sábado, 10 de febrero de 2018

La cantante desgraciada: La Gioconda, de Almicare Ponchielli I


Realmente cuando amas a alguien es duro que ese alguien no te corresponda y el verdadero amor radica en que esa persona sea feliz, aunque por desgracia no sea contigo. Y a veces ese amor es tan grande, que hasta puedes dar la vida por esa persona. El tema no es nuevo, pero para mí es lo que más define la ópera que trataré en esta entrega.

La Gioconda es una ópera en cuatro actos con música de Almicare Ponchielli y libreto de "Tobia Gorrio" (Arrigo Boito) estrenada en el Teatro de la Scala de Milán el 8 de abril de 1876.

Tiene una duración de 165 minutos (Dos horas y tres cuartos, aunque puede alcanzar las tres según montajes)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Pues no hay mucho que destacar. El libreto está basado en la obra de teatro de Victor Hugo, Angélo, tyran de Padoue (Ángelo, tirano de Padua). Almicare Ponquielli fue un compositor que hasta la composción de esta ópera pues no había tenido especialmente éxito, pero tampoco fracasos. Por lo que he leído, era músico que gustaba pero no entusiasmaba. La idea de poner música a la obra de Victor Hugo, fue del editor, Giulio Ricordi y fue quien propuso a Boito la adaptación, la cual en un principio no se tomó muy en serio debido a que él estaba trabajando en su propia ópera, Mefistofele. De este tema ya existía una ópera de Mercadante, titulada Il giuramento, de la cual nadie se acordaba ya (y hoy en día aún menos) y en Rusia, un desconocido compositor llamado César Cui estrenaría también unos meses antes que Ponchielli su versión, llamada Angélo. Ésta obra tampoco la conoce ni Dios.

Ponchielli estrenó la suya, y gustó. Luego con el tiempo hizo algunos cambios (como el final del acto I) y la versión definitiva, la que se ve actualmente, tuvo lugar en Génova, el 27 de noviembre de 1879.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Venecia, en el siglo XVII.
 
ACTO I: La boca del león.
Patio del palacio ducal.

Es un día de fiesta. Los venecianos se preparan para celebrar una regata y hay bastante movimiento. Uno de ellos, el espía de la Inquisición, Barnaba (barítono) vigila a todo el mundo para ver a quién puede denunciar. Está obsesionado con una cantante callejera, a la que llaman Gioconda (soprano dramática). La mujer aparece junto a su madre, La Ciega (contralto). Barnaba le tira los trastos, pero ella lo rechaza y se va a la iglesia dejando a su madre sola. Barnaba aprovecha a que la mujer está sola para vengarse y cuando termina la regata, se reune con el perdedor Zuane (bajo)y le dice que la culpa ha sido de la vieja ciega que le ha echado una maldición.  Éste monta un escándalo y la acusa de brujería. La pobre mujer está perdida, y a eso que llega su hija Gioconda con su novio, Enzo (tenor lírico spinto).Éste intenta defenderla sin éxito. Entonces llega uno de los jueces de la inquisición, Alvise (bajo) con su esposa enmascarada. La mujer, se apiada de ella y convence a su esposo que la absuelva cosa que él hace. 


La anciana se lo agradece dándole como regalo un rosario. Al presentarse la salvadora como Laura (mezzosoprano), Enzo reconoce en ella a su amante perdida y de quien aún está enamorado. De acuerdo a las miradas que él le echa a ella y ella a él, Barnaba se da cuenta de todo y logra quedarse con Enzo a solas. Sabemos entonces, que Enzo en realidad es un príncipe genovés desterrado de Venecia y que ahora ha vuelto disfrazado de marinero dálmata. Barnaba le dice que cómo él está enamorado de Gioconda quiere abrirle los ojos y de paso ayudaría a Enzo a reunirse de nuevo con su amada Laura. Enzo, acepta y le dice que le haga saber que se reunirá con ella por la noche en los muelles. Se va y Barnaba llama a su ayudante Isepo (tenor).


Barnaba le dicta una carta denunciado a Enzo que está en la ciudad y que se va a fugar con la esposa de Alvise. La carta la echa en la Boca del León, que es el buzón de la inquisición para denuncias anónimas. Por casualidad, Gioconda pasa cerca y a escondidas, se entera de todo lo que la deja totalmente destrozada.

