viernes, 12 de octubre de 2018

El héroe destinado a hacer grandes cosas: Los Troyanos, de Héctor Berlioz I


Si hay algo innato en todo ser viviente es el espíritu de supervivencia. Y es normal que en tiempos de crisis, o de guerra, hagamos todo lo posible para sobrevivir. Empezar de cero es difícil cuando lo has perdido todo, pero mientras estés vivo habrá esperanza. De esto podría ir la ópera de esta entrega.

Los Troyanos (Les Troyans) es una ópera en cinco actos con música y libreto de Héctor Berlioz estrenada parcialmente en el teatro Lírico de París, el 4 de noviembre de 1863 y completa, pero en dos sesiones consecutivas en el teatro Principal de Karlsruhe el 6 y el 7 de septiembre de 1890.

Tiene una duración aproximada de 235 minutos (casi cuatro horas).

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Berlioz no fue un compositor que tuviera mucha suerte en el campo de la ópera. Su primer intento, Benvenuto Cellini (1838) no gustó en absoluto y tampoco lo tuvo su segunda ópera, una de sus obras más conocidas, La condenación de Fausto (1846) así que para su siguiente trabajo quiso hacer una gran producción. A Berlioz le apasionaba la obra de Virgilio, La Eneida, y vio que allí había un buen material para su nueva ópera. El resultado fue una enorme obra en cinco actos con escenas de ballet incluido, tomando como base el libro II para los dos primeros actos, donde narra la caída de Troya y los libros I y IV para el encuentro entre Eneas y la reina Dido en Cartago para los otros tres actos. Primero elaboró el libreto entre abril y junio de 1856 y casi al mismo tiempo empezó con la música. Lo primero fue el dúo del acto IV de Eneas y Dido, luego pasó al primer acto, para luego volver a pasar al IV. Terminó de componer la partitura el 12 de abril de 1858, aunque un año más tarde añadiría un pequeño dúo cómico al acto V, así como otros pequeños retoques. En 1861, Berlioz trató de venderla a la Ópera de París para su representación, pero entre que no se llevaba muy bien con los directivos y que ya habían invertido mucho dinero en Wagner con su Tannhäuser y ésta no tuvo mucho éxito, tampoco querían arriesgarse.

Por tanto, Berlioz se quedó con las ganas. Pero entonces, el director del teatro Lírico Léon Carvalho, le propuso que la estrenara en su teatro que además tenía un nuevo edificio (el actual Théâtre de la Ville en la plaza de Châtelet en París), Berlioz aceptó, aunque bueno las cosas no salieron como a él le habría gustado. Para empezar, la obra era realmente larga y Carvalho la dividió en dos óperas distntas. Así, los dos primeros actos, pasaría a ser una nueva obra en tres llamada La prise de Troie (La toma de Troya) y los otros tres formarían una nueva ópera en cinco actos llamada "Les troyans à Carthage" (Los troyanos en Cartago), ala que se le añadió un prólogo. Fue ésta la que se estrenó finalmente en 1863 con un éxito relativo. Hubo críticos que la alabaron y otros que pensaban que era un puto mojón.

Así que Berlioz se tuvo que conformar que ver parte de la obra, ya que en vida jamás vio montado los dos primeros actos y la otra parte sufría algún que otro corte. Años más tarde y con el compositor ya fallecido, hicieron una versión en concierto de La toma de Troya, pero la versión escénica tendría lugar en Alemania, en Kalrsuhe en 1890 y en dos noches consecutivas por problemas de logística. A partir de ese momento, ya empezaron en algunos teatros alemanes sobre todo, a montarla entera aunque con bastantes cortes. En realidad, el primer montaje de la ópera tal y como Berlioz lo había pensado llegó realmente tarde, en Londres, cantada en inglés y en 1947. A partir de entonces, ya se empezó oficialmente a representar los cinco actos, pero pese a todo no es una obra que se vea frecuentemente en los escenarios.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Troya y en Cartago, en tiempos mitológicos.

