martes, 17 de julio de 2018

El inocente puro: Parsifal, de Wagner II


ANÁLISIS

"Redención para el Redentor". Con estas palabras, Wagner ponía punto y final a su última opera y también a una carrera revolucionaria en la historia de la música.

La primera palabra que me vino a la mente cuando escuché por primera vez esta ópera fue "solemne".  Por la misma época también descubrí y escuché la obra maestra de Johann Sebastian Bach, La Pasión según San Mateo y me pareció mucho más liviana comparándola con la obra de Wagner teniendo en cuenta que la segunda pertenece a la música sacra.

Lo que llama especialmente la atención es el cambio de tono con respecto a su obra anterior. Wagner terminaba el ciclo del Anillo con El crepúsculo de los dioses, matándolos a todos y dejando a la humanidad libre de ese yugo divino. Teniendo en cuenta eso en mente, no tiene mucha lógica que su siguiente trabajo toque temas tan puramente relacionados con la religión católica incluyendo además la ceremonia de la Eucaristía. Pues es sencillo, Wagner una vez más con esta obra trata su tema fetiche que no es otro que la redención humana.

Como ya sabemos, Wagner ya trató el tema en diversas ocasiones, así que haré referencias a sus otros trabajos porque el tema vuelve a ser el mismo. Y en cierto modo, gran parte de los personajes de las obras anteriores, aparecen también en Parsifal, aunque con otro rostro. Así, El Holandés sería Kundry, Tannhäuser y Tristán serían Amfortas, y así podríamos seguir con el resto de personajes. Lo gracioso, es que Parsifal es un personaje masculino, pero a la vez es la figura redentora y hasta ahora, esa figura lo habían encarnado papeles femeninos. Por tanto Parsifal es como Siegfried, pero también es Senta y Elisabeth.  Esto es bastante complejo de entender, pero trataré de explicarlo de la manera más fácil posible.

Parsifal es un héroe que evoluciona a través de la empatía y la compasión. Ya lo vemos en su entrada cuando después de matar al cisne por diversión, rompe el arco cuando se da cuenta lo inútil de su acción y al comprender la tristeza que va a sentir la compañera cuando éste no aparezca nunca más. Luego, en la ceremonia de la Eucaristía casi se desmaya y siente una enorme pena al ver al pobre de Amfortas con su herida abierta, hasta tal punto que por su propia voluntad va a buscar la lanza para curarlo. Tiene en común con Siegfried, porque al igual que el welsungo, él sigue su propio instinto, es un "buen salvaje" pero se diferencia de él porque Siegfried no tiene ni idea que tenía que salvar a alguien, es más despierta a Brunnhilde por una serie de casualidades y ella no le comenta nada sobre los peligros del anillo. En cambio Parsifal, sí sabe lo que tiene que hacer porque lo ha visto. Parsifal ha visto la Luz divina y en cierto modo va a servir a Dios. Siegfried, en cambio, destruya a Dios que además era su propio abuelo. Parsifal sustituye esa parte destructora por la parte redentora y la adopta de la figura femenina, que en Wagner la hayamos en Senta y en Elizabeth principalmente, dos personajes capaces de sacrificar su vida por asegurar que el pecador tenga su  redención.

Y ¿a quién redime Parsifal y por qué? Pues lo curioso de todo y aquí tenemos la gran novedad, es que no ha una figura única pecadora a la que Parsifal, sino a tres: A Amfortas, que el objetivo principal, a Kundry y a sí mismo. Vamos a empezar con  Amfortas:

Amfortas: Lo cierto es que cuando escuché la obra por primera vez y la vi en DVD realmente no entendí muy bien el rol de Amfortas en todo esto, pero con el tiempo y ahora que la he vuelto a ver y a escuchar veo las cosas de otra manera. Hubo una polémica en el día del estreno en el que había gente que decía que Wagner se burlaba de los ritos cristianos al ponerlos en el teatro, cosa que es totalmente absurdo porque escuchando la música vemos que Wagner trata el tema con mucha solemnidad, pero sí como algo antiguo que hoy en día no tiene sentido. Por tanto, y tal como yo lo veo, Amfortas representa el fracaso total y absoluto de un sistema rancio y caduco que ya no sirve.

