domingo, 2 de septiembre de 2018

Mujeres, hombres y viceversa: Così fan tutte, de Mozart II


ANÁLISIS

Alguien podría preguntarse qué tienen en común esta obra maestra de Mozart con el título de ese infame programa de Tele 5. Para que no conozcan el programa, Mujeres, hombres y viceversa es una especie de concurso-reality que va de buscar pareja, donde una chica o un chico tiene que elegir entre varios pretendientes.  Como el programa muestra la guerra de sexos y las técnicas de seducción de uno y otro bando (así como consta de "asesores") en un momento me vino que podría ser un símil. Poco afortunado, quizás. Pero ese es otro debate.

De las tres óperas que compuso Mozart con da Ponte, ésta es la que más me ha dado que pensar. A nivel personal, es la que menos me gusta de la Trilogía de da Ponte, en parte porque de las tres, es la que menos he escuchado y también porque se me hace muy larga.

Aún así, esta obra es realmente interesante porque a través de un ambiente cómico nos plantea una cuestión bastante seria y es la relación entre hombres y mujeres. Esta guerra de sexos se plantea de manera inteligente y en un principio desde un punto de vista claramente machista. Y aquí viene lo interesante. ¿Realmente la obra es tan machista como parece?

A mi juicio más que "Così fan tutte", así se comportan todas, deberían ser en realidad "Cosí faciamo tutti"; así nos comportamos todos. Porque en realidad, lo que la ópera plantea es el concepto de la fidelidad humana y aquí planteo una segunda pregunta: ¿El hombre es un ser fiel por naturaleza?

Para empezar, todo empieza con una simple apuesta. El viejo Don Alfonso quiere dar toda una lección de vida a sus jóvenes amigos, Ferrando y Guglielmo. Según él, que ha vivido mucho, la mujer es incapaz de ser fiel a un hombre. Los jóvenes piensan que no es verdad, ya que sus novias son un ejemplo de constancia y fidelidad. Sin embargo, y como hemos podido ver en la entrada anterior, al final acaban fracasando y el tiempo da la razón a Don Alfonso.

Si nos quedamos con sólo esta parte, podemos pensar que el retrato que hace Da Ponte de las mujeres no es muy bueno que digamos, pero lo que no tenemos en cuenta es el porqué las dos hermanas reaccionan como lo hacen. El motivo es muy simple: acaban siendo infieles por un principio de igualdad.

Este principio lo oímos de Despina: "Los vientos inconstantes tienen más firmeza que los hombres" Y más adelante: "Paguemos con igual moneda a esa maléfica raza indiscreta". En otras palabras; la mujer es infiel porque el hombre es infiel.

Y efectivamente no le falta razón. Porque aunque estando disfrazados y es en plan de coña, tanto Ferrando como Guglielmo también le están siendo infieles a sus novias, Dorabella y Fiordiligi precisamente con la otra, pues en el fondo están dando a entender lo que Despina dice, que los hombres si tienen la oportunidad, van a ir detrás de cualquier falda sin importar lo que tengan en casa. La única diferencia es que los hombres son conscientes del juego, mientras las dos hermanas no lo son.

Por tanto, en el fondo no es tan machista como parece. Es simplemente humana. Para Mozart como da Ponte, la fidelidad humana es algo que no existe de forma natural, ya que lo natural es saciar el apetito. Del mismo modo que cuando tienes hambre, comes, cuando tienes ganas de amar (o follar) amas o follas. La fidelidad por tanto es una condición aprendida por la cultura pero no por la naturaleza. Por eso las hermanas acaban siendo infieles: tienen una carencia afectiva que alimentar. Y como en ese momento sus novios no están, acaban aprovechando las circunstancias para calmar ese instinto con los primeros hombres que se la cruzan. Evidentemente, Don Alfonso jugaría con el mito erótico que a la mujer en esa época resultaría atractivo; igual ahora en pleno siglo XXI; Ferrando y Guglielmo se habrían disfrazados de vikingos, por ejemplo. Recordemos que los personajes son italianos, así que igual a Fiordiligi y a Dorabella le podrían atraer a un maromo rubio y ojos azules.

En defensa de las hermanas, al menos en un principio tratan de ser fieles. Pero como decía un amigo mío, "Si no hay portero ¿por qué no vas a marcar un gol?" como respuesta al flirteo de una chica que ya tiene novio o está comprometida. Siempre me ha parecido esa actitud bastante infame, la verdad, ya que en este caso, damos la culpabilidad a la persona que cae en la tentación y no en la que tienta. En este caso pasa lo mismo. Consideramos automáticamente culpables a Fiordiligi y a Dorabella de haber sido infieles, ya que aunque su primer instinto fue decir que no, los otros dos las han ido calentando sin importarles que ellas tuvieran novio o no (que aunque son ellos mismos, no deja de ser un experimento), pero son ganas de querer fastidiar, aparte de mostrar una enorme falta de respeto a la negativa de la mujer: No es No, no hay porqué insistir.

