sábado, 16 de diciembre de 2017

El infante rebelde: Don Carlos, de Verdi I


No tengo hijos, pero aún así imagino que ser padre no es algo fácil. Y tampoco debe serlo si encima tienes un cargo de importancia, donde todas las miradas están atentas a lo que haces, no haces o dejas de hacer. Pero... ¿y si eres el hijo y no estás de acuerdo con la actitud de tu padre? De este conflicto, entre otras cosas, trata la ópera de hoy.

Don Carlos, es una ópera en cinco actos (o cuatro) con música de Giuseppe Verdi y libreto de François Joseph Mery y Camille du Locle estrenada en la Ópera de París, el 13 de marzo de 1867.

La duración en la versión de cinco actos es de 210 minutos  sin incluir el ballet (tres horas y media) y la de cuatro una media hora menos. Con ballet, y algunos añadidos, alcanza las cuatro horas.

BREVES DATOS HISTÓRICOS

A Verdi le encargaron una ópera para la Exposición Universal de París de 1867. En un principio, le habían propuesto hacer una obra sobre Cleopatra, pero no le interesaba el tema, así que también barajó una adaptación del Rey Lear de Shakespeare, cosa que siempre quiso hacer y que por desgracia jamás hizo. De todas formas, la idea de adaptar el drama de Schiller, Don Carlos, también le era muy atractiva ya la tenía en mente desde que compuso su primera grand-opéra francesa, Las Vísperas Sicilianas (y que algún día hablaré porque es una ópera muy interesante a pesar de lo olvidadísima que está.

Verdi ya había estado en España con anterioridad, pues hace un par de años estuvo en Madrid para supervisar los ensayos de su obra anterior a este Don Carlos, que es La fuerza del destino, a su vez basada en la obra de teatro del dramaturgo español, El duque de Rivas (Ángel de Saavedra). Ya tenía entonces en mente la composición de Don Carlos, e incluso visitó algunas de las localizaciones para inspirarse, aunque no le gustó especialmente el Monasterio del Escorial, sí que le gustó mucho Andalucía, sobre todo la Alhambra.

La composición de Don Carlos tuvo varios problemas y fue debido a su longitud. Durante los ensayos, a Verdi le señalaron que si representaban la obra tal cual, la gente no podría coger el último tren que salía para las afueras, así que antes del estreno, Verdi tuvo que recortar la obra en algunas escenas como la introducción al Acto I y la entrada de la reina Isabel, un dúo entre ésta y la Princesa de Éboli en el Acto IV, entre otros. La ópera se estrenó en la fecha ya indicada y gustó, pese a que fue un poco polémica, dado el hecho que estaban invitados al estreno la Infanta de España y la obra casualmente dejaba en muy mal lugar al Rey pues se le acusaba de la muerte de su propio hijo.

Da igual. La ópera seguía siendo muy larga y en sucesivas representaciones en diversos lugares, se hacían más y más cortes, la mayoría de ellos sin el permiso del compositor. Así que Verdi, decidió él mismo revisar la obra y elaboró una segunda versión, esta vez, en Italiano (y llamándola Don Carlo sin la "s" final) para la cual se eliminó todo el acto I (el de Fontainebleau) pero manteniendo el aria de entrada del protagonista y encajándola aunque con una letra algo distinta en la primera escena del segundo (que en esta versión, obviamente, pasa a ser el primero) así como la supresión total del ballet. Esa versión, se estrenó en la Scala de Milán, en enero de 1884.  Sin embargo, la historia no termina aquí. A Verdi, no le terminaba de convencer, y echaba de menos realmente el verdadero acto I, así que la volvió a revisar y volvió a incorporarlo, en la representación que tuvo lugar en Módena en diciembre de 1886, siendo ésta la versión definitiva del compositor.

Resumiendo, Don Carlos es la ópera que Verdi revisó más veces y es también la más larga de toda su producción.

ARGUMENTO

La acción se desarrolla en Francia y en España en el siglo XVI. La versión que voy a comentar es la de Módena, es decir la de cinco actos. El argumento de la versión de cuatro actos, es lo mismo sólo que empezaría directamente en el acto segundo. Aquellas partes de la trama que hayan sido cortadas de las versiones finales, las escribiré en cursiva.

ACTO I
Un claro en el bosque de Fontainebleu, Francia.   

Un grupo de leñadores se queja del frío del invierno y del hambre que están pasando por culpa de la guerra contra España. Aparece Isabel de Valois, princesa de Francia, quien les asegura que gracias a su matrimonio con el infante Don Carlos, la guerra terminará y dejarán de pasar calamidades. Isabel, da limosna a los leñadores y se va escotada por un grupo de cazadores.

