lunes, 6 de abril de 2020

Fiel a su fe: Poliuto/Les Martyrs, de Donizetti I


Como estamos en Semana Santa, aunque no haya pasos por la calle y que con seguridad estas dos entradas verán la luz cuando haya pasado, voy a tratar a una obra de Donizetti que le tenía ganas. O mejor dos dicho, dos, pero que en realidad son la misma.

Poliuto es una ópera en tres actos con música de Gaetano Donizetti y libreto de Salvatore Cammarano, estrenada en el Teatro San Carlo de Nápoles el 30 de noviembre de 1848.
Les Martys (Los Mártires), es una revisión de esa misma ópera, pero en cuatro actos, con libreto de Eugéne Scribe, estrenada en la Ópera de París el 10 de abril de 1840

Poliuto dura aproximadamente 110 minutos (una hora y cuarenta minutos).
Les Martys, dura unos 190 minutos (tres horas y diez minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

A raíz de la buena acogida que tuvo en París con Marino Faliero (1835), Donizetti se dio a conocer, pero fue con Lucía di Lammermoor con la que digamos, pegó el pelotazo en París y no sólo le ofrecieron realizar una versión en francés de esa ópera (que se estrenó en agosto de 1839), sino que además le realizaron dos encargos: uno para la Ópera y otro para la Opèra-Comique. Así que Donizetti estaba bastante atareado porque además tenía que cumplir el compromiso que tenía con el San Carlo de Nápoles. Sabemos también que en 1837, Donizetti había tenido un gran éxito con Roberto Devereux, así que para su próxima obra tenía pensado poner música a un libreto de Salvatore Cammarano basado en la tragedia francesa de Pierre Corneille, Polyeucte (1643). El protagonista iba a ser además, el tenor Adolphe Nourrit, quien estaba un poco de capa caída en Francia porque le había salido un rival, Gilbert Duprez. Nourrit, se había ido a Italia para mejorar su técnica y estaba a la espera de una nueva oportunidad de relanzar su carrera. 
Por desgracia, cuando ya la ópera estaba terminada, la censura prohibió en el último momento su representación, alegando que la muerte de un mártir no era un tema apropiado para un teatro. Así que Donizetti, cabreado, rescindió el contrato con Nápoles, se marchó a París y le comentó a Nourrit que revisaría su ópera, Poliuto, para ser estrenada allí al gusto parisino.

Por desgracia, a Nourrit esa cancelación no le sentó nada bien, entre eso y que el hombre no estaba muy bien de la cabeza, acabó por suicidarse. Pero creo que esto ya lo he contado más veces. Volvamos a París, donde Donizetti alargó su Poliuto, pasando la obra de tres a cuatro actos y añadiendo un ballet y pasándose a llamar Les Martyrs. La ópera tuvo un éxito moderado, y gustó mucho el acto III, pero tras 18 representaciones,la ópera cayó pronto en el olvido. En cambio, la versión italiana original, se estrenó unos seis meses después de morir el compositor (abril de 1848) y allí tuvo bastante éxito, estando presente bastante tiempo a lo largo del siglo XIX. Hoy en día, es la versión italiana la que se ve en los escenarios, siendo la francesa prácticamente desconocida.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Melitene, Armenia en el siglo III después de cristo.

Versión Italiana:

ACTO I: El bautismo

Escena I: Las catacumbas

Poliuto, noble armenio (tenor lírico) se ha reunido con el líder de los cristianos, Nearco (tenor) para bautizarse. Armenia ha sido conquistada por los romanos y están persiguiendo bajo pena de muerte a todos los cristianos. Poliuto, le comenta a su amigo que está preocupado por su mujer Paolina, ya que ella se casó con él por orden de su padre, Felice, el gobernador de Melitene, pero ella estaba enamorada de un general llamado Severo, pero al parecer éste ha muerto en combate. Ambos se van para la ceremonia y poco después aparece Paolina (soprano lírico spinto) quien estaba siguiendo a su marido sospechando que éste podría haber abrazado la nueva fe. 

 

Oye a los cristianos rezar y se conmueve por la belleza del rito. Poco después salen Poliuto y Nearco. Poliuto al ver a su mujer le confiesa que efectivamente se ha vuelto cristiano. Nearco, por su parte, comenta que Severo llegará pronto y continuará con la persecución de los cristianos. Paolina este momento, se siente dividida entre la alegría que siente al saber que su verdadero amor está vivo pero a que a su vez le es imposible seguir amando por estar casada con Poliuto.

