domingo, 14 de octubre de 2018

El héroe destinado a hacer grandes cosas: Los Troyanos, de Héctor Berlioz II


ANÁLISIS

La literatura clásica ha sido siempre fuente de inspiración para muchos artistas y Berlioz tampoco fue una excepción. Antes que Berlioz, muchos otros compositores habían puesto música a la tragedia del abandono de Dido por Eneas, siendo el primer compositor Francesco Cavalli con su Didone (1641), aunque con un final feliz. Más fiel a Virgilio tendríamos la versión de Henry Purcell (Dido y Eneas, 1689), quizás la más conocida. También el poeta por excelencia de la ópera barroca italiana Pietro Metastasio compuso un libreto sobre el mismo tema, Dido abandonada, al cual pusieron música hasta en 76 ocasiones distintas a lo largo del siglo XVIII y principios del XIX (Pórpora, Vinci, Hasse, Piccini...)

El caso de Berlioz es un ejemplo de trabajar por el amor al arte. A los parisinos no le gustaba especialmente su música, sus otros intentos por hacer una ópera a su gusto habían fracaso, pero a pesar de todo y también animado por la buena acogida que tuvo su orario La infancia de Cristo, se animó a poner música a uno de sus textos que más le gustaban, la Eneida de Virgilio. Yo en cambio no me he leído la Eneida, pero trabajé algunos textos cuando estudiaba el último año en el instituto y me gustaba mucho traducir la poesía de Virgilio. La ópera, en cambio, no recuerdo bien cuándo la escuché por primera vez. Lo más seguro es que cogería el dvd de la biblioteca y lo pondría en casa y no le prestaría bastante atención. Hace un par de años, volví a hablar de ella, la volví a escuchar y me gustó especialmente.

A nivel argumental no es nada sorprendente, de hecho como todo el mundo con un mínimo de cultura clásica conoce la historia, por tanto Berlioz no tiene porqué dar tanta explicaciones o trata el libreto de tal manera que no haga falta que nos planteemos preguntas. Así, por ejemplo, cualquier conocedor de la mitología clásica, sabría que Cassandra está maldita por el dios Apolo por haberse negado a acostarse con él y éste, escupiéndole en la boca le dio el don de la clarividencia pero nadie creería ninguna palabra de lo que dice. Pero Por eso pese a ser el único personaje que es consciente del peligro (al igual que Laocoonte, que muere fuera de escena) no es capaz de detener lo inevitable.

Aparte hay que señalar que la Eneida tiene ese rasgo sobrenatural: La guerra de Troya no es un conflicto sólo de humanos, sino también de dioses que interceden en un bando u otro, (de ahí que los dioses partidarios de la destrucción de Troya, matan a Laocoonte para así facilitar el trabajo a los griegos). También hay que señalar el origen divino de Eneas: hijo de Afrodita (o Venus), diosa del amor y la belleza y Anquises, noble troyano. Esos detalles Berlioz los da por sentado pero también porque en el fondo no le interesa tanto centrarse en el aspecto sobrenatural del relato sino en la reacción dramática de los personajes. Así, enfatiza la trágica decisión del suicido colectivo de las troyanas con Cassandra al frente (que a nivel personal me encanta esa escena) o los sufrimientos y las tribulaciones que sufre Eneas por tener que cumplir una misión divina en vez de seguir a su corazón que sería quedarse con Dido.

Pese a ser una obra tremendamente coral y con una cantidad enorme de personajes que tienen su momento de gloria, en realidad la ópera consta de tres personas que llenan toda la obra: Eneas, Cassandra y Dido. Obviamente,el único que está presente en todos los actos es Eneas, lo que hace que esta ópera sea un reto para el tenor dada la longitud de la misma, aunque no está presente todo el rato. En cambio, los dos roles femeninos están divididos, aunque en la mente de Berlioz estaba pensado que una misma mezzosoprano cantara los dos: Cassandra inunda los dos primeros actos (y como fantasma en el quinto) y Dido los tres restantes. La relación entre Eneas y Cassandra es nula, en el primer acto coinciden en escena pero no intervienen directamente. Dido por otra parte, es el gran amor de Eneas, pero es un amor condenado al fracaso por enamorarse de un hombre que no puede estar con ella.

