido asesinado. Los presentes salen para vengar su muerte.

Escena II: El cementerio protestante de una iglesia. 

Raoul se encuentra con Marcel, herido pero vivo gracias a que Nevers le ha salvado la vida muriendo él en su lugar. Valentine está con él y le da a Raoul un pañuelo blanco para que se lo ponga y pueda pedir asilo al Louvre si abjura de su fe. Raoul rechaza hacerlo, así que Valentina para estar con él decide hacerse protestante. Marcel la convierte y le asegura la vida eterna, mientras se oyen a lo lejos los gritos de las mujeres y niños hugonotes siendo asesinadas por los católicos.



Escena III: Una avenida de París (aunque en algunos montajes se desarrolla en la escena anterior) 

Junto a un grupo de soldados, Saint-Bris ve a los tres y les preguntan quienes son. Raoul se declara Hugonote, así como Valentine y Marcel. En respuesta, Saint-Bris ordena que los disparen a los tres. Cuando se acerca a comprobar que han fallecido, se da cuenta que ha ordenado matar a su propia hija. Urbano anuncia la llegada inminente de la reina, y mientras tanto, la matanza sigue, al grito de Dios exige su sangre.