miércoles, 10 de enero de 2018

El marinero maldito: El holandés errante, de Wagner II


ANÁLISIS

Decía el personaje de Woody Allen en la película "Misterisoso asesinato en Manhattan" que no le gustaba escuchar a Wagner porque cada vez que lo hacía le entraban ganas de invadir Polonia. La ópera de Wagner en cuestión que iba a ver junto a Diane Keaton, era precisamente El holandés y fue así como yo me enteré de la existencia de la ópera y también la curiosidad.
La primera vez que la escuché fue en la radio y yo tenía por aquel entonces dieciocho o diecinueve años. Y me pareció tremenda. De hecho, fue ésta junto con Lohengrin con la cual yo aprendía a entender a Wagner. Lo que quería contarnos y cómo lo quería contar. Aún no he tenido la suerte de poderla ver en vivo, pero una vez fui a París a un concierto sinfónico dedicado a Wagner (y dirigido por Christian Thielemann, un especialista en este compositor) y en él tocaron la obertura de esta ópera.

La música es ante todo muy onomatopéyica y muy visual. Desde los primeros acordes, podemos sentir el viento que sopla fuerte por parte de los instrumentos de viento y se nos viene a la cabeza un enorme barco surcando el mar, peleando contra las olas, a través de la percusión y en toda la obertura vamos escuchando los diferentes números musicales de la ópera. En esta etapa, aún Wagner estaba muy influenciado por Carl Maria von Weber e hizo una obra de números cerrados, aunque él procuraba que estuviesen lo más encadenados posibles pero ya aquí vemos la idea del "leitmotiv", esto es ,motivos principales que poco a poco  desarrollaría y que alcanzarían su máxima expresión en Tristán y en toda la tetralogía, como ya habéis visto. 

También es en esta ópera, donde Wagner trataría un tema que le obsesionaría siempre y que lo veremos en varios trabajos posteriores: la redención por amor. Este tema, que en cierto modo ya lo había tratado en su olvidadísima primera ópera "Las hadas (Die Feen)", es aquí donde lo vemos claramente a través de la pareja atípica formada por un bajo-barítono y una soprano: el Holandés y Senta. 

Ambos son víctimas de una obsesión que les motiva y que les une forzosamente. Por un lado, el Holandés, está maldito precisamente porque se le metió entre ceja y ceja cruzar el cabo de Buena Esperanza aunque tuviera que navegar toda su vida y desafió al diablo el cual le concedió la inmortalidad y condenado a él y a toda su tripulación que tiene pagar por la osadía de su capitán y de él depende no sólo su propia redención sino la de todos los demás. Cada siete años tiene una oportunidad de poder redimirse, y sólo el amor puro y sincero puede salvarle. Nada fácil porque tampoco una vez que está en tierra apenas tiene tiempo para poder conquistar a una mujer hasta ese punto. Y aquí es donde entra Senta. La chica está tan obsesionada con la leyenda en cuestión que su razón de vivir es otorgar esa redención. Sólo le importa eso y nada más, pues siente que su deber en este mundo terrenal es precisamente ese, dar su vida por alguien. De ahí la singular elección de las voces. 

