sábado, 24 de noviembre de 2018

El ángel de la música: El fantasma de la ópera, de Lloyd Webber I


Vuelvo a dejar de un lado la ópera para hablar de otro de los grandes musicales de los últimos años y que en cierto modo rinde homenaje a la ópera. ¿Alguna vez habéis sentido una gran admiración por una voz, tanto que se convierte en una obsesión? Eso es lo que le pasa al protagonista de este musical

El fantasma de la ópera (The phantom of the opera) es un musical en un prólogo y dos actos con música de Andrew Lloyd Webber, letra y libreto del propio compositor, Charles Hart y Richard Stilgoe. Fue estrenado en el teatro Her Majesty de Londres, el 9 de octubre de 1986. 

La duracíón aproximada es de 140 minutos (unas dos horas y veinte minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Después de haber tenido un enorme éxito con su obra anterior, Cats, y otros que vinieron después que a mi juicio no son especialmente relevantes, Weber ya tenía una idea para su próximo musical y se fijó en la novela de Gaston Leroux, El fantasma de la ópera, como fuente de inspiración. Se lo propuso al productor, Cameron Mackintosh, y éste aceptó. Webber no fue el primero quien hizo un musical de esta novela, ya que en 1976, Ken Hill la llevó a los escenarios. Sin embargo, Hill lo que hizo fue adaptar algunos fragmentos de óperas famosas (como Los cuentos de Hoffmann, Fausto o Il trovatore) y escribir nuevas letras en inglés para ellos.

Webber en cambio, decidió hacer un espectáculo enteramente original. En un principio, el encargado de las letras iba a ser Jim Steinman, pero no pudo porque estaba trabajando en un disco para Bonnie Tyler, luego hubo un segundo libretista que abandonó el proyecto por motivos de salud y finalmente llegamos a los actuales; Stilgoe quien escribió las letras para una obra anterior, Starlight Express (un musical sobre trenes que... bueno es un poco coñazo) y Hart un joven letrista sin experiencia previa, pero con talento ya que quedó finalista en los premios Vivian Ellis de los cuales, tanto Webber como Mackintosh, eran jueces.

La obra se estrenó en Londres y tuvo tanto éxito que aún hoy sigue representándose en ese escenario, siendo la tercera obra más longeva que sigue en la capital británica después de La ratonera de Agatha Christie y Los miserables de Schönberg y Boubil. El Fantasma fue una obra que tuvo varios premios, Olivier y Tonys entre ellos el de mejor musical y el de mejor actor para Michael Crawford, quien debutó el papel junto a la esposa del compositor por aquel entonces, Sarah Brightman.

El éxito de esta obra motivó a Weber a querer escribir una continuación. Esa segunda parte llegaría en 2010 con un nuevo espectáculo llamado Love never dies (El amor nunca muere). Pero... eso es ya otra historia que igual algún día me dará el punto y os la contaré.

ARGUMENTO

La acción transcurre en París, en 1881.
Dado que no he encontrado un listado oficial del tipo de voz que requieren los personajes, la clasificación es totalmente subjetiva y no tiene porqué amoldarse a la realidad. Así mismo, he decidido no seguir al pie de la letra la división por escenas que viene marcada en el libreto, sino dividirlas por lugares en común.

PRÓLOGO

En París, en 1911 se está celebrando una subasta de diversos objetos que pertenecieron al teatro de la Opéra Populaire, como dos pistolas de una producción de Roberto el diablo, o una cajita de música de un mono tocando los platillos. Entre los asistentes, se encuentra un anciano, el Vizconde Raoul de Chagny quien la compra. Pero lo más importante está aún por llegar: el candelabro roto. Al parecer hace tiempo, hubo un "fantasma" quien lo rompió, pero por fortuna, lo han arreglado y ahora vuelve a estar operativo. Mientras los operarios lo encienden, Raoul empieza a recordar....


ACTO I

Escena I: El escenario de la Ópera Populaire.

Toda la compañía está concentrada ensayando una escena de una nueva producción de la ópera Hannibal.

 

Al terminar la escena, entra el señor Lefevre, quien les anuncia que ha vendido el teatro y les presenta a los nuevos dueños del mismo, Fermin y André (tenores). Lefevre les presentan a los cantantes principales de la compañia, Carlotta Giudicelli (soprano) y Ubaldi Piangi (tenor). André le pide a Carlotta que le cante un aria de esa misma ópera, y la mujer accede, pero cuando apenas ha entonado unos versos, se cae un decorado que casi mata a la soprano. Las bailarinas, asustadas, anuncia que el Fantasma de la ópera está presente, pero Fermin y André no lo cree. Carlotta les comenta a sus nuevos mánager que este tipo de accidentes suele ocurrir demasiado a menudo así que se va y abandona la producción.