Aparece el infante Don Carlos (tenor lírico-spinto) quien ha estado viendo la escena y se ha enamorado perdidamente de su futura esposa.

 

Isabel (soprano dramática o lírico-spinto) aparece, y en un principio él finge ser un emisario español, pero después revela su verdadera identidad y le declara su amor. La princesa le corresponde, y cuando los dos están felices celebrando su amor, se escucha un cañonazo que anuncia el fin del guerra entre España y Francia. Sin embargo, Isabel no será la esposa del infante, sino de su padre el rey Felipe II. Isabel, pese a que ama a Carlos, acepta por el paz y se va a España, dejando a Carlos totalmente abatido.

ACTO II

Escena I: Interior del monasterio de Yuste (Cáceres) 

Los monjes rezan por el alma del emperador Carlos V. Carlos entra, desolado porque el amor de su vida se ha casado con su padre y un monje con un sospechoso parecido a su abuelo, le consuela y le dice que rece a Dios. Entre el marqués de Posa, Rodrigo (barítono) quien le explica que acaba de llegar de Flandes y que la situación está muy mal. Carlos le escucha y le cuenta que está enamorado de la reina, a lo que Posa le aconseja que lo mejor que puede hacer es que abandone España y se marche a Flandes para que se haga cargo de la región. Los dos hombres se juran amistad eterna mientras el rey entra con su séquito a rendir honores a la tumba del emperador.




Escena II: Jardín a las afueras del monasterio.

Salvo la reina, las mujeres no pueden entrar al interior del monasterio, así que todas las damas de compañía y el paje de la reina, Tebaldo (soprano) ríen y charlan animadamente. Una de ellas, la Princesa de Éboli (mezzosoprano) propone cantar para pasar el tiempo la "canción del velo", una balada sobre un rey moro que flirtea con una desconocida que lleva un velo y resulta ser su reina.

 

Entra la reina quien ya ha terminado de rezar. También aparece Rodrigo, quien le da una carta de Francia y a su vez, una nota de Carlos pidiendo que confíe en él. Rodrigo le pide una audiencia en privado para Carlos y ella acepta, mientras Éboli analiza la situación y piensa que Carlos está enamorado de ella. Se van todos y aparece Carlos, quien le pide que interceda por él al rey y que lo mande a Flandes. Ella, lo trata de hijo, trato que a Carlos le enfurece pues, él no la ve como madre, y le vuelve a declarar su amor, pero ella no tiene más remedio que rechazarle. Se va, desesperado y aparece el rey (bajo). Al ver a la reina sola, se enfada y castiga a una de las damas de compañía a volverse a Francia. Isabel, lo lamenta y consuela a la joven. Se van todos y se quedan solos el rey y Posa. Éste, le pide al rey que sea más benévolo con los flamencos, pero Felipe no le hace caso. Le aconseja, además que tenga cuidado con el Gran Inquisidor.

ACTO III

Escena I: El jardín de la reina en el palacio de Madrid. 

Se está celebrando una fiesta por la futura coronación de la reina. Isabel, como no tiene muchas ganas de ir, y dado que es un baile de máscaras, intercambia la suya con la de Éboli para así poder escaquearse. Tiene lugar entonces, un ballet, llamado La Peregrina. El ballet, narra de forma simbólica, una odisea de un genio mágico que quiere ofrecerle al rey del mar una perla. Entre una serie de danzas, al final, resulta que la perla más bella de todas es la propia reina Isabel.

Es de noche. Don Carlos ha recibido una nota citándolo a las doce en esos jardines. Aparece una mujer enmascarada y Carlos, creyendo que es la reina, le declara su amor... sólo que no es la reina, es Éboli. 



Ahora la princesa sabe toda la verdad. Entra Posa y Éboli amenaza con contárselo todo al rey. Rodrigo intenta apuñalarla, pero Carlos lo impide y Éboli se va furiosa. Rodrigo le pide a Carlos que le entregue cualquier documento comprometido. Éste se los da y ambos vuelven otra vez a declarar su mutua amistad.

