miércoles, 21 de agosto de 2019

Historia de una revolución: Khovanschina, de Musorgski II


ANÁLISIS

Al igual que Meyerbeer hizo con Los Hugonotes, que se basó en un episodio en concreto de la historia de Francia para elaborar un complejo drama,  Musorsgki escogió un capítulo de la historia rusa para crear una obra de una considerable proporción donde una vez más, el pueblo, representado por el coro, tiene una participación destacable.

Vamos a empezar por comentar el hecho histórico en el que se basa. Khovanshina es un nombre inventado por la cual se le conoce a la Revuelta (o Revolución) que hubo en Moscú en 1682 y que enfrentó a dos bandos, los Streltsy cuyo líder era el boyardo (un noble ruso) Ivan Khovanski, y la guardia oficial del Zar, al cargo del diplomático Fiodor Shaklovity y el presunto amante de la zarina Sofia, Vasili Golitsin. En cuanto a los viejos creyentes apoyaron también la revuelta, ya que Khovanski era partidario de ellos, justo lo contrario que Golitsin y Shaklovity, que eran partidarios de la Reforma Nikon, una reforma que consistía, resumido en pocas palabras, en una modernización de los ritos, así como dar a la monarquía una mayor intervención en los ritos eclesiásticos. Uno de los líderes de los viejos creyentes de aquella época se llamaba Nikita Pustovyat y éste probablemente fue la inspiración para la creación del personaje de Dosifei en la ópera.

La histórica Khovanshina se debe a que los Stretlzy con el apoyo de los viejos creyentes, querían derrocar a la Zarina Sofía, regente de los príncipes Ivan y Pedro (el futuro Pedro I el Grande) para poner a su líder como regente. La revuelta fracasó y tanto Ivan Khovanski como su hijo fueron decapitados. Ese episodio fue lo que inspiró a Musorgski para componer su nueva ópera, creando un libreto con algunas escenas dramáticas para hacer el tema más atractivo.

La obra se centra en una confrontación de tres personajes; tres bajos para ser exactos cada cual con su propia idea de Rusia y cada uno se considera el salvador de la misma. Khovanski piensa que él es el elegido por su linaje y experiencia, Dosifei por la fe y Shakloviti por su ansia de poder, ya que a la muerte de Khovanski fue él quien se quedó al mando de los streltsy. Sin embargo, hay que destacar que Musorgski no pretende darnos una lección de historia, sino relatar unos hechos del pasado que aún según él, seguían vigentes en su tiempo, y de los cuales la sociedad no ha aprendido absolutamente nada. Es una historia que nos muestra la confrontación de dos Rusias, una que intenta evolucionar contra la otra que está anclada en el pasado. En medio de todo, el pueblo que sufre las consecuencias, y en lo alto, el Zar que no aparece en absoluto en la obra pero está siempre presente.

Como ya aprendió de Boris Godunov, Musorsgki introdujo una relación amorosa para hacer la obra más atractiva a los teatros y así creó uno de los personajes femeninos más interesantes de la literatura operística rusa como es Marfa. Una mujer que se mueve más por el mundo irracional, pues aparte de ser vidente, es una fanática religiosa, fiel a un hombre que la desprecia. Se desarrolla aquí un triángulo amoroso entre Andrei, el hijo de Ivan Khovanski que se ha encaprichado de una alemana, Emma (que sólo sale en el primer acto) mientras que Marfa sigue obsesionada con él. Estamos ante una relación totalmente tóxica, pero que teatralmente hablando es bastante efectiva. Así su aparición del segundo cuadro del acto IV, vemos que al final Marfa es un personaje más fuerte que Andrei, logrando convencerlo para que la siga hasta el final y acaba finalmente sacrificándolo en un acto fanático. Marfa es sin duda, un personaje sacado de la clásica tragedia griega

Por tanto, al igual que pasa en Boris, todo el protagonismo lo llevan los bajos, pues son ellos los que llevan toda la carga argumental, aunque las consecuencias de sus actos  no sólo las cargan ellos, sino todos los demás. Es por tanto, un drama popular, en la cual el coro, adoptando diversos grupos (bien como los moscovitas, los streltsy o los creyentes) obtiene una participación bastante destacable. Cabe señalar que en la realidad, los streltsy fueron ejecutados por el Zar incluso él mismo decapitó a algunos, mientras que Musorgsky los perdona. En mi opinión esto es debido a que si ya tenía pensado terminar la obra con un suicidio en masa por parte de los viejos creyentes (cosa que no pasó realmente), comercialmente hablando ningún teatro no aceptaría ninguna obra con dos masacres seguidas.

