miércoles, 11 de julio de 2018

Un emperador buena gente: La clemencia de Tito, de Mozart I


Errar es humano y perdonar divino. O al menos eso dicen. De todas formas, es cierto que cuando alguien te decepciona a veces es muy difícil perdonar. Y saber perdonar es toda una virtud, y de eso va esta ópera de Mozart.

La clemencia de Tito (La clemenza di Tito) es una ópera en dos actos con música de Wolfang Amadeus Mozart y libreto de Caterino Tommaso Mazzolá y estrenada en el Teatro Nacional de Praga el 6 de septiembre de 1791.

Tiene una duración aproximada de 130 minutos (dos horas y diez minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

El 8 de julio de 1791, los Estados Bohemios firmaron un contrato con el empresario teatral Domenico Guardasoni para que montara una ópera para celebrar la coronación del Emperador Leopoldo II como Rey de Bohemia. Decidieron que el tema sería una nueva versión de la obra La clemenza di Tito, cuyo libreto del poeta Pietro Metastasio, ya habían puesto música antes otros compositores como Antonio Caldara, siendo el primeo en 1734,  a las que más tarde se añadirían Hasse, Leo, Gluck y así hasta 39 compositores más. La primera opción de Guardasoni fue Antonio Salieri, quien declinó la oferta. Por descarte, se lo pidió a Mozart, y le ofreció el doble de lo que cobraba en Viena.

Mozart en aquel momento se encontraba componiendo La flauta mágica, así como la Misa de Requiem en Re menor, pero aún así como le hacía falta el dinero aceptó el encargo. Al parecer Mozart compondría la ópera en 18 días, algo que no está del todo probado, pero que no sería de extrañar y más si consideramos que los recitativos secos, Mozart se los encargó a su discípulo Franz Xaver Süssmayr (quien terminaría el Requiem) que los hiciera. En cuanto al libreto, se encargo Mazzolá de elaborarlo basándose en el original de Metastasio, pero reduciendo los tres actos originales a dos, añadiendo escenas de conjunto y suprimiendo una gran cantidad de arias.

El resultado pues no fue del todo satisfactorio. A la Emperatriz María Luisa le pareció una "porcheria tedesca" (una porquería alemana), pero por lo visto esta anécdota tampoco está del todo confirmada. En cualquier caso, en posteriores representaciones la ópera tuvo mejor acogida. A día de hoy, de las 44 óperas que existen sobre el mismo tema, la de Mozart es la única que se ve en los escenarios.

ARGUMENTO 

La acción transcurre en Roma en el año 80.


ACTO I

Escena I: Apartamento de Vitelia

Vitelia (soprano) es la hija del emperador Vitelio, el cual ha sido derrocado por el emperador Vespasiano, padre del emperador actual, Tito,  y por tanto prepara una conjura para poder recuperar el trono, ya que además que ella está enamorada de él, no es correspondida, pues Tito tiene pensado casarse con Berenice. Para ello, le pide ayuda al mejor amigo del emperador Sexto (mezzosoprano o contralto), quien está enamorado locamente de ella, aunque no ve muy claro el plan.


Entra Anio, un amigo de Sexto (mezzosoprano o contralto) diciéndole que Tito lo busca. Al parecer, Tito ha enviado de vuelta a su patria a Berenice, por tanto ha roto su compromiso con ella. Ante esta noticia, Vitelia le dice a Sexto que suspenda los preparativos de la conjura. Por su parte Anio, va a pedirle permiso a Tito para que se pueda casar con Servilia, hermana de Sexto, de quien está enamorado. A Sexto le parece genial la idea y desea de corazón que así sea.

Escena II: La plaza del Capitolio

El pueblo alaba a Tito por sus buenas acciones y éste por su parte reafirma su labor por hacer de Roma un lugar mejor. Cuando el pueblo se ha retirado, Tito (tenor) anuncia a Sexto que ha decidido tomar como nueva esposa a su hermana Servilia, para desgracia del pobre Anio que no hace sino apoyar la decisión de su amado emperador.



Tito se va con Sexto, dejando a Anio solo asimilando el golpe y a esto que entra Servilia (soprano). Anio le comenta que pronto será Emperatriz de Roma, cosa que a la joven no le hace especial gracia, ya que para ella, Anio será su único amor.