En la gran mayoría de los casos, el héroe es representado por un tenor, y la heroína por una soprano salvo cuando se escribía para algún cantante con una tesitura en concreto. Wagner no pensaba en ningún cantante en particular cuando escribió la ópera pero sí tenía en mente el color de la voz para sus personajes. El Holandés no es ningún héroe sino un ser atormentado y un ser sombrío. Alguien así no puede tener la voz brillante y aguda de un tenor, sino una voz oscura y grave. Eso es evidente. Por lo tanto, aquí el tenor es el antagonista, es el muchacho joven y lleno de vida con esperanzas y sueños, que en la historia es Erik. Sin embargo, estos dos personajes no se cruzan, ya que no estamos ante un verdadero triángulo amoroso porque Senta ama al Holandés. Pero no de una forma física sino espiritual, es decir, ama el hecho de poder redimir a alguien y por eso Erik nunca tuvo una oportunidad con Senta, ya que como ya he dicho antes, a ella lo único que le importa es salvar el alma del Holandés. Y un personaje así, capaz de dar su vida sin recibir nada a cambio la única voz que puede representar ese ideal es el de una soprano.  
Erik represente al amor terrenal, a un amor que no dura eternamente, en cambio el sentimiento de redención es eterno. Y esa eternidad, sólo se la puede ofrecer el Holandés que está tan ansioso por obtenerla que la corresponde ciegamente hasta el punto de querer renunciar a ella por un "amor terrenal" a Senta. Es decir, prefiere que Senta viva una vida mortal, pero feliz antes de correr el riesgo de una vida inmortal desdichada. Y por eso Senta se suicida al final de la obra: es el triunfo del Eros sobre el Thanatos, es decir el amor más allá de la muerte, pues sólo un acto puro de amor puede conceder al hombre el perdón de los más graves de los pecados.

Con respecto al padre de Senta, Daland, es también relevante, ya que si no fuera por él, el Holandés jamás habría conocido a quien fuese su salvadora. Aunque los motivos de Daland son más bien terrenales, pues parece estar más interesado en las riquezas del Holandés que en la felicidad de su hija.

En un segundo plano, y para aliviar un poco tanta tensión dramática, tenemos esa parte folclórica que a mí personalmente me encanta que el papel del coro en la obra y que presenta también un contrapunto interesante entre el mundo terrenal y el sobrenatural. Así, las hilanderas del segundo acto contrata la alegría y el simplismo de las muchachas del pueblo con Senta, señalándonos así Wagner que Senta no es una muchacha normal y corriente (aunque su nombre significa eso, muchacha). También tenemos el magnífico enfrentamiento de las dos tripulaciones en el tercer acto: por un lado la música vibrante y totalmente jubilosa de los marineros vivos, frente a lo oscuro y tenebroso de los muertos, que imagino que Wagner logra jugando con escalas mayores y menores, aunque como no tengo la partitura delante no lo voy a confirmar pero es lo que me pega cuando la escucho. 

Con todo y sobre todo por lo espectacular que es su música es sin duda la idónea para comenzar a entender a Wagner. De esta ópera podemos aprender un par de cosas:

- Esta bien esforzarse y no rendirse, pero también es de sabios cuando retirarse a tiempo.
- Antes de emprender un viaje por tierra mar y aire no estaría de mal consultar el tiempo que va a hacer para evitar grandes mayores.
- Si tenéis hijas o hijos adolescentes, tened cuidado con el fenómeno fan. No vaya a ser que comentan alguna locura.

GRABACIONES

CD
 
 No tengo mucho que decir con respecto a esta grabación. Más que a las voces, a lo que le doy más importancia en esta ópera es sobre todo a la orquesta y Solti sabe dirigir muy bien, los tempos están muy buen cuidados y lleno de matices. También he tenido la oportunidad de escuchar otras grabaciones, pero no he encontrado ninguna que me haya impresionado lo suficiente como para querer adquirirla. Así que la recomiendo.

DVD
 

Por desgracia, esta ópera no tiene una gran variedad de registros en dvd y la gran mayoría son puestas en escenas tan sumamente modernas que poco o nada tiene que ver con el libreto original. La que más se le parece es ésta del Festival de Bayreuth, aunque aquí pintan a Senta como si fuese una esquizofrénica. A nivel musical es excelente, pero aún estoy a la búsqueda de un montaje "ideal".
Dejamos al Holandés que zarpe en su barco y sea feliz con Senta en el paraíso y nos vemos en la siguiente entrega en la cual nos vamos a Venecia, donde vamos a ser testigos de una injusticia y las terribles consecuencias de dejarse llevar por los celos. Una historia, que dos compositores muy distintos contaron cada uno en su estilo y uno eclipsó totalmente al otro. 

Nos vemos en unos días.

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