Escena II: Al exterior de la Basílica de Nuestra Señora de Atocha (Madrid)

¡Es un bonito día para celebrar un auto de fe! El pueblo está contento pues van a ver a los reyes. Los condenados desfilan y los monjes los preparan para quemarlos. Poco a poco va llegando el cortejo real. Carlos ha traído a seis diputados flamencos quienes, se postran ante el rey y piden clemencia para su pueblo y su independencia. El pueblo y parte de la corte se unen a su ruego, pero Felipe II y los monjes, impasibles los rechaza y ordena su arresto. Carlos le pide entonces que le entregue a él los terrenos de Flandes y Brabante y al ser rechazado, desafía públicamente al rey desenvainado la espada. El rey, asombrado, ordena que alguien lo desarme, pero nadie se atreve a hacerlo. Finalmente, es Rodrigo, quien le pide que baje el arma ante un sorprendido Carlos que obedece. El infante es detenido, Rodrigo es nombrado duque por su acción, y una voz celestial promete paz para aquellos que van a morir pues en ese instante, se procede a la quema de los infieles.



Os dejo la escena entera porque me parece muy emocionante.

ACTO IV

Escena I: El despacho del rey.

 

Felipe se lamenta que su esposa jamás le haya matado y lo difícil que a veces es ser rey. Entra el Gran Inquisidor (bajo) y le pregunta si está bien que condena a su hijo, a lo que el viejo le responde que Dios sacrificó al suyo por el bien común. También le dice que debe matar a Posa, pues es también culpable. El rey, desolado por tener que condenar a muerte a alguien que admira, acepta.  Una vez el inquisidor se ha ido, entra Isabel,afirmando que le han robado su joyero. Felipe lo tiene y al ver que dentro hay un retrato del infante, la acusa de serle infiel. Isabel se defiende, afirmando que el retrato lo tiene desde antes de haberse casado con él, y si lo conserva es porque quiere a Carlos como a un hijo. El rey la insulta y la reina se desmalla. Felipe, preocupado, pide ayuda y acuden la princesa de Éboli y Rodrigo. Rodrigo al ver la situación, increpa al rey y éste se muestra arrepentido por lo sucedido. Éboli se muestra arrepentida, pues ha sido ella quien le ha robado el cofre a la reina. Rodrigo decide salvar a a su amigo aunque eso signfique su muerte y se lleva al rey afuera.

Solas, Éboli le confiesa que ha sido ella quien ha robado el joyero porque está enamorada de Carlos. La reina en un principio, comprende la situación y la perdona. Pero cuando además, Éboli confiesa que ha sido también la amante del rey, Isabel la expulsa de la corte dándole a elegir entre el convento o el exilio. La deja sola y Éboli maldice su belleza, decide ingresar en un convento no sin antes hacer algo para salvar a su amado de la muerte.



Escena II: Una prisión.

Carlos está encerrado esperando su condena. Rodrigo viene a verle y le dice que no se preocupe, que él se ha inculpado de todo y que pronto vendrán a matarle. Efectivamente, desde las sombras, se oye un disparo que acaba con la vida del duque. Mientras muere, le dice que Isabel lo sabe todo y que lo espera en el monasterio de Yuste, le confía a Flandes y que es feliz sabiendo por quién da la vida y le pide que no lo olvide.



El rey entra para liberar a su hijo y le ofrece su perdón. Pero Carlos, le muestra el cadáver de su amigo y lo rechaza como padre. Ambos se lamentan por la muerte de Rodrigo. En ese momento, suenan las campanas, y entran el conde de Lerma y los grandes de España diciendo que hay una revuelta que exigen la liberación del infante. El rey ordena que les deje pasar y entra el pueblo, junto con Éboli enmascarada. Entre el tumulto, ésta se acerca a él y le ayuda a escapar. Entre la gente, aparece el Gran inquisidor y ordena a todos que se arrepientan y que se arrodillen. El pueblo, por temor a éste, obedecen y alaban al rey.

ACTO V
El interior del monasterio de Yuste


Isabel se encuentra delante de la tumba del emperador y le reza, esperando a que venga Carlos, puesto que va a ayudarle en su huida a Flandes. Carlos aparece y la pareja se despide para siempre, afirmando que algún día estarán juntos en el Cielo. Pero las cosas no salen como ellos esperan. El rey junto con el gran inquisidor, aparecen y anuncian que hay que hacer un doble sacrificio. Se organiza un juicio, al que hayan culpable a Carlos y los inquisidores claman su cabeza. Carlos saca su espada e intenta defenderse, pero justo en ese momento aparece el "monje" que en realidad es el fantasma del Emperador Carlos V quien sale de su tumba, anunciando que en la Tierra sólo hay sufrimiento y que sólo en el Cielo encontrará la paz. Se lleva a un sorprendido Don Carlos al interior del claustro, mientras que Felipe II, y todos los demás se quedan horrorizados.

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