martes, 2 de enero de 2018

La adolescente necrofílica: Salomé, de Richard Strauss II


ANÁLISIS

Quizás a más de uno cuando le viene a la cabeza el nombre de Salomé, le vendrá a la mente esa canción pachanguera de un cantante latino de sonrisa profidén llamado Chayanne. Sí, esa que decía "Baila que ritmo te sobra, baila que bailame..." 
Otros, quizás los más viejunos se acordarán también de esa cantante española que representó a España en 1969 (gracias, Wikipedia, qué haría yo sin ti) con su "Vivo cantando".  Aunque un compañero mío de trabajo francés la conocía porque se la cantaba su abuela y era unos años más joven que yo. 
Pero quizás de la Salomé bíblica, al no ser que hayáis sido criados en colegios católicos igual no conocéis bien la historia.

Yo conocí a Strauss, una vez que terminé de escuchar todas las óperas de Wagner y quise profundizar más en el repertorio del siglo XX.  Ya era una persona adulta aunque más joven de lo que sigo siendo, contaba yo por aquel entonces con 24 o un par de años más. En la Biblioteca había un dvd con la ópera y lo cogí para verlo. A partir de ahí, empecé a investigar a Strauss, del cual sólo conocía su poema sinfónico "Así habló Zaratustra" cuya introducción, seguro que la conocéis todo el mundo:

 

Sin embargo, con respecto a su producción operística había oído hablar mucho, pero hasta entonces no había escuchado nada, así que aproveché y empecé por Salomé. Luego pasé a escuchar otras tantas, y de las quince que compuso, hasta la fecha he escuchado nueve. Ésta en concreto, he tenido la suerte de haberla visto en directo y creedme que con Strauss cambia mucho la percepción de la obra. 

En general, la música de Strauss gana mucho en el directo. Hay algunas que en disco, no dicen mucho, pero en cambio la oyes en vivo y la música cobra sentido. En el caso de Salomé, la música es tan sumamente expresiva que funciona tanto en vivo como en disco. 

Lo interesante de esta ópera es ante todo el tratamiento que hizo Wilde de la historia de Salomé frente a la que cuentan los Evangelios. Según San Mateo, Herodes pidió a la hija de Herodias que bailara para él y cuando ella lo hizo le preguntó qué quería como recompensa. La joven le preguntó a la madre que era lo que tenía que pedir y es ella la que le pide la cabeza del Bautista. Nada más. Todo lo demás, ese triángulo obsesivo sexual entre Herodes, Salomé y el Bautista es invención de Wilde. Y eso es lo que inspiró a Strauss.

Salomé es un personaje complejo. Más allá de "la adolescente necrofílica" como digo en el título, estamos ante una joven bastante consciente del poder que tiene su propia sexualidad, destruyendo con ella todo lo que toca. No tiene escrúpulos en utilizar a Narraboth para sus fines, éste se suicida por por que se ve engañado pero a ella ni siquiera le importa porque está tan obsesionada con el Bautista que ignora todo lo demás. No tenemos aquí un dúo de amor entre Salomé y Jokanaan sino un pulso entre dos obsesiones; por un lado de la joven, que es una obsesión puramente sexual y por otra la religiosa que es la de Jokanaan que la rechaza por no ser lo suficientemente pura para él. Salomé lo intenta tres veces, alaba y ataca cuando no consigue lo que quiere. De ahí que al final pida la cabeza del Bautista. Quiere tanto besarle, que ya no le importa si está vivo o muerto. El éxtasis de Salomé viene del placer que siente al obtener lo que quiere sin importar los medios o con quien caiga. De ahí que la música que ella canta a la cabeza muerta es la misma que cuando lo intentaba seducir en vida. Al final logra ese placer, no por el hecho de estar ante un cadáver, sino por el hecho de haber ganado la partida.

Esa obsesión no es fácil de interpretar. Strauss compuso este rol para una Isolda de 16 años, y que para colmo supiese bailar y tuviese las agallas de desnudarse en público pues la danza de los siete velos, no es más que una especie de strip-tease. En el día del estreno, la soprano se negó a hacer el baile y en esa escena hubo una bailarina que la sustituyó. 

Los otros dos grandes papeles son, evidentemente Jokanaan y Herodes. El primero es un hombre santo, fiel a lo que cree y lo que al final le acabaría matando por no querer doblegarse a los deseos de una niñata consentida, pues así ve Jokanaan a Salomé. Jokanaan, es el nombre hebreo de Juan el Bautista.  Por otro lado, Herodes, es también víctima de sus propias obsesiones. Obsesionado por una adolescente, por sus supersticiones y por satisfacer su necesidad sexual acaba por destruir no sólo al profeta, al cual él respetaba pero temía sino al objeto de su deseo al darse cuenta del lado tan oscuro que tiene Salomé. 

Con todos estos elementos, Strauss nos presente una historia totalmente terrible, por unos personajes que les mueve la lascivia y el poder, pero presentando de una forma tan sumamente original. No hay amor, sino erotismo, hay fanatismo y obsesión. Todo ello hizo que la ópera en su día fuese un gran escándalo pero hoy en día ya no escandaliza a nadie. 

De Salomé, podemos aprender varias cosas:
- Como dice el dicho "Tiran más dos tetas que dos carretas". Es triste, pero el sexo es un gran arma de seducción y también un medio para someter a alguien. Y lo peor de todo, es que en pleno siglo XXI, todavía funciona.
- Hay que aceptar un "no" como respuesta. 
- "Baila que ritmo te sobra, baila que bailame..." Ehh... no no tiene nada que ver. Mierda. Ahora ya no se me quita de la cabeza. Anda, cabeza...¡Y sin quererlo he hecho un juego de palabras! Vale, lo dejo ya.

GRABACIONES

CD
 

Tenía muy claro que si Strauss decía que Salomé era como Isolda, a la hora de buscar una grabación pensé en la mejor soprano que cantaba ese papel, así que estaba claro que busqué una en la cual Birgit Nilsson, soprano sueca lo cantase. No me defraudó y la dirección de Solti tampoco. 

DVD 
 
Esta representación está dirigida por Philippe Jordan, director que he visto varias veces en la Bastilla y me gusta especialmente su trabajo. La puesta en escena es moderna, ambientada en tiempos del fascismo italiano, tenemos una Nadja Michael que es muy sexy como Salomé, y la danza de los siete velos en realidad un baile entre Herodes y ella. Es una versión interesante.
 
Ésta es la primera Salomé que yo vi. No tengo este dvd pero si se busca una versión más o menos fiel a la época del libreto, quizás sea la mejor opción. Maria Wing, la soprano que se encarga del rol titular, se desnuda en la danza de los siete velos, y el resto del reparte es correcto así como la dirección.
 
 Por último, la más reciente (si no me equivoco) también con una ambientación moderna, pero bastante fiel a libreto y también con una soprano que se atreve a desnudarse. Tampoco está nada mal, quizás la dirección es la menos apasionada de las tres, pero también es agradable.

Pues me despido de vosotros hasta la próxima entrega donde volveré con más bel-canto y con una obra menos truculenta. Una en la que el chico se enamora de una chica que no le hace ni puto caso pero que al final todo sale bien gracias al ¿poder de una poción mágica? No creo.

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