viernes, 11 de octubre de 2019

Los riesgos de casarse a ciegas: Don Pasquale, de Donizetti I


Nunca es tarde para enamorarse y tampoco para casarse y formar una familia. Pero hay que tener cuidado, no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad y hay que recordar también que a veces, es mejor estar solo que mal acompañado. Esto lo que aprendió el personaje principal de la ópera que trataré a continuación.

Don Pasquale (Don Pascual) es una ópera en tres actos con música de Gaetano Donizetti y libreto de Giovanni Ruffini y el propio compositor, estrenada en París en el Teatro de los Italianos el 3 de enero de 1843.

Tiene una duración aproximada de 125 minutos (dos horas y cinco minutos).

BREVES DATOS HISTÓRICOS

En 1842 Donizetti se encontraba pues como siempre bastante atareado. En mayo de ese mismo año, estrenaba en Viena una ópera semiseria, Linda di Chamonix y debido a su buena acogida, Donizetti decidió presentarla en París en el Teatro de los Italianos con algunos cambios. El director del teatro, Jules Janin, le encomendó una ópera bufa para el año siguiente. Puesto que el equipo de cantantes era bastante bueno (Giulia Grisi, su marido el tenor Mario, Tamburini y Lablache) Donizetti aceptó, aparte porque estaba muy bien pagado. Como tema, decidió hacer una adaptación de una antigua ópera italiana que había visto mientras estaba en Viena, Ser Marcantonio de Stefano Pavesi (1810). Donizetti contrató a un libretista Giovanni Ruffini, aunque durante los ensayos Donizetti, así como los cantantes le dieron tanto la lata y le sugerían tantos cambios cambios que al final exigió que su nombre no apareciera en el cartel del estreno.

Según se cuenta, Donizetti tardó mas de diez días en escribir la obra, casi un mes. Como era habitual, reutilizó música de otras obras anteriores suyas y de algunas sin estrenar como Gianni di Parigi o L'ange de Nisida (El ángel de Nisida, más tarde reconvertida en La favorita). Pese a que a la orquesta no te terminaba de gustar la música, la obra cuando se estrenó tuvo un éxito rotundo.

Don Pasquale fue la última ópera cómica que escribió Donizetti y también la última que se estrenó en vida, ya que en 1841, el compositor había escrito para el teatro de la Ópera-Comique una farsa en un acto llamada Deux hommes et une Femme.(Dos hombres y una mujer) Esta obra permanecería en el olvido y no se estrenaría hasta en 1860 bajo el título de Rita ou Le mari battu, (Rita o el marido maltratado.) Pero eso es ya otra historia.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Roma, a principios del siglo XIX.


ACTO I

Escena I: Una habitación de la mansión de Don Pasquale.

Don Pasquale (bajo) es un viejo rico y solterón que está enfadado con su sobrino Ernesto porque no quiere casarse con una dama rica que él mismo le ha buscado. Por tanto ha llamado a su amigo el Doctor Malatesta (barítono o bajo) para que le ayude a buscar una esposa para él. Entra el Doctor y le describe a su hermana, Sofronia, la cual acaba de salir del convento y está llena de virtudes. Se va y Don Pasquale se ilusiona con la idea, ya que le hace sentir más joven y se imagina la casa llena de niños.

 

Luego hace llamar a Ernesto (tenor ligero). Le ofrece todavía la posibilidad de casarse con la dama que él la ha sugerido, pero Ernesto la rechaza porque está enamorada de Norina, una joven viuda de origen humilde.



Don Pasquale, le anuncia que lo deshereda y que él mismo se va a casar con la hermana del Doctor, para asombro de su sobrino pues pensaba que el doctor era también amigo suyo.

Escena II: Un salón en la casa de Norina


Norina (soprano ligera) se encuentra leyendo un libro y reflexiona alegremente sobre su lectura. Entra Malatesta y Norina le enseña una carta de Ernesto explicándole que se va de Roma porque su tío lo ha desheredado. Malatesta le dice a Norina que no se preocupe, que pronto contactará con él para ponerle al día de lo que está planeando para que se tranquilice.

El plan es el siguiente: Norina se hará pasar por su hermana Sofronia, quien al principio se mostrará dulce y tímida, pero una vez que se haya casado, se convertirá en una mujer antipática e intratable para fastidiar a Don Pasquale para que se deshaga de ella. El matrimonio naturalmente, será falso, pues el notario sería un primo del doctor disfrazado. Norina accede a tomar parte en el asunto y entre los dos ensayan un poco para que todo salga bien.

