miércoles, 1 de abril de 2020

Reflexión sobre la Pasíon: Las Siete Palabras, de Joseph Haydn


Vamos a hacer una pausa con la ópera y vamos a explorar otras obras musicales que son también interesantes. Además ya que este año se ha cancelado la Semana Santa, voy a sacar ese capillita que llevo dentro (y eso que no pertenezco a un ninguna Hermandad ni se me pasaría por la cabeza ingresar en una) y paso a comentar una obra a la que le tengo un cariño especial.


Las siete últimas palabras de Nuestro Señor en la cruz (Die sieben letzte Worte unseres Erlösers auf dem Kreuz) es una obra musical de Joseph Haydn, originalmente para orquesta, estrenada en el Oratorio de la Santa Cueva de Cádiz el 6 de abril (Viernes Santo) de 1787. Versión coral u oratorio, libreto de Friebert y de Von Swieten y estrenada en Viena el 1 de abril de 1798.
Tiene una duración de 65 minutos.


BREVES DATOS HISTÓRICOS

En 1779 Haydn, quien trabajaba casi en exclusividad para el príncipe Esterházy, ya tenía la libertad de componer libremente, por tanto se dedicó a trabajar por encargo. Entre tanto, en Cádiz se estaba llevando a cabo las obras de una capilla – oratorio donde se reunía la Hermandad de la Santa Cueva, cuyo responsable espiritual era el canónigo José Saens de Santa María, Marqués de Valde-Iñigo. Cuando las obras de la nueva capilla terminaron en 1785, el Marqués decidió que su Hermandad necesitaba una obra musical de envergadura que acompañara a los ritos. 

Vista de la capilla superior del Oratorio de la Santa Cueva en Cádiz. (La foto no es de mi propiedad, está tomada de Google Images.)

Así que por medio de un músico, Francisco Micón, le hizo llegar a Haydn el encargo así como todas las condiciones. Haydn tenía que componer un oratorio instrumental para el sermón de las Siete Palabras que se celebraba en Cádiz los viernes santo: El lugar de culto se cubría con telas negras y sólo estaba iluminado con una lámpara. A las doce del mediodía, se cerraban las puertas y entonces el Obispo se subía al púlpito, recitaba una de las Siete Palabras, la comentaba y luego se bajaba del él y se inclinaba ante el altar. Ese ritual, lo repetía 7 veces, por tanto Haydn que escribir 7 movimientos que fuesen sobrios y lentos de unos diez minutos, pero que no resultaran pesados al oyente. La orquesta intervenía cada vez que el Obispo dejaba de hablar.

Haydn aceptó el trabajo pensando que era para la Catedral y presentó sus siete movimientos, precedidos por una Introducción y concluyéndolo con una pequeña pieza, llamada El terremoto. La obra al parecer, se estrenó antes en Viena ,en 1786 en un concierto privado y enviada a su destinatario al siguiente. Según parece, a Haydn le pagaron con un pastel de chocolate (donde dentro estaba el dinero) Qué cachondo era el Marqués...

Al año siguiente, el editor de Haydn, le propuso que hiciera de la obra una reducción para cuarteto de cuerdas, cosa que el músico aceptó. También apareció una reducción a piano hecha por otro compositor, la cual cuando Haydn la vio, le dió el visto bueno y autorizó su publicación.
Pero éste no es el final. Diez años más tarde, de camino a Londres, Haydn escuchó en Passau, una versión coral que el canónigo de la Catedral, Joseph Friebert había adaptado a su partitura. A Haydn le gustó el resultado y decidió hacer su propia versión tomado el “libreto” que Friebert había creado pero cambiándolo un poco con la ayuda de su amigo el Barón Von Swieten. Este sería el inicio de una nueva relación entre ambos, ya que juntos crearían dos oratorios más: La Creación y Las Estaciones. Esta versión coral se estrenó primero en Viena en un evento privado en 1796 y al público dos años más tarde en 1798.
Así pues contamos de 4 versiones de una misma obra. Actualmente, la más conocida es la del cuarteo de cuerdas, seguida de la versión coral.

ESTRUCTURA Y ANÁLISIS

Haydn compuso una introducción, siete movimientos a los que llamó Sonatas (uno por cada palabra, y tituladas en latín) y concluyó la obra con un movimiento rápido, El terremoto. Para la versión coral, incluyó también un interludio entre la Sonata IV y V. La obra quedaría así:
  1. Introducción: Compuesta en Re menor, una escala especialmente empleada en las misas de difuntos, con lo cual está asociada a la muerte. 
     
    El tempo que marca es: Maestoso y Adagio, y nos predispone para la tragedia que vamos a escuchar.

  2. Sonata I. Pater, dimitte illis, non cum sciunt quid faciunt (Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen): La primera palabra la expresa Haydn en Si bemol Mayor y su tempo es Largo. En la versión coral, antes de comenzar la música, el coro declama la palabra para luego dar paso a los versos que hacen la reflexión sobre la misma. La primera, ruega a Dios que escuche a su Hijo y que perdone a todos los hombres por ser pecadores. Para crear los efectos de lamento, Haydn acude a pasajes cromáticos (pasando de un la natural a un la bemol por ejemplo) y también juega con las dinámicas (empezando con un forte y terminado en pianísimo.

  3. Sonata II. Hodie mecum eris in Paradiso (Hoy estarás conmigo en el Paraíso): Escrita en do menor, expresa el momento en el que Jesús consuela al ladrón bueno. 

     
    Para este momento, utiliza una tonalidad asociada al heroísmo, pues Jesús nos hace la promesa del Paraíso, es decir de un lugar mejor cuando muramos. Esa promesa o ese ruego, se hace más evidente cuando pasa de tonalidad, es decir, empieza en do menor pero termina en su homónima do mayor. El tempo es grave y cantabile.

