viernes, 2 de febrero de 2018

El libertino castigado: Don Giovanni, de Mozart II


ANÁLISIS

Il Disoluto punito, ossia Il Don Giovanni... El libertino castigado, o lo que es lo mismo, Don Giovanni. Ése era el título original de una de las mejores óperas de Mozart, para muchos la mejor de todas. Para mi en concreto no lo es, siempre diré que ese honor se lo dejo a su última obra La Flauta Mágica, pero sí he de reconocer que de las tres que Mozart escribió junto con Lorenzo da Ponte; ésta es la que más me gusta.
Don Giovanni fue la segunda ópera de Mozart que llegué a ver en directo y también la descubrí siendo niño, aunque en su momento me resultó algo larga. Después de adulto, la he vuelto a ver y recuerdo un horroroso montaje en la Bastilla en la que Don Giovanni es un ejecutivo salidorro que acosa sexualmente a sus empleadas y toda la acción se desarrolla en la sala de descanso de un edificio de oficinas. Un mojón de montaje para qué nos vamos a engañar.

Mozart nos ofrece en cierto modo, su obra más oscura. Ya desde el principio, nos anuncia los trombones el aspecto serio de fondo que tiene, y nos previene para lo que viene después. En la obertura nos deja claro que el rol del Comendador, pese a que es breve, es clave para toda la obra. Don Giovanni no nos cuenta una historia de redención, pero no obstante es un relato moralizante. 

Para empezar el protagonista es un hombre que presume de haberse empotrado a más de mil mujeres, como diría el personaje de Fermín Trujillo, el famoso pícaro de playa de la serie "La que se avecina". No obstante, y pese a demostrar que las mujeres españolas son las más fáciles si hacemos caso a Leporello en el aria del catálogo, desde que Don Giovanni llega a Sevilla no da ni una. No logra llegar hasta el final con Doña Ana porque ésta no se deja, y tampoco lo logra con Zerlina. 
Pero a pesar de todo, una gran cualidad positiva que le encuentro al personaje es que es fiel y coherente con sus actos hasta el final. Incluso cuando está a las puertas de la muerte, en absoluto se arrepiente y prefiere condenarse eternamente antes de renunciar a su modo de vida, porque sus acciones es lo que en el fondo lo define y lo hace ser único. Esa necesidad de buscar su propia identidad aunque en este caso, es a través de acciones totalmente inmorales, pues estamos hablando de un hombre que lo que hace es jugar con los sentimientos de la gente y maneja a los demás a su antojo. Por eso, no tiene ningún aria larga donde él exprese sus sentimientos más profundos. Si contamos sus solos, nos encontramos con tres: El aria del vino, donde sólo piensa en la fiesta y en cuántas mujeres va a añadir a su lista, la serenata del segundo acto, donde intenta conquistar a la criada de Doña Elvira y justo después, cuando se hace pasar por Leporello y se describe de forma paródica y superficial. 

El resto de los personajes, en cierto modo todos giran alrededor de él. Doña Ana, obsesionada con vengar a su padre, Don Octavio satélite de Doña Ana con muy poca sangre, Leporello, el criado, que lo obedece por necesidad pero no por devoción, Zerlina como su nueva víctima y Masetto como daño colateral. Cabe destacar que el objetivo de Da Ponte no es apoyar la violencia doméstica. En este tiempo, que una mujer cante a su marido que la pegue "Batti, batti, o bel Masetto", no es tanto una invitación al maltrato. Zerlina sabe de sobre que Masetto no le haría daño y es más una aria de seducción que otra cosa. Aún así, me extraña que en estos tiempos donde cada comentario que se hace en Tweeter o cualquier medio público no haya habido nadie que exija que ese aria se quite de la obra porque hace alusión a la violencia de género. 

El gran personaje clave aparte del comendador, que es el ejecutor final de la suerte de Don Giovanni, es sin duda Doña Elvira. Quizás sea la única mujer de todas sus conquistas que lo ha querido de verdad y hasta el punto de ser voluntaria para redimir al libertino. Pero estamos ante un hombre que no quiere redimirse porque según su propia moral, él no hace nada malo. Esa es la clave de la historia, a Don Giovanni se le castiga por carecer de empatía con el resto de la humanidad. Ese es su gran crimen y por eso se quema en el infierno.

En lo musical hay una curiosidad que hay que destacar en la escena final y es la inclusión de tres pasajes de óperas populares del momento. Se incluye un fragmente de Una cosa rara, de Martín y Soler, I litiganti de Sarti y por supuesto Las bodas de Fígaro del propio Mozart. Estas óperas tuvieron muchísimo éxito en su día en Praga y así Mozart lo incluyó a modo de guiño.

Por supuesto en todo lo relativo a la conquistas, Mozart emplea los mismos recursos. Cuando Don Giovanni declara su amor a Zerlina, la base melódica es muy parecida a su serenata. Y eso mismo ya lo repetiría Verdi con el duque de Mantua en Rigoletto
  
En fin, ¿qué podríamos aprender de esta ópera?

- Está bien ser activo sexualmente, pero procura no jugar con los sentimientos de los demás.
- Desconfía de alguien que te regale cosa sin más, nadie da nada gratis.
- No invites nunca a cenar a estatuas de piedra. No, no es una buena idea.
- En un montaje alternativo: Don Giovanni sería así:

(Hay que ver lo que desafinan los dos cochinos)

GRABACIONES

CD

La única grabación que tengo de esta ópera es ésta de Karl Bohm. A veces es un poco lenta, pero por todo lo demás no le veo ningún inconveniente. 

DVD
 

No me terminan de gustar mucho las adaptaciones de ópera en película. Ésta en concreto, a nivel musical es magnífica, pero el problema que veo es que los cantantes son demasiado mayores para sus papeles. En un teatro vale, pero en el cine no me pega tanto y además parece que está mas ambientada en Venecia que en Sevilla. El vestuario y la ambientación también están bien. Merece la pena echarle un vistazo, pero sin más.

Compré este DVD porque estaba barato (unos 7 euros) y porque me gustaban los cantantes. La puesta en escena es algo aburrida, ambientada en los años 50 diría yo. A nivel musical, no es un mal montaje, pero tampoco es para tirar cohetes. Para lo que me costó, está bien, pero hay opciones mucho mejores.


De los que tengo y he visto, éste es de lo mejorcito que hay. Una muy buena dirección, la puesta en escena es bastante tradicional con alguna que otra licencia y un equipo de cantantes bastante competente. 

Como dicen al final de la obra, dejemos que el bribón se quede con Proserpina y Plutón y yo me despido hasta la siguiente entrega. Dado que se acerca el carnaval, voy a intentar que las siguientes tengan como contexto una fiesta popular, disfraces o  un baile de máscaras. Mira, de eso mismo va a ir la siguiente.

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