ACTO II
Un salón en la mansión de Don Pasquale


Ernesto se lamenta de su mala suerte y recuerda a Norina una vez más. Se va y entra Don Pasquale quien da instrucciones a un sirviente para cuando llegue el doctor. Entra Malatesta acompañado de "Sofronia" cubierta con un velo. La joven se muestra introvertida, dulce y por su belleza logra seducir a Don Pasquale quien gustosamente acepta casarse con ella. "Sofronia" también acepta el matrimonio, así que inmediatamente llaman al notario. Mientras redactan el contrato, el notario se da cuenta que para que sea efectivo hace faltan dos testigos.

Justo en ese momento entra Ernesto para despedirse y se sorprende al ver que la mujer con la que va a casarse su tío es Norina. Malatesta se lleva a Ernesto y le dice que confié en él y que les siga la corriente que todo es por su bien. Ernesto decide hacerle caso y así se convierte en el segundo testigo de la boda.
Una vez que han firmado los dos novios, Norina cambia de actitud y se pone muy altiva.

 
Se proclama señora de la casa y llama a los criados para que vayas a buscar dos carrozas, un peluquero, cambiar los muebles... en definitiva pone todo patas arriba para asombro de Don Pasquale, que se siente traicionado, mientras que a sus espaldas, tanto Ernesto como Malatesta se ríen de la situación.

ACTO III

Escena I: Una salón en la mansión de Don Pasquale

Los criados están corriendo de un lado para otro porque no dan a basto con todo el trabajo que les da la nueva señora. Por su parte, Don Pasquale está muy harto de los gastos excesivos e inútiles de su mujer. Reune valor y decide enfrentarse a su esposa, quien sale lujosamente vestida para ir al teatro... sin él.


Don Pasquale se rebela le prohibe salir, pero Norina se encara con él, discuten y acaba por abofetear al pobre viejo. En ese gesto, Norina piensa que se ha pasado, pero después se lo piensa y sigue con la comedia. Para ello,deja caer un papel para hacer creer al viejo que tiene un amante. Don Pasquale lo recoge y lee en la nota que esta misma noche su mujer se va a reunir en el jardín con un admirador secreto. Llama a sus sirvientes para que vayan a buscar a Malatesta y se va.


Entre tanto, los sirvientes se reunen para comentar la situación y de paso sacarse un sobresueldo extra robando alguna que otra cosa. Se van y entran Don Pasquale y Malatesta. Éste le comenta todo lo que ha sucedido y Malatesta le propone que vayan ellos dos esa noche al jardín para pillarlos in fraganti y le ayudará en todo lo posible si descubren que efectivamente su esposa le es infiel.


Contento, Don Pasquale no ve el momento de poder deshacerse de su mujer mientras que Malatesta se compadece y se burla del pobre viejo.

Escena II: El jardín de la mansión de Don Pasquale de noche


Ernesto le canta una serenata a Norina. Poco después los amentes se reunen y se expresan su amor. Entran Don Pasquale y Malatesta, pero Norina hace que había ladrones y monta una escena. Don Pasquale la acusa de estar con alguien, pero ella afirmar que estaba sola. Discuten y finalmente Malatesta toma aparte a Don Pasquale y le sugiera que si quiere deshacerse de Sofronia la mejor solución es que case a Ernesto con Norina ya que Sofronia no la soporta. Dicho y hecho, Don Pasquale hace llamar a Ernesto quien acude raudo y veloz. Anuncia formalmente que le autoriza casarse con Norina y que puede vivir en casa además de una generosa dote. Furiosa "Sofronia" se va de la casa.

Justo en el momento que Don Pasquale pide a Ernesto que vaya a buscar a Norina, se descubre todo. "Sofronia "era en todo momento Norina, ya que la verdadera sigue aún en el convento. Malatesta se lo explica todo.
Don Pasquale, en un principio se enfada por lo sucedido pero luego se siente aliviado por tener que soportarla más así que bendice de buen grado a los jóvenes amantes.

 

Así que la moraleja de todo esto es que hay un tiempo para todo y que casarse es cosa de jóvenes. Ya de viejos  puede ser muy complicado.

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