sábado, 9 de marzo de 2019

La esencia de la humanidad: La mujer sin sombra, de Strauss I


¿Qué es lo que nos hace humanos? ¿Qué nos diferencia de los espíritus? ¿Hasta dónde serías capaz de llegar por hacer tus sueños realidad? Estas preguntas son parte de la historia que nos cuenta la ópera de esta entrega.

La mujer sin sombra (Die Frau ohne Schatten) es una ópera en tres actos con música de Richard Strauss y libreto de Hugo von Hofmannsthal, estrenada en el teatro de la Ópera de Viena el 10 de octubre de 1919

Tiene una duración aproximada de 200 minutos (tres horas y veinte minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Después de  El caballero de la Rosa, Strauss le pidió a Hofmannsthal nuevas ideas para su próximo trabajo. A Hofmannstahl le atraía la idea de montar un cuento de hadas con una gran carga simbólica, así que en un viaje que hicieron ambos a Italia en Marzo de 1913, discutieron sobre el proyecto y Hofmannsthal empezó a elaborar el libreto pero muy lentamente, inspirándose en algunos relatos de Goethe, entre otros cuentos de hadas y cogiendo un poco de aquí y allá hasta formar una historia prácticamente original. 

Entre la elaboración del libreto y la partitura tardaron unos seis años en completar la compleja partitura, siendo la ópera más larga de Richard Strauss, la cual él llamaba "rana", ya que en alemán, si juntas las primeras letras del título sale Frosh (Frau Ohne Schaten). Cuando finalmente se estrenó, Strauss no estuvo muy satisfecho con el resultado de las primeras representaciones, pero pese a todo la ópera tuvo buena acogida. Actualmente no se representa mucho debido a su gran dificultad tanto técnica como escénica.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en unas imaginarias Islas del Sur, en un tiempo indeterminado.

ACTO I

Escena I: Una terraza sobre el jardín imperial

La Nodriza de la Emperatriz (mezzosoprano) recibe la visita del mensajero del mundo de los Espíritus (barítono), quien le pide ver a la emperatriz. Hay que tener en cuenta que ella, no es humana, sino que es hija del rey de los espíritus, Keikobad. Un día, ella estaba en el bosque convertida en gacela cuando fue cazada por el Emperador. Desde entonces ha estado viviendo los dos juntos, aunque ella ha perdido la habilidad de convertirse en animal y como no es humana, no proyecta sombra, por tanto no puede tener hijos. Keikobad, le ha dado a la Emperatriz un año de plazo para poder proyectar una sombra propia, si no lo hace, ella deberá volver a su mundo y el emperador se convertirá en piedra. 

La nodriza (que también es del mundo de los espíritus y odia a los humanos), le informa al mensajero que su señora está con el emperador. El mensajero se va y la nodriza expresa su deseo de volver a su mundo.

Entra El Emperador (tenor dramático) y le informa a la nodriza que se va de caza para buscar su halcón favorito, uno rojo que el fue el que utilizó para cazar a la gacela, que posteriormente se convirtió en su mujer. Se va y poco después aparece la Emperatriz (soprano dramática) quien recuerda cómo gracias un talismán ella podía transformarse. Ve a lo lejos un halcón (el favorito del Emperador) y éste canta (soprano): "La mujer no tiene sombra, el emperador será convertido en piedra". Desesperada, la emperatriz le ruega a la nodriza qué debe hacer para encontrar una sombra y ella le dice que tendrá que ir al mundo de los hombres. Decidida, le pide que la lleve en búsqueda de una mujer que quiera venderle la suya.

Escena II: La casa de Barak, el tintorero

Los tres hermanos de Barak, un manco, un cojo y un jorobado (dos bajos y un tenor), se están peleando y la Mujer del tintorero (soprano dramática) los separa echándole un cubo de agua. Éstos se enfadan con ella y discuten, hasta que llega Barak (barítono) y los separa. Ésta le pide que eche a los cuñados, pero él la convence para que los deje quedarse.

 

Pese al deseo del tintero de tener hijos, su mujer no está por la labor y jura en secreto que no los tendrá. Después de este encuentro, Barak se va a vender su mercancía.

Poco después aparece la Nodriza y la Emperatriz, disfrazadas. La Mujer no confía en ellas, pero la nodriza la alaga y le promete innumerables riquezas a cambio de su sombra.  La Mujer acepta y para ello tendrá que separarse de su marido durante tres días, con lo cual pasado ese tiempo el contrato de venta se hará efectivo. Entre tanto, la Nodriza y la Emperatriz se quedarán en la casa. Entra Barak y al ver a las dos desconocidas, su Mujer las presenta como dos primas suyas. Se ponen a hacer la cena y la Nodriza hace un hechizo para asar pescados, pero desde la sartén se oyen los espíritus de los niños nonatos queriendo entrar, pero la Mujer se asusta y apaga el fuego. Después de comer, Barak ve que su mujer ha apartado su lecho a otra parte, y cree que esa actitud tan rara podría deberse a un posible embarazo. Se acuestan separados, mientras en la calle se oyen a los serenos cantar al amor conyugal.

