jueves, 18 de enero de 2018

Las aventuras de Elvira: Los Puritanos, de Bellini II


ANÁLISIS

Es curioso que de una ópera que dura unas tres horas tan sólo recuerde unos veinte minutos de música. Quizás es lo bueno, porque cada vez que la escucho siempre me creo que es la primera vez que la oigo aunque en realidad no es así. Lo primero que conocí fue la escena de Elvira gracias un cd de María Callas. La ópera entera la conocí más tarde, aunque no recuerdo exactamente cuándo y compré la grabación completa y algún dvd. En directo, la he visto dos veces en París, una en versión en concierto y otra en versión escénica.

La última ópera de Bellini tiene sus pros y sus contras. Esta ópera era la favorita de la reina Victoria de Inglaterra. Como fanático del bel canto que soy, procuro centrarme en sus virtudes más que en sus defectos. O quizás debería hablar en singular, porque el gran fallo que tiene esta ópera es el libreto y sus personajes. Vale eso igual debería contar como dos cosas negativas.

Se ve que Pepoli no era muy hábil en construir una trama algo más interesante. Es lo mismo que años más tarde pasaría con Cammarano con Verdi en El Trovador, aunque en su caso pecó más por exceso de acción que de falta. Pepoli tenia buenos ingredientes para hacer una historia con gancho: dos bandos enfrentados, la Escocia del siglo XVII, dos hombres enamorados de una misma mujer, una heroína que se vuelve loca... pero los desperdicia, haciendo que el resultado de las acciones sea un poco insulso y resolviéndolo todo felizmente gracias a un pertinente Deux ex-machina no sobrenatural, pero sí burocrático.

Es más ni siquiera la ubicó en el buen lugar, aunque hay que reconocerle que ciertos versos en algunos números, como por ejemplo el dúo final del acto II entre Riccardo y Giorgio (un barítono y un bajo) son francamente demoledores. "Al son de la trompeta, correré a luchar contra todas mis fuerzas, pues no hay más hermoso que afrontar la muerte gritando libertad", todo esto acompañado con los vientos metales en crescendo y con notas muy ligadas, es decir todo muy es muy fluido.

Ese número en concreto, fue muy aplaudido en la noche del estreno y se repitió varias veces. No me extraña, yo cada vez que lo escucho me entra un subidón y me entran unas ganas horribles de invadir Francia.

Sin embargo hay que reconocer el gran labor que hizo Bellini con la música de esta obra. que pese a todos los elementos en contra, crea una bellísima melodía que nos la hace creíble. Al pensar en esta ópera siempre tengo en mente a Elvira y lo tonta que es. Comparando a su compañera de locura, Lucia de Lammermoor, me parece poco creíble que se vuelva loca así de repente sólo porque su novio la ha dejado tirada. Lucia por su parte, no sólo es humillada en público, obligada a casarse con otro y además mata a su marido. Tiene más motivos para perder el juicio.
En cambio Elvira es un personaje totalmente pasivo. Vive por y para Arturo y se pasa toda la obra en torno a él. Pese a todo, Bellini le compuso una música increíble de tal modo que acaba por convencernos que el dolor que siente es auténtico. Su cabaletta (Vien diletto è in ciel la luna) no es tan espectacular como en otras arias similares.Sirve también de contrapunto a su escena del velo cuando ella canta "soy una virgen hermosa, vestida de novia" (Son vergin vezzosa) donde con los adornos nos evoca sus risas y su felicidad. Aquí la coloratura sirve más para simular los suspiros fruto de su tristeza que más que una demostración de técnica pura y dura. He de reconocer que esa cabaletta también la he tatareado muchísimo en el trabajo, aunque ningún maromo ha venido a buscarme cuando la luna estaba en cielo cuando salía de trabajar. Bueno otra vez será.

Probablemente, la Elvira del siglo XXI sería esa chica que después que el novio la deja, se encierra en su casa con un bote de helado mientras ve una peli de amores y llora desconsoladamente. O se bebe ella sola una botella de whisky a palo seco, mientras rememora una y otra vez los buenos momentos que pasó con el cabrón de su novio que la dejado por otra y de mala manera. Pero claro, hay que ver esta obra en su contexto. Con lo mona que era Giulia Grisi, la primera intérprete del papel y que Bellini escribió pensando en sus capacidades, no es de extrañar que el teatro se fuera abajo con ella. Además hay que pensar también que en aquella época se tendía a pensar que la mujer era emocionalmente menos estable que los hombres, por tanto este tipo de situaciones que ahora nos pueden parecer tontas, en el siglo XIX era totalmente lógico.

