lunes, 5 de febrero de 2018

Una apuñalada trapera: Un ballo in maschera, de Verdi I


Hay cosas que no nos atrevemos a hacer a rostro descubierto, pero cuando nos disfrazamos, adoptamos otra personalidad y entonces podemos lograr cualquier cosa. Pero, ¿qué es más real, la máscara o lo que se esconde tras ella? De eso, y de algo más trata la ópera de esta entrega.

Un ballo in maschera (Un baile de máscaras) es una ópera en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Antonio Somma, estrenada en el teatro Apollo de Roma, el 17 de febrero de 1859.

Tiene una duración de 145 minutos (dos horas y veinticinco minutos)

BREVES DATOS HISTÓRICOS

Después del éxito a medias de su remake de Stiffelio, Aroldo, Verdi buscaba nuevos temas. La historia de Un ballo in machera, es muy parecida a la de Rigoletto. Esta ópera fue un encargo para el teatro San Carlo de Nápoles en 1857 para que representara en el carnaval del año siguiente. En un principio, iba a ser el Rey Lear, cuyo libreto ya estaba preparado por Antonio Somma, pero por motivos no muy claros, Verdi al final descartó esta idea. Probablemente fue porque se topó con el libreto de Eugène Scribe Gustave III ou le bal masqué. El libreto se basaba en el asesinato real del rey Gustavo III de Suecia en un baile de máscaras, y sobre ese tema, el compositor francés Auber ya había compuesto una ópera en 1833 y en 1843 Mercadante también había hecho lo mismo. A Verdi le dio exactamente igual y decidió presentar su propia versión de los hechos.

En un principio la obra se iba a llamar Gustavo III, pero a la censura napolitana no le gustó que se escenificara un regicidio, así que se hicieron algunos cambios y la ópera pasó a llamarse Una vendetta in dominò (Una venganza enmascarada) Pero dado que hubo un intento de asesinato de unos italianos a Napoleón III (1858) la censura napolitana, exigió más cambios, como por ejemplo que se anulara el baile de máscaras y que no se viera ningún asesinato en escena. A Verdi ya le tocaron mucho los cojones y rompió las negociaciones con Nápoles y se largó con su ópera a Roma. En Roma, por otra parte, la censura le dijo que con que trasladara la acción fuera de Europa y el rango. Así pues, en lugar de Suecia, la acción se desarrolla en Boston (Siglo XVIII), y el lugar de el rey Gustavo III, tenemos a al gobernador Ricardo, conde de Warwick. Con eso, la ópera se estrenó y tuvo mucho éxito. Verdi guardó el libreto con la ambientación sueca por si algún día se pudiera escenificar tal y como lo pensó en un principio, pero lo cierto es que aunque años más tarde se pudo hacer, él mismo perdió el interés.

Actualmente, conviven los dos contextos, aunque es más popular el americano.


ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Boston y los alrededores en el siglo XVIII.

ACTO I

Escena I: Salón del Palacio del Gobernador
Un grupo de nobles espera pacientemente a que el gobernador, el conde de Warwik, Ricardo les de audiencia. Algunos alaban su buen gobierno y otros planean vengarse de él. Su paje, Óscar (soprano lírico-coloratura), lo anuncia y aparece Ricardo, (tenor lírico-spinto) quien saluda a todos. Va a organizar un baile de máscaras para complacer a sus súbditos. Su paje le da la lista de invitados y entre ellos se encuentra su gran amor Amelia, que es imposible porque es la mujer de su mejor amigo y además consejero Renato. Aún así, se alegra de poder verla en el baile.



Llega Renato (barítono), y le previene que hay gente conjurando contra él, pero Ricardo no le hace mucho caso. Por otra parte, un juez solicita el destierro para una bruja llamada Ulrica. El paje se muestra en contra, porque al parecer ella es muy buena en su trabajo.

 

Ricardo decide que antes de emitir un veredicto, prefiere ver con sus mismos ojos si la mujer es culpable o no y cita a todos a que vayan con él de incógnito a la choza de la hechicera esa misma noche. Todos aceptan.

Escena II: Choza de Ulrica



Ulrica (contralto) se encuentra rodeada de sus fieles alrededor de un caldero. Entra también Ricardo disfrazado de pescador y allí reconoce a uno de sus criados Silvano (tenor) que pregunta por su buena fortuna. La bruja le predice que pronto tendrá oro y un ascenso. Ricardo, al oírlo y conmovido por la la lealtad de su siervo, le mete unas monedas de oro en el bolsillo y un papel con un ascenso. Silvano lo descubre y todos alaban a la bruja. Poco después viene un criado de parte de una señora que quiere verla en secreto. Ulrica accede y se van todos, menos Ricardo que se esconde porque sabe que el criado va de parte de Amelia (soprano lírico-spinto). Ésta aparece y le comenta a Ulrica que está enamorada de un hombre que no es su marido, pero no quiere ser infiel, así que pide algo para olvidarle. La bruja le contesta que tiene que hacer un elixir con unas hierbas que creen justo en los pies de los árboles donde están los ahorcados y que tiene que hacerlo esa misma noche. Amelia acepta y Ricardo se dice así mismo que irá con ella.