Escena III: Los jardines imperiales

Tito recibe una carta de Publio, capitán de la guardia pretoriana (bajo), en la cual están escrito los nombres de sus enemigos, pero el emperador no le hace mucho caso. Entra Servilia, quien le confiesa que, pese a que agradece enormemente el honor de querer coronarla como emperatriz, no puede aceptar su mano porque está enamorada de Anio. Tito, conmovido, acepta sus disculpas y anula su compromiso.

Entre tanto, Vitelia, está dolida porque Tito ha escogido a otra, así que vuelve a poner en marcha el plan de quemar el Capitolio y asesinar a Tito. Se lo pide a Sexto, quien tras darle algunas vueltas, al final accede.

Al irse, entra Publio y le comunica a Vitelia que finalmente Tito la ha escogido como nueva esposa. Vitelia, preocupada, ahora siente que ha metido la pata hasta el fondo e intenta buscar a Sexto, en vano.

Escena IV: La plaza del Capitolio

Sexto se lamente por el terrible acto que está apunto de cometer. Sus cómplices en la conjura ya han prendido fuego al Capitolio, y Sexto se introduce en él.

 

El pueblo se va acercando para ver lo que pasa, así como Anio, Publio, Servilia y Vitelia, quien está buscando a Sexto. Éste aparece, y anuncia que el emperador Tito ha caído. Está a punto de declararse culpable, pero Vitelia le ordena que guarde silencio. Todos lamentan la muerte del emperador.

ACTO II

Escena I: Los jardines imperiales
 
Pues no. Tito no ha muerto en el ataque. Eso es lo que le dice Anio a Sexto, para mayor alegría del joven pero aún así le remuerde la conciencia. Entra Vitelia y le pide que huya para así salvaguardar el honor de ambos, pero Sexto no le hace caso.

Finalmente, entra Publio para arrestar a Sexto por alta traición, ya que así lo ha denunciado la persona a la que Sexto hirió confundiendo a Tito, un tal Léntulo. Sexto es arrestado.

Escena II: Sala de audiencias

Tras despedir a la audiencia, Tito se queda solo con Publio quien le comenta que ha de validar los juegos del circo ya que la gente los reclama. A pesar de que Tito quiere creer en la inocencia de Sexto, el testimonio de Léntulo ha sido decisivo y más aún cuando el propio Sexto ha confesado el crimen delante del Senado. Por todo ello, Sexto y sus complices han de ser condenados a muerte en la Arena. Tan sólo falta la firma del emperador para que la sentencia sea firma. Antes de firmar, Tito llama a Sexto para pedirle explicaciones, aunque antes ha recibido a Anio que ha hablado en favor de Sexto y pide que lo perdone.
Sin embargo, Sexto no da muchas explicaciones al respecto. Asume toda la culpa y le dice a su amigo que está dispuesto a morir, cosa que Tito le confirma que hará y firma la sentencia de muerte. Llevan de vuelta a Sexto a la prisión y el emperador se debate entre ser riguroso o perdonarlo. Al final rompe la sentencia porque prefiere que la historia lo culpe por ser clemente y no riguroso.


Se va y entra Vitelia buscando a Publio para saber si Sexto ha confesado o no. Publio no sabe nada, y Vitelia cree que Sexto la ha delatado. Entra Anio y Servilia, para pedirle a Vitelia que hable con Tito para que perdone a Sexto. En la conversación Vitelia se entera de que aún no ha sido denunciada, pero que la condena a muerte sigue vigente. Vitelia les pide que se adelanten, cosa que a la pareja no le hace especialmente gracia. Sola, Vitelia decide que va a confesarlo todo para liberar a Sexto, en agradecimiento por haberla amado ciegamente.


Escena III: El anfiteatro.

Los conjurados están en la Arena, y todo el pueblo está expectante por ver al emperador. Antes de que Tito haga pública su decisión, Vitelia confiesa públicamente que ella es la cabeza de toda la conjura y que ella es la verdadera culpable de todo, con lo cual pide perdón para Sexto.


Para el asombro de todos, Tito decide perdonar a todo el mundo. Sexto no tiene palabras de agradecimiento, y afirma que siempre llorará por lo que ha hecho y todos alaban la grandeza y la clemencia de su emperador.
 

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