Entra Madame Giry (mezzosoprano) quien trae una nota firmada por las iniciales FO (OG en inglés, fantasma de la ópera), donde les da la bienvenida, les recuerda sus honorarios y le pide que el palco número cinco esté libre para él. Gery les informa que Lefevre le pagaba 20000 francos al mes y le sugiera que les de lo mismo o algo más sabiendo que cuentan con el mecenazgo del vizconde Raoul de Chagny. Tanto Fermin como André rechazan la idea, porque ahora están preocupados por saber quien cantará el rol principal ahora que Carlotta se ha ido. Una de las bailarinas Meg (soprano)  e hija de Madame Giry, le comenta que su compañera Christine Daaé (soprano lírica) e hija de un famoso violinista sueco, podría hacerlo. Giry comenta que Christine ha estado recibiendo clases de un maestro muy bueno, así que la llaman y deciden hacerle una prueba.



Gusta tanto que efectivamente, la escena cambia a la noche del estreno y tiene un éxito arrollador. Entre el público se encuentra el vizconde Raoul de Chagny (tenor) quien reconoce a Christine como una vieja amiga de la infancia.

Escena II: El camerino de Christine

Una voz misteriosa llama a Christine. Entra Meg, para darle la enhorabuena y le pregunta quién es su misterioso profesor. Christine le dice que no lo conoce, pero es una voz que escucha en esa misma habitación que le ha enseñado a cantar. Según ella, es un Ángel de la música que su padre le ha enviado desde el cielo. Meg, empieza a asustarse y la deja.

Entra Raoul, quien le recita unos versos de cuando ellos eran niños. Christine lo reconoce y le dice que el Ángel de la música ha venido a verla. Raoul se ríe y la invita a cenar pero la joven rechaza la propuesta porque el Ángel se lo prohibe. Raoul insiste y le dice que vendrá a recogerla en un par de minutos.



Pero una voz llama a Christine y una figura misteriosa se refleja en el espejo. Christine se dirige hacia él como si estuviese hipnotizada. Raoul vuele a la habitación y ve como Christine entra a través del espejo. Raoul intenta detenerla, pero es en vano.

Escena III: La guarida del Fantasma. 

Un misterioso hombre conduce a Christine hacia sus dominios. No se le ve el rostro por entero ya que lo lleva cubierto por una máscara. Ese hombre es el que ha estado enseñando a cantar a Christine.



Cuando llegan Christine cae rendida y el Fantasma (bari-tenor) le cuenta que la ha traído hasta su cueva para que le sea de inspiración para su música.


Se pone a tocar el órgano. Entre tanto Christine se despierta y al ver al fantasma se pregunta porqué lleva una máscara. Con sigilo, lo alcanza por detrás y logra quitarle la máscara, cosa que enfurece al fantasma al mostrarle su rostro deforme. La joven siente pena por él y le devuelve la máscara. El Fantasma por su parte, la devuelve a la superficie.

Escena IV: La oficina de los empresarios

Fermin y André están ocupados leyendo las noticias que dicen sobre ellos en el periódico, así como las notas misteriosas que reciben exigiéndoles dinero. No obstante, están asombrados porque todo ese escándalo ha hecho que el público sienta curiosidad y han vendido todas las entradas para su nueva obra, pese a que todo el reparto haya desaparecido. Entra Raoul, con otra nota y preguntado dónde está Christine, cosa que los empresarios no tienen ni idea. Interrumpe Carlotta también con otra nota y acusando a Raoul de ser el autor, ya que dice que sus días en el teatro están contados. Entre tanta confusión, llega Madame Gery anunciando que Christine ha vuelto y trae una nueva nota del Fantasma, donde exige que en la nueva producción de "Il muto", sea Christine la protagonista y Carlotta haga el papel titular, es decir, el del paje mudo. Carlotta enfurece y los empresarios, deciden darle el papel principal a la prima donna oficial.


El Fantasma los amenaza con provocar algo terrible, pero nadie le hace caso.

Escena V: Durante la representación de "Il muto"

Así pues, Raoul está ocupando el palco número 5 y Carlotta está interpretando a la Condesa.

 

El teatro está completamente lleno, y la representación se desarrolla de manera normal, hasta que en mitad de su aria principal, el Fantasma interrumpe la representación preguntado porqué su palco no está vacío. El público se sorprende y Christine murmura que el Fantasma está presente, lo que enfada a Carlotta ya que su papel es mudo. Se va para refrescarse la garganta y al comenzar de nuevo su aria, se le atora la voz y es incapaz de ejecutar sus agudos, y sólo le salen unos graznidos extraños.

Fermin y André salen a escena, se disculpan por lo sucedido y anuncian a Christine Daaé como sustituta. Mientras se prepara, ordena al director que pase al ballet del tercer acto y mientras éste se desarrolla, el Fantasma se las arregla para atrapar al encargado de los decorados y lo mata ahorcándolo y arrojando su cadáver colgante en mitad de la función. Cunde el pánico y Raoul va a buscar a Christine, quien se lo lleva al tejado del teatro.

Escena VI: El tejado del teatro y el escenario.

Christine trata de contarle todo a Raoul, quien se muestra un tanto escéptico, la calma y de paso la pareja se declara su amor mientras el Fantasma los espía.


