jueves, 13 de septiembre de 2018

Como la vida misma: El tríptico, de Puccini II


ANÁLISIS

El tríptico son tres óperas pero concebidas como si fuese una sola. Esa fue la idea de Puccini, pero que en la actualidad, es bastante común verlas por separado, ya que en realidad la gran mayoría del público solo tiene interés por una sola: Gianni Schicchi. 

De esa ópera, tenemos la famosísima aria de Lauretta "O mio babino caro", aria que toda soprano que se precie tiene en su repertorio e incluso yo mismo, en la tercera audición que hice en la Escuela de Música donde estudio, la interpreté con el violín. Así pues, tuve interés en saber más de las otras dos y me llevé una grata sorpresa.
Cada ópera no llega los sesenta minutos siendo la más larga Suor Angélica, y la más corta Il tabarro, aunque la diferencia entre las tres es mínima. Minuto más minuto menos.

Dado que aunque las tres forman un bloque, de acuerdo a lo que una vez oí decir en una entrevista al director de escena Giancarlo del Monaco, cada una requiere el mismo trabajo que una ópera tradicional, así que voy a hablar de ellas por separado. Empezaré por el mismo orden que deberían ser representadas:

1. Il tabarro

Esta obra sigue prácticamente el camino que establecería Leoncavallo cono Pagliacci: una obra totalmente verista. La realidad sin complejos y sin belleza ninguna. Una exposición de las miserias humanas reflejadas en unos personajes de clase obrera que tratan de sobrevivir en un mundo que no le es especialmente justo. 
Todo se desarrolla en un espacio poco común, como es el de una barcaza que recorre el Sena. En poco menos de una hora vemos a una mujer que va buscando por las basuras, otro que se emborracha para olvidar lo miserable que es su vida y entre medio un triángulo amoroso compuesto por el jefe del cotarro: Michele, su mujer más joven que él ,Giorgetta, y el joven Luigi. Podemos saber que Luigi no tiene donde caerse muerto y es un hombre sin oficio ni beneficio. Giorgetta por su parte, es una mujer traumatizada por la muerte de su pequeño y resignada a vivir una vida que no le gusta en absoluto con Michele, el patrón. 

Como la obra es muy corta, no llegamos a conocer la vida de los personajes, pero con lo que oímos en la música y a través del texto, vemos que hay una tensión constante. Y como en toda obra verista pues acabará con un asesinato pasional, el marido matando al amante. Todo muy brutal y muy al gusto de la época, aunque al director Arturo Toscanini no le gustaba esta obra,  ya que la consideraba de mal gusto.  A nivel musical es interesante y podemos oír como Puccini juega con los volúmenes de la orquesta en los momentos culminantes, como al final del dúo de amor entre Giorgetta y Luigi, cuando éste dice que estará dispuesto a derramar sangre por ella.  

Y es que este París, no es el París que habíamos visto en La Bohème, una  ciudad donde los sueños pueden hacerse realidad y el amor se respira en el ambiente. En absoluto. Este París es más oscuro y sombrío y eso lo refleja la música perfectamente. Es quizás la obra más violenta de Puccini.

2. Suor Angelica

A continuación le sigue la historia de la pobre monja. Es la única ópera que no cuenta con ningún papel masculino y pese a que hay muchos papeles, en realidad la acción sólo desarrolla dos: Suor Angélica y su tía. Cabe destacar que el papel de la tía es el único papel importante que Puccini escribiría para una contralto.

Seguimos viendo las miserias humanas, pero esta vez se nos muestra en una doble vertiente. Por un lado, vemos la rutina de un convento de monjas, para la cual Puccini fue a visitar a una hermana que era abadesa un convento y cuando terminó la ópera, la interpretó al piano para la congregación. 

Reflexionando sobre el argumento, Puccini había escogido esta obra como metáfora del Purgatorio ya que Sor Angélica no está allí por sincera devoción, sino por expiar un pecado que a ojos de la sociedad era intolerable como es la de tener hijos fuera del matrimonio. Esa sociedad estaría representada por la infame tía, desagradable y antipática como ella sola, pero que tan sólo es el reflejo de esa sociedad hipócrita y cruel que condena al exilio a aquellos que no siguen sus normas. Por eso podemos entender la reacción de la monja, ella está allí por su hijo y al enterarse de que su hijo está muerto, ya siente que su culpa está expiada. Por eso podemos entender las razones que la llevan a su triste final: Sor Angélica no tiene ningún motivo para seguir viviendo.  En esto vemos bastantes semejanzas con otros dos roles de Puccini: Giorgetta, porque al igual que ella, sabe lo que es el dolor de perder a un hijo, y Butterlfy porque es una mujer a la que no sólo abandonan sino también le arrebatan a su hijo.

En cierto modo, es una muerte de amor lo que sufre Angélica, un amor por su hijo y al igual que otras heroínas trágicas decide ir a su encuentro, pues al fin y al cabo quien nos ha de juzgar es Dios y al parecer, Él la ha perdonado. 

De las tres, ésta era la favorita de Puccini. Quizás porque le recordaría a su hermana que estaba en el convento. Quizás porque Angélica es una mujer como las que él suele describir, buena, dulce que no se merece nada malo y sin embargo las circunstancias se ceban con ella.  

A nivel musical es la más dulce de las tres. Pese al gran momento de tensión que encontramos en el dúo de la tía y la monja, el resto es bastante agradable de escuchar. Aquí se encuentra el aria "Senza Mamma", que es un gran reto interpretativo y es otra de las grandes arias que Puccini escribió para una soprano. 