Sin embargo, Cassandra y Dido no son tan diferentes como parece. Ambas sufren de un amor trágico, ya que Corebo muere en la toma de Troya y Cassandra prefiere suicidarse antes de ser violada por los griegos. Dido por su parte, en cierto modo también se suicida por honor, ya que ella había jurado honrar la memoria de su difunto esposo, cae enamorada de Eneas, pero después que éste haya consumado ese amor, la abandona, por tanto ha deshonrado a la memoria de su marido para nadas. Ambas mueren en una escena épica, y ambas hacen una última profecía antes de morir. Sin embargo, las dos son la cara y la cruz de una misma moneda: Mientras que Cassandra en plena destrucción lanza una profecía de esperanza, para luego en un acto heroico suicidarse como desafío a los griegos, Dido lanza una profecía fatal para Cartago, se suicida como un acto puramente egoísta y la obra termina con una maldición. Cassandra predice el comienzo de una nación poderosa y Dido predice su final.

Con todo ello, Berlioz, gran aficionado a la literatura clásica compuso una enorme ópera que en un principio podía haber tenido éxito pues era un tema histórico, tenía valores románticos que gustaban en la época como un amor a la patria, personajes sumamente trágicos, numerosos ballets, una gran escenografía y grandes escenas de masas. Vamos, lo que Meyerbeer hacía. Pero sin embargo Berlioz no tuvo tanto éxito. La razón primordial se debe a dos factores:

- Berlioz no tenía un club de fans: Si bien había intelectuales que sí le gustaba el trabajo, el resto del mundo no entendía bien su música. Sí que es cierto que algunos trabajos sí gustaron en la época, pero por lo general no. Así que ir a ver un espectáculo de más de 4 horas de alguien que no va a gustar no era una idea muy atractiva para la gente.

- El tema no interesaba: Todas las grands-opèras, tenían en común un contexto histórico, que abarcaba desde la Edad Media hasta el siglo XVI, más o menos y se desarrollaba en Europa. En cambio, Berlioz propone un tema mitológico, algo que ya la ópera barroca había explotado hasta la saciedad. Es como actualmente en el cine, que lo que más taquilla produce son las películas de superhéroes y en estos momentos un western o una película de romanos igual no gusta tanto, al no ser que tengas un equipo de actores que atraigan al público o sea dirigida por un director que guste. Pues bien, ni Berlioz tenia ni uno ni lo otro.

Pero no por ello no hizo un mal trabajo en absoluto. Precisamente, por haber sido un trabajo en el cual él puso todo su empeño, es una obra realmente impresionante, no especialmente difícil de escuchar con melodías, que el tiempo poco a poco ha sabido poner en su lugar pese al elevado coste de producción. Como siempre pasa, parece que debe ser los extranjeros los que saquemos a valer el patrimonio de los otros. En el caso de Berlioz, fueron los primeros los alemanes y los ingleses en darse cuenta del gran valor de la obra pues en París, la primera producción completa de los Troyanos llegó en el siglo XXI, concretamente en 2003 y para 2019, vuelven otra vez a montarla.
 

¿Qué podemos sacar en claro de esta obra?

- No todo trabajo que tiene éxito significa que sea de calidad. Lo comercial no siempre es lo mejor artísticamente.
- Hay que valorar todas las opiniones y todos los puntos de vista, por muy absurdos que sean. Igual hasta tienen razón.
- Si te dan un regalo, pide el ticket de devolución por si no te gusta.

GRABACIONES

CD

Los Troyanos no dispone de una gran variedad de grabaciones, así que mi elección ha sido la más reciente que ha salido al mercado, con equipo de cantantes franceses, salvo Dido interpretada por la genial Didonato y Eneas, interpretado por el tenor Michael Spyres, quien tiene buena experiencia en los papeles heroicos franceses, pues también lo encontramos en la grabación de Donizetti, Les Martyrs, ópera que trataré en un futuro. La dirección es bastante sólida y el sonido es bastante bueno.

DVD

Tampoco en dvd hay mucho donde elegir pero tampoco es necesaria una gran variedad. En concreto, yo me decanté por la puesta en escena de David Mcvickar que hizo en la Royal Opera House ambientádola en el siglo XIX, más o menos. Una puesta en escena muy buena, bastante coherente con la historia. En el aspecto musical, tenemos Bryan Hymel, tenor especializado en la ópera romántica francesa, Anna Caterina Antonaci como una magnífica Cassandra y Eva-María Westbroek como Dido. La dirección de Pappano es correcta.

Dejamos el mundo de la grand ópera francesa y vamos a dar un salto a Broadway. Como dentro de poco es la Víspera de Todos los Santos (el famoso Halloween), voy a hablar de una historia sobre un barbero sediento de sangre. Eso me recuerda que tengo que ir a la peluquería, menos mal que en mi barrio hay muchas y de momento no hay ninguna regida por un barbero psicópata. Menos mal que yo me afeito en casa.

Nos vemos.

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