ACTO I
El campamento abandonado de los griegos a las afueras de Troya

¡Por fin! Después de diez años, parece que la guerra entre los troyanos y los griegos ha llegado a su fin.Los ciudadanos expresan su alegría por poder salir tranquilos de la ciudad. 

 

Bueno, no todos. Cassandra, hija del rey Príamo y antigua sacerdotisa de Apolo (mezzosoprano o contralto) no está segura del todo y piensa que los griegos traman algo. Entra su amante Corebo (barítono) que la tranquiliza y le aconseja que olvide sus sospechas. Para celebrar el acontecimiento, suena una marcha y aparece Eneas liderando el ejército, así como su padre Anquises con los niños, el rey Príamo y Andrómaca, la viuda de Héctor, valiente héroe muerto a manos del general griego Aquiles (y que éste fue después asesinado por Paris). Entre tanto Eneas se va y se celebran los funerales por los fallecidos. 

Poco después, aparece Eneas (tenor dramático) anunciando que ha ocurrido algo terrible. Los griegos han dejado en la playa un enorme caballo de madera a modo de regalo para los troyanos. Sin embargo, el sacerdote Laoconte ha aconsejado a los soldados de no meterlo en la ciudad y de prenderle fuego y justo cuando él mismo iba a hacerlo, ha sido devorado por dos serpientes marinas. Todos los demás piensan que Laoconte ha sufrido un castigo de los dioses por ser desconfiado, aunque Cassandra no lo tiene muy claro.

 

Eneas sugiere que hay que meter al caballo dentro y dejarlo al lado del templo de Atenea (o Minerva) para así no ofender a los dioses. Todos se van para la ciudad en una solemne procesión. Mientras mueven el caballo, se oye un ruido metálico del interior, lo que confirma las sospechas de Cassandra: El caballo es en realidad una trampa de los griegos y allí están escondidos. Intenta avisar a los suyos, pero nadie le hace caso. Sólo ella es conciente de que la caída de Troya es inminiente.

ACTO II

Escena I: Los aposentos de Eneas

Mientras Eneas está descansando, se le aparece el fantasma de Héctor (bajo) y le ordena que se vaya de la ciudad porque está siendo asaltada por los griegos. Así mismo le dice que está destinado a fundar una gran nación que dominará el mundo, así que le dice que vaya a Italia donde le espera su destino. Entra un soldado, Panteo (bajo) y le cuenta que los griegos estaban escondidos en el caballo. Al anochecer han salido y han invadido la ciudad, asesinando al rey Príamo. Ascanio, hijo de Eneas (mezzosoprano) entra y confirma que el palacio real está en llamas. Todos afirma que pelearán por Troya hasta la muerte y se encomiendan a dios de la Guerra, Marte (o Ares).

Escena II: Salón del Palacio de Príamo

Las troyanas se han reunido y no saben qué hacer. Cassandra anuncia que pronto ella se reunirá con Corebo, quien ha fallecido y convence a las demás que la mejor forma de salvar su honor y su honra es a través de la muerte, de lo contrario sufrirán un tormento a manos de los griegos. 

 

Salvo un grupo de mujeres, que no está por la labor y huye, el resto apoya a Cassandra. Entran los griegos y Cassandra delante de ellos se burla y se apuñala. Las otras siguen su ejemplo y mientras los griegos ven atónitos la escena, Cassandra exhala su último aliento gritando ¡Italia!


ACTO III
Salón del trono de la reina Dido en Cartago


Los cartagineses alaban a su reina Dido, que en tan sólo siete años ha logrado fundar una nueva y próspera ciudad después de que hubiera huido de su Tiria natal.

 

Dido (mezzosoprano) está agradecida a su pueblo y los anima a que la sigan apoyando en el caso de que el rey de los Númidas, Jarbas, amenace sus tierras. Todos juran proteger a la reina Dido, y los distintos gremios profesionales le rinden tributo.

