viernes, 21 de septiembre de 2018

El triunfo de la bondad: La Cenicienta, de Rossini II


ANÁLISIS

Rossini no fue ni el primero ni el último en poner música a la historia de Cenicienta, pero sí es el que le ha dado más fama en cuanto a la ópera se refiere. Años más tarde, Pauline Viardot (hermana de la famosa cantante María Malibrán y toda una personalidad de la sociedad parisina del siglo XIX) hizo una ópera de cámara,  Massenet hizo también su propia versión, Prokofiev haría un ballet, Rodgers y Hammerstein un musical y Disney su famosa película animada, por citar algunos ejemplos.

En cambio lo que si hay que agradecer a Rossini es el cambio de registro a la historia, así como la identidad de los personajes. Para empezar, se deshizo de todos los elementos sobrenaturales para ofrecer al público un relato creíble. Así, cambió también la figura de la madrastra por un padrastro, un tanto patán y menos retorcido que la madrastra original poniendo el toque cómico a la historia. Porque Don Magnífico (y ya el nombre lo dice todo) no es un personaje del todo malvado. Es un idiota con aires de grandeza, que hace todo lo posible por dar a sus dos legítimas hijas (un par de petardas, que también tienen el pavo subido) la mejor vida posible y todo a costa de la pobre Angelina, su hijastra y la verdadera propietaria de todo.

También desaparece el hada madrina y en este caso tenemos un “hado padrino”, que en realidad no es un mago ni mucho menos, sino un hombre sabio, el tutor del príncipe que hace un test de empatía a las hijas de Don Magnífico y sólo Cenicienta pasa la prueba. Es gracias a Alidoro que Cenicienta puede ir al famoso baile, obtiene su vestido y demás. La razón por la cual Cenicienta no pierde el zapato de cristal y al final los amantes se reconocen por un brazalete, se debe a una cuestión de censura. En el siglo XIX, no estaba bien visto que una mujer se descalzara en público, así que la escena en el que una mujer se prueba un zapato podría ser tan escandaloso como si enseñara un pecho. Aparte que el brazalete no lo pierde sino que se lo da ella directamente al príncipe, dando al personaje la oportunidad de tomar la iniciativa en la relación.

Otro aspecto que también me parece destacable es la participación del príncipe. Ramiro interactúa con las tres jóvenes, haciendo su aparición en la obra mucho antes que en el cuento, donde sólo conoce a Cenicienta el día del baile. Es más, Ramiro se enamora de ella desde el momento que la ve toda cubierta de hollín, lo que le da más profundidad al personaje. Se añade también el personaje de Dandini como contrapunto cómico a Don Magnífico. En lo general, el libreto mantiene un buen balance entre el drama y la comedia, pues no olvidemos que pese a todo, Cenicienta es una mujer explotada en su propia casa, pero presentado de forma amable y amena.

En cuanto a la música, nos encontramos con un Rossini en plena forma. No sólo nos encontramos con arias con una coloratura verteginosa, como el rondó final de la protagonista (Non più mesta) o el aria de Ramiro en el segundo acto (Sì ritrovarla, lo giuro), sino también unas magníficas escenas de conjunto, con el característico crescendo que Rossini nos tiene acostumbrados.

Es una ópera que como la gran mayoría se disfruta enormemente en directo. Yo tuve la ocasión de verla montada en el Palacio Garnier en París y lo cierto es que disfruté bastante.

De esta ópera podemos aprender varias cosas:

- Toda buena acción tiene su recompensa, aunque no sea de efecto inmediato.
- No hay que juzgar a nadie por su forma de vestir.
- Hay que tratar a todo el mundo con respecto independientemente de la labor que haga. Nadie es mejor que nadie.
- Quien algo quiere, algo le cuesta.

GRABACIONES

CD

Aunque yo tengo otra edición, la grabación es la misma. Esta en concreto es bastante clásica, tenemos a la gran mezzo Teresa Berganza, pero a pesar del buen reparto no me termina de convencer porque para mi gusto es un pelín lenta. Me gusta más a Claudio Abbado dirigiendo a Verdi que a Rossini, creo que le falta un hervor. Además algunos recitativos están cortados, pero bueno creo que eso tampoco importe mucho. No es mala opción, pero yo prefiero la de abajo.

 Esto es más una cuestión de gustos. Adoro a Cecilia Bartoli y aunque sé que tiene sus detractores, para mí es una mezzo con una técnica impresionante. El tempo de este registro es algo más dinámico y el resto de cantantes, sobre todo el Don Magnífico de Corbelli son bastante buenos. De tener sólo una, ésta es la que yo recomendaría sin dudarlo.

DVD
Como complemento, un montaje clásico de la ópera de Houston con Bartoli a la cabeza, y Enzo Dara como el patán de su padrastro. Para los que se quieran hacer una idea de lo que Rossin tenía en la cabeza cuando escribió la ópera, éste dvd es una prueba de ella.

Sin embargo, yo prefiero esta puesta en escena que tuvo lugar en el Liceu de Barcelona. Realza el lado cómico de la obra con un colorido vestuario y además como toque original han añadido a unos figurantes vestidos de ratones, haciendo un pequeño homenaje a la versión de Disney. En el plano musical, pues tenemos a Flórez que está genial, aunque soy muy poco objetivo porque es uno de mis tenores favoritos y también a la americana Didonato en el papel titular. Muy divertida de ver.

Dejo a Angelina y a Ramiro que coman arroz con perdiz tranquilos y yo lo dejo ya por hoy. La próxima entrega será en octubre y volveré con la obra maestra de Meyerbeer, un enorme espectáculo donde muere muchísima gente.

Nos vemos.

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