sábado, 20 de enero de 2018

Tiempos de venganza: Elektra, de Strauss I


Se dice que la venganza es un plato que se sirve frío. Para la protagonista de esta ópera, la venganza lo es todo, su única razón de vivir. Me pregunto si ese es un buen motivo. 

Elektra (en español, Electra) es una ópera en un acto, con música de Richard Strauss y libreto de Hugo von Hofmannsthal, estrenada en el Köngliches Opernhaus de Dresde (Teatro real) el 25 de enero de 1909.

Tiene una duración de 110 minutos (una hora y cuarenta.)

´BREVES DATOS HISTÓRICOS

Después del éxito que tuvo con su anterior ópera, Strauss buscaba material para lo que sería su cuarta ópera. Antes de componer Salomé, algunos años antes, en  1903 Strauss vio en Berlín, una obra de teatro del dramaturgo Hugo von Hofmannstah, Elektra. Esta obra, está basada a su vez en la tragedia clásica de Sófocles. A Strauss le gustó el tema pero después de Salomé, pensó que el tema de Electra sería muy parecido ya que veía ciertas silimitudes. No obstante, contactó con Hofmannsthal, quien le le elaboró un libreto basado en su misma obra y le convenció de que Electra era una heroína totalmente distinta a su anterior obra. Strauss aceptó, empezó a componer en 1906 y dos años y dos meses más tarde, la terminó.

Strauss utilizó una enorme orquesta (111 músicos) para esta ópera. Al principio, no tuvo muy buena acogida, pero poco a poco se fue estableciendo en el repertorio. Hubo gente que la acusó de ser muy parecida a Salomé, hasta tal punto que decía que en una representación media orquesta tocaba Elektra, la otra Salomé y nadie se dio cuenta. Cosas que se dicen.

ARGUMENTO

La acción transcurre en Micenas, en un tiempo mitológico, en el patio del palacio de Agamenón.

Cinco sirvientas, (una contralto, dos mezzos y dos sopranos), controladas por una gobernanta (soprano), están trabajando y comentan lo loca que está la princesa Electra. La comparan como un animal salvaje, que gruñe y deambula por el patio como una gata y encima no porta bien con ellas. Salvo, una, la más joven de todas, que la defiende, el resto la critican. La más joven la sigue defendiendo y las amenaza con que algún día Electra se vengará de todas ellas. Como castigo por ese comentario, la llevan adentro y le dan una paliza. 

 

Sola, Electra (soprano dramática) recuerda a su padre Agamenon y cómo fue vilmente asesinado con un hacha por su propia madre Clitemnestra y su amante, Egisto mientras éste se bañaba. Lo único que ansía es vengar a su querido padre y espera el retorno de Orestes, su hermano para poder llevar a cabo su venganza y que cuando llegue ese momento bailará de alegría.

Mientras, añora ese momento, oye una voz conocida que la llama. Es su hermana Crisótemis (soprano lírica), quien ha venido a advertirle de los planes de su madre y su padrastro, ya que la quieren encerrar en una torre. Crisótemis está harta de la situación quiere salir de esa casa, y casarse y tener hijos. Pero Electra no empatiza mucho con los simples deseos de su hermana. De pronto se oye jaleo. Es la reina Clitemnestra, que ha ordenado sacrificar animales para ver si así puede conciliar bien el sueño. Crisótemis le advierte a su hermana que no se acerque a ella. pero Electra no le hace caso.



Crisótemis se va y aparece la reina (mezzosoprano) toda cubierta de joyas y talismanes. Ve a Electra y sus damas de compañía le dice que no se fíe de ella, pero Electra la saluda. Clitemnestra ordena que la dejen sola con ella. La reina le cuenta un sueño que tiene muy a menudo y le pide a su hija que lo interprete, a lo que Electra le contesta que sólo el sacrificio de una mujer podrá acabar con ese sueño. Esa mujer, es la propia Clitemnestra y Orestes ha de ser quien acaba con ella. Horrorizada, se va pero antes uno de sus sirvientes le susurra algo en el oído. Al escuchar la noticia, Clitemnestra ríe maliciosamente y se va más calmada.

Electra se queda algo extrañada por ese cambio de actitud, pero pronto lo descubre, pues su hermana Crisótemis le anuncia la muerte de Orestes. Al principio no lo cree, pero luego se convence de esa posibilidad y le pide a su hermana que la ayude a matar a su madre y al amante de ésta. Crisótemis se niega a hacerlo y la deja sola. Entonces, coge el hacha y decide hacerlo ella misma esa misma noche. 



De pronto se le acerca un hombre. El extranjero (barítono bajo) piensa que Electra es una de las sirvientes, pero cuando ella revela su identidad, él también revela la suya, pues en realidad él es Orestes, que no estaba muerto, sino que ha corrido esa falta noticia para poder infiltrarse más fácilmente en el palacio. La alegría de Electra es inmensa, pues Orestes ha venido para vengar la muerte de su padre. Después del reencuentro, Orestes se adentra dispuesto a cumplir su tarea, sin que Electra le de tiempo a darle el hacha. Se oyen unos gritos: son los de la reina. Aparece Egisto (tenor lírico) preguntado por el extranjero que había venido con noticias de Orestes, Electra con ironía, le dice que está adentro. Egisto entra, para encontrarse con la muerte al igual que su esposa.



Todos en el interior aclaman a Orestes. Crisótemis va a buscar a su hermana Electra, pero ella no quiere entrar. Sola, empieza a bailar celebrando la victoria para caer muerte al final de la misma. Por fin Agamenón, ha sido vengado.

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