ACTO II: El rosario.
Los muelles de Fusina.

Es de noche. Los marineros se preparan para partir. Por su parte, llega Barnaba para inspeccionar la zona y cuando lo ha hecho, le dice a su ayudante que vaya a avisar a Alvise y sus hombres. Aparece Enzo quien espera a su amada Laura.
 

Barnaba le trae a Laura y ambos pues se declaran su amor. Enzo sale un momento para realizar los últimos preparativos y entonces aparece Gioconda enmascarada, dispuesta a matar a Laura.


Ambas mujeres discuten y cuando Gioconda va a asesinarla, ve el rosario de su madre y cambia de opinión. Le dice que se vaya corriendo de allí porque Alvise llegará pronto para capturarla. Le da su antifaz y agradeciéndolo, se va. Aparece Enzo, quien se sorprende de ver a Gioconda en vez de a Laura. Ella le dice que se ha ido para evitar su vergüenza, pero éste no la cree. Finalmente llega Barnaba con Alvise y sus hombres. Se produce una batalla y Enzo antes de rendirse quema su barco y logra huir con Gioconda.

ACTO III: La Casa de Oro

Escena I: Despacho de Alvise

 
Alvise está en su despacho y ha decidido que su esposa muera por su infidelidad con Enzo. La convoca y le dice que ha de morir. Le prepara un lecho y al son de una serenata le dice que debe envenenarse antes de que la música termina. Se va, dejándola sola. Lo que no sabe es que Gioconda se ha colado en la cámara y aparece dispuesta a ayudar a Laura una vez más. Para ello le cambia el veneno por un potente somnífero y le promete que hará lo posible para reunirla con Enzo. Laura lo bebe y se acuesta en el lecho funerario.

Escena II: Salón de fiestas de la Casa de Oro

Alvise ha organizado un baile de máscaras y da la bienvenida a los invitados, entre ellos se encuentra Enzo y Gioconda. Para divertirles les ofrece un ballet, la Danza de las horas.

Al terminar la danza, aparece Barnaba con la Ciega y la vuele a acusar de brujería. Suena una campana que anuncia una defunción y Enzo se entera por Barnaba que Laura ha muerto. Enzo se descubre públicamente, para el asombro de Alvise y los invitados. Enzo intenta matar a Alvise, sin éxito y es capturado por los guardas. Gioconda habla con Barnaba y le promete su cuerpo a cambio de su libertad. Alvise muestra a su esposa muerta y Barnaba vuelve a coger a la Ciega y se la lleva con él. 

ACTO IV: El canal de Orfano.
Un salón de un palacio en ruinas.

Con la ayuda de hombres, Gioconda se ha llevado con ella el cuerpo de Laura. Le pide también que busquen a su madre, porque hace tiempo que no la ve. Aún tiene el veneno que debería haberse tomado Laura y piensa ella misma en suicidarse.

Luego piensa en asesinar a Laura y tirar el cadáver al canal, pero al final se arrepiente. Entra Enzo, quien está buscando a Laura, ya que quería despedirse de ella una vez más. Gioconda le dice que el cuerpo no está allí y Enzo piensa que es ella quien lo ha robado, como venganza por no quererla. De hecho llega a pensar que todo lo que ha pasado es culpa suya, así que saca un puñal y está decidido a asesinarla cuando en ese momento se despierta Laura llamándolo. Es entonces, cuando se da cuenta que lo que Gioconda quería es simplemente ayudarlo. Laura y Enzo se reencuentran. Gioconda les da un bote con el cual ambos podrán escaparse. Los amantes le dan las gracias y escapan felices. 


Por su parte, Gioconda recuerda la promesa que le ha hecho a Barnaba, quien aparece poco después para reclamar su premio. Ella en un principio parece estar de acuerdo, pero para su sorpresa, se apuñala diciéndole que ella le prometió su cuerpo y eso es lo que él tendrá, su cadáver. Barnaba furioso, le confiesa que él ha matado a su madre ahogándola, pero de nada le sirve porque Gioconda ha muerto. Barnaba abandona el lugar furioso.

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