domingo, 12 de mayo de 2019

El mejor tirador: Guillermo Tell, de Rossini II


ANÁLISIS

Guillermo Tell forma parte de esas obras que conocemos un trozo de ella porque la hemos oído en algún anuncio o película, nos gusta pero nunca llegamos a identificar de dónde viene. Me refiero, naturalmente al final de la obertura, los tres minutos finales que muchos piensan en ese Llanero Solitario cabalgando al galope al grito de "¡Hiyo, Silver!". 
De la historia de Guillermo Tell, por otra parte también la conocemos de oídas. No se sabe realmente si existió el personaje o no, pero sí forma parte del folclore suizo, como símbolo de la lucha por la libertad  y el amor paternal. A pesar de todo, los suizos tienen un museo en Bürglen dedicado a él y a toda su leyenda.

Por tanto no es de extrañar que el tema fuese del interés para los románticos. Y un tema muy adecuado para hacer un mega espectáculo teatral. Así que Rossini, ya cansado de su vida artística decidió despedirse por todo lo alto, jubilándose a los 37 años (justo los que tengo yo ahora) y viviendo de las rentas para el resto de su vida. Y aunque sea una obra bastante larga, eso no significa que sea compleja.

En realidad, en bastante simple. Todo se resume a la lucha contra la tiranía y la defensa por lo que es justo. Aunque el protagonista sea Guillermo, en realidad son los suizos, siendo ésta una obra coral donde el pueblo tiene su mayor representante en un sólo personaje, siendo todo lo demás secundario. Todo los demás detalles (como la relación entre Arnold y Mathilde) son más elementos secundarios y de relleno obligatorio para completar la ópera, ya que una ópera sin un conflicto amoroso no tiene muchas posibilidades de captar el interés del público. Todo ello unido a un bajo que hace de malo malísimo (Gesler), que al final acaba obteniendo su merecido.

Aún así, es de destacar la labor de los libretistas en adaptar el drama de Schiller, repleto de personajes y reduciendo de cinco actos a cuatro (ya que en el quinto, en la obra teatral tampoco aporta mucho). Algo que puede llamar mucho la atención es el hecho que Guillermo no posea realmente una gran aria, salvo la escena de la manzana, que tiene un pequeño arioso. Eso probablemente sea debido a que Rossini no se fiaría mucho de su barítono y prefirió darle las escenas de lucimiento a Arnold, el tenor, el cual tiene que dar a lo largo de toda la obra, nada más y nada menos que 28 do sobreagudos o do de pecho, lo que agota a cualquiera, además que su gran aria, tiene lugar en el cuarto acto, con lo que además se le exige una gran resistencia.

En cuanto a los papeles femeninos, pues más de lo mismo. No tienen apenas relevancia salvo Mathilde, que se debate entre el amor y su fidelidad a la patria, pero tarda poco en resolver su dilema al ver con sus propios ojos el sadismo y la crueldad de sus compatriotas frente al pueblo oprimido suizo. Rossini le escribe a este personaje varios pasajes de gran lirismo y belleza no exentos de dificultad. Peor suerte corre la esposa de Tell, Hedwige, la cual apenas tiene un aria y su participación está relegada a escenas de conjunto, siendo quizás la más destacada la de la plegaria del Acto IV.

Musicalmente hablando, se puede decir sin lugar a dudas que Rossini se despidió del mundo de la ópera por todo lo alto. La música es bellísima, llena de pasajes y momentos muy líricos como los dúos de Arnold y Mathilde, o tan trepidantes como las escenas corales y los ballets.  Hay una anécdota que cuenta que el director de la ópera, Louis Veron, se encontró con Rossini por la calle y le comentó que había escuchado el acto II de la obra y le había encantado, a lo que Rossini le contestó ¿Ah sí, Todo el acto entero? Esto se debe a que debido a la extensión la Ópera había hecho una versión reducida en 3 actos y sometiéndola a muchísimos cortes.

Hoy en día, es una obra que se ve poco en los escenarios debido a la dificultad, pues hay pocos tenores que se atrevan con ella y a su longitud. Es el problema general de la Grand-Opéra, componga quien la componga. Una lástima porque francamente es un espectáculo digno de ver y escuchar. En mi caso, no es una ópera que haya visto en directo y al igual que la gran mayoría, lo único que conocía era su famosísima obertura, pero una vez que me dio por escucharla entera he de admitir que es de las que más me gustan, aunque no es mi Rossini favorito.

De esta ópera podemos sacar las siguientes conclusiones:

- No provoques a tus subordinados que se te revelan y puedes acabar muy mal.
- Nunca hay que perder el espíritu de lucha y defender lo que es justo.

GRABACIONES 

CD

Pues éste fue el primer cd que compré para escuchar la obra y es una de las grabaciones más recientes. No es una grabación completa, ya que presenta algunos cortes en el acto I y en el acto IV, como la oración de Hedwige. Quitando ese detalle, a nivel de orquesta, cantantes y demás es agradable, no es una mala opción en absoluto.


Este cd se anuncia como la primera grabación completa de la obra y sólo por eso merece una oportunidad. Comparándolo con la grabación de Pappano es unos 15 minutos más larga y tiene como suplemento una ampliación del ballet del acto I, así como un final alternativo al acto III donde repite el tema del galop final de la obertura. A nivel musical está bien, tanto los cantantes como la dirección son buenas, pero la toma de audio me parece un poco mediocre para ser del 2013. Vale que después de cada numero no quiten los aplausos, pero que en el ballet se escuchen también el ruido de los pasos del cuerpo de baile me parece algo excesivo. Pero bueno, quizás sea de las más fáciles de encontrar en el mercado. Tampoco viene con libreto el cual ha de ser descargado vía internet (y sólo viene en francés, cosa que si no entendéis el idioma también fastidia bastante).


DVD 


Lo cierto es que no soy objetivo. Soy fan de Juan Diego Flórez, y creo firmemente que es el mejor tenor belcantista que tenemos en la actualidad. Así que cuando veo un título de Rossini, Donizetti o Bellini que sale él, ahí que voy yo de cabeza a comprarlo. Quitando el inconveniente de no llevar subtítulos al castellano, que en mi caso no es ningún inconveniente pues entiendo el francés y el inglés, para los que no, es un fallo importante. A nivel musical es magnífico, la escenografía podría haber sido mejor (ya que parece que estén rodando una película o algo así) pero al menos se entiende la trama. Es bastante recomendable.
Dejo a Tell tranquilo a que siga practicando con la ballesta y me despido por hoy. La próxima entrega seguiré con Donizetti y con otra de sus reinas, que también se basó en otra obra de teatro de Schiller. Una obra que en su día fue tan escandalosa que la censura la prohibió. Dos reinas enfrentadas por motivos políticos y ¿amorosos? Bueno ya os lo contaré.

Nos vemos.

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