miércoles, 13 de septiembre de 2017

El bufón jorobado: Rigoletto, de Verdi. II


ANÁLISIS

Rigoletto también es otra de las óperas de mi niñez. La teníamos en un vinilo que estaba ralladísimo pero aún así lo escuchaba bastante. También ha sido la ópera que he visto más veces en el teatro, quizás unas quince veces y sin contar la veces que la habré visto en vídeo.

Y como suele pasar, también mi percepción de la obra ha ido cambiado conforme ha ido pasando el tiempo. Aun así ha habido un aspecto de esta ópera que nunca me gustó y es precisamente, el papel del Duque.

El Duque es sin duda alguna, uno de los personajes más capullos y cabrones que nos vamos a encontrar en toda la literatura operística. Nunca, ni de pequeño, me cayó bien este personaje pese a tener una música de lo más alegre y cautivadora. Sí, es cierto. Todas y cada una de las melodías que canta el Duque son asquerosamente pegadizas y las palabras que le escribió Piave son en algunas casos geniales, y que son capaces de conquistar a cualquier mujer. Porque, al fin y al cabo, tiene algo de razón. Todas las mujeres son iguales. Escuchamos que cuando seduce en el primer acto a la Condesa de Ceprano, luego más tarde a Gilda y ya después en el tercero a Maddalena, la melodía y sus palabras son exactamente las mismas. Y todas acaban cayendo a sus pies.

Es triste, pero es así. Y esa actitud de machito arrogante sigue siendo lo que gusta también hoy en día. En 1851 triunfó una canción que ponía de vuelta y media a las mujeres. Hoy, en pleno siglo XXI, si analizamos algunas letras de reguetón vemos que más o menos es lo mismo. No hemos cambiado en nada.

Nunca he soportado esa actitud. Por eso, el gran protagonista de esta historia es precisamente el bufón jorobado: Rigoletto. Es por él por quien siento más empatía y quizás lo entendería aún más si yo mismo tuviese una hija. Rigoletto tiene un trabajo que no le gusta, pero lo hace para mantener a su hija a la cual sobreprotege. En esa sobreprotección, está la tragedia. Por mucho que queramos proteger a nuestros hijos, sus vidas no les pertenece ya que cada uno debe vivir su vida y cometer fallos para poder madurar. Pero claro, ¿qué padre no reaccionaría como él si se enterara de que han violado a su niña? 

El gran pecado de Rigoletto es, como ya he dicho antes, su sobreprotección hacia Gilda, el otro gran personaje de esta historia. A Gilda, se nos presenta como un ser puro, una niña que ha estado toda su corta vida en una especie de burbuja sin conocer toda la maldad del mundo real. Cuando era niño no llegué realmente a entender del todo sus motivaciones, ni sobre todo el porqué de su sacrifico. ¿Por qué decide perdonar al hombre que le ha mentido vilmente sólo para acostarse con ella y luego dejarla tirada sin más? ¿Por qué no deja que su padre le de su merecido?

Muchos pensaréis, al igual que yo que, Gilda de buena, es tonta. Pero no es así, en absoluto. Gilda, de todos los personajes de la obra, es el más puro y más transparente de todos. 

Gilda, hace lo que ninguno es capaz de hacer y que por tanto es lo más difícil: Perdonar y tratar de seguir adelante. Sin embargo, esa actitud no es compatible en el mundo el que vive, ese mundo corrupto donde priman los más bajos instintos, el sexo por el sexo y que cada afrenta ha de ser vengada de la forma más cruel posible. Ese mundo hipócrita, lleno de gente que te sonríe para poder aprovecharte de ti y luego dejarte en la estocada. No, ese el mundo de Rigoletto y el Duque. 
Y si Rigoletto, no hubiese protegido tanto a Gilda, ella probablemente se habría convertido en Maddalena, una mujer vulgar y descarada, pero que al menos sabe enfrentarse a la realidad. Si escuchamos el cuarteto del tercer acto, la actitud de Maddalena frente a las palabras del Duque, son totalmente distintas a las de Gilda. Maddalena sabe que el Duque quiere echar un polvo, y al final acaba cediendo porque le hace gracia. Pero Maddalena sabe que ese "amor" no va a ninguna parte y Gilda era totalmente ajena a ello. Maddalena es una mujer madura. Gilda es una niña que madura en cuestión de horas y la decisión de morir es lo único que ella es capaz de decidir por sí misma. 

Gilda decide sacrificarse por un amor en absoluto correspondido. Y aquí reside la doble tragedia: por un lado, un padre sobrevive a su hija y por otro, un sacrifico de amor totalmente en vano, porque el Duque jamás sabrá que alguien lo ha amado con tanta intensidad hasta el punto de querer morir por salvarle. Y lo peor de todo es que le daría exactamente igual, porque "la donna è mobile", la mujer es mudable.

Por todo esto, porque son valores son universales, esta ópera sigue siendo de actualidad. Hoy en día, seguimos riéndole las gracias a los Duques, ahora convertidos en esos cachas de gimnasio  que se jactan de ligar mucho en las discotecas, y vemos en la tele, a los Rigolettos, que quizás serían esos contertulios del corazón que critican a esos duques. Y las Gildas... esas mujeres que sufren en silencio.

No hemos aprendido nada. Aún así, esta ópera me ha enseñado varias cosas:

- El perdón es más fuerte que cualquier odio.
- Si tengo algún día hijos, intentaré darles la mejor educación posible, pero les dejaré que cometan sus propios errores.

GRABACIONES

CD

Éste fue el Rigoletto de mi infancia y es mi grabación de referencia. Ahora que he escuchado más Rigolettos, no creo que Fischer- Diskau sea el mejor de todos, pero el resto del reparto sí. Me encanta Bergonzi como el Duque, tiene un voz que le pega al personaje, al igual que Scotto con Gilda.

 Y este Rigoletto fue mi primera grabación completa de esta ópera, que la compré atraído por María Callas. Bueno, esta grabación está casi completa, se saltaron la cabaletta del Duque del segundo acto,pero eso es algo común a algunas grabaciones con la Callas, que tienen cortes. De este registro, destaco el genial Rigoletto de Gobbi. Callas, como siempre, hace muy buen papel, pero para este rol en concreto prefiero a una soprano con una voz menos oscura.

DVD

El primer DVD que compré aunque mi edición es una que daban con un periódico local. Sin duda alguna, Leo Nucci es el mejor Rigoletto para mí que hay, la puesta en escena es la tradicional y el reparto en general está muy bien equilibrado.

Siguiendo con la colección de Tutto Verdi, ésta la compré por la Gilda de Nino Machaidze. Tuve el honor de haberla visto en escena en ese mismo papel hace unos años en la Bastilla y sin duda alguna, ese Rigoletto que vi en París fue el mejor que he visto. De este montaje, salvo el tenor que hace del Duque que no me terminó de convencer es también muy buena opción. Es más yo creo que de quedarme con uno solo, me quedaría con éste.

Y éste último, lo compré por el Duque de Juan Diego Florez. El tenor peruano es famoso por sus roles belcantistas, y ésta es de los pocos roles verdianos que hace. Y sinceramente, le va como anillo al dedo. La puesta en escena es algo fea pero es coherente al drama, Damrau no está mal como Gilda, pero la prefiero en otros papeles, y Lucic no es mal barítono pero no me termina de convencer.

Para el próximo viaje, voy a ser algo más siniestro. Voy a buscar un libro de Satanismo para tontos a ver si me entero de cómo invocar al diablo y a ver qué me ofrece a cambio de mi alma. Total, ya la tengo vendida a Mickey Mouse.

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