Vamos a argumentar con calma todo esto: Amfortas es el heredero o el nuevo Rey Pescador (el encargado de celebrar la ceremonia del Grial, aunque Wagner jamás lo llama así) y como tal tiene que defender tanto el Grial como la Lanza; (que también tienen su simbolismo, como representación de lo masculino y lo femenino por ejemplo) Imaginamos que su padre Titurel, tuvo a su hijo antes de obtener el Grial y ya fundó la orden donde impuso el voto de castidad,  del cual, el antagonista Klingsor para intentar sus impulsos sexuales se castró y por ello fue castigado siendo expulsado de la Orden. Gran error por parte de Titurel, porque alguien que sea capaz de sacrificar algo tan preciado para un hombre como es su propia virilidad, es que su compromiso con querer servir a Dios es alto. Pues no. A Titurel le pareció que eso era hacer trampa, porque claro no puedes evitar unos impulsos que no se tienen y eso no tiene mérito. Una persona que es pobre de por si, no tiene mérito que haga voto de pobreza. Así que nada, cabreó a Klingsor que ingresó en Hogwarts, estudió magia y montó un castillo lleno de mujeres dispuestos a corromper a los castos caballeros. Y lo consiguió.

Aquí llega la parte interesante: Amfortas se arma con la Lanza y se va para derrotarlo, pero claro se le pone una tía que le hace ojitos y claro, a la mierda el voto de castidad y con ello lo hieren y pierde la lanza. El sentimiento de haber fracasado es "esa herida que no se cierra" Amfortas no llega jamás a superar que él es humano y por tanto tiene debilidades. Y nadie de la Orden es capaz de entender ese dilema moral que sufre Amfortas. Su deber era proteger el Grial y la Lanza y lo ha echado todo a perder por culpa de un polvo. Él como Rey les ha fallado a todos, ha quebrantado las normas y si él como Rey,  caballero perfecto y supuestamente, el mejor de todos ha fracasado, para proteger al resto ordena que nadie vaya a buscar la Lanza, al no ser que sea un Inocente Puro... es decir: alguien de fuera de la Orden.
Por tanto Amfortas sufre cada vez que tiene que oficiar la ceremonia: porque ha de mostrar en público su vergüenza y su fracaso, y pese a no ser digno de tal tarea, la Orden le obliga a hacerlo porque para eso es el Rey. De ahí que la herida jamás se le cierra, pues es un recordatorio continuo de su falta y su obligación. Por eso nadie lo entiende. Amfortas, es el personaje que más solo se siente en toda la obra pese a que el que está mas rodeado de gente. Finalmente alcanza su ansiada redención gracias a Parsifal que es capaz de entender lo que siente precisamente porque se centra en lo básico: Él ve a un hombre que sufre y trata por todos los medios de querer curarlo sin importarle las normas.

Kundry: Wagner se basó en la leyenda del judío errante para crear a este personaje por dos motivos. El primero por la cuestión práctica de incluir a un personaje femenino en una historia en la que sólo aparecen hombres y el segundo porque alguien tenía que ser el culpable del drama de Amfortas. La leyenda del judío errante consiste en que un judío es maldito por el Cielo a caminar eternamente hasta el día del juicio final como castigo por haberse reído de Cristo en su calvario. Kundry adopta ese papel y a su vez adopta una doble personalidad: por un lado, una mujer penitente y fiel sirviente de la Orden, pese a que éstos le tienen prohibido entrar al castillo por no estar bautizada (y tampoco se molestan en hacerlo) y la tratan casi como a un perro. El personaje a nivel musical en sus intervenciones con la orden, apenas canta. Recita, se queja, se lamenta y gime.
Vemos toda su parte lírica cuando forma parte de las mujeres de Klingsor, como una gran seductora a quien casi ningún hombre es capaz de resistirse a sus encantos. Digo casi, porque hay dos hombres que se le resisten y ahí está la clave de la redención de Kundry: Klingsor y Parsifal. Klingsor se resiste simplemente porque está castrado, con lo cual no tiene ningún deseo sexual porque se lo ha arrebatado él mismo y ese utiliza ese poder para someter a la mujer. Kundry utiliza ese poder de seducción para seducir a Amfortas, pensando que él como santo varón protector del Grial y la Lanza podría resistir a sus encantos y liberarla de su sufrimiento, pero se equivocó y para compensar el mal que hace seduciendo a sus caballeros, los sirve y no le importan que la desprecien.

