domingo, 27 de octubre de 2019

El fruto prohibido: Los pescadores de perlas, de Bizet II


ANÁLISIS

 Ya hemos visto en otras ocasiones que el éxito de una ópera no depende muchas veces de lo bien que está escrita musicalmente o de su libreto. Tampoco depende de su estabilidad en el tiempo, como vemos en el caso de Meyerbeer, cuyas obras triunfaron en su día pero actualmente es raro ver alguna suya en cartel. Y luego están ese grupo de obras injustamente olvidades que poco a poco van encontrando su hueco en el repertorio.

El caso de Los pescadores es sin duda este último. Bizet fue un compositor que en vida no tuvo buena suerte pese a poseer talento. Quizás si hubiese nacido más tarde habría llegado más lejos o quizás si hubiese vivido más tiempo. En cualquer caso, aparte de su famosísima Carmen, que no olvidemos que en su día fue un sonoro fracaso, las pocas óperas que logró completar y se conservan quizás merecen una nueva oportunidad y mayor presencia en los escenarios.

Aquí nos escontramos con una obra que tiene bastantes elementos elementos en su contra a nivel dramático. Para empezar, no cuenta nada que no hayamos visto antes, es decir un clásico triángulo amoroso en donde dos hombres están enamorados de la misma mujer. Este tipo de tríangulos normalmente suele terminar en tragedia, casi siempre porque hay uno de los rivales (normalmente el barítono) que no da su brazo a torcer, pero en este caso, Zurga pasa en cuestión de minutos de ser el malo malísimo a ser el héroe que se sacrifica por su amigo del alma. Vamos, lo que muchos dirían un pagafantas.  Y todo ello muy bien ligado porque Leila lo había salvado hace tiempo cuando él estaba en peligro. Las casualidades de la vida. O unos libretistas muy flojos que no se querían calentar mucho la cabeza.

Tampoco juega mucho a su favor la duración. El libreto es muy conciso y salvo Zurga, que es el único que tiene un cambio de actitud como ya he comentado antes. el resto ronda lo típico de las circunstancias y no llegan a sorprender en absoluto. Zurga y Nadir tienen una relación que recuerda bastante a Don Carlo y a Posa en la ópera de Verdi, Don Carlo. Así mismo, Leila es un clon de la protagonista de La Vestale de Spontini, en la cual también una sacerdotisa con voto de castidad está enamorada de un soldado.

A pesar de lo flojo del libreto, Bizet supo sacarle partido a la partitura y componer una ópera realmente muy interesante, creando una atmósfera exótica, aunque para algunos musicólogos tampoco era para tirar cohetes. Es más, si no fuera por el dúo que tienen Nadir y Zurga en el primer acto, la obra habría quedado en el olvido. En cambio, puesto que Bizet murío con 36 años, no tuvo tiempo de desarrollar todo su potencial así que relegarlo a ser un compositor de un sólo éxito y encima póstumo es un poco injusto. Sobre todo teniendo en cuenta que sus obras anteriores tienen algo especial

Realmente Los pescadores no es una ópera que va a cambiarte la vida o hagas que te enamores del género, pero sí sirve para introducirse en él ya que no posee una larga duración y es bastante fácil de escuchar a la par de amena. Además cuenta con final feliz, cosa que tampoco se puede decir de todos los blockbusters operísticos.

Lo único que podemos aprender de esta ópera es que parejas puede haber muchas, pero amigos no tanto. Así que si a ambos os gusta la misma mujer (o el mismo hombre), que sea el tercero en discordia quien elija. O si sois muy modernos también cabe la posiblidad de formar un trío.

GRABACIONES

CD


Sorprendentemente, para no ser una ópera muy popular se pueden encontrar una variedad destacable de versiones, de todas las que hay opté por una de las más baratas que se pueden encontrar pero no por ello mala. La dirección de Prêtre acompaña sabiamente a un equipo de cantantes buenos en su trabajo que hacen de este registro una agradable escucha.

DVD

También se pueden encontrar varios registros audivisuales. Éste es uno de los más recientes y cuenta con el gran atractivo de la soprano Diana Damrau en el papel protaginista. Una puesta en escena bastante cuidada y ambientada en el siglo XX, que encaja bastante bien con el libreto. Es bastante agradable en todos los sentidos.

Con esto termino este pequeño recordatorio sobre otras obras de Bizet. Quizás es una de las entradas más cortas que haya hecho, pero lo cierto es que esta ópera no da para mucho. Para la próxima entrega voy a tratar otro título desconocido que se ha sacado a la luz no hace mucho y más del estilo de Barroco. Una ópera en la que sólo cantan hombres.

Nos vemos.

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