En cuanto a Arturo, igual. Bellini le creó a Rubini un papel tremendamente difícil, y apto a su tesitura vocal, llegando hasta un fa sobreagudo, que es la nota más alta dada por un hombre. No sé si actualmente los tenores que cantan este personaje lo hacen en la clave original de Bellini o lo hacen en una transposición, es decir, que está algo más bajo. En cualquier caso, es un héroe tipo, que se debate entre el deber patriótico y el amor y cuando tiene que elegir, opta primero por la patria para luego sacrificarlo todo por amor. Menos mal que le sale bien la jugada. Bellini le crea melodías largas y su escena del acto I, es sublime. Para mí el "A te o cara" es la versión masculina de la "Casta diva" de Norma. Una melodía lenta larga que no acaba, el coro le contesta mientras él sigue a su ritmo... Y no hay más. Es lo que el compositor siciliano siempre ha hecho. Pero es que lo hace tan bien que es siempre un placer oírlo.

Es una ópera también que no hay un antagonista claro que se oponga al amor de la pareja. Ese rol, que por tradición lo ocuparía el barítono o la mezzosoprano no está tan definido. Riccardo, no fastidia tanto a Arturo como podría haberlo hecho. Es más acepta que Elvira no lo ame. Su único acto de "maldad" es callarse y no haberle contado a Elvira el porqué Arturo la ha dejado por otra en el último momento y es porque si hablaba, él mismo sería acusado de traición, ya que él ha dejado a Arturo irse con la destronada reina de Inglaterra y Escocia. Con lo cual, su reacción es lógica en todo momento. No tiene mucho desarrollo pero después de su dúo con Giorgio.... ¿a quién le puede caer antipático este hombre?

En definitiva I Puritani es una más de Bellini y es una lástima que este compositor nos dejara tan pronto. ¿Quién sabe lo que habría sido capaz de crear si hubiera vivido treinta años más por lo menos? Por desgracia, eso nunca lo sabremos.

¿Qué se puede aprender de esta ópera? Pues poca cosa:

- No se soluciona gran cosa encerrándote en tu propio mundo cuando las cosas no salen como a uno quiere. Aunque duela hay que afrentar la realidad. Y quizás por eso no me cae tan bien Elvira, porque yo a veces he de reconocer que peco de lo mismo.
- Dejar a tu novia plantada en el mismo día de la boda es una gran putada. Si te sale un imprevisto y no te puedes casar, avísala antes.

GRABACIONES 

 CD
Para mí Callas es sinónimo de bel canto y es evidente que siempre que busco una referencia de alguna obra de Bellini recurro a alguna de sus grabaciones. Por desgracia, ésta en concreto está muy cortada, de modo que no descarto en un futuro comprar una grabación más completa. Aún así es una versión bastante agradable, aunque no me gusta Di Stefano, el tenor que la suele acompañar en esta obra.

DVD
 
Mi primer dvd de esta ópera. Es una representación de referencia, el problema que yo le veo es que pese a que Edita Gruberova es una leyenda del bel-canto, a nivel interpretativo este papel ya le pilla muy mayor y pese a que canta muy bien, escénicamente no me pega. Quitando eso, no es un dvd malo en absoluto.

Por otra parte, aquí tenemos una magnífica puesta en escena, una bellísima Anna Netrebko que físicamente le viene el papel como anillo al dedo, pero la técnica del tenor es algo deficiente para este papel. No obstante, visualmente es muy bonito, casi más que el anterior.
 

Finalmente, yo diría que éste el definitivo. Un gran tenor, como es Flórez para Bellini y una bellísima Nino Machaidze quien no tiene nada que envidiarle a la Netrebko. El fallo de esta producción es que es muy austera. El decorado es prácticamente ausente, pero el vestuario es bueno y la iluminación es algo oscura. Aún así a nivel musical es el más largo de los tres.

Con Elvira y Arturo, que están felices y contentos, me despido y nos vemos en la siguiente entrega con la historia de una mujer obsesionada con la venganza. Una mujer marginal que no se lleva bien con su madre. Nada bueno va a salir de esto, bueno sí. Una ópera no muy extensa con una música brutal.

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