domingo, 25 de noviembre de 2018

El ángel de la música: El fantasma de la ópera, de Lloyd Webber II


ANÁLISIS


La caída de la lámpara en el Palacio Garnier despertó la imaginación de Gaston Leroux y creó su inmortal novela, en la cual afirma que el responsable fue un misterioso hombre con el rostro deforme que conoce el lugar como la palma de su mano y además es un genio. 

A pesar del potencial de la novela para convertirse en un libreto de una ópera, lo cierto es que ningún compositor se interesó por ella, quizás por lo complicado que sería montarla en escena. No obstante, en el cine fue adaptada en varias ocasiones pero no musicalmente. Así, habría que esperar hasta la segunda mitad del siglo XX para que alguien se animara a hacerlo y si bien la primera propuesta compuesta por Ken Hill no es muy recordada, fue ya un intento para que otros se animasen. Y es ahí donde entra Lloyd Webber y la historia que ya os comenté en la entrada anterior.

Pero ¿cuáles son los posibles motivos por los cuales, este musical sigue aún en Londres y en Broadway? ¿qué tiene este musical que no tenga otros?

Para empezar, hay que destacar que este musical es un claro homenaje a la ópera. Si habéis estado siguiente las entradas anteriores, podréis sin duda alguna identificar los diferentes géneros. Hay que destacar que Weber prescinde del escenario original del Palacio Garnier y traslada toda la acción a un teatro ficticio, y además creó tres fragmentos de tres óperas imaginarias y compositores inventados para recrear un universo familiar pero a la vez único. 

Así, pasamos de la grand-opéra de Meyerbeer con Hannibal, a la ópera buffa italiana (o al bel-canto) con Il muto y finalmente nos presenta  las óperas de vanguardia con Don Juan Triunfante, que además está compuesta por el propio protagonista. Este hecho no es casual, ya que con ello Webber nos está diciendo que el Fantasma es un genio incomprendido en todos los sentidos, y ya no sólo por el aspecto físico.

Con respecto a la historia, El Fantasma nos presenta una variante del cuento de La Bella y la Bestia. Un hombre que ha sido siempre maltratado por su aspecto físico se comporta como un monstruo porque así la sociedad del momento lo ha tratado y pese a que en el fondo quiere ser aceptado ,se ve incapaz de entrar la sociedad y para pertenecer a ella no le queda más remedio que interpretar el papel que le ha sido asignado, es decir, el de un monstruo. Un hombre sin escrúpulos capaz de hacer lo que sea para obtener lo que quiere. 

En cambio, El Fantasma, (que en realidad se llama Erik aunque en la versión de Webber nunca se llama así) no es un ser malvado del todo ya que es capaz de crear arte. Crea música y es capaz de enseñar ese talento a los demás. Y la elegida resulta ser la pobre Christine Daaé quien se convierte en su pupila. Ella era la hija de un violinista famoso que siempre le decía que un Ángel de la música cuidaría de ella. Ese ángel, al final resulta ser un mortal pero si ella es la artista que es es sobre todo gracias a él y por ello es la única que logra aceptarlo sin la máscara. 

Christine es una heroína bastante compleja. Al principio nos puede parecer un poco tonta, pero lo cierto es que es una mujer que no ha terminado de superar la muerte de su padre y su promesa del Ángel es lo único que le queda de él. Comienza una relación con el Fantasma un tanto extraña. No podría decir que está enamorada de él, en el sentido físico, sino más bien en el espiritual. Al fin y al cabo ella es lo que es gracias a él. Pero ella de quien está realmente enamorada es de Raoul y es comprensinble. Es su amigo de la infancia, por tanto tiene la misma edad, guapo, culto, valiente y sensible. Raoul representa todos los valores positivos que el Fantasma quería tener pero no los tiene porque es un ser marginal.

Así pues, ya tenemos un triángulo amoroso que es la base para que una obra musical tenga éxito. Un tenor se quiere enrollar con la soprano pero hay un barítono que se lo impide. Con este simple esquema podríamos resumir una enorme cantidad de óperas que hemos visto en este blog y muchas de gran éxito. 

Pero no sólo en el libreto está la clave del éxito, sino también a un abanico de melodías tremendamente pegadizas y bastante bien inspiradas. Demasiado, para algunos, ya que en el monólogo del fantasma, (Music of the night) hay una parte que recuerda enormemente a parte del dúo de Johnson y Minnie en La Fanciulla del West de Puccini. Os dejo un vídeo que muestra los distintos parecidos que hay no sólo en este musical, sino en otros:


Dejando de lado algunos ejemplos (yo la referencia a Turandot no la noto mucho) en mi opinión creo que Webber conocía perfectamente la obra de Puccini. Lo que no puede afirmar es que si la cita musical la incluyó de forma consciente o no. Hay que tener en cuenta que Webber viene de una familia de músicos y por tanto habrá escuchado una gran cantidad de obras clásicas. No es de extrañar que algunos trabajos suyos recuerde a otra obra musical en concreto. Lo que ya no puedo deciros es si Webber empleó a sabiendas ese tema de Puccini o simplemente le salió de casualidad al ponerse al piano y al trabajar en la misma escala con los mismos acordes e intervalos.

