lunes, 1 de octubre de 2018

La intorencia religiosa: Los Hugonotes, de Meyerbeer I


La fe es algo curioso. Es toda una virtud que puede hacernos mover montañas, pero también puede hacernos cometer los más terribles crímenes si no somos capaces aceptar otras líneas de pensamiento. De esto, podría tratar esta interesantísma obra.

Los Hugonotes (Les Huguenots) es una ópera en cinco actos con música de Giacomo Meyerbeer y libreto de Eugène Scribe y Émile Deschamps, estrenada en el teatro de la Ópera de París el 29 de febrero de 1836.

Tiene una duración aproximada de 230 minutos. (Tres horas y cincuenta minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Después del éxito obtenido por Roberto el Diablo, Meyerbeer quiso volver a repetirlo componiendo otra obra que revolucionara el panorama operístico parisino. Así que se reunió con Scribe quien con la ayuda de Émile Deschamps, creó una historia de amor inspirándose en la novela  de Prosper Merimée, "Crónicas del reinado de Carlos IX", sobre todo para crear el ambiente del conflicto, ya que los personajes son en cierto modo distintos. De todas formas, Meyerbeer para mejorar aún el libreto, se fue a Italia con su mujer para reunirse con un amigo suyo, Gaetano Rossi quien a su vez era también libretista y con quien Meyerbeer había trabajado en su obra "Il crociato in Egitto".
  
Rossi le dio varios consejos y así Meyerbeer logró que Scribe y Deschamps lo mejoraran. Entre una cosa y otra tardó unos cinco años en completar la partitura. Para los papeles principales, Meyerbeer contó con la colaboración de dos estrellas del momento:
 
Adolphe Nourrit, quien también creó el rol titular de Roberto el Diablo, El Conde Ory de Rossini entre otros, y que en la ópera que nos ocupa cantó el rol de Raoul. Tenía mucho éxito, hasta que vino otro tenor que le quitó el puesto (Gilbert Duprez) y ya desde entonces, su vida fue de mal en peor, cayó en depresión y acabó tirándose por la ventana de un hotel en Venecia. Pero tengo la sensación que esta historia ya la he contado en otra ocasión.

Cornelie Falcon, una soprano con una voz singular que tenía un gran registro en las notas graves y también agudos. Tanto es así, que para ciertos papeles de soprano dramática, algunos musicólogos denominan a esa voz; Soprano Falcon. Ella creó el rol de Alice en Roberto el Diablo, Rachel, en La Judía de Halévy. En este caso creó el rol de Valentine. Como buena figura romántica, su carrera fue corta, terminó a los 23 años años cuando en mitad de una representación de la ópera de Louis Niedermeyer, Stradella, a la pobre le dio un chungo y perdió su voz para siempre. Esa obra en concreto no la conozco.

En cualquier caso, la obra fue un éxito absoluto y en 1903 ya se había representado mil veces. En otras ciudades europeas se modificaron los grupos enfrentados y en vez de católicos y hugonotes, fueron anglicanos y puritanos o simplemente dos facciones políticas, güelfos y guibelinos. A día de hoy, se la considera la obra maestra de Meyerbeer.

ARGUMENTO

 La acción se desarrolla en Francia, en verano de 1572.


ACTO I
Un salón del castillo del Conde de Nevers

El Conde de Nevers, un noble católico, (barítono) se encuentra junto con otros nobles de celebración mientras esperan la hora de la cena. Entretanto esperan a que llegue un invitado, un nuevo amigo del conde, Raoul de Nangis, que acaba de ser ascendido, aunque es un hugonote. Entra Raoul (tenor lírico-spinto), y agradece la buena acogida que ha tenido entre los nobles católicos, aunque hay algunos que se burlan de él.

 

Se juntan todos a la mesa y celebran la buena comida. Al ver a Raoul un tanto taciturno, le preguntan el porqué de su estado y el joven les cuenta que se ha enamorado de una misteriosa joven que ha ayudado del acoso de un grupo de estudiantes.

Una vez terminado el relato, aparece Marcel, viejo sirviente de Raoul y también hugonote (bajo) quien le regaña por estar con los católicos. Raoul le excusa y lo invita a sentarse con ellos. Marcel obedece a regañadientes y entona un canto luterano. Uno de los comensales, el conde Cossé (tenor), lo reconoce de haber luchado contra él en la batalla de La Rochelle y por su culpa lleva una cicatriz. Sin embargo no le culpa y le invita a que cante una canción de guerra más animada.
Entra un criado y anuncia a Nevers que una misteriosa dama quiere verle. Nevers va a su encuentro y Raoul descubre que esa mujer es aquella muchacha de la cual está enamorado y cree que es la amante del conde. Nada más lejos de la realidad. La joven es la favorita de la reina y ha venido por orden de la misma a romper su compromiso que tenía con él.

 
Por otra parte, entra Urbano, paje de la reina (soprano lírica) con una carta para Raoul, que lo invita a una cita en la vieja torre y allí se vende los ojos y se deje llevar. Intrigado por la propuesta, Raoul acepta con el apoyo de todos los presentes.

ACTO II
Jardines del castillo de Chenonceaux


La reina Margarita de Valois (soprano lírica) se encuentra con su séquito cantando y admirando el paisaje, cuando Urbano, su paje le anuncia la llegada de su acompañante favorita Valentine (soprano dramática o Falcon.) La joven habla con la reina y le dice que el conde de Nevers ha aceptado la ruptura del compromiso y le dice que está enamorada de Raoul, aunque no sabe cómo va a reaccionar su padre, el conde de Saint-Bris, un católico fanático. La reina le dice que no se preocupe. Pronto anuncian la llegada de Raoul con los ojos vendados y la reina despide a todo el mundo para quedarse con el joven a solas.

