sábado, 1 de septiembre de 2018

Mujeres, hombres y viceversa: Così fan tutte, de Mozart I


¡Qué bonito es el amor! Depositar toda tu confianza en una persona que te jura ser siempre fiel... o no. Hay cosas que es mejor no tentar a la suerte, porque el resultado quizás no sea de tu agrado. Esa es una lección que van a aprender los protagonistas de la ópera de esta entrega.

Così fan tutte ossia La scuola degli amanti (Así hacen todas o La escuela de los amantes) es una ópera en dos actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte, estrenada en el teatro Horfburg de Viena el 26 de enero de 1790.

Tiene una duración aproximada de 180 minutos (tres horas).

BREVES DATOS HISTÓRICOS

La obra al parecer era un encargo que hizo el emperador José II a Antonio Salieri, quien empezó a trabajar en ella, pero al final la abandonó porque el tema no era de su agrado. Esta obra sería la última colaboración que tendrían Mozart y da Ponte, autor de libreto. Las fuentes no son del todo claras, se rumorea que está basada en hechos reales que le contaron al emperador que pasaron en un baile de máscaras, aunque ya existían historias que trataban el intercambio de parejas, como en el Decamerón de Bocaccio. En cualquier caso, se podría considerar que la idea es original del libretista. La ópera en el día del estreno pasó sin pena ni gloria, aunque para la audiencia vienesa no se escandalizó por el argumento. Fue dirigida por el propio compositor y el emperador no pudo verla porque ya había fallecido.

Sería ya en el siglo XIX cuando el público consideró esta obra como atrevida y acabó olvidándose.  Fue a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando esta obra empezó a rescatarse y a recuperar su lugar en el repertorio habitual.

ARGUMENTO 

La acción se desarrolla en Nápoles, en el siglo XVIII.

ACTO I

Escena I: La terraza de un café. 

Dos oficiales, Ferrando (tenor lírico) y Guglielmo (barítono) afirman que sus novias, Dorabella y Fiordiligi, serían incapaces de serles infieles. 

 

Sin embargo, su viejo amigo, Don Alfonso (bajo-barítono) no opina lo mismo, y la duda ofende a los dos jóvenes. Es más, Don Alfonso afirma que si les da la oportunidad, podrían ser infieles en menos de un día,  y los oficiales se apuestan cien monedas de oro a que ellos tienen razón. Don Alfonso acepta la apuesta y les pide que hagan todo lo que él les diga. Los oficiales, confiados de que ganarán la apuesta se van pensando en qué gastarán el dinero que van a ganar.

Escena II: Un jardín cerca de una playa

Fiordiligi (soprano lírica) y su hermana Dorabella (soprano o mezzosoprano) se encuentran alabando a sus novios (Guglielmo y Ferrando) mientras contemplan sus retratos. Han quedado con ellos, pero en lugar de los jóvenes viene Don Alfonso con una terrible noticia. ¡Los han llamado a filas y han de partir a la guerra! Llegan los jóvenes, muy apenados y se despiden de sus novias.  Aparece un grupo de jóvenes alabando la vida militar y los oficiales se van con ellos.

Don Alfonso se queda con las dos hermanas y ven al barco partir y los tres le desean a los jóvenes suerte en su viaje. 

Las hermanas se van desoladas y Don Alfonso, solo, está seguro de que ganará la apuesta.  

Escena III: Un salón de la casa de Fiordiligi y Dorabella

Despina, la criada de las dos hermanas (mezzosoprano o soprano) se encuentra rajando de lo dura que es su vida y se dispone a probar el chocolate que está haciendo para sus señoras cuando entran desoladas las dos hermanas. Tristes y abatidas, piensan en el suicidio y en lo terrible de la situación porque sus novios se han ido. Despina, no obstante, las anima y les dice que tampoco es para tanto, así pueden aprovechar para divertirse un poco y conocer a otros hombres, ya que ellos harán lo mismo fuera, ya que éstos no son fieles por naturaleza.

Las tres mujeres se van y aparece Don Alfonso, quien cree que Despina puede arruinarlo todo si ella logra reconocer a los dos oficiales disfrazados. Antes de hacerlos pasar, la llama y le pide su colaboración a cambio de una generosa suma de dinero si consigue interceder para que dos "amigos" suyos puedan enrollarse con sus señoras. Despina acepta y Don Alfonso hace entrar a Ferrando y Guglielmo disfrazados de albaneses.


Despina no los reconoce y les parece que pueden ser un buen partido para sus señoras. Entran las dos hermanas y se quedan sorprendidas e indignadas al ver hombres en su casa. Ferrando y Guglielmo se presentan como amigos de Don Alfonso e inmediatemente declaran su amor a las dos hermanas; Ferrando a Fiordiligi y Guglielmo a Dorabella. Sin embargo, no tienen éxito y Fiordiligi afirma que ella le es fiel a su novio y que jamás quebrantará ese voto. 


