domingo, 3 de diciembre de 2017

La geisha abandonda: Madama Butterfly de Puccini II


ANÁLISIS

Butterfly es en mi casa una ópera un tanto censurada. Me explico. Mi madre conocía la obra y pese a que le gustaba la música, siempre que la escucha le pone triste, así que nunca ha querido verla en directo, pese a que en Cádiz la pusieron varias veces. En casa teníamos una cinta de Waldo de los Rios, donde estaba incluido en "coro a boca cerrada", el cual siempre me llamó la atención sobre cómo se podía transmitir tanto sin decir absolutamente nada. Con el tiempo y ya siendo yo algo mayor, cogí de la biblioteca un cd con la obra completa y la escuché y le efectivamente le di la razón a mi madre. Es realmente una ópera muy triste. 

Pero aún así la música me resultaba fascinante, y aparte de la famosa aria "Un bel dì vedremo" y el coro en cuestión, me llamaba forzosamente la atención la escena final y siempre quise ver la ópera en directo. Así pues, un año que la programaron en el teatro local de mi ciudad, convencía a una amiga que le gusta mucho el manga, los kimonos y "memorias de una geisha" para que me acompañara a verla. Creo que fue la primera vez que iba a la ópera con alguien que no fuese mi madre... o la segunda. No, espera... la segunda. La primera fue también con una compañera de clase de japonés en Granada que me acompañó a ver Rigoletto. Da igual, el caso es que le gustó, aunque no apreció el final y me dijo que debería haberse quedado ella con él.

Pero la historia no es así. Desde el momento que Pinkerton dice "me casaré de verdad con una esposa americana" sabemos que la historia no acabará bien. De hecho Puccini definió esta obra como "Tragedia japonesa" y de entre todas las óperas que compuso, para mi ésta es la más triste y la más trágica de todas. 

Butterfly es víctima de su propia fe. Al contrario que Elsa, la heróina de Lohengrin, peca de falta, y es lo que acaba desencadenando el drama, Butterfly peca de exceso. Hace oídos sordos a algo que ya se intuye desde el principio y que todo el mundo sabe, pues su parientes se lo advierten, Suzuki y Sharpless se lo hacen ver en incluso el casamentero Goro. Todos tienen muy claro desde que ven a Pinkerton que eso no va a durar. Sin embargo, su amor ciego y su lealtad hacia Pinkerton es tan sumamente enorme que sólo vive para él. Y el hijo de puta de Pinkerton, porque no hay otro modo de definir al personaje, se aprovecha de ello. Se aprovecha y juega con los sentimientos de una muchachita de quince años, totalmente inocente. Además totalmente cobarde, porque después es incapaz de mirarla a la cara y decirle claramente que la ha abandonado, dejándole el marrón a los demás. Desde luego un grandísimo impresentable y que tendrá por castigo la culpa de la muerte de su esposa.

No hay que ser muy psicólogo para darse de cuenta que Buttefly se toma muy en serio el matrimonio por la forma de presentarse, de hablar y toda su escena del primer acto que estamos ante una mujer muy pura y dispuesta a amar hasta la última consecuencia. Pese a que queda embarazada y tiene a su hijo, en el fondo no hace más que en Pinkerton. Es una personaje con una fe a prueba de bombas y totalmente adorable, que espera porque así se lo ha prometido al amor de su vida. No es que le guste, pero lo hace porque siente que es su deber.
Y es la propia realidad la que la hace madurar de golpe, el abandono por parte de él. Darse cuenta de lo que todo el mundo le decía se ha hecho realidad. Darse cuenta que todo su sacrifico ha sido para nada. Todo su mundo se ha destruido en un momento. Todo el mundo lo sabía menos ella, que estaba tan ciega que era incapaz de verlo. Y para mayor vergüenza, viene encima para llevarse a su hijo. Es evidente, que siendo la hija de un samurai, no le quede más remedio que el suicidio, pues ya que ha sido deshonrada en vida, al menos tener una muerte honorable. Lo  peor de todo, es que si pensamos como el personaje, es que tampoco le queda otra alternativa, pues ya no tiene ninguna razón para seguir viviendo.