Aquí por otra parte, volvemos a ese enfrentamiento entre la ética y el instinto primario de sastisfacer el deseo sexual. Si bien la intención de ser fiel a tu pareja, en un momento dado, el cuerpo puede ser débil y si te encuentras en una situación tan sumamente límite como le plantean a las dos hermanas con ese suicido fingido, esa fantasía erótica que se te presenta y te halaga, tiene detalles que tu pareja actual no tiene y encima tienes a alguien que te anima a ceder, pues es difícil resistir a la tentación. No imposible, pero no sería de extrañar. Y lo mismo pasaría con un hombre, porque seamos sinceros: A un hombre se le plantea el mismo juego y seguro que también acaba cayendo.

El resultado de este peligroso juego, es que las dos parejas aprenden mucho uno del otro y aunque la obra se cierra con un final feliz, en realidad no lo es tanto: aunque las dos hermanas les aseguran a sus novios que sabrán compensarles y les prometen fidelidad, ellos le responden "Te creo, pero no voy a ponerte a prueba", porque ya lo han hecho. Y han fracasado. Lo mismo pasa con ellas, porque después de lo que ha pasado ¿cuáles son sus verdaderos sentimientos con respecto a sus novios? La obra termina planteando al espectador varias preguntas que no tienen una respuesta categórica, pues cada uno deberá sacar sus propias conclusiones.

Así que es mejor que se lo tomen con humor, porque en el fondo lo que ha pasado es algo tremendamente serio. Y es a través de la comedia en la que nos damos cuenta de lo débil que es el ser humano, sin tener en cuenta la condición social, pues en la obra todos los personajes son tratados de igual a igual, ya que Despina, aunque es la criada, en ningún momento se la trata con desprecio y no hay ningún indicio que os diga que Don Alfonso pueda pertenecer a la nobleza. En este aspecto, podemos acordarnos de Don Giovanni, que a la hora de ligar, con tal que fuera una mujer, la condición social no importaba y aunque en esa obra las clases sociales sí estaban realmente señaladas, esa distinción desparecía al tener todas un enemigo común.  Lo mismo pasa aquí en Così. 

Otro factor que encuentro genial en esta ópera que no se da en ninguna otra de Mozart (al menos que yo sepa) es la distribución de los números musicales. Existe una simetría casi total, seis personajes: tres hombres y tres mujeres con personalidades que se complementan. Así las dos parejas iniciales, en realidad por carácter combinan mejor cuando se intercambian, es decir la rectitud de Fiordiligi pega más con el románico Ferrando mientras que la jovial Dorabella pega más con el campechano Guglielmo, así como Despina es la versión femenina de Don Alfonso, pues tiene la misma opinión de los hombres que el viejo de las mujeres. Estos seis personajes tienen exactamente la misma importancia, casi todos tienen el mismo número de arias y están prácticamente todo el tiempo en escena, dando una mayor importancia a las escenas de conjunto que a las arias.

Con todos estos elementos tenemos una obra totalmente atemporal, de una belleza sin límites pero que hay que saber bien escuchar para capar bien sus matices. No es una obra que yo considere que sea fácil, dada la longitud y la gran cantidad de recitativos, pero merece mucho la pena.

De esta ópera podemos aprender varias cosas:

- Nunca se termina de conocer a una persona.
- Ligado a lo anterior, no des por hecho que una persona va a reaccionar de cierta forma cuando se presenta una situación determinada. Igual te sorprende.
- La confianza en la pareja, ha de ser mutua.
- Cuidado con las apuestas y con lo que apuestas.

GRABACIONES

CD

 Para esta ópera decidí adquirir una grabación reciente, a pesar las críticas puristas que había leído. A pesar de que no soy muy fan de Villazón cantando a Mozart, lo cierto es que no lo hace mal y el resto del reparto así como la orquesta tampoco. Lo único que no me gusta de esta grabación es que los dos números finales los han dejado como dos largas pistas de 19 y 20 minutos, cuando podrían haberlo partido en tres partes y así poder localizar ciertas partes del número más fácilmente. Quitando eso, es una buena grabación que incluye el libreto, cosa que en otras, al ser reediciones de grabaciones más antiguas no hacen, así que quizás sea su gran ventaja.

DVD

 Aunque por desgracia no tengo este dvd, vi este montaje creo que por Youtube y me gustó enormemente. Unos decorados sencillos, pero tanto la interpretación de los cantantes como la orquesta y la puesta en escena me gustaron bastante. Es un buen ejemplo de cómo hacer una escenografía moderna, pero respetando la base original. En cuanto tenga la ocasión, me haré con él.


Este, por otra parte sí lo tengo. Me costó bastante baratito y la verdad es que no me puedo quejar pues tenemos una buena dirección, un buen equipo de cantantes, como Elina Garança como Dorabella y el magnífico Ruggero Raimondi que da gusto verlo en su lado más cómico. También es una buena opción y la puesta en escena es también coherente. 

Pues dejamos los intercambios de pareja por hoy. Para la próxima entrega, hablaré de una tragedia, un drama y una comedia que no tienen nada que ver una con la otra pero que en el fondo tienen algo en común: Puccini. 

Nos leemos.

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