jueves, 19 de octubre de 2017

El superhéroe del siglo XIX, Siegfried (segunda jornada) Wagner, II


ANÁLISIS

Llegamos a la segunda jornada y de toda la tetralogía, es la que menos me gusta a nivel personal. Quizás también se debe al chasco que me llevé cuando la vi en directo la puesta en escena me decepcionó enormemente. La cueva de Mime era un laboratorio de drogas clandestino, y Fafner en vez de un dragón, era un señor gordo vestido de ropa de camuflaje con una estúpida corona... Sin contar que el tenor que hacía de Siegfried, la cagó enormemente en todo el primer acto ya que mi escena favorita de toda la ópera que es la escena de la forja de Notung desafinó un montón. 

Tampoco ayudaba el hecho de que iba vestido como un alumno de un colegio de curas con los pantaloncitos cortos. Afortunadamente, el tenor mejoró en el segundo y terminó bien la ópera. 

Siegfried, es la "ópera cómica" de la tetralogía, si bien no es que sea muy graciosa que digamos. Y si bien a primera vista nos puede parecer un cuento de hadas, en realidad es también una de las responsables, por la cual Wagner ha tenido esa fama de ser "un músico nazi". Siendo realmente exactos, esta expresión es del todo injusta, porque el nazismo nació mucho tiempo después de la muerte de Wagner, pero si es cierto que el personaje principal, sí encaja con ese modelo de "superhombre" que creó Nietzche en sus teorías filósoficas y que más tarde Hitler adoptó como modelo ideal de la supremacía de la raza Aria. Es más, de todos los héroes wagnerianos, Siegfried es el personaje que mejor encaja en el rol. 

Vayamos por partes. Cuando nos presentan a Siegfried, maltratando a Mime y teniendo esas salidas de tono, lo primero que yo pensé es que el héroe es un completo gilipollas. Si fuera un personaje del siglo XXI Siegfried, sería ese típico "ni-ni" que trae por el camino de la amargura a sus padres, quizás por ser el fruto de una mala educación, y lo primero que piensas, es que alguien tenía que haberle dado un buen par de hostias. Pero en realidad la clave de ese desprecio la dice el mismo Siegfried. Mime pese a que lo acogió, fue incapaz de enseñarle a amar, así que habría que imaginarse también que tipo de infancia ha tenido el chaval para que prefiera la compañía de animales, si bien sólo sabemos el testimonio de una de las partes.

Pero Siegfried, no es tan sólo un desagradecido. Con el tiempo, al final vemos que estaba en lo cierto, que Mime nunca lo quiso de verdad y que simplemente lo crió para que, llegado el momento pudiera utilizarlo para conseguir el anillo y una vez habiendo logrado su objetivo matarle sin más. Aunque, ya antes, cuando lo vemos solo pensando en su madre, en la famosa escena de los susurros del bosque, vemos que en el fondo Siegfried se siente terriblemente solo. Por eso, pese a que su instinto le dice que Mime no es de fiar, vuelve siempre con él, y es porque en el fondo quiere compañía. Claro que, busca una compañía sincera, que lo quieran tal y como es. Es ahí en ese momento cuando quizás podemos sentir algo de empatía por él. Pero luego lo vemos el poco respeto que tiene hacia el viejo Caminante, nos vuelve a echar un poco para atrás. ¿La razón? Pues simplemente porque Siegfried es un espíritu libre que hace lo que le sale de sus cojones. Y creo que con esta frase resumo bastante bien la teoría del "superhombre" de Nietzche.

Pido perdón si hay algún experto en filosofía por si he dicho una gran burrada, pero es así como yo veo a Siegfried. Un hombre que está más allá de la moral social del momento, sigue sus instintos, y todas sus emociones son puras, hasta tal punto que desafía y vence al Dios, partiéndole su lanza de pactos con una facilidad pasmosa, precisamente por eso, porque él no obedece a ningún Dios. Gracias a Siegfried, Wotan se ve libre de sus pactos, pero ya su labor como Dios ya no tiene ningún sentido. Así, sin ningún obstáculo puede finalmente lograr lo que él mas desea, una compañera que también esté a su altura, que no es otra que Brünnhilde. Y si lo pensamos, gracias al castigo de Wotan, Brünnhilde se ha convertido en esa "supermujer" libre de su inmortalidad, pero también libre de la moral de los dioses, de esa "moral de esclavos" a la que antes estaba sometida al Padre de las Batallas. Ahora ella es libre de poder elegir su camino y lo hace con aquel que la ha despertado y que es capaz de amarla de una forma pura, precisamente porque no conoce otra. Y sí, son tía y sobrino pero ninguno ha ejercido con anterioridad esos roles sociales, así que bajo su punto de vista, son simplemente un hombre y una mujer, siendo ellos dos los primeros de un nuevo sistema social, donde predomina la libertad simple y emocional.

Por otra parte, el tema del "superhombre" en sí no tiene porqué ser malo, según cómo se interprete. Otro de los aspectos negativos a los que se le critica a Wagner y que también está presente en su obra, es el anti-semitismo. En ninguna de las óperas, se va a ver claramente un mensaje en plan "los judíos son lo peor y merecen morir" pero si se reconocen, no van a tener un papel muy positivo que digamos. En el caso de Siegfried, lo vemos en el papel de Mime. En cartas y documentos personales, aparte de un ensayo que escribió sobre "El judaísmo en la música", Wagner ridiculizaba a los judíos, y los presentaba casi como seres deformes, mezquinos y usureros y que tenían una voz rara... Está claro que Mime representa ese mal tópico de los judíos. En el resto... bueno, eso lo iremos hablando cuando vaya comentado más óperas de Wagner, pero en Lohengrin por ejemplo no hay ninguna referencia al antisemitismo. Sí, al nacionalismo alemán, pero ese tema ya hablaré el día en el que comente "Los Maestros Cantores".
 
En realidad, el tema del antisemitismo se debe más, en mi opinión, a un tema de envidia que por otra cosa. Wagner siempre quiso triunfar en París, pero no lo consiguió y le jodía bastante que uno de sus mentores, Meyerbeer, sí triunfara. Y claro daba la casualidad que Meyerbeer era judío. Al final ya sabemos cómo ha terminado la historia. Meyerbeer triunfó en su día con Roberto el Diablo y su ballet de monjas ninfómanas y zombies, pero hoy en día apenas lo conoce nadie. Y es una lástima porque tiene cosas muy chulas (Los Hugonotes sobre todo) En fin.. no voy a juzgar a Wagner como persona porque en vida tuvo que ser un tío interesante, pero algo pedante e insoportable también.

Quizás no me termine de gustar esta ópera porque en el fondo siento envidia de Siegfried. Quizás debería aprender algo de él y dejarme llevar por mis instintos. Y quizás, eso es lo que debería aprender de este segunda jornada del Anillo.

La última jornada se acerca... El Ragnarök. Aunque éste es mucho más simple.

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