Christine y Raoul deciden volver y ella le dice que la espere al terminar la función. Solo, el Fantasma se siente traicionado y decide vengarse de todos, tirando el candelabro del teatro, que cae a los pies de Christine una vez que la representación ha terminado y está recibiendo el aplauso del público.

ACTO II


Escena I: La escalera principal del teatro

Han pasado unos seis meses desde el incidente con el candelabro y el personal del teatro ha podido respirar en paz, pues durante ese tiempo no ha pasado absolutamente nada. Para celebrarlo, han organizado un baile de máscaras.



Durante el mismo, Raoul y Christine están prometidos, pero aún no han hecho pública la noticia. En el clímax de la celebración, interrumpe el Fantasma quien les anuncia que ha compuesto una ópera, Don Juan Triunfante, y exige que se represente. Le recuerda a Christine que siempre será suya y desaparece ante la atónita mirada de los presentes.

La escena causa estupor y Raoul aprovecha para interceptar a Madame Giry, sospechando que ella puede saber algo del Fantasma. Giry le cuenta que es un hombre muy culto y que ha viajado por todo el mundo y ella lo encontró encerrado en una jaula y da a a entender que ella lo liberó y lo llevó a la Ópera donde ha estado viviendo desde entonces.

Escena II: La oficina de los empresarios y el primer ensayo de Don Juan

Tanto Fermin como André han recibido instrucciones sobre la ópera,la cual es un tanto extraña. Pero la más afectada es sin duda Carlotta quien está relegada a un segundo plano y acusa a Christine de ser la responsable de todo. Al ser ella la clave, Raoul sugiere que deberían representar la ópera para así poder atrapar al Fantasma de una vez por y todas.




Christine se muestra un tanto reticente al traicionar al hombre que le ha enseñado y abandona la escena. Raoul le declara oficialmente la guerra al Fantasma.

Entre tanto, la compañía se ha reunido con el director para leer la partitura. Piangi tiene problemas con ritmo y Carlotta protesta porque considera que esa música no tiene ni pies ni cabeza. Christine trata de ayudar también a Piangi, pero de repente el piano empieza a tocar solo. Christine se asusta y decide irse, mientras los otros se quedan ensayando.

Escena III: El cementerio

Agobiada por todo lo sucedido, Christine va a visitar la tumba de su padre en busca de consuelo.


Pero no está sola, el Fantasma la ha seguido y trata de animarla ya que él es su ángel de la música. Raoul también ha ido a verla, y trata de impedir que ella siga a la misteriosa voz. Finalmente, los dos hombres se enfrentan, pero Christine logra interrumpir el combate y se marcha con Raoul. El Fantasma decide declararle la guerra a ambos.

Escena IV: La representación de Don Juan Triunfante

 Antes de que se alce el telón, Raoul y los empresarios han dado instrucciones a la policía para actuar en cuanto el Fantasma se presente. Comienza la representación y la escena representa una taberna. El coro canta de forma extraña, y la música no parece del aprecio del público. Aparece Christine en escena y el Fantasma se las arregla para atrapar a Piangi, lo asesina y ocupa su lugar.


Ambos cantan su dúo y el Fantasma le da un anillo. Cuando está llegado el dúo al clímax, Christine logra quitarle la máscara revelando su rostro ante el público. La policía reacciona y el Fantasma logra escaparse con Christine. Mientras esto ocurre, Carlotta descubre el cadáver de Piangi, así como Raoul que está dispuesto a darle caza. Todos empiezan a buscar desesperandamente al Fantasma y Giry les recuerda de mantener las manos al nivel de los ojos, para evitar el arma del Fantasma, el lazo Punjab (una cuerda con el nido de la horca hecho).

Escena V: La guarida del Fantasma

Finalmente el Fantasma ha llegado a su refugio con Christine, donde se lamenta por su horrible rostro y el hecho de que todo el mundo lo odie. Christine le replica que su problema no está en su cara sino en su alma.


Llega Raoul, quien ha encontrado el escondite del fantasma gracias a Madame Giry y se enfrenta al él, pero éste logra atraparle y ponerle la horca. Entonces le da a elegir a Christine entre quedarse con él a cambio de la vida de Raoul o rechazarle y dejar que Raoul muera.  

 
Finalmente Christine decide decantarse por el Fantasma y le besa apasionadamente en los labios. Conmovido, el Fantasma libera a Raoul y a lo lejos se oye a la multitud que viene a por él. Entonces, decide liberar a la pareja y ordena que lo dejen sólo. Raoul y Christine se van. Sólo, el Fantasma se lamenta por su suerte y de pronto regresa Christine para devolverle el anillo que antes le dio. Se vuelve a ir y dándose cuenta que sin ella, su música ha terminado. Se sienta en el trono y se oculta tras su capa...


Llega parte de la multitud. La primera en entrar es Meg y no ve a nadie. Se acerca al trono y al quitar la capa, tan sólo encuentra una máscara en él.

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