Una obra poco conocida, pero muy a tener en cuenta. 

3. Gianni Schicchi

Llegamos a la joya de la corona por así decirlo. Schicchi es una rareza en lo que a Puccini se refiere ya que nos ha hecho llorar durante toda su carrera y de pronto nos sorprende con una comedia bastante gamberra. O al menos, todo lo gamberro que se podía ser a principios del siglo XX. 
De nuevo, vemos reflejada la hipocresía de la sociedad y las miserias humanas pero esta vez desde un punto de vista más cómico. Aquí todos los personajes van cada uno por su lado y vela por sus propios intereses, así que no es de extrañar que Schicchi reaccione como lo hace cuando en un principio rechaza ayudar a los Donati. Esta lucha por la discriminación entre diferente clases sociales no es un tema nuevo, pues ya lo habíamos visto en Mozart con Las Bodas de Figaro, por poner un ejemplo.

Es una obra pensada para el mayor lucimiento del barítono protagonista, si bien la soprano tiene su gran momento con su aria "O mio babino caro" y el tenor también tiene la suya. El resto de personajes, que son un montón, en realidad funcionan como si fuese uno solo, pues en el fondo es todo un diálogo entre Schicchi, y ellos. No podemos considerar que Schicchi sea malo pues el objetivo principal es conseguir una buena dote para su hija para que se pueda casar con el hombre al que ella ama. Esa mezcla entre un padre tierno y un pícaro de playa (o de ciudad más bien) es lo que hace que esta obra sea entrañable y haga sacar una sonrisa al público.

A nivel musical, la obra es prácticamente un recitativo continuo salvo los puntuales números musicales que ya he comentado antes y donde una vez más Puccini nos brinda su buen hacer en elaborar melodías que se nos metan en la cabeza. Precisamente, por ser la más novedosa de toda la carrera del compositor, es la que más llamó la atención al público de entonces y sigue llamando la atención ahora. Cabe señalar que Schicchi no es la primera ópera que firma Puccini con final feliz, ya que la primera fue La Fanciulla del West. Pero eso es otra historia que algún día os contaré.

Conclusión.

Habiendo ya comentado las obras por separado, vemos que El tríptico es una obra que tiene su propia identidad y que quizás habría que verla más a menudo en los escenarios tal y como fue concebida que dividida en piezas o formando parte de otras óperas cortas. El gran problema es el elevado coste de producción, ya que las tres óperas tienen un elevado número de personajes y algunos son muy dispares a nivel vocal y además cada una exige un equipo de cantates diferentes, aunque en algunos casos sobre todo en los secundarios, se pueden desdoblar reduciendo así el coste. Y a nivel escenográfico, los temas son bastante atemporales (quizás Suor Angelica menos) pero las otras dos se pueden trasladar a la época actual sin problemas, como suele pasar habitualmente con Schicchi

De esta serie de óperas aprendemos varias cosas:

- Los padres por la felicidad de sus hijos están dispuesto a hacer cualquier cosa.
- Enrollarte con la mujer de otro siempre va a traer consecuencias negativas.
- La sociedad, a veces, puede llegar a ser muy cruel.

GRABACIONES 

CD


Actualmente las ediciones que existen del Tríptico son las económicas, lo que significa que no vienen con el libreto y te lo tienes que descargar en formato pdf. Un rollo, vaya. No es la más nueva, pero ésta goza con el barítono Tito Gobi, de quien tengo un buen recuerdo de su Scarpia en su grabación de Tosca con María Callas así como la española Victoria de los Ángeles en los papeles de Angelica y Lauretta. El sonido es bueno y salvo eso, que no tiene libreto es una opción apañada. 

DVD
 No tengo ninguna queja al respecto con esta serie. Una caja con las tres óperas cada una en su dvd correspondiente que presentan una puesta en escena moderna, pero totalmente respetuosa con la obra y coherente. Pappano dirige correctamente, el equipo de cantantes hacen bien su trabajo no sólo cantando sino también actuando (bastante conmovedora Ermonela Jaho en Suor Angelica)y el barítono que se desdobla en Michelle y en Schicchi, Lucio Gallo demuestra ser un gran actor. No hay muchas opciones de ver las tres óperas.

Este dvd en concreto no lo tengo, pero la representación la trasmitieron por televisión y pude verla. Personalmente, no me pareció para tirar cohetes, porque no respetaron el final original de Puccini, sino que en este montaje, termina con la muerte de Schicchi asesinado por uno de los Donati, final que no cuadra en absoluto con el espíritu cómico de la obra. Quitando eso, la puesta en escena es curiosa y bueno, está Plácido Domingo así que quizás por él ya valga la pena. Aunque antes de adquirirlo, recomendaría ver el ciclo entero y si una vez lo hayáis hecho, ésta es la ópera que más os gustó de las tres, entonces podéis plantearos comprar sólo este título.

Dejamos las miserias humanas a un lado y para la próxima entrega volveré con Rossini que hace un huevo de tiempo que no comento nada de él, con la historia de una pobre muchacha víctima del desprecio de su padrastro y sus hermanastras que la obligan a hacer todas las faenas de la casa sin contrato, sin Seguridad Social y encima tampoco se dignan a pagarle en negro. Un drama, vamos. Pero tranquilos, al final la bondad siempre triunfa.

Nos vemos.

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