Cuando Amelia se ha ido, Ulrica deja pasar a todo el mundo. Ricardo sale de su escondite y se une a ellos y le pide a Ulrica que le eche la buena ventura.


La bruja le toma la mano y ve que en realidad no es un pescador, sino alguien más importante. Le predice que tenga cuidado porque va a ser asesinado por un amigo y su asesino será aquel que le de la mano. Ricardo se ríe, pero cuando le pide que alguien le estreche la mano, nadie lo hace, ni siquiera dos de sus conspiradores Samuel y Tom (bajos).

 

Entra Renato y sin saberlo, es él quien le estrecha la mano. Ricardo revela su identidad, paga a Ulrica y todos lo alaban, pero la bruja insiste en que tenga cuidado.

ACTO II
Un lúgubre campo a las afueras

Amelia está decidida a hacer lo que se sea para olvidar a Ricardo. Se encuentra sola en el campo de los ahorcados, y está buscado las hierbas.



Le sale al encuentro Ricardo para ofrecerle su protección. Amelia se resiste, le recuerda que es la mujer de su mejor amigo,pero aún así no puede evitar sentirse atraída por él. Llega Renato, quien ha seguido al conde, pero no reconoce a su mujer, ya que ella se ha ocultado en un velo. Renato avisa a Ricardo que los conspiradores lo están buscando para matarlo, así que Ricardo se va y le ordena a su amigo que proteja a la mujer y que en ningún momento le pregunte por su identidad.

 

Renato con Amelia y por el camino se encuentran con Samuel, Tom y el resto de los conspiradores. Éstos intentan averiguar la identidad del amante del conde, pero Renato se lo impide y cuando están a punto de pelearse, Amelia se interpone y se le cae el velo. Los conspiradores se burlan de la situación, Renato monta en cólera y pide a Samuel y a Tom verlos al día siguiente en su casa. Amelia se teme lo peor.

ACTO III

Escena I: Salón en la casa de Amelia y Renato.
Renato está dispuesto a matar a su esposa y no atiende a explicaciones. Amelia, acepta su destino, pero antes le pide que al menos le deje despedirse de su hijo.

 

Conmovido, Renato acepta. Entonces se da cuenta que ella no es la culpable sino que es a Ricardo a quien tiene que culpar. Llegan Samuel y Tom y Renato les dice que quiere formar parte de la conjura. Como prueba de buena voluntad quema todas las pruebas que tenía contra ellos y pone en prenda a su hijo por si les traiciona. Lo único que les pide es que sea él quien de el golpe. Dado que Samuel y Tom también tienen sus razones, deciden echarlos a suertes. Escriben cada uno su nombre en un papel y aprovechando que Amelia se presenta para decirles que Óscar ha venido para entregarles la invitación al baile de máscaras de esa misma noche, le piden que saque un papel. Amelia lo hace y el elegido para asesinar a Ricardo es Renato.


Escena II: Gabinate de Ricardo.
Ricardo no sabe nada de lo ocurrido y para no empeorar la situación ha escrito una carta en la cual da un puesto mejor a Renato en Inglaterra para así apartarlos a los dos. Llega Óscar, con una nota que le ha dado una misteriosa mujer diciéndole que no asista al baile, ya que planean asesinarlo. Pero Ricardo no hace caso, porque quiere ver a Amelia una vez más.


Escena III: Salón de Baile.
Toda la alta burguesía está pasándolo en grande con su disfraces. Los conspiradores se ha reunido y lo único que tienen que averiguar qué traje lleva el conde. Renato localiza a Óscar, que lo sabe y acaba convenciéndolo para que se lo diga.

 

Por otra parte, Amelia también ha averiguado quién es el conde, y le vuelve a advertir que está en peligro. Éste le dice sus planes de enviarla a Inglaterra con Renato, quien acaba por localizarlo y apuñalarlo. Todo el mundo se alerta y Óscar acusa a Renato. Pero Ricardo, agonizante, le dice a su amigo que su mujer jamás le ha sido infiel y muestra la orden de alejamiento que había el dictado para que ambos pudieran restablecer su honor. Con su último aliento, perdona a los conspiradores y todos los asistentes lloran por la pérdida de tan buen gobernante. Y así la profecía de Ulrica se ha cumplido.

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