viernes, 20 de abril de 2018

El descendiente del mal: Roberto el Diablo, de Giacomo Meyerbeer I


No siempre podemos poner como excusa a nuestro entorno por nuestras malas acciones. Sí que es cierto que la educación influye en nuestras decisiones y nuestra manera de ser pero al final somos nosotros mismos quienes decidimos cómo comportarnos y ser o un ángel o un demonio. Y a ese tipo de decisiones es a lo que se enfrenta el protagonista de la ópera de esta semana.

Roberto el Diablo (Robert le Diable), es una ópera en cinco actos con música de Giacomo Meyerbeer y libreto de Eugène Scribe y Casimir Delavigne, estrenada en el teatro de la Ópera de París el 21 de noviembre de 1831. 

Tiene una duración aproximada de 210 minutos (unas tres horas y media.)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Meyerbeer fue un compositor alemán y de origen judío con muy buen ojo. Tras triunfar en Italia con "Il crociato in Egitto" El cruzado en Egipto; decidió trasladarse a París para proseguir con su carrera. Como carta de presentación, tenía esta misma ópera, la cual por cierto fue la última en la que el papel principal estaba escrito para un castrato, Giovanni Batistta Velutti, poniendo fin a la bárbara costumbre de castrar a niños para preservar la voz. Salíéndome un poco del tema, esa ópera en concreto la he escuchado y no está mal.
Volviendo al tema, y para ponernos mejor en contexto, estamos en el año 1825. Para aquel entonces, Rossini ya había adquirido en París la dirección del Teatro de los Italianos y trabajaba en lo que sería su última ópera, Guillermo Tell. Como no era tonto, se había enterado del éxito de ese Cruzado e invitó a Meyerbeer a montar su obra, en la cual para su estreno el papel principal cayó en la soprano de moda, Giuditta Pasta. Como tuvo éxito, le propusieron entonces componer una obra para el público francés y el tema elegido fue la leyenda de Roberto el Magnífico de Normandía, también apodado el Diablo.
En un principio, los libretistas Scribe y Delavigne, habían preparado material para una ópera en tres actos y con diálogos para el teatro de la Opéra Comique, pero Meyerbeer vio que ahí había material suficiente para hacer algo más grande. Así que la ópera pasó a ser una enorme obra de cinco actos y con ballet. Además contó con la presencia del tenor de moda en el papel principal, Adolphe Nourrit (quien también había estrenado el papel de Arnaud en Guillermo Tell de Rossini). La ópera cuando se estrenó, fue un pelotazo. Al estreno acudió gente muy famosa del mundillo como los compositores, Auber, Berlioz, los escritores, Alejandro Dumas y Victor Hugo y todos hablaban maravillas de la ópera. El ballet de las monjas del tercer acto encantó y escandalizó a la audiencia (ya cuando leáis el argumento sabréis el porqué)

Gracias a ese enorme éxito. Meyerbeer conquistó la escena parisina y asentó las bases del género de la Grand-Opéra francesa, es decir obras de tema histórica de grandes proporciones con un ballet a mitad. No lo inventó, pero fijo las bases y sus obras inspiraron a otros. Por desgracia, con el tiempo fue perdiendo fama y durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler prohibió su música debido a que era de origen judío. Hoy en día, sus obras apenas se representan.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Palermo (Sicilia) y sus alrededores, en el siglo XI.
 

ACTO I
Una taberna cerca de Palermo.

Un grupo de caballeros están bebiendo y cantando alegremente. En una esquina se encuentra el duque de Normandía, Roberto (tenor lírico spinto) junto con su amigo Bertram (bajo barítono) que han hecho una parada ya que van de camino para participar en el torneo cuyo premio es la mano de la princesa Isabel de Sicilia, de la cual Roberto está enamorado. Entra entonces, un trovador, Raimbaut (tenor lírico-ligero), y canta una balada sobre una princesa de Normandía que fue seducida por el diablo y con quien tuvo un hijo. Resulta que ese hijo es Roberto, y no está muy contento con la canción, así que se lo hace ver y ordena que lo cuelguen. Raimbaut, le pide perdón aludiendo que está comprometido. Entra la novia, Alice (soprano lírica), que resulta ser la hermanastra de Roberto. Ella le está buscando para darle el testamento de su madre, quien ha fallecido recientemente. Roberto le pide que se lo de más tarde y en cambio, le pide que le una carta para Isabel. Alice se va, no sin antes advertirle de que tenga cuidado con su amigo Bertram.


 
Roberto no le hace caso y Bertram le anima a que apueste su fortuna en los dados, para así ganar más. Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Roberto lo pierde absolutamente todo.

ACTO II
Un salón del palacio real. 