  4. Sonata III. Mulier ecce filius tuus (Mujer, ahí tienes a tu hijo): “..et tu, ecce mater tua” (y tú ahí tienes a tu madre). La tercera palabra es un grave en Mi Mayor, escala que se asocia a sentimientos negativos. En este caso sería la tristeza de una madre que ve impotente cómo su hijo se está muriendo. Este dolor, sin duda es universal y la versión coral hace un ruego a la Virgen para que al igual que hizo con su hijo, esté también con nosotros, pecadores. En otras palabras, sería una variación del Stabat Mater tradicional (un poema en latín que narra justo este momento. Este movimiento es el más largo de toda la obra.

  5. Sonata IV. Deus meus, Deus meus, utquid dereliquistime? (Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?: Un largo en fa menor. No es casual, dado que esta escala se asocia con la melancolía, la desilusión, así que va muy acorde a este sentimiento que tiene Jesús al verse abandonado por su Padre. El texto del versión coral, no obstante, responde a esa pregunta que si bien Jesús puede pensar que su Padre lo ha abandonado, nosotros como cristianos no haremos lo mismo y le agradecemos todo su sufrimiento, dando así, un mensaje algo más positivo.

  6. Segunda Introducción: Este interludio escrito en La menor sólo se incluye en la versión coral, en las otras tres versiones no aparece. Con él daría paso a la segunda parte del Oratorio y es un largo.

  7. Sonata V. Sitio (Tengo sed): En contraposición a la introducción, aquí nos encontramos en La mayor a tempo de Adagio. En la versión coral, esta vez el coro no declama la palabra, sino que lo hace el tenor, a modo de Evangelista. 

     

    El coro en este caso, comenta con rabia la crueldad del momento en el que dan a Jesús vinagre empapado en una esponja. Las cuerdas por su parte, al principio suenan en pizzicato para simular las gotas de agua.
     
  8. Sonata VI. Consummatum est (Todo está consumado): Al igual que en el segundo movimiento, Haydn vuelve a combinar dos escalas homónimas, pero esta vez empieza en Sol menor para terminar en Sol mayor. 

     
    Y lo hace porque Sol menor era la antigua tonalidad que representaba la muerte, por tanto el cambio al final implica un triunfo sobre ella. Todo ello a un tempo lento. 
     
  9. Sonata VII. Pater, in manus tuas comendo spiritum meum (Padre en tus manos encomiendo mi espíritu): Aquí Haydn utiliza Mi bemol mayor, que es la antigua tonalidad del amor. Tiene sentido ya que con su muerte; Jesús redime a la humanidad de sus pecados, por tanto su muerte es un acto de amor. En la versión coral, la última palabra la tiene el bajo solista, en pianísimo simulando ese último suspiro que dio Jesús antes de morir.

  10. Il terremoto. Presto con tutta la forza: Este sería el único movimiento rápido y también el más breve de todos los movimientos. Se interpreta inmediatamente después del anterior y sin pausa. De nuevo utiliza Haydn el Do menor, pero esta vez mantiene la tonalidad hasta el final sin cambios. Es en el único momento de la partitura que se marca Fortísimo (ff), con el sonido rápido de las cuerdas y el uso de la percusión para causar el efecto. 

    En la versión coral es el único movimiento cantado íntegramente por el coro sin la intervención de los solistas (aunque éstos se unirían a él lógicamente). Termina, como era de esperar de forma abrupta y seca. Personalmente me gusta mucho este movimiento.
Como se puede contemplar para evitar la monotonía, Haydn utilizó una gran gama de escalas alternando en modos mayores y menores para así no fatigar al oyente dado que todos los movimientos presentan tempos lentos. Haydn se mostró siempre satisfecho con su obra y fue además la última obra que él mismo dirigió (en Viena en 1803).
 
A nivel personal he estado trabajando esta partitura en su versión coral y participando en la parte de los tenores. A diferencia de otras obras, ésta en concreto no resulta especialmente difícil para un cantante profesional, pero no por ello es menos compleja ni mucho menos ya que se mueve a menudo en el registro alto del tenor (y para mí que apenas estoy empezando, es bastante difícil). En un principio la íbamos a presentar en este mes de Abril, pero debido al estado de Alarma ocasionado por el corona virus el concierto ha sido cancelado. Así que ésta es mi forma de presentar la obra. De los movmientos aparte del Terremoto diría el que mas me gusta es el VI, sobre tudo su final es bastante impresionante.

En cualquier caso, Las Siete Palabras es una de las piezas sacras más amenas y más íntimas que merece ser escuchada y apreciada independientemente sea uno creyente o no. Al fin y al cabo, el Arte va más allá de creencias religiosas, pues el Arte hace que provoque en nosotros diversas emociones.


GRABACIONES


CD Y DVD


De la versión para orquesta, tomo como referencia la grabación que hizo Jordi Savall en el Oratorio de la Santa Cueva. Savall sabe dirigir con precisión y en un intento de ser fiel al contexto de la obra, antes de cada sonata incluye un recitado en latín de cada palabra litúrgica. Sin duda Es la mejor versión que he encontrado de la obra.


Para la versión coral no hay aún en formato audiovisual y en cd cada vez es más difícil encontrar grabaciones a buen precio. Así que me he decantado por la versión de Harnocourt. Es un pelín lenta para mi gusto pero es bastante solemne, lo cual le va bien al espíritu de la obra.

Con esto finalizo esta entrada dedicada a esta obra de Haydn. La próxima volveré con... pues no tengo ni idea la verdad. Creo que voy a ir con otro trabajo de Donizetti que es del que tengo más obras... o ese Verdi que tengo por ahí rondando... O también ese Mozart... Ya veré.
Nos vemos.

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