domingo, 15 de octubre de 2017

Cómo comenzó todo: El oro del Rin (noche preliminar) Wagner. II


ANÁLISIS

Tal y como ya comenté en el análisis general, descubrí el Anillo ya de mayor y de forma algo descontinuada. Lo cierto es que del Oro del Rin, mis dos recuerdos se deben principalmente al principio de la ópera y a la escena final. Tuve la suerte de verla en directo, pero la puesta en escena era rara. Pero musicalmente la disfruté.

Al comienzo, Wagner nos describe el río y si escuchamos atentamente, lo podemos imaginar perfectamente. Del silencio poco a poco va sonando la música y se van repitiendo las mismas notas, hasta que de repente, una las ninfas, Woglinde, para ser más exactos, su canto y llama a sus dos hermanas invitándonos a un mundo onírico y fantástico. Aquí nos presenta uno de los primeros "leitmotivs": el de la naturaleza.

En todo este preámbulo nos vamos a mover en la esfera de lo mitológico, los dioses y las razas fantásticas, un mundo que pronto va a caer en decadencia precisamente por el robo del Oro del Rin. Para mí, el oro es una metáfora de todo lo bueno que hay en la naturaleza, a la que en todo momento debemos respetar pues gracias a ella vivimos. Pero entonces, ¿por qué Alberich lo roba? Pues simplemente como una respuesta radical al no conseguir su inicial propósito de querer ser amado. Intentó cortejar a las ninfas y éstas lo rechazaron. Al considerar el amor como un deseo imposible, Alberich decide suplantar la falta de amor por el odio y el ansia de poder. Si no puedo amar ahora, que es cuando lo necesito, prefiero no amar nunca y ser temido y poderoso, ésa es la lógica del nibelungo. Tales efectos negativos hace que pueda hacerse con el oro, el material más puro de todos.

Ése es el punto de partida, la renuncia del amor. Y si lo pensamos en la época actual, puede incluso que nosotros mismos renunciamos a cosas realmente importantes a cambio de "oro", de poder. Pensémoslo, ¿cuántas veces habéis visto a gente capaz de hacer lo que fuera por un ascenso en el trabajo? Y para conservar ese puesto, ¿a qué hemos tenido que renunciar? En cierto modo muchos somos como Alberich, que en ausencia de un deseo o de un sueño frustrado, lo sustituimos por su contrario para sentirnos mejor. "Si no soy amado, seré temido", "si mi vida personal es nula,haré que mi vida laboral sea genial" El problema viene cuando estos deseos se convierten en una obsesión y haces daño a los demás. En este caso, Alberich roba sin escrúpulos y utiliza su nuevo poder para tiranizar a su propio hermano (que tampoco es un santo, como ya se verá más tarde) y a todo su pueblo.

Otra forma de interpretar el robo es un daño irreparable que hace el hombre a la Naturaleza por el progreso. Todo el efecto invernadero, el calientamiento global, es como si hubiésemos robado lo más preciado de los recursos naturales y los estamos explotando sin piedad todo por alcanzar más poder. Quedaos con la visión que más os guste, para mí ambas son perfectamente válidas.

Después que las ninfas se queden llorando su pena, pasamos al plano divino. Ya vimos en la mitología greco-romana un modelo de dioses antropomórficos con los mismos deseos y temores que cualquier mortal y en el caso de la mitología germana y escandinava, pues no olvidemos que Wagner se basó en amos mitos, es exactamente igual. Wotan, (Odín para los Vikingos) es tan humano como tú y como yo. Como diría más tarde "esclavo de sus propios pactos" y es gracias a ellos que se mantiene a la cabeza de los dioses y controla a las demás razas, los hombres, los enanos y los gigantes. Pero claro, ese poder, lo ha ido forjando a base de diversas leyes que ha ido inscribiendo en su lanza y para todo, Wotan ha tenido siempre que ceder. Es el Dios más poderoso de todos... pero también el menos libre de todos. Esto es clave, ya que el conflicto del pago entre los dos últimos gigantes no habría sido tal si Wotan los hubiese matado sin dar explicaciones.

Pero un trato es un trato y Wotan es hombre de palabra. Se apostó a su cuñada Freya, que para colmo es la que cultiva las manzanas que les otorga la inmortalidad, pensando que los gigantes no la iban a reclamar, pero claro a los dos últimos descendientes de una raza en peligro de extinción como son los gigantes necesitan una mujer para poder procrear. Es lógico que no renunciarían al pago. Así pues Wotan se ve obligado a tener que pedir ayude a Loge, que es el dios del Fuego y el que más tarde se revelará como antagonista para poder salir del apuro.
Gracias a él consigue que los gigantes se interesen por el oro y el anillo, gracias a él consigue arrebatárselo al nibelungo no si antes éste lance una última maldición sobre él y la muerte para todo aquel que no sea su portador.

Irónicamente, y de forma indirecta, Alberich da la clave desde un principio cómo destruir el anillo, volviendo a su portador. El anillo es suyo, pero no el material con el que está hecho. A Wotan le interesa el anillo como símbolo de un poder que ya tiene y que gracias a él sería indiscutible, pero la maldición lo impide. De ahí que por consejo de Erda, la madre tierra y fuerza primigenia lo de a los gigantes como pago por Freya y así el anillo se cobra su primera víctima. Fafner mata a su hermano. Y es que, como todo el mundo sabe, el dinero corrompe.

Así pues, Wagner nos presenta el inicio de todo.. un mundo corrupto en el cual los líderes abandonan a su suerte a los más débiles, mientras ellos están en el suyo propio ajeno a los problemas de lo demás.

No parece que comience bien la historia ¿verdad? Pues esto no ha hecho más que comenzar.

De esta ópera he aprendido que:

- Antes de firmar cualquier contrato, lee la letra pequeña.
- Los pagos, mejor exígelos por adelantado. Te quitarás muchos quebraderos de cabeza.
- Nunca hagas alardes de riqueza.
- El hecho que tengas una posición de mando, no implica que tengas que someter a los demás a tu voluntad.

Por cierto, si os visita una mujer rubia vestida de militar diciéndote no se qué del Valhala... huye. Lo que te va a proponer no es un buen negocio. O quizás sí. Nos vemos en la próxima entrega con la primera jornada del Anillo.

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