sábado, 28 de abril de 2018

La obsesión por el juego: La Dama de Picas, de Tchaikovsky I


Ya hemos visto en otros títulos que obsesionare por algo o por alguien, no suele terminar bien. Y si no, que se lo digan al protagonista de esta historia.

La Dama de Picas (Pikovaya Dama) es una ópera en tres actos con música de Piotr Illich Tchaikovsky y libreto de Modest Tchaikovsky, estrenada en el teatro Marinsky de San Petersburgo el 19 de diciembre de 1890.

Tiene una duración de tres horas (180 minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

La composición de esta ópera se debe a un encargo del teatro Marinski al compositor. El director del teatro de aquel tiempo, Ivan Vsevokzhsky (joder, qué difícil son estos apellidos rusos) propuso la idea de adaptar la novela de Aleksander Pushkin, La dama de picas, al discípulo de Tchaikovsky, Nikolay Klenovsky, compositor del cual no he había oído hablar en mi vida hasta ahora que escribo estas líneas. Pero este hombre no tenía mucho interés, y su libretista acabó por dejarlo tirado, así que el hermano de Tchaikovsky, Modest (quien ya había hecho el libreto de Eugene Oneguin) lo elaboró por si algún día, su hermano quería hacerse cargo del proyecto. Luego durante un tiempo se dejó aparcada la idea y en 1889 el director del teatro se lo propuso a Tchaikovsky quien finalmente aceptó componer la música.

No obstante, no fue el primero en ponerle música a la historia del soldado obsesionado por el secreto de las cartas. En 1850, el francés Hálevy (famoso por su ópera La judía) hizo su propia versión y en 1862, el austriaco Suppé (famoso por su opereta Caballería Ligera) propuso la primera versión de la suya y dos años más tarde, la segunda. Actualmente ninguna de esas dos versiones siguen en el repertorio.  Tchaikovksy tenía en mente hacer con esta obra un homenaje al rococó y al neo-clasicismo, así que hizo algunos cambios en el liberto, como por ejemplo trasladar la acción al tiempo de Catalina La grande (1762-92) en lugar del contexto original que era principios del siglo XIX, e incluso en algunos momentos hasta él mismo reelaboró parte del libreto. Tardó aproximadamente unos dos meses y medio en terminarla. Fue un rotundo éxito. 

ARGUMENTO
La acción transcurre en San Petersburgo, a mediados del siglo XVIII.

ACTO I
Escena I:  Una plaza de la ciudad.

Unos niños están jugando tranquilamente mientras sus nodrizas los vigilan. Aparecen dos oficiales, Tchekalinsky y Surin (tenor y bajo) y comentan la partida de la noche anterior a la vez que hablan sobre su amigo Hermann quien se comportaba de una manera algo rara.

 
Hablando del diablo, Hermann (tenor lírico spinto) aparece con muy mala cara. Le acompaña el conde Tomsky (barítono), otro amigo suyo. Sus amigos le preguntan qué le pasa y éste les dice que sufre mal de amores: está enamorada de una mujer de la cual desconoce su identidad. Tomsky le sugiere que trate de averiguarlo, pero Hermann no está por la labor. Poco después aparece el príncipe Yeletsky (barítono) y Tchekalinsky le felicita por su próxima boda, lo que despierta la envidia de Hermann. Casualmente se deja pasar por ahí, la Condesa (contralto) acompañada por su nieta, Lisa (soprano lírico-spinto) que es la prometida de Eletsky y la chica que le gusta a Hermann.

Tanto ella, como la condesa y Eletsky se fijan en que Hermann tiene una mirada algo rara y se van. Hermann se queda pensando en sus cosas mientras los otros comentan el apodo de la condesa y cómo se lo ganó: la llaman la Dama de Picas, porque cuando era joven y vivía en París perdió toda su fortuna en una timba, pero el conde de Saint-Germain, impresionado por su belleza, le enseño una misteriosa combinación de tres cartas, con la cual recuperó su fortuna. Reveló el secreto a dos hombres, (su marido y a un galán que la convenció) pero esa misma noche, un fantasma la visitó y le predijo que moriría a manos del tercer hombre que descubriera ese secreto.

 
En ese momento se avecina una tormenta y todos se van, menos Hermann, quien estaba escuchando la historia y se propone averiguar cuáles son esas tres cartas, ya que así podrá ganar el dinero suficiente para conquistar a Lisa.

Escena II: La habitación de Lisa

Lisa está con su amiga Pauline (mezzo soprano) cantando y ésta para animar un poco el cotarro anima a las otras chicas que también están con ellas a cantar y bailar una canción típica rusa. Las jóvenes se lo están pasando bien cuando viene el ama de llaves y les echa la bronca por ser tan vulgares, ya la que las jóvenes de alta alcurnia no deben divertirse con música del populacho ruso. Lisa se pone un poco triste, cuando todas se van y Pauline le dice que sea anime. Como después de una tormenta, viene la calma, Lisa pide a su doncella que deje las ventanas abiertas. Sola, se lamenta de su compromiso y empiece a acordarse del misterioso joven que vio por la mañana en la plaza, aquel con esa mirada tan oscura.