Sin embargo ¿Por qué Parsifal sí se resiste ante Kundry? Si nos fijamos en lo que escribe Wagner y en el libreto, simplemente porque Parsifal está tan obsesionado con salvar a Amfortas que realmente no presta atención a Kundry. Cuando ella le besa, es en ese momento que el héroe comprende el gran dolor que siente Amfortas. Hasta ese momento, sabe que lo tiene que salvar porque es un hombre que sufre, pero no entiende realmente el peso de su pena. Es en ese momento que Parsifal aprende a ser empático y a ponerse en el lugar del otro. Por eso rechaza a Kundry. Porque no quiere convertirse en el nuevo Amfortas. Hay otra posible respuesta mucho más simple, pero algo más polémica y sería admitir el posible hecho de que Parsifal sea homosexual. Esta teoría simplifica mucho el conflicto. A ser Parsifal gay, todo el drama va motivado porque éste se habría enamorado de Amfortas y ahí tendríamos esa gran redención por amor, la misma que hemos visto en El Holandés Errante y en Tannhäuser.

Personalmente, más que homosexual, yo diría que Parsifal es demisexual, es decir, su posible despertar sexual se debe más al afecto que le pueda despertar una persona que al género en sí. Kundry podrá ser muy guapa, pero Parsifal no siente absolutamente nada por ella. Ni lástima. En cambio por Amfortas, le inspira un sentimiento de compasión y solidaridad por alguien que está obligado a cumplir con unas funciones de las cuales ya no se ve apto. Parsifal finalmente, cuando después de su viaje de vuelta es lo suficientemente sabio, logra finalmente dar la ansiada redención a Kundry. Es con el tiempo que él comprende también su dolor, es él quien se molesta en bautizarla y es él quien la invita a que contemple el Grial, y muriendo así al final. La muerte de Kundry no hay que tomarla como algo triste, sino como la justa recompensa que ella andaba buscando. Kundry es la versión femenina del Holandés Errante y acaba exactamente igual que él. Redimida por el amor desinteresado de otra persona.

Parsifal: ¿Por qué aquel que está destinado a ser Redentor, necesita ser redimido? En el caso de Parsifal, la redención es el resultado de un proceso de aprendizaje y de una revelación tras otra. Como comenté al principio. Parsifal es como Siegfried, en el sentido de que es un buen salvaje y se mueve de acuerdo a su propia moral. De hecho, su tema musical se representa con un motivo alegre representado por trompas, muy parecido al de Siegfried. Pero ambos héroes toman caminos distintos.  Parsifal, tiene la suerte de contar con Gurnemanz que le explica exactamente lo que pasa y de forma indirecta le hace tener un objetivo en la vida (salvar a Amfortas y convertirse en el nuevo Rey del Grial), mientras que a Siegfried, que se supone que es el encargado de salvar a los dioses, lo dejan a su puta bola (y al final se lo acaban cargando). Pero Parsifal tampoco es un santo varón, aunque no se vea en escena. Para llegar al castillo de Klingsor, es atacado por los amantes de las otras doncellas en flor, y él acaba con ellos. Y después de obtener la lanza, en su viaje de vuelta, aunque no se vea, también tiene que pelear. Por esas faltas, necesita ser redimido, no dejan de ser pecados. Pero volvemos a lo mismo, todo le mueve el deseo de querer acabar con el sufrimiento. Es decir, le mueve un motivo altruista. Llega a entender el sufrimiento como un problema  tanto de hombres como de mujeres, (y ese es el motivo por el que Kundry puede finalmente entrar a disfrutar de la Luz Divina.) Por eso está destinado a ser el nuevo Rey de Grial y fundar una orden con unas nuevas reglas, en las que todos pueden ser perdonados. Al final de la obra, cuando él destapa el Grial, logra su propia redención, pues ha comprendido que el hombre debe ser empático con sus semejantes y que sólo a través de la compasión y el amor, cualquier falta puede ser perdonada. 