En otras palabras, si quieres componer una canción en Do Mayor, es muy difícil hacer algo totalmente cien por cien original, dado que hay un montón de melodías en esa tonalidad y en algún momento aunque no lo quieras, quizás se parezca o es clavada a otra melodía ya existente. De todas formas las acusaciones de plagio no son nuevas para el compositor británico y eso ha hecho que gane un gran número de detractores. A pesar de todo, no podemos negar que aunque haya pasajes clavados, el conjunto de toda la obra es bastante notable, con lo cual llego a la siguiente conclusión: Si Webber plagia, lo hace bastante bien y con muchísimo criterio.

Este es el único musical que he visto en Londres y además en el mismo teatro donde se estrenó. Es todo un espectáculo, ya que el teatro donde se aloja no es demasiado grande y por tanto se puede seguir la acción sin problemas. Hacen un magnífico aprovechamiento del poco espacio disponible (y además tiran también la lámpara).

 De este musical aprendemos varias cosas:

- Todo ser humano está lleno de luces y sombras. Y sólo depende de nosotros mismos hacia qué lado tirar, sin importar lo que otros digan de nosotros.
- No importa lo bueno que seas en un campo, siempre habrá alguien que te supere. Esa idea no debería de obsesionarnos y quizás debería ser un aliciente para poder superarnos a nosotros mismos.
-  Contrata un buen seguro del hogar, no se sabe lo que puede ocurrir en un futuro. Igual la lámpara de tu salón se puede caer...

GRABACIONES

 CD

Dado que los musicales se doblan en el idioma del país donde se representa, se pueden encontrar grabaciones del mismo en muchos idiomas (alemán, francés, coreano...) No obstante yo me quedo con el cd original con el reparto que debutó la obra. Gracias a que es una obra conterporánea siempre podremos escuchar a la Christine Daaé original, Sarah Brightman. Recuerdo que Webber escribió el papel de Daaé para ella, así que aunque haya otras intérpretes del papel que igualen o superen su interpretación, siempre sabremos lo que tenía Webber en mente. Junto a ella, un inolvidable Michael Crawford como el Fantasma (y cuya interpretación le valió varios premios de teatro como el Tony o el Olivier al mejor actor) La única pega es que no es una grabación cien por cien integral y algunas escenas están algo cortadas (como la del ensayo de Hannibal) pero incluye el libreto íntegro.

DVD

 Para celebrar los 25 años de permanencia en cartel, se celebró en el Royal Albert Hall una representación especial y ésta fue registrada tanto en dvd como en Blu-ray. Sin duda es de compra obligada para aquellos quieran ver cómo es el show en directo (aunque en una escala menor) dado que no hay otro. Aún así a nivel musical es excepcional, con una soberbia Sierra Bogues como Christine Daaé y Ramim Karimloo como el Fantasma. Hay algunos cambios en las letras de las canciones con respecto a la grabación original, pero tampoco creo afecte mucho. También está disponible en cd, que no me ha dado aún por comprar la verdad sea dicha.


En 2004 se llevó a cabo una adaptación cinematográfica que cuenta el gran aliciente de constar con una orquesta de 100 músicos, con lo cual en el aspecto musical es bastante sobresaliente. La película en sí no está mal (siempre y cuando la veas en inglés, ya que en español a mi no me termina de gustar); hay algún que otro cambio (por ejemplo la lámpara la tiran al final y no a la mitad) e incluyen una nueva canción para los créditos musicales, Learn to be lonely, interpretada por Minnie Driver, la actriz que hace de La Carlotta (la canta con su voz natural). Para mi el punto débil es sin duda Gerard Butler, que no me termina de convencer a nivel vocal como el Fantasma pero pese a que no había cantado en su vida antes, creo que el pobre lo hizo lo mejor que pudo. El resto de personajes están muy bien logrados y Emily Rossum defiende muy bien a Daaé.

Pues dejamos al señor enmascarado que toque el órgano tranquilo en su cueva llena de velas perfumadas y me despido de vosotros. La próxima entrega será ya en diciembre con una entrega doble: una ópera y un ballet del repertorio ruso. Ambas tienen en común su compositor y que las dos son dos cuentos de hadas. Dos historias que terminan bien.

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