miércoles, 1 de enero de 2020

Cuidado con los dulces: Hansel y Gretel de Engelbert Humperdinck I


Iniciamos este año 2020 con un cuento de hadas. Y es que para empezar con buen pie he preferido escoger un título con final feliz antes de tratar alguna tragedia donde el tenor muere apuñalado por barítono y a la soprano se la va pinza y en consecuencia, se muere del asco tras una brillante cabaletta. Ya habrá tiempo. La ópera de esta entrega es alta en azúcar así que tened cuidado los diabéticos.

Hansel y Gretel (Hänsel und Gretel) es una ópera en tres actos con música de Engelbert Humperdinck y libreto de Adelheid Wette, estrenada en el Teatro Principal (Hoftheater) de Weimar, el 23 de diciembre de 1893.

Tiene una duración aproximada de 110 minutos (Una hora y cincuenta minutos).

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Humperdinck tenía treinta y seis años cuando le vino la oportunidad de componer una ópera. Hasta entonces, no había compuesto nada de particular aparte de sus piezas para el Conservatorio de Colonia y de Múnich. También trabajaba como asistente de Richard Wagner en su Festival de Bayreuth. 

La idea de componer música para el cuento de Hansel y Gretel le vino por encargo de su hermana, Adelheid, quien se había casado con el escritor Hermann Wette. Adelheid estaba escribiendo una obra infantil basada en el cuento de los hermanos Grimm y le pidió a su hermano que le compusiera música incidental. Humperdinck aceptó y en un principio iba a ser un singspiel, esto es, con diálogos hablados. Pero a lo tonto, se fue animando y al final acabó componiendo una ópera entera.

En un principio, la ópera estaba prevista para estrenarse el 14 de diciembre de 1893, bajo la dirección de Hermann Levi (quien también dirigió la primera representación de Parsifal de Wagner), pero la soprano que hacía de Gretel se puso mala y se tuvo que posponer para la fecha en la que se estrenó finalmente, siendo Richard Strauss (quien tenía por aquel entonces 29 años) su director. La ópera fue un éxito rotundo. Hoy en día es la más representada del compositor.

ARGUMENTO

La acción transcurre en Alemania (probablemente en la Selva Negra) en una época indeterminada. 


ACTO I
Interior de la casa de Hansel y Gretel 

Érase una vez, hace mucho tiempo vivía en una pequeña cabaña una familia compuesta por cuatro miembros: Peter, un fabricante de escobas, su mujer, Gertrud y sus hijos, Hansel y Gretel. Éstos se encuentran solos en la casa remendando algunas escobas.


Gretel (soprano lírica) canta para entretenerse mientras Hansel (mezzosoprano) la interrumpe con otra. Hansel se lamenta de su pobreza, pues llevan un tiempo sólo a base de pan y agua. Gretel, por su parte trata de consolarlo aludiendo a uno de los proverbios que les dice su padre, "Dios proveerá". Pero Hansel no está muy por la labor. Posteriormente, Gretel le comenta que una vecina les ha traído un cuenco con leche y le asegura que su madre hará un pudding de arroz con ella. Hansel intenta probar la nata de la leche, pero Gretel lo interrumpe. Animados, empiezan a cantar y bailar hasta que llega la Madre (soprano) y los sorprende.  Se enfada y les echa la bronca por estar haciendo el ganso en vez de trabajar. Con el cabreo, tira sin querer el cuenco de leche.  Para remediarlo, le da a sus hijos un cesto y les ordena que vayan al bosque a buscar fresas. Los niños obedecen y se van.

Poco después llega el padre (barítono) muy contento porque ha logrado vender todas las escobas que tenía y gracias a ello hoy podrán comer como reyes, ya que trae jamón, salchichas, huevos, mantequilla, harina y hasta algo de café. Cuando el padre pregunta por sus hijos, su mujer le cuenta todo lo sucedido y les dice que le ha mandado al bosque. El padre se echa las manos a la cabeza y le cuenta que allí vive la Bruja de Gengibre y que los niños corren peligro. Gertrud no sabía nada al respecto y el padre comenta que a media noche, la bruja sale en su escoba en busca de niños para comérselos. Asustada, Gertrud decide ir en busca de sus hijos, seguida por el padre, quien cierra la puerta de la cabaña.


ACTO II
Un claro en el bosque

Hansel está rellenando el canasto de fresas mientras Gretel hace una corona de flores. Los niños juegan y se comen todas las fresas, pero pronto cae la noche y se dan cuenta que se han perdido. Mientras llaman a sus padres, sus gritos atraen al arenero o hada del sueño (soprano lírica), quien les echa arena en los ojos para que se duermen.

 
Poco a poco y después de rezar, caen profundamente dormidos. Su plegaria es atendida y un grupo de ángeles descienden del cielo para protegerlos de todo mal.

ACTO III 
La casa de pan de jengibre

El hada del Rocío (soprano lírica) le echa agua en los ojos a los niños y los despierta tiernamente. Desaparece y tanto Hansel y Gretel comentan el sueño que han tenido. Poco después cuando la niebla que cubría el lugar va desapareciendo, los niños ven una casa hecha con pan de jengibre. Se acercan y Hansel rompe un trozo de una esquina. El ruido hace que una voz desde dentro. La ignoran y tanto Hansel como Gretel siguen picando de la casa hasta que finalmente sale la Bruja (contralto).  Ésta logra capturar a Hansel con una cuerda y se presenta como Rosina Leckermaul (bocadulce) amante de los niños. Entre tanto, Hansel logra desatarse y anima a su hermana para huir de allí, pero la bruja saca su varita mágica y los inmoviliza. Mete a Hansel en una jaula y ordena a Gretel que vaya al interior y que ponga la mesa. Entre tanto la bruja va a cebar a Hansel. 



Mientras lo hace, Gretel logra robarle la varita a la bruja y en un descuido de ella rompe el hechizo que impedía a Hansel moverse. Luego, la bruja le ordena a Gretel que mire en el horno para ver si el pan de jengibre está bien hecho, pero Gretel se hace la tonta y dice que no sabe. Cuando la bruja abre el horno y se inclina hacia dentro para mostrarle cómo se hace, Hansel sale de la jaula y junto con Gretel, la empujan a su interior, donde muere. El horno explota. 
En consecuencia, todos los niños de pan de jengibre que había en la casa se vuelven humanos, aunque no se pueden mover. Gretel los va tocando para despertarlos y Hansel con la varita va deshaciendo el hechizo.

 

Poco después llegan Peter y Gertrud. Se reunen con ellos y se abrazan. Uno de los niños va al horno y saca de él a la bruja, quien se ha convertido en pan de gengibre. El padre les dice a los niños que ese el castigo divino para aquel que obra mal y recuerdo que Dios les tenderá la mano cuando la necesidad sea extrema. Todos contentos bailan alrededor de la familia. 

Y colorín colorado, esta ópera-cuento, ha acabado.

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