Raoul se queda asombrado al ver a la reina y le jura obediencia. Margarita aprovecha entonces para decirle que el deseo del rey es unir a católicos y protestantes y para ello, le concede la mano de la hija del conde de Saint-Bris, sabiendo que es su enemigo para así unir a las dos familias y terminar de una vez por todas con la enemistad. Raoul acepta y entra toda la corte, tanto los católicos como los protestantes. 



Todos juran eterna amistad, salvo Marcel que no está del todo convencido. Saint-Bris, (bajo-barítono) presente ante todos a su hija, Valentine y cuando Raoul la ve, renuncia públicamente al enlace aludiendo que sería una deshonra (ya que piensa que Valentina es la amante de Nevers.) Todos se quedan horrorizados, salvo Marcel quien aplaude la decisión de Raoul, y están a punto de batirse en duelo católicos y hugonotes cuando la reina intercede y lo impide. En toda la confusión, Valentine acaba desmayándose.

ACTO III
El Prè-aux Clercs (El prado de los clérigos), en agosto

Un día de verano como otro cualquiera. Hay gente que pasea, mientras en un rincón los soldados Hugonotes cantan una canción de guerra. Justo entonces, viene una procesión nupcial ya que Valentine finalmente va a casarse con Nevers. Marcel interrumpe la procesión y empieza los ánimos a caldearse cuando justo entonces viene un grupo de gitanos para montar un pequeño espectáculo (y así de paso ponemos un ballet) 



Nevers sale de la capilla y le dice a su suegro que Valentine se ha quedado en la iglesia para seguir rezando. A la conversación se une Marcel, quien le da una carta de Raoul a Saint-Bris rentándole a un duelo en ese mismo lugar al anochecer. Saint-Bris acepta y uno de sus acompañantes, Maurevert, (bajo) le dice que hay otras formas de matar a un impío. Entre tanto, un alguacil anuncia el toque de queda y todos se van. Maurevert le confirma a Saint-Bris que sus amigos acudirán esa noche para acabar con Raoul. Valentine se entera y va a avisar a Marcel. Éste agradece el aviso y se queda a esperar a Raoul.  
El joven aparece, junto con Saint-Bris. Maurevert, al ver a Marcel le da la excusa perfecta para avistar a los suyos. 

 

A la lucha se unen Hugonotes y Católicos dispuestos a matarse entre sí, cuando finalmente llega la Reina Margarita y detiene la pelea. Marcel explica lo sucedido y explica cómo Valentine le contó la trama que habían planeado Saint-Bris y Maurevert. Llega el cortejo nupcial de Nevers y se llevan a Valentine y mientras una parte de la población alaba la belleza de la novia, otra jura que correrá la sangre.

ACTO IV
Una habitación en el castillo del Conde Nevers

Valentine se encuentra sola lamentándose de su mala suerte. De repente entra Raoul para verla una vez más pero pronto oye a Saint-Bris acercarse y se esconde. Saint-Bris entra en la habitación y convoca a los nobles católicos, Nevers incluido y les revela un plan para acabar de una vez por todas con los hugonotes. Nevers rechaza formar parte del ataque, pues considera una deshonra acabar con la vida de alguien que no sea en justa batalla, así que Saint-Bris lo manda arrestar. Valentina se queda impotente escuchando cómo se va a desarrollar la matanza: unos se dirigirán al hotel de Nesle, donde están todos los Hugonotes reunidos en una fiesta en honor a los reyes y otros atacarán a la casa del Almirante. A media noche, cuando la campana de la iglesia de Saint-Germain suene, comenzará la matanza y el segundo grupo lo hará un poco más tarde.

 

Un grupo de frailes bendice las espadas y todos salen al grito de "Dios lo quiere."
Cuando se van todos, Raoul sale de su escondite y decide irse inmediatamente para alertar a los suyos.

 

Valentine trata de detenerlo, y ruega que se quede con ella para así salvar su vida, confesándole que aún sigue enamorada de él. Se oye la campana que da comienzo a la matanza de San Bartolomé. Pese a todo, Raoul siente que su lugar está entre los suyos y morir con ellos si no puede salvarlos. Se despide de su amada y se va de la habitación saltando por la ventana. Valentine se queda desolada.

ACTO V

Escena I: Salón de baile del Hotel de Nesle


Se celebra un animado baile con los reyes presente. Raoul lo interrumpe y denuncia públicamente que los hugonotes están siendo masacrados y que el Almirante Coligny (líder del partido protestante) ha sido asesinado. Los presentes salen para vengar su muerte.

Escena II: El cementerio protestante de una iglesia. 

Raoul se encuentra con Marcel, herido pero vivo gracias a que Nevers le ha salvado la vida muriendo él en su lugar. Valentine está con él y le da a Raoul un pañuelo blanco para que se lo ponga y pueda pedir asilo al Louvre si abjura de su fe. Raoul rechaza hacerlo, así que Valentina para estar con él decide hacerse protestante. Marcel la convierte y le asegura la vida eterna, mientras se oyen a lo lejos los gritos de las mujeres y niños hugonotes siendo asesinadas por los católicos.



Escena III: Una avenida de París (aunque en algunos montajes se desarrolla en la escena anterior) 

Junto a un grupo de soldados, Saint-Bris ve a los tres y les preguntan quienes son. Raoul se declara Hugonote, así como Valentine y Marcel. En respuesta, Saint-Bris ordena que los disparen a los tres. Cuando se acerca a comprobar que han fallecido, se da cuenta que ha ordenado matar a su propia hija. Urbano anuncia la llegada inminente de la reina, y mientras tanto, la matanza sigue, al grito de Dios exige su sangre.

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