martes, 17 de octubre de 2017

La hija rebelde: La Valquiria (Primera Jornada del Anillo), Wagner, II


ANÁLISIS

 Como ya he comentado, mi primer contacto con la tetralogía fue la Cabalgata de las Valquirias y fue esta ópera la que vi en primer lugar. La grabé en vídeo porque cuando la emitieron en Canal Plus la echaron a las una y media de la madrugada, yo tenía instituto a las 8 y no era plan de quedarse en vela viéndola... aparte que tampoco hubiese durado mucho dado que esas horas no son lo más idóneas para programar una ópera. Y menos una de Wagner.

Así, pues cuando la ví tranquilamente... me resultó pesadísima. ¡Tenía que esperar dos horas y media largas para escuchar la música de la cabalgata!! Vamos, un horror. Después con el tiempo, como ya os comenté aprendí a escucharla y una vez entendí el lenguaje wagneriano me encantó. Años más tarde, cuando me fui a trabajar a Francia, tuve la suerte de poder verla en directo. Musicalmente fue increíble, pero no aprecié mucho la puesta en escena. Eso que me cambiaran a las valquirias por enfermeras resucitadores de zombies no me hizo mucha gracia. Además los bailarines que representaban a los "guerreros caídos" estaban desnudos y una de las valquirias le impulso tanto ímpetu que provoco una erección a uno de los bailarines. Cosas del directo. Al menos gracias a eso sabemos que el guerrero estaba listo para entrar en combate.

También os he dicho que esta ópera ha sido objeto de alguna que otra parodia, sobre todo en los dibujos animados; os recuerdo ésta:


Aunque...bueno en realidad parodia más bien a Wagner en general, ya que la mayor parte se la pasan cantando el "coro de los peregrinos" de Tannhäuser. Y también esa imagen de la soprano gorda dando gritos.

Una de las problemáticas que tiene la música de Wagner es que se necesita cantantes con una buena técnica y una suficiente fuerza en la voz para poder cantar acompañado de una orquesta de unos 100 músicos y a veces la música suena bastante fuerte, con lo cual, el cantante se ve forzado a alzar la voz y si la técnica no es buena, pues al final acaban gritando. Claro que es también labor del director de encontrar ese justo balance para que ni la orquesta ni los cantantes se pisen.

Pero dejando de lado la mega-producción, La Valquiria es mucho más que un espectáculo grandilocuente. Es mucho más que eso.

Para empezar, es la primera vez que se tiene conocimiento que se pone en escena un tema tan controvertido como el incesto. Si bien el incesto no es algo nuevo, pues ya aparece en la mitología griega (Zeus y Hera eran hermanos) en la ópera era algo que no se había tratado nunca. Irónicamente, Wagner a través de una relación tan sumamente inmoral nos la presente como el amor más tierno y sincero de toda la tetralogía hasta el punto que es por ese acto de amor que Sieglinde se queda embarazada y no de Hunding, que es su marido legalmente. Quizás, el que posteriormente veremos entre Brünnhilde y Siegfried en la entrega siguiente lo iguale, aunque no es exactamente lo mismo. Siegmund se enamora de su hermana y ella de él por una necesidad biológica brutal de afecto, de ahí que pese a que son hermanos no han tenido el tiempo suficiente de criarse como tal y por lo tanto a efectos prácticos es como si fuesen dos seres humanos independientes. No olvidemos que Sieglinde fue raptada y forzada a casarse con Hundig, (del alemán Hund, perro) quien es un poco déspota con ella.

No obstante, el objetivo de esta ópera es presentarnos el origen del que será el protagonista principal del anillo que es Siegfried, que ya lo veremos en la siguiente. Y sus verdaderos protagonistas, no son tanto los padres sino más bien el abuelo y la tía, es decir: Wotan y Brünnhilde.

Como ya dije en el análisis del Oro, Wotan es un esclavo de sus propios pactos. Es en su dúo del segundo acto que se lo cuenta todo a su hija favorita y pese a que es un dios, no puede hacer todo lo que se le antoje pues de ser así perdería todo su rango. No puede ir él mismo a coger el anillo de Fafner porque él se lo dio como justo pago, y pese a que lo ha dispuesto todo para que "un héroe" lo haga en su nombre, en realidad tampoco le saldría bien la jugada, porque Siegmund es descendiente directo y por tanto estaría haciendo esclavos. Además si ayuda a Siegmund, estaría apoyando un acto de incesto quitando todo el poder a la diosa del matrimonio que es Fricka, con lo cual estaría también rompiendo uno de sus pactos. Y mucha paciencia ha tenido Fricka que le ha perdonado dos infidelidades ya.

Así que tenemos a un dios todopoderoso que no puede hacer su voluntad, y encima cuando la ordena... le desobedecen. Brünnhilde como buena hija que es, quiere complacer a su padre. Es más, es su trabajo, el motivo de su existencia se debe al Padre de las Batallas. Pero... en nuestras vidas siempre hay un momento en el cual no estaremos de acuerdo con nuestros padres y hemos de ser libres para poder seguir nuestro camino, a pesar de las consecuencias. Personalmente, yo me quedo con esa lectura, con ese acto de rebeldía de querer hacer lo correcto aunque tengamos una fuerte oposición. Ése es para mi el mensaje clave de toda la ópera. Claro, evidentemente, Wotan no tiene más remedio que castigarla porque tiene una reputación que mantener, pero a pesar de todo le duele. Gran frase clásica de padre cuando castiga a un hijo: "Esto me duele más a mí que a ti".

Hombre, personalmente pienso que con castigarla sin salir de su cuarto e irse por ahí con su hermanas a cazar héroes muertos durante dos semanas habría bastado, lo de dejarla en un estado comatoso, quitarle la inmortalidad y dejarla al amparo del primer chulo-putas que se le cruce es algo bastante cruel y excesivo, y por eso cuando su hija le hace recapacitar, al menos tiene el detalle de no ponerlo tan fácil. ¿Veis? Si en el fondo Wotan tiene su corazoncito. De todas formas, el compositor que explotó todas las relaciones padre-hija/hijo posible, fue ante todo su conterporáneo Verdi (lo vimos en Rigoletto, Aida y otras muchas).

Así pues, de esta ópera se aprende lo siguiente:

- A veces es difícil seguir el camino correcto, pero al final valdrá la pena.
- No hay que tener miedo a enfrentarse a los padres, tarde o temprano la diferencia entre generaciones se hace evidente y es normal que surjan roces.

Bueno, ya estamos en la mitad. La siguiente parte es la que tiene más acción, más intriga y algo más larga que la anterior.

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