Con respecto al final, hay que tener en cuenta que en el siglo XVII, los viejos creyentes eran considerados apóstatas, y por tanto eran objetos de persecuciones y trato vejatorio. Así, tenían que pagar el doble de impuestos que los creyentes oficiales y además tenían un impuesto extra por llevar la barba (pues una de las señas de identidad de los viejos creyentes eran precisamente que no se afeitaban.) Se debe considerar por tanto, que la inmolación final es más un acto político que religioso, pues Dosifei viendo que la revolución ha fracasado, prefiere suicidarse antes de ser ejecutado, y por consiguiente a todos sus partidarios. Marfa, por su parte, se inmola porque su vida carece de sentido y acaba "vengándose" de los desprecios de Andrei sacrificándolo a él también. Actualmente aún existen estos viejos creyentes.

En el aspecto musical, Khovanshina es una obra más accesible y más lírica que Boris, y por tanto es más fácil de escuchar.  Se ve también que la Grand ópera francesa influyó notablemente en este título, pues nos encontramos con un ballet y la escena final es relativamente parecida al final de Los Hugonotes. De hecho, Musorgski iba a componer el coro final basado en una melodía que cantaban los viejos creyentes actuales.

Como ya comenté en los datos históricos, el primero que la completó fue Rimski Korsakov, pero al hacerlo, la sometió a una revisión en la cual suprimió unos 800 compases que es casi la música de un acto entero, y no respetó mucho las intenciones de Musorgski, así que la versión más fiel es la propuesta de Dimitri Shostakovich. También Korsakov hizo algunas correcciones como por ejemplo omitir la escena de Golitsin y el pastor luterano del Acto II o la canción de Kuzka en el tercero. Os dejo aquí un vídeo con algunas muestras de ambas versiones:



Mientras preparaba estas dos entradas, he escuchado la ópera unas tres veces para ver qué sensaciones me transmitía. La ópera creo que la vi una vez que la echaron por la televisión en un montaje del Liceu de Barcelona y lo cierto es que no me enganchó mucho. Después con el tiempo la olvidé y ahora la he vuelto a escuchar más detenidamente y pese a que no es pegadiza (aunque la obertura es sublime) es muy interesante de escuchar. Sobre todo porque creo que que los acontecimientos que se cuentan aunque es historia pasada, creo que se pueden perfectamente aplicar a nuestros tiempos. Hay gente a la que se le puede manipular muy fácilmente y el pueblo tiende a seguir a personajes carismáticos pese a que no les sea de todo favorable. Y por mucho que el tiempo pase, parece que la humanidad está condenada a seguir repitiendo los mismos errores.

Esa es quizás la lección que sacamos de esta ópera.

GRABACIONES

CD 

Actualmente no es fácil encontrar grabaciones de esta ópera, así que entre las que hay tampoco hay donde elegir. Teniendo en cuenta que Gergiev sabe muy dirigir a los suyos, yo diría que ésta es una grabación de referencia en la versión de Shostakovich, aunque la orquestación del final es algo distinta. Algún día, me haré con la versión de Korsakov para compararlas mejor y en ese caso editaré esta entrada.

DVD
 Y éste fue el montaje que yo vi en su día por televisión. Sigue la orquestación de Shostakovich, pero omite algunas escenas (como la del pastor luterano y la de Susana y Marfa del Acto III). Ambientada en los años 50, tiene una puesta en escena bastante agradable de ver y tanto el equipo vocal como la orquesta son sobresalientes. 

Con esto, finalizo con Musorgski y dejo aparcado el repertorio ruso de momento. La próxima entrega (que creo que será ya en septiembre) volveré con Donizetti, que vuelve a traernos otro dramón ambientado en la Inglaterra de Isabel I. 

Nos vemos.

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