 
Da la casualidad, que Hermann aparece por la ventana y se cuela en la habitación. Le declara su amor y amenaza con suicidarse ahí mismo si no le da una oportunidad. Antes de poder contestar, se oye la voz de la Condesa. Lisa esconde a Hermann y la vieja entra. Le pide que cierre las ventanas, que deje de hacer ruido y se acueste. Hermann murmura su intención de hacerse con el secreto de las tres cartas. Otra vez solos, Lisa trata de rechazar a Hermann, pero acaba por admitir su pasión y acaba por caer en sus brazos.

ACTO II

Escena I: Un salón de baile en un palacio.

Hermann ha sido invitado junto a sus amigos a un baile de máscaras en casa de un noble. Sus amigos comentan la obsesión que tiene con las tres cartas. Aparece Yeletsky, acompañado de Lisa, que está más arisca que de costumbre.

 
El príncipe le pide que ella le comprenda. Por otra parte, Hermann sigue con sus trece de hacerse con el secreto de las tres cartas y a fugarse con Lisa, pese a que sus amigos se cachondea de él. Entre tanto, el anfitrión ha preparado un divertimento, que es una pequeña obra pastoral llamada "La pastora sincera".

Al terminar, Lisa se acerca a Hermann y le da una llave de la casa y lo invita a reunirse con ella en su cuarto esa misma noche. Hermann ve entonces una oportunidad única para hacerse con el secreto de las cartas. La fiesta alcanza su punto culminante con el anuncio de la llegada de la mismísima Catalina la Grande.

Escena II: La habitación de la Condesa.

En vez de ir directo al cuarto de Lisa, Hermann se ha colado en el cuarto de la Condesa. Se fija en un retrato de la anciana cuando era joven y siente que sus destinos están entrelazados. Al oír ruido, se esconde. Entra la Condesa, acompañada de Lisa y sus sirvientes. Ella los despide a todos y empieza a recordar tiempos mejores, cuando ella era joven y vivía en París.

 
Aparece Hermann y le pide por favor que le revele el secreto de las tres cartas. Al negarse ésta, la amenaza y del susto, a la pobre mujer le da un ataque al corazón y se muerte. Entra Lisa porque ha escuchado ruidos y ve a Hermann al lado del cuerpo de su abuela. Al preguntar por lo sucedido, Lisa se horroriza porque Hermann ha venido sólo para saber el secreto de las cartas y no por ella. Dolida y furiosa, lo echa de la casa y se queda sola llorando a su abuela muerta.

ACTO III

Escena I: La habitación de Hermann.

Hermann se encuentra en su habitación leyendo una carta de Lisa que lo cita para reunirse con ella en el Canal de Invierno a media noche para que le diga qué es más importante para él, si ella o las cartas. De pronto se le aparece el fantasma de la Condesa quien le dice que contra su voluntad, está obligado a revelarle el secreto de las cartas. Le pide además con él, salve a Lisa y se case con ella. Tan sólo tiene que apostar a la siguiente combinación: Tres, siete, as.


Escena II: El canal de Invierno.


Lisa espera a Hermann y cuando está a punto de perder toda esperanza, finalmente aparece. Hermann al principio se muestra tierno con ella, pero después sólo tiene tiene interés en ir al casino para poder poner en práctica el secreto de la Condesa, hasta el punto que pasa olímpicamente de Lisa. Se va y la muchacha, desesperada por haberse enamorado de un asesino, se tira al canal.


Escena III: El casino

Tomski y los demás están jugando alegremente a las cartas. Tanto Tomski como Tchekalinski distraen a los otros con canciones y también al príncipe Yeletski, ya que como ha roto con el compromiso con Lisa, espera tener algo de suerte en el juego, pese a que no conoce el juego de cartas al que van a jugar. Entra Hermann, y parece no estar en sus cabales, pero pese a todo pide jugar. Lo aceptan y Hermann hace una primera apuesta al 3. Gana y Hermann empieza a desvariar y a dar miedo. Hace una segunda apuesta al 7 y vuelve a ganar.

 
Pide una copa y empieza a dar una charla sobre la suerte, la vida y la muerte. Propone una apuesta más, pero ésta vez, el príncipe Yeletski se propone jugar contra él. Da las cartas y Hermann la tira anunciando su victoria porque tiene un as... pero no es así. Yeletski le hace ver que la carta que él lleva es una dama de picas. Hermann, al ver la carta, piensa que es el fantasma de la Condesa riéndose de él. Desesperado, saca un puñal y se lo clava. Con la visión de Lisa a quien Hermann, agonizante, le pide su perdón, muere.

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