Guglielmo intenta reternerlas, pero es en vano y las dos hermanas se van. Satisfechos, los dos oficiales creen que han ganado la apuesta, pero Don Alfonso afirma que aún tiene tiempo y les ordena que se vayan al jardín y que esperen su órdenes. Ferrando afirma que aún ha visto en los ojos de sus novias que aún les quiere.

Entretanto, Don Alfonso y Despina trazarán un plan para que los dos "albaneses" tengan éxito con las dos hermanas.

Escena IV: Un jardín
  
Las dos hermanas están en el jardín cuando de pronto entran Ferrando y Guglielmo muy apenados. Puesto que su amor no es correspondido, están decididos a suicidarse y se envenenan. Las dos hermanas horrorizadas se van a socorrerlos. Entra Don Alfonso y ve que sus dos amigos han tomado arsénico. Entra también Despina que al verlos decide irse para llamar a un doctor, que en realidad es ella misma disfrazada. Mientras tanto, las dos hermanas se conmueven por tal trágico suceso y los dos oficiales hacen lo posible para no partirse de risa. 

 

Cuando el "doctor" le proporciona un antídoto, los dos oficiales se curan y las colma con todo tipo de halagos, pero cuando cada uno está a punto de besar a la novia del otro, las dos hermanas reaccionan y se van dejándolos tirados.

ACTO II

Escena I: Un salón en la casa de las hermanas

Despina convence a sus señoras que deberían hacerle caso a los albaneses, ya que son buenos chicos y son ricos. Se van y las dos hermanas reflexionan sobre lo que su criada les ha dicho. Dorabella piensa que tampoco estarían haciendo nada malo divertirse un poco con ellos así que convence a su hermana Fiordiligi a que le siga el juego.


Cada uno escoge sin saberlo, al novio de la otra. Entra Don Alfonso y le dice a las hermanas que se vayan al jardín que hay una sorpresa esperándolas.

Escena II: Un jardín

Las hermanas se encuentran con que los albaneses les han motando una fiesta con música y flores.


Tanto Despina como Don Alfonso las invita a que se unan a ellos y las hermanas se van con el que han hablando antes. Guglielmo flirtea con Dorabella y tiene éxito, pues ésta le entrega el medallón donde lleva guardado el retrato de Ferrando a cambio de un colgante con forma de corazón. Por su parte, Ferrando intenta hacer lo mismo con Fiordiligi, pero no tiene tanto éxito.  Cuando se quedan solos, Ferrando piensa que han ganado ya que Fiordiligi sigue siendo fiel, pero Guglielmo no puede decir lo mismo de Dorabella.
 

Ferrando se enfada al comprobar que su novia le ha sido infiel, pero aún así Guglielmo está contento porque la suya lo es. Sin embargo, Don Alfonso le dice que no cante victoria tan pronto, porque todavía puede caer la otra.

Escena III: La habitación de las hermanas

Dorabella confiesa a Fiordiligi que al final ha caído en brazos del albanés, para mayor alegría de Despina.Ambas tratan de convencer a Fiordiligi que haga lo mismo aunque la joven todavía quiere permanecer a su novio.


Se van y se queda Fiordiligi sola. Decide que lo mejor es ir al campo de batalla para reunirse con Guglielmo. Entre tanto, Don Alfonso junto a los dos oficiales descubren su plan, pues pasaban por ahí para espiarlas, así que en ese momento entra Ferrando y la trata de convencer una vez más de su amor. Finalmente, la chica se rinde en sus brazos, demostrando así que ella también es infiel. 

 

Guglielmo estalla de ira, pero Don Alfonso les dice que es mejor que las perdonen y que se casen con ellas ya que al fin y al cabo "cosí fan tutte", así se comportan todas. Así pues, Don Alfonso gana la apuesta.

Escena IV: Un salón ricamente decorado 

Finalmente, las dos parejas deciden casarse. Han decorado la casa y han contratado músicos. Don Alfonso llama a un notario, que en realidad es Despina disfrazada.

 

Las dos parejas se disponen a firmar: Fiordiligi con "Sempronio" (Ferrando) y Dorabella con "Tizio" (Guglielmo).  Sólo firman ellas, pues justo en el momento que lo van a hacer ellos, se anuncia la llegada de los oficiales. Las dos hermanas se ponen nerviosas y mandan a sus amantes a que se escondan, quienes lo hacen y aparecen poco después de sí mismos.

Descubren los contratos nupciales y al pedir explicaciones, las dos hermanas no saben dónde meterse. Entonces ellos revelan sus disfraces y les revela el plan. Las dos hermanas piden perdón a sus novios y echan la culpa de todo a Don Alfonso, quien admite su culpa, les aconseja que cada uno vuelva con su amante y que recuerden toda esta experiencia con humor, pues se es más feliz viendo el lado bueno de las cosas. Las dos hermanas les vuelven a prometer a sus novios que le serán fieles, pero ellos prefieren crearlas y jamás ponerlas a prueba.


Todos ríen y afiman que aquellos que sean capaces de encontrar la risa donde otros encuentran el llanto, son aquellos que encontrarán la paz.

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