Normalmente se suele ver a a Buttefly clavándose el puñal en el vientre pero para ser técnicamente correctos, el suicidio ritual de la mujer no es así, sino es tal y como lo comenté en el argumento: cortándose el cuello y además es así como lo señala Puccini en el libreto. Como veis, para esta obra cuidó mucho los detalles y añadió un gran colorido musical mezclando el tema del himno americano para Pinkerton y las melodías japonesas para ella, haciendo que dos mundos interactuasen y chocasen.

A pesar de lo trágico, Madama Buttefly es una ópera básica del repertorio debido a la riqueza de las melodías y porque si está bien dirigida tanto a nivel musical como artístico, es capaz de conmover hasta al más insensible de los hombres. Sin duda es una obra que nos hace reflexionar hasta qué punto es válido jugar con los sentimientos de los demás. En un foro dedicado a la ópera, un forero decía que no le gustaba Puccini porque decía que te sacaba las lágrimas a base de "puñetazos" emocionales. Pues con esta ópera, nos pega una paliza, aunque para que eso funcione, se tiene que respetar al máximo el contexto original. Cuando vi esta ópera en Bastilla, el montaje era tan sumamente moderno, que pese a que la música era conmovedora, la actuación no era tanto y no aprecié en absoluto que Buttefly cantara su despidida final hacia su hijo, sin que éste estuviese presente, con lo cual le quitó dramatismo. Y claro, si vemos a una Buttefly cantando con una camiseta de Hello Kitty, en pleno Japón tampoco funcionaría, pues en esta época, no existe tan ingenuidad, de eso ya se encarga el Facebook y el Instagram de hacernos menos inocentes.

De esta ópera sólo se puede sacar una conclusión:
- Hay que tener cuidado con no herir los sentimientos de los demás.

GRABACIONES 

CD


No tengo esta grabación, pero sí la escuché, de hecho fue la primera grabación de Buttefly que escuché. Es una grandísima opción: Mirella Freni es una cantante Pucciniana de primer nivel, y el resto de los cantantes son de primera fila. Además la dirección también era bastante buena.

 Ésta es la última edición que ha salido de las grabaciones de estudio de María Callas. No tengo ésta edición, tengo la anterior y la compré porque la encontré barata en un Fnac (a unos 10 euros) También es otra buena opción, Callas es tremendamente expresiva y realmente puedes ver el sufrimiento de la pobre Buttefly. Karajan, por su parte sublime.

 Y esta última es la más reciente de todas y la compré porque soy fan de Kaufmann (aunque en esta ópera el papel del tenor es muy secundario). Gheorghiu no está mal de todo, le pone sentimientos y ganas. Además, al ser la más reciente, es la que tiene mejor calidad de audio. Por contra, la dirección de Pappano no es que sea para tirar cohetes. Cualquiera de las otras dos es mejor, pero ésta si eres fan de alguno de los cantantes principales, tampoco va a defraudar.

DVD 


Grandísima puesta en escena por el maestro Franco Zeffirelli. También la dirección de Oren es muy expresiva, pero no me gusta demasiado la Buttefly de Cedolins. Por lo demás está bastante bien.


Ésta, en cambio, la puesta es más minimalista, pero la soprano que hace de Buterffly es mucho más expresiva. Como curiosidad, el niño, está representado por una marioneta, lo cual me parece una opción bastante válida, de quedarme con uno sólo me quedaría con éste.

Con esto me despido del verismo y vuelto para la próxima entrega con el bel-canto, que también me ofrece dramones de primer nivel. Esta vez dejo el lejano Japón y vuelvo a viajar en el tiempo para volver a España y la Edad Media. Donizetti tiene algo que contarnos. A ver qué es.

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