En cuanto al aspecto musical, para mí Parsifal es la obra más difícil de escuchar de toda la obra wagneriana. No sólo por su larga extensión, sino también por los tempos utilizados. Todo este relato de la búsqueda del perdón y el alivio del sufrimiento, se expresa con el uso de los motivos principales, que se van desarrollando, empezando la obertura con el tema de la Eucaristía, y todos los demás se van mezclando según va avanzando la obra. De acuerdo al carácter místico, los tempos suelen ser bastante lentos, y teniendo en cuenta la duración, si no se sabe interpretar bien puede llegar a aburrir. También por el tipo de música que es, para disfrutarla hay que dedicarle tiempo y atención. Es una obra que hay prestarle toda la atención para poder sacarle la gran belleza que tiene.

Por todo lo anterior, es fácilmente comprensible que ésta es la ópera menos "nazi" de todas. Wagner era antisemita, sin duda. Pero nos dejó como testamento una obra con un héroe que se mueve por la empatía por el dolor ajeno y la compasión, capaz de perdonar y aceptar a todo el mundo sin importar sexo o religión... eso no tiene nada que ver con la ideología nazi de una supremacía de una raza por encima de las demás. Al menos tal y como yo interpreto la obra. Hay otras interpretaciones que afirman lo contrario y muestran a la Orden del Grial como una comunidad nazi y a Parsifal como héroe de la raza Aria.

Del canto de cisne de Wagner podemos sacar las siguientes conclusiones:

- La empatía es un don que se puede aprender con el tiempo.
- No todos los problemas se pueden arreglar a través del sexo, pero sí pueden resultar a ser más llevaderos.
- Tarde o temprano todas las heridas acaban por cerrarse. Es cuestión de tiempo, paciencia y dar con el tratamiento adecuado.
- Reírse del dolor ajeno es de ser mala persona.
- No dañes a los animales... los animales son tus amigos. Son muy bonicos. No les faltes al respeto. (Esto último lo he oído en alguna parte).

GRABACIONES

CD

Tengo la edición anterior, y es una grabación bastante digna. Christa Ludwig hace una Kundry muy creíble y todos los intérpretes masculinos están muy a la altura. La dirección de Solti muy sólida.

DVD

Una de las producciones más recientes, tenemos a un soberbio Kaufmann y a un magnífico René Pape como Gurnemanz. La puesta en escena no es nada del otro mundo, ambientada en una época apocalítipa y en vez de caballeros andantes, tenemos uniformes simples de camisa blanca y pantalón negro. El Acto II, es raro lleno de sangre por todos lados. Pero el aspecto musical es bastante agradable y por todo lo demás es agradable de ver.


También desde el Metropolitan de Nueva York, tenemos esta propuesta algo más clásica y más fiel al libreto wagneriano. Tiene la ventaja de contar con Waltraud Meier como Kundry y quizás sea ese su mayor atractivo, además de la puesta en escena que es bastante bonita. Sin embargo, la dirección por parte de Levine a mí me resulta un tanto aburrida.

Dejamos esa hermandad de caballeros que sigan adorando al Santísimo y yo me despido por hoy. La próxima entrega volveré al repertorio francés con la historia de amor más conocida de la literatura universal, la de dos familias enfrentadas en Verona porque no pagan las cuotas de la comunidad de vecinos. O algo así. Nos vemos.

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