Isabel (soprano lírico spinto) está triste por la ausencia de Roberto, pero al recibir la carta por parte de Alice se anima. Llega Roberto, e Isabel imaginándose que no tendría el equipo adecuado, le da una armadura y armas nuevas para que puede ganar el torneo. Se va Isabel y llega Bertram, que lo engaña diciéndole que el Príncipe de Granada le ha desafiado a un duelo y que lo espera en el bosque. Roberto le hace caso y se va.  

A continuación va entrando poco a poco los caballeros y se preparan para celebrar el torneo e incluso bailan para celebrarlo.



Isabel da la venia para que el torneo comience, pero se siente decepcionada al no ver Roberto entre los participantes mientras Bertram se alegra por su victoria.

ACTO III
Escena I: Una paisaje campestre cercano a la entrada de una cueva.

Bertram se encuentra con Raimbaut, quien está esperando a Alice. Éste le da una bolsa llena de oro para que se olvide de la muchacha y la deje tirada, y tras un tira y afloja, al final Raimbaut cede la tentación, coge el dinero y se va. Bertram se encuentra satisfecho por haber corrompido al muchacho y se dispone a entrar en la cueva, para reunirse con su jefe, Satán. Es entonces cuando descubrimos que Bertram es un diablo a su servicio y además el padre de de Roberto, de ahí que ha estado molestando al joven pese a que lo quiere. Se va y poco después aparece Alice, quien está triste por no haberse encontrado con Raimbaut.


De repente escucha unas voces de ultratumba que vienen de la cueva. Asustada, se esconde y aparece Bertram, a quien le han dado un ultimátum: si no es capaz de ganar el alma de Roberto para medianoche, lo perderá para siempre. Alice hace ruido y Bertram la sorprende y la obliga a que no le diga nada a Roberto. Éste aparece y Alice pese a que quiere contarle lo sucedido, se va. Roberto pide ayuda a Bertram para poder ganarse la mano de Isabel, ya que por culpa del duelo inexistente, no ha asistido al torneo. Bertram le dice que su enemigo ha usado magia para engañarlos y que si quiere hacer realidad sus deseos, tendrá que hacer lo mismo. Así que le comenta que no muy lejos de allí, se encuentran las ruinas del maldito convento de Santa Rosalía, donde hay una rama mágica capaz de hacer realidad sus sueños. Roberto en un principio se resiste, pero al final decide ir por amor a Isabel.

Escena II: El claustro del convento de Santa Rosalía.

Bertram logra llegar al convento antes que Roberto e invoca a las monjas malditas (cuerpo de ballet), Éstas salen de sus tumbas y Bertran les ordena que ayuden a Roberto a que se haga con la rama, y que utilicen todos sus encantos. La abadesa, asiente y cuando Roberto llega, aparecen las monjas que lo rodean y lo tientan con el vino, el juego y sus... encantos. El joven, se debate entre el terror y el placer, pero al final acaba por conseguir la rama de la misma tumba de Santa Rosalía, para mayor alegría de las monjas zombies, y algunos demonios que también se han apalancado en el fiestón improvisado.

Creo que ya podréis entender porqué está escena fue la clave del éxito de la ópera y también el escándalo que supuso, aunque ya comentaré más cosas en la entrada siguiente con el análisis.

ACTO IV
Un salón del palacio real.

Isabel está preparando su boda con el ganador del torneo, el Príncipe de Granada. De repente, todos se quedan dormidos y aparece Roberto que ha entrado sin ser visto gracias a la rama mágica y ha encantado a todos menos a Isabel.


Isabel le confiesa a Roberto que aún lo ama, pese a que él ha tenido una conducta deshonesta y que no se irá con él si no cambia. Roberto entonces, decide romper la rama y así hace que se despierten todos. La guardia del palacio captura a Roberto.

ACTO V
Escena I: La entrada a la Catedral de Palermo.

Roberto ha salido de la cárcel gracias a la intervención de Bertram. Le cuenta que ha retado a duelo a su rival, el príncipe de Granada y ha perdido. Bertram le confiesa entonces que él es su padre y que la única forma de que estén juntos es que le siga hasta el infierno. Roberto, al ver que todo está perdido y que no va a poder obtener la mano de Isabel, decide en un principio aceptar la propuesta de su padre, pero en ese momento llega Alice, quien le lee el testamento de su madre advirtiéndole de su padre. 



Es más, le dice también, que el príncipe de Granada ha rechazado la mano de Isabel. Roberto duda, y entre tanto, llega la media noche. Bertram no consigue ser lo suficientemente convincente y se va solo al infierno. Y Alice y Roberto se va juntos a...

Escena II: El interior de la catedral de Palermo.

Roberto se dirige hacia al altar para casarse con Isabel, frente a la alegría de todos los feligreses que cantan la buena decisión de Roberto por elegir el lado del bien. 

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