Escena II: La plaza de Melitene

Severo (barítono) llega con el aplauso y las alabanzas de la multitud.

 
Expresa su deseo de volver a ver a Paolina, pero ese deseo se transforma en rabia al enterarse que se ha casado con otro.

ACTO II: El neófito

Escena I: El patio de la casa del gobernador

Callistene, el sumo sacerdote de Júpiter, (bajo) lleva a Severo a reunirse con Paolina, comentándole además que ella se casó presionada por su padre. Se va y pronto aparece Paolina. Severo le reprocha su falta de fidelidad y ella se defiende, pero no le confiesa que todavía siente algo por él. Le pide que se valla.

Al terminar el encuentro, llega Poliuto quien ha podido ver cómo la pareja se iban juntos. Esto, unido a que Callistene le había previsto que se Severo se iba a reunir con Paolina, le hace llegar a la conclusión de que su esposa le es infiel.


Pero no le da tiempo a entristecerse, pues pronto llega un cristiano (tenor) para anunciarle que su amigo Nearco ha sido capturado y está en el templo de Júpiter. Poliuto se va inmediatamente para tratar de liberarlo.

Escena II: El templo de Júpiter

Todos los paganos están adorando a su dios, mientras Nearco es torturado y Severo le ordena que diga el nombre del neófito, pero Nearco se niega. Entra Poliuto y confiesa públicamente que es él. Paolina, pide clemencia por él a su padre, (tenor) y a Severo. 


Poliuto al ver que ella le ruega a Severo, la rechaza públicamente y destruye el altar de Júpiter, provocando la ira de todos los paganos. Nearco y Poliuto son arrestados y llevados a prisión.

ACTO III: El martirio

Escena I: El bosque sagrado

Callistene se reúne con el resto de los sacerdotes y comentan que otros cristianos, siguiendo el ejemplo de Poliuto han decidido entregarse para morir.

 

Anima al resto de los sacerdotes a seguir avivando el odio hacia los cristianos en la población para así vengar a sus dioses.

Escena II: La prisión del circo

Paolina se reúne en la celda de su esposo y le confiesa que efectivamente ella estaba enamorada de Severo cuando se casaron pero desde que es su esposa, siempre le ha sido fiel. Le dice además que si abjura de su fe podrá salvarse, pero Poliuto prefiere morir antes que dar la espalda a Dios. Impresionada por su convicción, le dice entonces que la bautice para así morir con él. 

 

Al principio Poliuto duda, pero luego accede. Entra Severo y Paolina se declara cristiana y exige morir con su esposo. Pese a los ruegos de Severo, Paolina es firme en su decisión y junto a Poliuto se dirigen juntos hacia la arena del circo donde serán parte del espectáculo: ser devorados por los leones.

Versión Francesa:


ACTO I
Las catacumbas

Polyeucte (tenor lírico), se ha reunido con Nearque (tenor) para bautizarse en respuesta a una promesa que hizo a Dios si salvaba a su mujer Pauline (suponemos de una enfermedad). Nearque acepta aunque es un arriesgado sabiendo que es el yerno del gobernador de Armenia. Oyen que se acercan las tropas de Félix y se van a otra cámara a seguir sus ritos.

Entre tanto, llega Pauline (soprano lírica) quien está acompañada de damas y con una escolta para rezar a la tumba de su madre. Piden que la dejen sola un momento y en ese momento aprovecha para pedir a su madre fuerzas para olvidar a su gran amor, Sévére, supuestamente muerto en combate. Cuando termina, oye los cánticos de los cristianos y se horroriza. Cuando sale, se encuentra con su marido y Nearque.

 

Pauline le recrimina a Polyeucte, el que haya abandonado su antigua fe por la nueva. Discuten y son interrumpidos por un cristiano (bajo) quien les anuncia que pronto llegará un nuevo procónsul dispuesto a perseguir a los cristianos duramente. Nearque y Polyeucte se muestran preparados para sufrir cualquier tipo de martirio, mientras que Pauline se lleva a su marido y le hace prometer que oculte su nueva fe.

