sábado, 7 de julio de 2018

El triste trovador: Orfeo y Eurídice, de Christoph Willbald von Gluck II


ANÁLISIS

Con Orfeo, me habría gustado hacer la comparativa entre la versión de Gluck y la de Monteverdi, pero no conozco realmente bien esta última, he decidido hablar sólo de la Gluck y cuando tenga más conocimientos sobre música barroca, hablaré sobre la versión de Monteverdi.

Lo cierto es que yo conocía esta ópera de niño, recuerdo que cuando la vi por televisión, me chocó ver a una mujer disfrazada de hombre y también me sorprendió que la ópera terminara bien. No he visto esta ópera en directo, pero si he visto otras de Gluck en la Bastilla, Alceste e Ifigenia en Táuride. Dos óperas que, hasta ese momento, ni siquiera las había oído con antelación, ya que de Gluck sólo conocía este Orfeo.

La obra es más interesante a nivel musical que a nivel argumental. Para simplificar la trama, Gluck redujo el número de personajes a los tres básicos, Orfeo, Eurídice y Amor, reemplazando a Hades como el que pone la condición original. Y a diferencia del mito original, Gluck decide que la obra termine bien, ya que en el mito, Orfeo no logra que resuciten por segunda vez a su esposa después de haber incumplido la promesa de volver a verla estando ella en el Inframundo. Ese dios Amor, es a su vez el que da el final feliz a la obra.

De acuerdo con las circunstancias, se nota mucho que la obra fue compuesta para lucimiento de una sola persona, ya que Orfeo es el personaje principal de toda la obra, siendo las intervenciones de Amor y Eurídice reducidas al mínimo argumental. Aún así, el personaje, salvo algún número en concreto de la versión francesa, no tiene arias en las cuales deba hacer gala de una gran técnica de coloratura, sino más bien de expresión. Como novedad en la ópera seria italiana, Gluck retiró los recitativos secos, esto es, acompañados del clave y los orquestó, aparte de dar una gran participación al coro, que contaría como un personaje más de la obra; representando a Furias, Ninfas y demás conjunto de seres mitológicos.

El número más conocido es el aria de Orfeo "Che faro senza Euridice?/ J'ai perdu mon Eurydice", que en su día causó una revolución porque a nivel argumental la gente la consideraba poco profunda. En parte, es una aria de desesperación ya que a Orfeo se la ha muerto su mujer dos veces y de acuerdo a los cánones pegaría un tempo más lento. Sin embargo, a mi juicio, creo que Gluck quería representar ese momento con un movimiento algo más rápido porque en este caso, el responsable de la muerte es el propio Orfeo, con lo cual se resigna. Mientras al principio, Eurídice muere por circunstancias ajenas a él, Orfeo se lamenta de forma más grave, porque es algo que no podía evitar. En cambio, la segunda vez ocurre porque él no mantiene su promesa de aguantar de no ver a su esposa, de ahí el cambio de tono. Este aria era lo único que yo conocía de esta ópera.

Otros momentos estelares son las danzas que se incluyen, sobre todo para la versión francesa, la de los espíritus felices, que con los solos de flauta, se describe el ambiente idílico de los Campos Elíseos.

Por su duración y su simpleza, el Orfeo de Gluck es también una de esas óperas que son fáciles de escuchar y que también sirven para iniciarse en el mundo de la ópera.

De Orfeo podemos sacar las siguientes conclusiones:

- En la vida todo tiene solución, menos la muerte. Aunque bueno, si tienes como colega a un Dios igual hasta eso también tiene solución.
- Hay que confiar más en la pareja. Si hay algo que no entiendes y al preguntar no obtienes una respuesta satisfactoria, dale un poco de tiempo porque igual no es el momento de responderla. No vayas a montar una escena porque luego pasa lo que pasa. Y eso va para ambos sexos, aunque aquí la que mete la pata es ella.

GRABACIONES

CD

La más reciente grabación del mercado corresponde a una versión que hizo Gluck para Nápoles en 1774, en la cual el papel de Orfeo fue para un castrato soprano. Además, incluye un aria nueva para Eurídice, así como un nuevo dúo a lo que sería el principio del tercer acto, pues en esta versión, la ópera está dividida en siete escenas y no en tres actos. Esos dos reemplazos, no fueron compuestos por Gluck sino por otro compositor, Diego Naselli. Como Jaroussky uno de mis contratenores favoritos, aproveché que se puso de oferta el cd en Amazon Francia y lo compré. Toda la ópera está en un solo cd y lo cierto es que me ha gustado un montón. Los tempos están muy llevados, y el trío de cantantes muy bueno. No es una grabación de referencia, pero sí hay que tenerla en cuenta.

Otra grabación relativamente reciente de la versión francesa, donde tenemos a un magnífico Juan Diego Flórez. Es una grabación en vivo y en algunos números al final se escuchan los aplausos, cosa que me chirría un poco. También tenemos un buen equipo de cantantes y el coro y la orquesta están a la altura. La edición que yo tengo, incluye las notas y el argumento en español, cosa bastante rara hoy en día en los cds de música clásica. Lástima que el libreto no esté traducido también.

Para la versión de Viena, otra grabación reciente y protagonizada por mi otro contratenor fetiche, que es el argentino Franco Fagioli. Es la versión de Viena y viene además con un cd, con algunos fragmentos de la versión parisina, pero cantada en italiano. Creo que es algo más lenta que las otras dos, pero es igual de agradable. La portada es horrorosa.

 DVD

No hay muchas opciones que creo que valgan la pena de esta ópera en cuanto al mercado audiovisual se refiere. Elegí este montaje, porque me gustó lo que hicieron La Fura dels Baus en Valencia con la Tetralogía wagneriana, así que le dí una oportunidad a su versión de Orfeo. Es la versión de Viena y parece más la versión lésbica que otra cosa, ya que la mezzo que interpreta el papel principal, Anita Rachvelishvilli (vaya apellido complicado) tiene un vestuario demasiado femenino, con lo cual me resulta difícil creerme que es un hombre. Quitando ese detalle, este montaje que se vio en el Festival de Castell de Peralada (Gerona) es bastante espectacular. La orquesta está el escenario y está disfrazada de espíritus y no está estática, sino que a veces se mueve. Tiene una estética futurista bastante chula y la verdad es que es muy entretenido de ver, con imágenes que se proyectan, y algunas acrobacias. Es muy recomendable.

En fin, dejo a que Orfeo disfrute de su mujer. Por mi parte, voy a seguir en el siglo XVIII, y para la próxima hablaré de una obra de Mozart que tiene a su vez algo en común con Gluck. Una ópera sobre un emperador romana muy buena gente, a pesar de que tiene algunos amigos que se la quieren meter doblada. O algo así, no me acuerdo muy bien.

Nos vemos.

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