Una vez finalizado la celebración, Dido se queda a solas con su hermana Ana (contralto). Ésta la anima a volver a casarse, pero Dido le dice que permanecerá siempre fiel a su esposo muerto, Siqueo. Poco después entra Yopas, el poeta de la corte (tenor) e informa que acaba de atracar en sus costas una flota extranjera. Dido le dice que les haga pasar y se presenta Ascanio, con el tesoro de Troya, acompañado de su padre disfrazado de marinero  y de Panteo. Ascanio cuenta lo sucedido y Panteo le dice que el destino de su líder es encontrar Italia y fundar una nueva ciudad allí.


Dido les ofrece su amistad y entonces sucede algo terrible: Narbal, ministro de Dido (bajo) entra y anuncia que Jarbas está atacando los campos y están de camino a la ciudad. Eneas, se descubre y le ofrece a Dido su colaboración. Dido acepta y los troyanos parten junto a los cartagineses a defender el territorio.

ACTO IV

Escena I: Un campo (La caza real y la tormenta, pantomima)

Para celebrar la victoria de los cartagineses contra los númidas, Dido invita a Eneas una cacería. Sin embargo, una tormenta obliga a Dido y Eneas a buscar refugio. Allí se hacen amantes. Afuera, las ninfas y los sátiros bailan y se oye una palabra: Italia.

Escena II: El jardín de Dido en su palacio

Ana se encuentra feliz por ver a su hermana de nuevo enamorada, aunque a Narbal no le hace mucha gracia porque ve que la Reina está un poco dispersa últimamente. Llega, Dido acompañada de Eneas, Yopas, Ascanio y demás y para entretenerlos se organiza un ballet.
Después, Dido le pido a Yopas que cante algo y éste acepta, pero la reina se aburre y pide a Eneas que le siga contando su historia y lo que le pasó a Andrómaca. Eneas obedece y poco después todos van dejando a la pareja sola.


La pareja se declara su amor de forma metafórica y se van juntos. Entonces aparece Mercurio, quien recuerda una vez más a Eneas su destino. Italia.

ACTO V

Escena I: El campamento de los troyanos en la orilla

Hilas, un soldado (tenor) canta añorando su tierra. Otros pocos están un poco desilusionados por tener que irse, ya que no viven mal en Cartago, pero tampoco quieren hacer enfadar a los dioses. Entre tanto, aparece Eneas quien ya ha ido escuchando las voces de los dioses que debe cumplir con su misión.

 

Para mayor presión, se le aparecen los fantasmas de Héctor, Cassandra, Corebo y Príamo que le piden que se vaya. Finalmente, Eneas acepta su destino pese a que le hará un enorme daño a Dido. Así que decide irse a escondidas. Sin embargo, Dido lo encuentra y al darse cuenta de que la va a abandonar, lo maldice, pese a las excusas de Eneas de querer ser fiel a los dioses.

Escena II: La habitación de Dido

Dido le pide a su hermana Ana que busque a Eneas y que le convenza de que se quede y renuncie a su misión. Su hermana se siente culpable de haberla animado a volver a enamorarse, pero Dido le contesta que en realidad Eneas jamás la ha amado ya que de haberlo hecho, habría desafiado a los dioses. Ana se va, pero pronto Yopas anuncia que los troyanos se han marchado. Enfurecida, Dido ordena que monten una pira para quemar todos los regalos que se ha hecho los troyanos mutuamente. Luego ordena que la dejen sola.

 

Dido decide acabar con su vida, pero antes se despedirá de su bella Cartago.

Escena III: Los jardines de Dido

Se ha montado una pira funeraria donde se hallan diversos objetos, entre ellos la espada de Eneas. Ana y Narbal maldice a Eneas y los sacerdotes rezan a Plutón. Dido entra, toma la espada de Eneas y profetiza que habrá un héroe, Ánibal, que la vengará.

 

Dicho eso, se apuñala. Mientras agoniza, profetiza el final de Cartago y con un último aliento tiene una visión de la civilización romana. Con esas palabras: Roma, inmortal, la reina muere y todo su pueblo maldice a Eneas y a toda su estirpe.



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