ACTO II

Escena I: El despacho de Félix

Félix (bajo) está reunido con sus magistrados y llama a Pauline. Delante de ella, se enorgullece de proclamar su nueva ley que consiste en condenar a pena de muerte a los cristianos, tanto a los que bautizan como a los que son bautizados. Pauline se estremece al oír la noticia, ya que eso significa que su marido estaría condenado si se descubriese que él es cristiano. Entre tanto llega Callisthéne (bajo), el sumo sacerdote y comenta que ya está a llegar el nuevo procónsul. Al preguntarle Félix por su identidad, Callistene le dice que es Sévére, a quien Roma creía muerto, pero en realidad lo habían secuestrado y han pagado por él un intercambio generoso de prisioneros.

 

Pauline, al enterarse se debate entre la alegría de saber que Sévére está vivo y a la vez la tristeza de no poder estar ya con él.

Escena II: La gran plaza de Melitene

Sévére (barítono) es recibido ante las alabanzas de una gran multitud y en su honor se organiza un desfile de gladiadores y danzas variadas (la excusa para meter el ballet).

 

Sévére se muestra en un principio ilusionado por volver a ver a Pauline, pero al enterarse que ella ya está casada se lamenta. Por si fuera poco, Callistene anuncia que hace poco se ha producido un nuevo bautizo y pide la colaboración de Sévére. Tanto los cristianos como los paganos ruegan cada uno a sus dioses para que les ayude.

ACTO III

Escena I: Los apartamentos de Pauline

Pauline está rezando cuando de pronto entra Sévére. Le pide explicaciones sobre lo sucedido y ella le hace entrever que, aunque aún siento algo por él, ya no puede corresponder a su amor porque es una mujer casada. Le pide que la deje y la olvide y Sévére, resignado se va. Poco después llega Polyeucte y le dice a su mujer que van a hacer un sacrificio en honor a Sévére. Pauline le pide que la acompañe a la ceremonia, pero él rechaza hacerlo porque ya no cree en ello. Pauline se pone a llorar y su marido la consuela diciéndole que es capaz de soportar la muerte pero no sus lágrimas. Entra su suegro y les comenta que han capturado a Nearque quien ha admitido ser cristiano y el autor del nuevo bautizo pero se niega a revelar a el nombre del bautizado, así que lo van a sacrificar a él también. 

 

Polyeucte acepta entonces ir al templo para tratar de salvar a su amigo o al menos compartir su suerte.

Escena II: El templo de Júpiter

Los paganos están rezando a su dios cuando Callistene trae a Nearque para torturarle y hacerle revelar el nombre del neófito. Éste se niega. Llega Polyeucte y delante de todos confiesa ser él ante el asombre de su suegro y todos los presentes. Pauline pide clemencia a Sévére y su marido, enfadado destruye el altar alabando a Dios, lo que provoca la ira de todos.

 

Es arrestado junto a Nearco y públicamente ambos son sentenciados a muerte.

ACTO IV

Escena I: Los apartamentos de Félix

Pauline le pide a su padre que haga algo para poder salvar a su marido, pero él, inflexible, le dice que la ley es igual para todo el mundo y por tanto Polyeucte ha de morir.

 

Entra Sévére, quien en un principio confirma sus palabras, pero cuando Pauline le pide llorando y de rodillas que la ayude se pone de su lado y amenaza con revelarse si no salva a Polyeucte. Finalmente Félix accede a perdonar a su yerno siempre y cuando Pauline logre que éste abjure de su fe.

Escena II: La prisión del circo


Polyeucte está rezando cuando llega Pauline quien trata de convencerlo para que renuncie a su fe y así salvarse, pero la ciega devoción de su marido hace que ella quiera también convertirse en una mártir y decide unirse a él.

Escena III: La arena del circo

La multitud clama la muerte de los cristianos. Félix y Sévére presiden el acto, así como Callisthènes y sus sacerdotes. Al hacer entrar a los mártires, Félix y Sévére se sorprenden al ver a Pauline vestida de blanco al lado de su marido.


Tratan de razonar con ella, pero Pauline está decidida a morir con su marido. Se oyen los rígidos y los cristianos se arrodillan para rezar, Pauline se abraza a a Polyeucte y éste es él único que se queda en pie esperando el ataque de los leones.

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