ACTO II

Escena I: La casa de Barak

Barak se prepara para ir al mercado. Una vez a solas, la nodriza tienta a la Mujer con un amante, convirtiendo la escoba en un apuesto joven, lo que hace que la Emperatriz no vea con buenos ojos a la Mujer, ya que Barak es muy amable con ella. No obstante, la Mujer resiste a la tentación.

 

El joven desaparece y entra Barak, acompañado de sus tres hermanos y de una banda de niños callejeros a los que ha invitado a comer para celebrar el gran día que ha tenido en el mercado. Sin embargo, su Mujer no comparte su alegría.


Escena II: El coto de caza imperial

El Emperador está siguiendo a su halcón rojo cuando ve a la Nodriza y a la Emperatriz entrar en su coto, cosa que no le extraña.


Sin embargo, nota un olor diferente y piensa que su esposa le está siendo infiel, con lo cual está decidido a matarla, pero tendría que hacerlo con sus propias manos. Asustado por la idea, se va.

Escena III: La casa de Barak

Barak está trabajando y le pide a su mujer que le traiga algo para beber. En ese momento, la Nodriza aprovecha para drogarlo y así se queda dormido. En ese momento vuelve a conjurar a un hombre guapo para que seduzca a la Mujer, pero ésta se asusta y despierta a Barak. El joven desaparece, y la Mujer recrimina a Barak por dejar la casa descuidada, cosa que deja al tintorero algo descolocado. La Mujer se va al pueblo y la Emperatriz empieza a sentir más pena por Barak. 

Escena IV: Los aposentos de la Emperatriz

 

La Emperatriz se despierta después de haber sufrido varias pesadillas y premoniciones sobre su esposo en el Mundo de los Espíritus, así como todo el daño que le está haciendo pasar a Barak


Escena V: La casa de Barak

Han pasado los tres días y el contrato ha vencido. Es de noche y ya Barak no puede seguir trabajando. Los tres hermanos le anuncia que algo raro está pasando y cuando entran en casa, la Mujer le anuncia a Barak que ha vendido su sombra y que por ello jamás podrá tener hijos.

 

Al comprobar con la luz de una vela que eso es posible, Barak está a punto de matar a su mujer y aparece mágicamente una espada. La Mujer, arrepentida, le pide que lo haga y la Emperatriz al ver la situación rechaza la sombra. De pronto hay un terremoto y la tierra se abre, absorbiendo a Barak y a su mujer. Los tres hermanos se van horrorizados y la Nodriza se lleva a la Emperatriz.


ACTO III

Escena I:  Una cárcel subterránea en el reino de Keikobad

Tanto Barak como su mujer están encerrados en celdas separadas una junto a la otra, sin saber dónde se encuentra cada uno.

 

A la Mujer le atormentan las voces de los niños no natos, se arrepiente por todo lo que ha hecho y echa de menos a Barak. El tintorero, por su parte, se arrepiente de haberle levantado la mano a su mujer y haber intentado asesinarla. Una voz los libera y los dirige hacia unas escaleras pero por separado.

Escena II: Las puertas del templo de Keikobad


Llegan en una barca la Nodriza y la Emperatriz.La Nodriza le sugiere a su señora que escapen, pero la Emperatriz al reconocer el lugar, piensa que su padre va a someterla a prueba y decide entrar, dejando de lado a la Nodriza. Ésta por su parte, también quiere seguirla, pero le niegan la entrada. Predice que su señora va a pasar por un tormento. Poco después se encuentra con la Mujer del tintero y le pregunta a la Nodriza por su marido, ya que quiere morir en sus brazos a lo que ella la envía hacia una dirección. Luego llega Barak preguntado por su mujer porque quiere pedirle perdón y lo confunde guiándolo por la dirección contraria. Entonces aparece el Mensajero de Keikobad, que por orden real, condena a la Nodriza al exilio. Tendrá que vivir con los humanos que tanto detesta y sin poderes mágicos.

Escena III: El templo de Keikobad

La emperatriz llega al templo y ruega a su padre, Keikobad que la perdona y que le un lugar entre los obras.

 

Aparece una fuente  y se oye a un guardián diciéndole que si bebe de ese agua, la sombra de la Mujer será suya. Pero la Emperatriz no puede hacerlo, dado que no quiere ser humana arrebatándosela a otros. Entonces, aparece el Emperador quien se ha convertido casi en una estatua de piedra. Al verlo, la Emperatriz se derrumba, pero al oír los lamentos de Barak y su mujer se mantiene firme y decide no beber de la fuente. En ese momento, la Emperatriz comienza a proyectar su propia sombra y se rompe el hechizo.

Escena IV: Un luminoso jardín

Las dos parejas se reunen felizmente. La Mujer, ha vuelto a recuperar su sombra y todos alaban el amor conyugal.


Tanto la Mujer como la Emperatriz están dispuestas a ser madres y se oye a los espíritus de los niños nonatos esperanzados por su futura vida.

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